sábado, 23 de octubre de 2021

el pecado.....

 4 formas diferentes en que podemos pecar



PENSAMIENTO, PALABRA, HECHO y OMISIÓN. ¡Vaya! Aquí hay mucho material para reflexionar; mejor aún, mucho material para examinar nuestra conciencia e incluso para motivarnos a recurrir a la Confesión Sacramental más pronto que tarde.

PENSAMIENTOS. En efecto, ¡hay una batalla por nuestra mente, hoy más que nunca! En privado, ¿por qué no hacer un minucioso Examen de Conciencia sobre tu mundo de pensamientos? Este mundo interior del pensamiento podría compararse con una enorme selva. Hay mucho bien, pero mezclado con feos monstruos. Todos debemos admitir humildemente que no siempre estamos 100% orgullosos de nuestro mundo de pensamientos. Con demasiada frecuencia, nuestro mundo de pensamientos apesta a pecado debido a lo que ponemos en nuestra mente a través de las miradas impuras, la lectura, y la famosa imaginación errante e incontrolada. Por supuesto, no todos los malos pensamientos son pecaminosos. Sin embargo, si consentimos los malos pensamientos impuros o pecaminosos -la lujuria, la avaricia, la envidia, la ira, el orgullo-, se transforman en verdaderos pecados que deben ser llevados al Sacramento de la Confesión. Nuestro objetivo y meta final debe ser poner en práctica dos versos paulinos: "Poneos en la mente de Cristo" y "Tened los pensamientos de Cristo"(1Cor 2,16) ¡La recepción de la Sagrada Comunión es el medio más eficaz para poner en práctica y activar estos dos imperativos paulinos!


 PALABRAS. Jesús afirma inequívocamente: "De la abundancia del corazón habla la boca" (Lc 6,45), y "toda palabra que salga de nuestra boca será juzgada" (Mt 12,36). Aunque este ejercicio puede ser muy doloroso, puedes rebobinar tu día, desde el principio hasta el final, y revisar todas las palabras que salieron de tu boca, que en realidad representan tu corazón. ¿Fueron palabras expresadas con ira o amargura? ¿Fueron motivadas por el orgullo o la envidia? ¿Hirieron a los demás? ¿Fueron desagradables a Dios? Esta puede ser una experiencia algo dolorosa pero necesaria y reveladora.

OBRA - LO QUE HE HECHO En nuestro amplio abanico de experiencias hay muchas obras buenas que podemos hacer. Debemos esforzarnos por vivir las Obras de Misericordia Corporales y Espirituales. (Leer Mt. 25:31-46) Sin embargo, en nuestras acciones con demasiada frecuencia nos quedamos cortos. La palabra griega para pecado es Hamartia, que significa "errar el blanco". Como en el caso de un arquero, con arco y flecha y diana. A menudo, nuestras acciones no sólo no dan en el blanco, sino que dan en el blanco equivocado y pueden causar un gran daño. La mentira, el adulterio, las acciones violentas, el robo, la bebida y las drogas, y tantas otras.

OMISIÓN. Es muy probable que muchos de nosotros, posiblemente debido a una conciencia deficientemente formada, nunca hayamos sido verdaderamente conscientes de cuántos pecados hemos cometido por omisión. Por omisión entendemos sencillamente lo siguiente: no hacer o no cumplir lo que deberíamos hacer. Somos negligentes en las obligaciones de nuestro estado de vida. La causa fundamental o el pecado capital es, con demasiada frecuencia, la pereza o la holgazanería. Cuántos padres pecan por ser negligentes en la Educación Religiosa de sus hijos. Retrasan los bautismos, las confesiones poco frecuentes, las primeras comuniones tardías y, con demasiada frecuencia, no enseñan ni forman a sus hijos en el importantísimo arte de la oración

Fr. Ed Broom, OMV