sábado, 7 de enero de 2023

.El Gran Papa Benedicto....

 BENEDICTO XVI NO SE BAJÓ DE LA CRUZ


No ha sido nada fácil vivir la situación que le ha tocado vivir     



 a nuestro amado Papa Benedicto XVI.

En Benedicto XVI, la inspiración y la sabiduría del Espíritu Santo para cumplir su misión estuvieron especialmente en la forma en que realizó la "supuesta renuncia". Realmente no fue una renuncia, pero los lobos (la masonería eclesiástica) creyeron que su renuncia era real... cuando no fue válida, ni fue verdadera, ni real...
En realidad, Benedicto XVI no se bajó de la Cruz, sino que más bien se subió a la Cruz que el Señor quería para Él.

¿Hubo inspiración del Espíritu Santo en la Pasión dolorosa de Jesucristo?
Evidentemente, ¡!
¿Acaso no estuvo la plenitud del amor del Espíritu Santo en el Sacrificio cruento en el que Jesucristo se ofreció en la Cruz del Calvario?
¡SÍ, TOTALMENTE!
Ahí estaba actuando la sabiduría de la Cruz, y la plenitud del amor del Espíritu Santo en grado sumo,
con una sabiduría excelente pero totalmente desconocida de los príncipes de este mundo, como nos explica San Pablo, pues de otro modo no hubieran crucificado a nuestro Señor Jesucristo...
En la Cruz fueron vencidos de una vez para siempre todos los enemigos de Jesucristo. Y en la Cruz serán vencidos de nuevo los enemigos de Jesucristo y de su esposa, la Iglesia que Él fundó.

Bajarse de la cruz, en realidad, es salirse de la voluntad de Dios...
Pero "renunciar" con una renuncia inválida que le ha permitido a Benedicto XVI seguir espiritualmente al frente de la Iglesia Católica, sufriendo el asedio constante de los lobos, perseguido y tratado como un auténtico prisionero, no es bajarse de la cruz,
sino permanecer en ella, con una sabiduría desconocida por los lobos...

Cruz muy larga y dolorosa, que sólo con gran amor, paciencia, mansedumbre, humildad, y seguramente muchas lágrimas en soledad, pudo llevar nuestro amado Papa Benedicto XVI hasta el final, para mayor Gloria de Dios y grandes bendiciones para la Iglesia de Jesucristo.

La mayor cruz no es el martirio, sino saber vivir la voluntad de Dios con espíritu de humildad, mansedumbre y amor. En cualquier caso, Benedicto  XVI ha sido un verdadero mártir por la verdad.

Benedicto XVI, como el discípulo amado, San Juan, permaneció siempre a los pies de la Cruz, acompañando a Jesucristo y a Su Madre en esta Crucifixión de su esposa: la Iglesia que Él fundó.

Benedicto XVI no abandonó su cargo jamás... Su sí al cargo de Papa fue un sí para siempre, hasta su muerte.
¡Jamás se bajo de la Cruz! Por eso ya hay testimonios de milagros por su intercesión y de cómo los demonios no soportan que se pida su ayuda en los exorcismos.

¡Gracias Benedicto XVI!
¡Sigue amparándonos con tu poderosa intercesión!
No ha sido nada fácil vivir la situación que le ha tocado vivir a nuestro amado Papa Benedicto XVI.

En Benedicto XVI, la inspiración y la sabiduría del Espíritu Santo para cumplir su misión estuvieron especialmente en la forma en que realizó la "supuesta renuncia". Realmente no fue una renuncia, pero los lobos (la masonería eclesiástica) creyeron que su renuncia era real... cuando no fue válida, ni fue verdadera, ni real...
En realidad, Benedicto XVI no se bajó de la Cruz, sino que más bien se subió a la Cruz que el Señor quería para Él.

¿Hubo inspiración del Espíritu Santo en la Pasión dolorosa de Jesucristo?
Evidentemente, ¡!
¿Acaso no estuvo la plenitud del amor del Espíritu Santo en el Sacrificio cruento en el que Jesucristo se ofreció en la Cruz del Calvario?
¡SÍ, TOTALMENTE!
Ahí estaba actuando la sabiduría de la Cruz, y la plenitud del amor del Espíritu Santo en grado sumo,
con una sabiduría excelente pero totalmente desconocida de los príncipes de este mundo, como nos explica San Pablo, pues de otro modo no hubieran crucificado a nuestro Señor Jesucristo...
En la Cruz fueron vencidos de una vez para siempre todos los enemigos de Jesucristo. Y en la Cruz serán vencidos de nuevo los enemigos de Jesucristo y de su esposa, la Iglesia que Él fundó.

Bajarse de la cruz, en realidad, es salirse de la voluntad de Dios...
Pero "renunciar" con una renuncia inválida que le ha permitido a Benedicto XVI seguir espiritualmente al frente de la Iglesia Católica, sufriendo el asedio constante de los lobos, perseguido y tratado como un auténtico prisionero, no es bajarse de la cruz,
sino permanecer en ella, con una sabiduría desconocida por los lobos...

Cruz muy larga y dolorosa, que sólo con gran amor, paciencia, mansedumbre, humildad, y seguramente muchas lágrimas en soledad, pudo llevar nuestro amado Papa Benedicto XVI hasta el final, para mayor Gloria de Dios y grandes bendiciones para la Iglesia de Jesucristo.

La mayor cruz no es el martirio, sino saber vivir la voluntad de Dios con espíritu de humildad, mansedumbre y amor. En cualquier caso, Benedicto  XVI ha sido un verdadero mártir por la verdad.

Benedicto XVI, como el discípulo amado, San Juan, permaneció siempre a los pies de la Cruz, acompañando a Jesucristo y a Su Madre en esta Crucifixión de su esposa: la Iglesia que Él fundó.

Benedicto XVI no abandonó su cargo jamás... Su sí al cargo de Papa fue un sí para siempre, hasta su muerte.
¡Jamás se bajo de la Cruz! Por eso ya hay testimonios de milagros por su intercesión y de cómo los demonios no soportan que se pida su ayuda en los exorcismos.

¡Gracias Benedicto XVI!
¡Sigue amparándonos con tu poderosa intercesión!