miércoles, 7 de septiembre de 2022

Hermanos Nicaragüenses abandonados por el Vaticano..

   

Abriendo opiniones. Entre el silencio de la Iglesia y la situación de Nicaragua

 

Desde hace al menos un mes venimos leyendo y recibiendo información acerca de lo que sucede hoy entre un sector de la Iglesia en Nicaragua y el gobierno de izquierda de Ortega. A tal efecto, nos hemos puesto en contacto con sacerdotes y laicos nicaragüenses quienes, con cierto temor, han preferido, hasta el momento, no dar ni sus nombres ni sus caras, cosa que es entendible, sobre todo, para los tiempos que corren.

De parte de la Iglesia jerárquica, si bien el Papa ha pedido siempre oración, hay un silencio que, como bien ha explicado el

padre Santiago Martín, debe tener sus razones últimas que probablemente desconozcamos. Lo que sí nos resulta llamativo es ver cómo, en varias diócesis de ese país, al parecer continúa existiendo una suficiente libertad religiosa sin persecución alguna de parte del gobierno, como no así en otras que, activamente, han tomado partido por el derrocamiento de ese régimen comunista, aún a costa de alianzas, incluso, con sectores de la izquierda más radicalizada (feministas y abortistas), desde al menos 2018.

Con el objeto de aportar un poco más de luz al tema, reproducimos aquí parte de un artículo publicado (con recortes o agregados) hace  apenas una semana por Becca Renk, reportera desde 2001 en Nicaragua y parte de Jubilee House Community, proyecto norteamericano que realiza obras comunitarias en ese país con la idea de que, comentaristas que posean información fidedigna. y constatable, puedan dar sus versiones acerca de este tema tan complejo que no parece tener una solución o respuesta única.

De más está decir que apelamos a la madurez de los comentaristas, sobreentendiendo, de antemano, la buena intención de sus posturas y la sinceridad y franqueza con la que también reproducimos éstas.

Porque la realidad está siempre plagada de matices que muchas veces se nos escapan.

Que no te la cuenten

P. Javier Olivera Ravasi, SE


La Iglesia Católica y Nicaragua

Por Becca Renk

(extractos con agregados)

Fuente: https://radiolaprimerisima.com/noticias-generales/destacado/la-iglesia-catolica-y-nicaragua/

Recientemente ha aparecido en los medios de comunicación internacionales un aluvión de titulares sobre la Iglesia Católica en Nicaragua, pero

explicado lo que realmente sucede. A continuación, desglosaré la relación de Nicaragua con la Iglesia Católica y los recientes acontecimientos…

Revolución

A diferencia de Cuba, la revolución nicaragüense nunca fue laica –de hecho, la Revolución de Nicaragua estuvo tan influenciada por la teología de la liberación que en los años 80 había un dicho popular que decía: “Entre el cristianismo y la revolución no hay contradicción.” Había sacerdotes en el gobierno -varios ministros-, pero no eran los sacerdotes de la jerarquía eclesiástica. (Parte de) la jerarquía católica se alió con Estados Unidos contra la Revolución Sandinista; el Papa Juan Pablo II vino a Nicaragua y reprendió a los sacerdotes del gobierno, el Vaticano los censuró después.

Gobierno de reconciliación y unidad nacional

Cuando el partido sandinista volvió al poder en 2007, formó el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional y buscó no sólo trabajar con los antiguos enemigos de la guerra -el partido político de la Contra se unió a la alianza sandinista y nombró al vicepresidente para ese periodo desde sus filas-, sino que también incluyó a la Iglesia, a la empresa privada y a los sindicatos en la planificación y gestión de los programas de gobierno -se le dio a la Iglesia un lugar en la mesa de gobierno-. Pero la empresa privada y (una parte de) la Iglesia católica acabaron efectivamente con ese modelo cuando conspiraron para derrocar al gobierno elegido en 2018 (audio de Mons. Silvio Báez) y utilizaron su papel en la sociedad para intentar poner al pueblo en contra del gobierno.

Intento de golpe de Estado en 2018

En abril de 2018, comenzaron las protestas que aparentemente eran contra las reformas propuestas al sistema de seguridad social. Sin embargo, rápidamente se hizo evidente que las protestas eran por algo más: un intento de derrocar al gobierno nicaragüense. Los grupos armados de la oposición instalaron cientos de tranques que paralizaron el país y se convirtieron en epicentros de la violencia. Los tranques duraron casi tres meses, murieron unas 253 personas y muchas más resultaron heridas…


Aunque Estados Unidos estaba financiando el intento de derrocamiento del gobierno sandinista democráticamente elegido en Nicaragua, parte de la 

jerarquía de la Iglesia Católica en Nicaragua lo estaba instigando. Pueden leer relatos de primera mano de sacerdotes fomentando la violencia, incluso en nuestros propios barrios de Ciudad Sandino. Mientras la conferencia episcopal estaba supuestamente “mediando” en un diálogo nacional, sus propios sacerdotes estaban llamando a la violencia. En estos “tranques de la muerte”, como algunos los llamaron, sandinistas fueron perseguidos – identificados, golpeados, violados, torturados y asesinados – con el silencio de parte de un sector de la Iglesia.

Aunque cientos de personas fueron detenidas y condenadas por delitos violentos en 2018, la oposición exigió la liberación de lo que llamaron “presos políticos.” En aras de la paz y la reconciliación, el gobierno nicaragüense declaró una amnistía general y liberó a todos los que habían sido acusados en relación con el intento de golpe de Estado, incluidos conocidos asesinos, con la condición de que no reincidieran.

Consecuencias

La participación de una parte de la jerarquía en la fallida intentona golpista de 2018 ha tenido consecuencias para la Iglesia católica: el Gobierno nicaragüense ha reducido a la mitad su apoyo económico a catedrales, iglesias y mantenimiento de las instalaciones de la Conferencia Episcopal. Pero la Iglesia ha perdido gente. Muchos católicos que ya no van a misa porque sus sacerdotes siguen promoviendo la violencia y buscando fines políticos desde el púlpito. Estas personas no han perdido su fe -siguen rezando en casa y participando en celebraciones religiosas fuera de la Iglesia-, pero ya no van a misa. Este sentimiento es generalizado: las últimas encuestas muestran que sólo el 37% de los nicaragüenses se identifican hoy como católicos, frente al 55% de hace unos años.

Acontecimientos recientes

¿Qué está pasando ahora que ha provocado tanta bulla en los medios internacionales? La primera semana de agosto, las autoridades nicaragüenses desmantelaron la red de medios de comunicación (cinco emisoras de radio y un canal de televisión local) propiedad de Mons. Rolando Álvarez. Álvarez es obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, pero también es un actor político, uno de los líderes involucrados en el violento intento de golpe de Estado de 2018, y se ha propuesto crear un clima de confrontación para desestabilizar al gobierno de Nicaragua de cara a las elecciones municipales de noviembre.

Los medios de comunicación privados de Mons. Álvarez fueron cerrados, según dicen, porque estaban siendo utilizados para lavar dinero y para pagar a matones para incitar a la violencia en las calles como parte de los intentos de desestabilización. Tras el cierre de sus medios de comunicación, Mons. Álvarez fue puesto bajo arresto domiciliario mientras se le investiga por una serie de delitos. Sin embargo, incluso después de su detención,

Álvarez siguió fomentando la violencia que amenazaba la seguridad de la población de Matagalpa. 

Un comunicado del cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes y de la Conferencia Episcopal de Nicaragua aclaró que los actos realizados por Álvarez fueron a título personal y nada tienen que ver con el resto de los obispos del país (el mismo ha sido quitado de internet al mes de Sept de 2022).

¿Hay persecución religiosa en Nicaragua?

Álvarez no es el único sacerdote detenido en Nicaragua en los últimos meses: las autoridades nicaragüenses han detenido, juzgado y condenado a otros sacerdotes por delitos comunes, sin embargo, no por eso se dice que “la Iglesia en Nicaragua está siendo perseguida".

La persecución religiosa se define como los ataques sociales o institucionales a personas específicamente por sus creencias religiosas. Al parecer, lo que se ha visto en los últimos acontecimientos de Nicaragua es la investigación y la detención de personas que han infringido la ley contra un régimen marxista, independientemente de sus creencias religiosas. 

Algunos plantean, de hecho, que no sólo no hay persecución religiosa en Nicaragua, sino que hay un ambiente de floreciente expresión religiosa y, para comprobarlo, dicen, bastaría asomarse a lo que sucedió en Agosto pasado, tiempo de fiestas patronales en ese país: mientras los medios de comunicación internacionales publican historias de persecución religiosa, decenas de ciudades y pueblos nicaragüenses se dedican a celebrar a sus santos católicos en fiestas apoyadas económica y logísticamente por los gobiernos municipales (la mayor celebración, de decenas de miles de personas, fue la realizada en Managua, en dos días festivos dedicados a Santo Domingo).

Por Becca Renk