viernes, 23 de noviembre de 2018

CINCO PASOS QUE SE REQUIEREN PARA REALIZAR UNA BUENA CONFESIÓN


CINCO PASOS QUE SE REQUIEREN PARA REALIZAR UNA BUENA CONFESIÓN:

1) Examen de conciencia

Se ha de pensar en las faltas cometidas (pensamientos, palabras, obras y omisiones), especialmente las graves (los pecados mortales), a partir de la última confesión bien hecha. Se puede examinar la propia vida a la luz de los diez Mandamientos, del mandamiento del amor al prójimo, de los preceptos de la Iglesia, de los pecados capitales y de los deberes del propio estado (familia, profesión, etc.). Un consejo práctico es que las faltas se analicen fundamentalmente a la luz de los diez Mandamientos. En muchos misales, manuales o devocionarios se encuentran exámenes de conciencia que nos pueden ser muy útiles. Lee aquí orientaciones prácticas muy importantes (haz clic): 
http://www.catolicidad.com/2016/01/modo-practico-de-confesarse-el-examen.html  
acá también: http://www.catolicidad.com/2016/10/examen-de-conciencia.html

2) Dolor de los pecados cometidos (llamado dolor de corazón)

Tras realizarse el examen de conciencia, se ha de pedir a Dios la gracia de tener un vivo y profundo dolor de todos los pecados cometidos, sobre todo de los mortales que lo han ofendido. En seguida debemos realizar sinceramente ese acto de arrepentimiento. Para ello es aconsejable el rezo del "Acto de Contrición" o "Señor mío Jesucristo" y también emplear la siguiente oración-poema:

"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

Tipos de dolor (arrepentimiento):

a) El dolor puede ser perfecto o contrición (llamado también contrición perfecta): es el dolor de los propios pecados cometidos, por amor a Dios y por constituir una ofensa a Él. El pecador se duele de haberlo ofendido por ser Dios quien es y se propone no pecar más. Este dolor que proviene específicamente del amor a Diosunido a la voluntad de ir a confesarse cuanto antes en la primera ocasión, justifica al pecador: le concede la gracia santificante y, si muere, se salva aun antes de que se realice realmente la confesión sacramental*. Pero tiene la obligación de manifestar al sacerdote confesor los pecados mortales cometidos (Lc 7,47). El dolor perfecto o contrición perfecta no es suficiente para acercarse a la Sagrada Comunión, pues para esto último se debe acudir antes al confesionario para acusar todos los pecados mortales. Los pecados veniales no obliga que sean confesados para poder comulgar.

b) El dolor puede ser imperfecto o atrición (llamado también contrición imperfecta): es el dolor que se tiene debido al temor a los justos castigos divinos que merecemos (eternos o temporales) por nuestros pecados; es suficiente para el perdón de los pecados en el sacramento de la penitencia, pero no lo es para alcanzarnos la gracia sin el sacramento de la confesión. Esto significa que, por sí mismo, no borra los pecados, sino sólo cuando se acude al confesionario.

3) Propósito de enmienda (de no pecar más)

Es una firme resolución de nunca más ofender a Dios. Y hay que hacerla antes de confesarse. Jesús a la pecadora le dijo: «Vete y no peques más» (Jn 8,11). Esto es lo que se propone el pecador al hacer el propósito de enmienda: no quiero pecar más. Si no hay verdadero propósito, la confesión es inválida.

Este propósito debe ir aunado al arrepentimiento (o dolor de corazón). Ha de ser firme, eficaz y universal (que abarque a todos los pecados cometidos, sobre todo los mortales). Debe ser una intención nacida de un verdadero arrepentimiento; éste se consigue al tener conciencia de los males -de todo tipo- ocasionados por el pecado.

No significa que necesariamente el pecador ya no volverá a pecar, pero sí quiere decir que está resuelto a hacer lo que le sea posible para evitar sus pecados. No se trata de la certeza absoluta de no volver a cometer pecado, sino de la voluntad de no volver a caer, con la gracia de Dios. Basta estar seguro de que ahora no se quiere volver a caer. Lo mismo que al salir de casa no sabes si tropezarás, pero sí sabes que no quieres tropezar.

Este propósito no debe ser solamente negativo: no hacer esto, no decir aquello... También hay que hacer propósitos positivos: rezaré con más atención, seré más amable con todos, hablaré bien de los demás, callaré cuando esté con ira, seré agradecido, veré sólo buenos programas en la televisión, hablaré con aquella persona que tanto me cuesta, etc.


Lee aquí unas orientaciones complementarias muy importantes sobre la Contrición y el Dolor de haber ofendido a Dios, elementos indispensables para la validez del sacramento: http://www.catolicidad.com/2016/01/contricion-y-proposito-de-enmienda.html

4) Confesión (decir los pecados al confesor)

Obliga decir al sacerdote TODOS los pecados mortales cometidos después de la última confesión bien hecha. Debe decirse el número de veces que se cometió un tipo de pecado y los agravantes (es decir, las condiciones que hacen más grave un pecado mortal. Por ejemplo: robar a un pobre es más grave que a un rico). Conviene decir también los pecados veniales, aunque esto último no es obligatorio.

5) Satisfacción (cumplir la penitencia)

La satisfacción es la penitencia impuesta por el confesor al penitente para desagraviar, reparar y satisfacer por la culpa contraída al ofender a Dios. Debe haber voluntad de aceptar y cumplir la penitencia implicada en la confesión (pero si no se puede realizar por olvido inculpable, etc, el sacramento no deja de ser válido).

La restitución. En algunos pecados obliga la restitución. Así, por ejemplo, debemos restituir el dinero robado. O si hemos calumniado, debemos aclarar que no era verdad lo que divulgamos para restituir la fama del prójimo en un asunto grave. La restitución obliga en la medida de lo realmente posible, así que si alguien robó y no tiene los recursos para devolver lo robado, esta obligación queda en suspenso hasta que los tenga, pues nadie está obligado a lo imposible.  Si para restituir lo podemos hacer, de algún modo, sin delatarnos de ladrones o de calumniadores, esto es lícito siempre que sea sin mentir ni permitir que otra persona -alguien inocente- pueda ser acusada de nuestro pecado. Muchas veces es sólo asunto de emplear el criterio y la inteligencia. Para quien no tenga la verdadera intención de restituir lo robado -en cuanto esté en posibilidades de hacerlo- la confesión resulta inútil, pues es requisito para que sea válida. 
Finalmente, es importante tener presente que es Dios mismo, a través del poder que otorgó a sus sacerdotes, quien perdona nuestros pecados cuando realizamos una confesión bien hecha. Cristo dejó este sacramento que es un signo sensible, como un juicio verdadero. El sacerdote, con el poder recibido de Cristo, juzga. Como instrumento de Dios, este juez -bajo pena de pecado mortal y excomunión- está obligado a guardar un silencio absoluto sobre la confesión. En ese juicio se retienen o se perdonan los pecados.  "Díjoles otra vez, ´La Paz sea con vosotros. Como me envió Mi Padre, así os envío Yo´. Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quien perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos´." Juan 20:21-23. Sólo la soberbia herética pretende brincarse el tribunal que Dios mismo quiso establecer para el perdón de los pecados, con la inútil y absurda pretensión de dizque "confesarse directa y solamente" con Dios. Y muchos han sido víctimas de este engaño. Oremos mucho por las almas de buena fe que han sido así arrastradas al error, para que adviertan el engaño.

* De ahí lo recomendable de realizar diariamente, antes de dormir, un acto de contrición perfecto todos los días.

1) LA CONFESIÓN GENERAL, CUÁNDO OBLIGA Y CUÁNDO CONVIENE  2) MALAS CONFESIONES ARRASTRAN MUCHAS ALMAS AL INFIERNO 3) DE LA MALA CONFESIÓN por San Antonio María Claret 4) EL EXAMEN DE CONCIENCIA PARA LA CONFESIÓN  5) CONTRICIÓN Y PROPÓSITO DE ENMIENDA: INDISPENSABLES PARA LA VALIDEZ DE LA CONFESIÓN    6) ¿PUEDE DIOS PERDONARME SI NO HAY UN CONFESOR?  7)  EL PECADO MORTAL, SUS CONSECUENCIAS Y REMEDIOS  8)  ACERCA DE LA OMISIÓN DELIBERADA DE UN PECADO MORTAL EN LA CONFESIÓN  9) CONFESIÓN O CONDENACIÓN por el padre José María Vilaseca 10) ¡COMULGA EN GRACIA! 11¿COMULGAR SIN CONFESARSE? 12) EXAMEN DE CONCIENCIA 

El Papa Francisco ha roto con papas anteriores, causando “herejías y cismas”: teólogo del Vaticano

comovaradealmendro.es
En una entrevista contundente, Aldo Maria Vallin, vaticanista italiano, a Monseñor Nicola Bux, este, advirtió que el pontificado actual está emitiendo declaraciones que generan “herejías, cismas y controversias de varios tipos” y que el Santo Padre debe emitir una profesión de fe para restaurar la unidad en la Iglesia.
En la entrevista, publicada el 13 de octubre pero pasada por alto debido al Sínodo Juvenil que tuvo lugar en Roma el mes pasado, el consultor teólogo de la Congregación para las Causas de los Santos dijo: “declaraciones heréticas” sobre el matrimonio, la vida moral y la recepción de los sacramentos, aahor “en el centro de un vasto debate que cada día es más apasionado”.
Mons. Bux dijo que el origen de muchas de estas enseñanzas cuestionadas, destacadas en una corrección filial de septiembre de 2017 y en una conferencia de Roma en abril sobre la confusión doctrinal en la Iglesia, es la exhortación apostólica post-sinodal Amoris Laetitia del Papa, pero desde entonces se ha vuelto “considerablemente peor y más complicado “.
Dijo que esto ha llevado a algunos prelados de alto nivel, como el cardenal Walter Brandmüller, uno de los cuatro cardenales en firmar la dubia en 2016, a reiterar un llamado a una “profesión de fe por parte del Papa”.
Pero Monseñor Bux dijo que esto sería difícil de lograr, dada la visión del Papa de la Iglesia como una federación de comunidades eclesiales, algo que Monseñor Bux se describe como “un poco como las comunidades protestantes”.
Desde los dos sínodos sobre la familia, el teólogo italiano dijo que ahora existen “dos engranajes” de la fe y la moralidad, lo que se ve más claramente sobre si se debe dar la Sagrada Comunión a algunos divorciados “que se vuelven a casar”. Esto ha causado “gran incomodidad” a “muchos obispos y sacerdotes de la parroquia” debido a una “situación pastoral inestable y confusa”, dijo.
Para remediar la situación, Monseñor Bux, un antiguo consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe bajo Benedicto XVI, todavía cree que el Papa necesita algún tipo de profesión de fe. Se refirió a una profesión similar que hizo San Pablo VI en 1968 que reafirmó lo que es católico “ante los errores y las herejías” que surgieron inmediatamente después del Concilio Vaticano II.
“Si esto no sucede”, advirtió, “la apostasía se profundizará y el cisma de facto se ampliará”.    ¿Quién ha errado?
Monseñor Bux siente que la situación se ha vuelto especialmente urgente después de que el Papa cambió el Catecismo en agosto para declarar la pena de muerte como “inadmisible”. El cambio contradice los Catecismos Tridentino y San Pío X, afirmó el teólogo, el último de los cuales enseñó que la legitimidad de la pena capital estaba en “plena conformidad con la Revelación Divina”.
“Cualquiera de los dos admite que la Iglesia ha enseñado la legitimidad de algo que no se ajusta al Evangelio prácticamente durante dos mil años, o uno debe admitir que fue el papa Bergoglio el que cometió un error”, dijo Monseñor Bux , y agregó: “Este es un tema muy delicado, pero tarde o temprano tendrá que solucionarlo. Y no solo por la pena de muerte ”.
Preguntado por Valli si esto establece un precedente para que el Papa cambie más el Catecismo si lo desea, el teólogo dijo que esta es una “pregunta muy inquietante”, y que otra “preocupación legítima” es mantener el depósito de fe de “sensibilidades”. contingente de la sociedad de hoy o de mañana “.
El Papa no puede “imponer su propia opinión” sobre la Iglesia, Monseñor Bux destacó, citando a Joseph Ratzinger, que en cuestiones de fe, moral y los sacramentos, la Iglesia solo puede “consentir a la voluntad de Cristo”. Y, sin embargo, dijo que “muchos puntos” en Amoris Laetitia son “engorrosos y contradictorios” como contrario al pensamiento de Santo Tomás de Aquino, a pesar de la exhortación que afirma lo contrario.
También señaló que la tendencia de este pontificado a guardar silencio frente a las críticas, o negarse a participar en los cargos de herejía o apostasía, recuerda la advertencia de San Pío X en su encíclica de 1907 Pascendi dominici gregis: “Eso nunca “claramente”. Confesar la propia herejía “es” el comportamiento típico de los modernistas, porque de esta manera pueden esconderse dentro de la Iglesia “.
Valli y monseñor Bux luego pasaron a discutir las dificultades prácticas, teológicas y jurídicas de corregir a un papa de tales errores. Estos incluyen el obstáculo de que la herejía debe ser “manifiesta y pública”, que el Papa debe ser plenamente consciente de haber cuestionado voluntariamente la verdad de la fe, y que también tiene un “tipo de inmunidad de jurisdicción” debido al principio canónico de que nadie puede juzgar a la Sede apostólica y “aún menos” pueden”juzgar a su pastor”.    Teología poco fiable
Otra dificultad hoy en día, dijo, es “identificar los contornos exactos de una herejía” porque la teología “ya no es fiable”. En cambio, dijo que se ha convertido en una “especie de escenario” donde se afirma una verdad, pero alguien más está siempre “dispuesto a defender exactamente lo contrario”.
“Más útil” que una corrección fraterna, dijo, sería examinar la “validez jurídica” de la renuncia del Papa Benedicto XVI y “si es total o parcial”. Jesús, no le dio las llaves del cielo a Pedro y Andrés , pero “solo se lo dijo a Pedro “. Tal “estudio en profundidad” de la renuncia, dijo, podría ayudar a “superar los problemas que hoy nos parecen insuperables”.
El “gran cambio” en la Iglesia es “palpable” bajo el Papa Francisco, Monseñor Bux dijo, junto con una “clara intención de marcar una línea de discontinuidad, o ruptura, con pontificados anteriores”. Tal ruptura, es una “revolución” que “genera herejías, cismas y controversias de varios tipos “y” todos ellos se remontan al pecado “.
Se refirió al padre de la Iglesia del siglo III, Orígenes de Alejandría, quien dijo: “Donde hay pecados, hay multiplicidad, cismas, herejías, disensiones. Pero donde hay virtud, hay resolución y unión, sobre la base de que todos los creyentes son un solo corazón y una sola alma “.
La crisis actual ha afectado negativamente a la liturgia, dijo, pero como un estímulo, citó el discurso de San Atanasio de Alejandría a los cristianos que sufrieron bajo los arios: “Permaneces fuera de los lugares de adoración, pero la fe mora en ti. A ver: ¿qué es más importante, el lugar o la fe? La verdadera fe, por supuesto. ¿Quién ha perdido y quién ha ganado en esta lucha, el que guarda la Sede o observa la fe? Es verdad, los edificios son buenos, cuando se les predica la fe apostólica; son santos si todo sucede allí de una manera santa … Ustedes son los felices, ustedes que permanecen dentro de la Iglesia gracias a su fe, que mantienen sus cimientos fuertes a medida que se los transmiten a través de la tradición apostólica. Y si algunos celos execrables intentan sacudirlo en varias ocasiones, no tiene éxito. Ellos son los que se separaron de la crisis actual. Nadie, nunca, prevalecerá contra su fe, amados hermanos, y creemos que Dios nos hará regresar algún día a nuestras iglesias. Cuanto más violentos intentan ocupar los lugares de culto, más se separan de la Iglesia. Afirman que representan a la Iglesia, pero en realidad son los que, a su vez, son expulsados ​​de ella y salen de la carretera “(Coll. Selecta SS. Eccl. Patrum. Caillu y Guillou, vol. 32, pp 411 -412).
Por último, Valli preguntó si la herejía no se trata solo de difundir falsas doctrinas sino también de “silenciar la verdad sobre la doctrina y la moral”.
“Por supuesto que lo es”, respondió Monseñor Bux. “Donde no hay doctrina, hay problemas morales, como estamos viendo. Cuando el Papa y los obispos hacen esto, usan su oficio para destruir [la doctrina] ”.
Citando a san Agustín, dijo: “buscan sus propios intereses, no los intereses de Jesucristo; proclaman su palabra, pero difunden sus ideas “.
El nombre de Jesucristo, dijo refiriéndose a los comentarios del difunto cardenal Giacomo Biffi de Bolonia:
“se ha convertido en una excusa para hablar de otra cosa: la migración, la ecología, etc.” Por lo tanto, ya no somos unánimes al hablar (1 Corintios 1:10) y la Iglesia está dividida “.
Traducción: Pedro Bosman