martes, 28 de septiembre de 2010

Arcángel San Miguel
Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Angeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.
Apocalipsis 12, 7-8






Arcángel San Gabriel
Al se
xto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»

Lucas 1, 26-28



Arcángel San Rafael
«Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor».

Tobías 12, 15

Hay que saber que el nombre de «ángel» designa la función, no el ser del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles.
Por esto, a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel Gabriel, ya que un mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido por un ángel de la máxima categoría.
Por la misma razón, se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la cual nos son enviados. Y, así, Miguel significa: «¿Quién como Dios?», Gabriel significa: «Fortaleza de Dios», y Rafael significa: «Medicina de Dios».
Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando contra el arcángel Miguel, cuando, al fin del mundo, será desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta Juan: Se trabó una batalla con el arcángel Miguel.
A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios», porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las batallas.
Rafael significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con razón es llamado «Medicina de Dios».

San Gregorio Magno,
Homilía 34 sobre los evangelios
(8-9 PL 76, 1250-1251

martes, 14 de septiembre de 2010

Carta de Condoleezza Rice golpe al higado a chavez....que bueno



Encontre en mi correo la siguiente carta , no se si es real pero de todas maneras es una leccion a : la incultura, indelicadeza, pataneria, charlataneria, falta de palabra, inmoralidad, desfachatez, antipatriotismo,, corrupcion et, etc ....... pero ante todo ausencia total de Dios .

Jag.

...extraordinaria!!!!!

Carta de Condoleezza Rice
Sr. Presidente Chávez:
Había estado esperando mi salida del gobierno, a que transcurriese un tiempo prudencial para enviarle esta misiva. Aunque desde el punto de vista geopolítico sus expresiones desconsideradas contra mi persona fueron deleznables, por lo cual no fueron respondidas oficialmente, no puedo negar que me produjeron malestar. Ningún ser humano puede dejar de molestarse cuando alguien se refiere a él o ella en términos procaces y desconsiderados. En el caso que nos ocupa ello estaba magnificado por el hecho de que: (1) usted era el presidente de un país con el cual mi país tiene relaciones diplomáticas; (2, usted violó el viejo dicho español que reza: “a la mujer, ni con el pétalo de una rosa”y, (3), sus comentarios tenían un componente racista que en mi país es ya definido como “politicamente incorrecto”, pero que usted aún practica con entera impunidad en el suyo.
Se refirió usted a mis escasa cultura y a una pretendida atracción que yo sentiría por usted. En primer lugar, debo decirle que anoche tuve el honor de tocar con la Orquesta Sinfónica de Filadelfia, como solista, el concierto número 20 para piano de Wolfang AmadeusMozart, K.466 (sabe usted el significado de K.? No lo creo). Soy una de las más destacadas concertistas no-profesionales de los Estados Unidos. Estudié piano al mismo tiempo que me graduaba de politóloga en la Universidad de Denver. Y usted, Sr. Chávez? Me dicen que aparte de haber sido un estudiante mediocre de la Escuela Militar de Venezuela, aparentemente el refugio de quienes no dan la talla en la universidad, usted no tuvo otra educación formal. Parece ser que ello es la razón por la cual insiste en que 8x7=52 y que el hombre llegó al planeta Tierra hace 2000 años. Sin olvidar que su ortografía parece dejar bastante que desear. Sus pomposas citas son cursilonas y con frecuencia inexactas. Fíjese que solo es ahora que le digo esto, ya que jamás le hubiera echado a usted en cara su incultura y patanería, a no haber mediado su agresión a mi persona.
En segundo lugar, no creo que sentiría atracción por alguien como usted. No me refiero a su aspecto físico, el cual ciertamente no es de concurso sino, digamos, simplemente sub-standard. Me refiero a sus maneras, a la pobre calidad de su lenguaje y a la agresividad que muestra hacia el sexo femenino. Estoy informada de su manera de tratar a su ex-esposa, hasta en público, de sus ofertas machistas por televisión acerca de ‘darle lo suyo” y de la violencia que usted utilizó contra las mujeres con quienes tuvo relación en el pasado. Afortunadamente hoy no se le conoce relación con fémina alguna, excepto alguna que otra zalamería ocasional hecha a algún travestís brasileños. Por ello no podría sentir atractivo alguno por alguien que, más bien, me causa repulsión. Tampoco me sentiría muy a gusto con alguno de sus acólitos, llámese Cabello o Istúriz, apenas marginalmente más aceptables.
Usted se mofó de mi nombre, Condoleezza, relacionándolo con condolencias y tristeza. No es tal cosa, Sr. Chávez. Mi nombre es derivado de la expresión musical italiana “con dolcezza”, es decir, con dulzura. Se lo explico porque es evidente que sin esa explicación usted no tendría la menor idea de su verdadero significado. Los idiomas no son su fuerte, como lo recuerdo bien de su intento de insultar al Presidente Bush en una curiosa versión del idioma Inglés, algo que sonaba como “iu ar a donki”.
He tenido la suerte de llegar a los más altos niveles del gobierno de mi país debido a mi formación intelectual. No me hice notoria liderando un golpe de estado sangriento que dejó más de 200 venezolanos muertos, algo de lo cual usted se ha jactado, al decir “yo si estuve en un golpe, echando plomo de verdad”. En mi país generalmente (hay excepciones) la gente intelectualmente sólida entra al gobierno buscando reconocimiento y no tiene necesidad de robar. Entiendo que en regímenes como el suyo, ustedes llegan al poder sin muchas credenciales intelectuales y lo usan para enriquecerse o, como dicen algunos, “para comer completo”. Fíjese que no compartimos filosofías de la vida y que mientras yo toco a Mozart con la Orquesta Sinfónica de Filadelfia usted canta rancheras mexicanas a capella, es decir, a palo seco. Mientras yo doy conferencias en las universidades usted cuenta sus peripecias peristálticas, sus retortijones en un túnel.
Bien,
creo haber puesto las cosas en su sitio. Usted ha elegido su camino, junto a los estados forajidos y grupos terroristas y narcotraficantes del planeta. Esa ha sido su decisión. Pero ella lleva consigo responsabilidad indelegable. Usted ha podido ser un discipulo de Mandela y eligió ser un discípulo de Mugabe. Ha podido sentirse orgulloso de Jose Maria Vargas y decidió sentirse orgulloso de Ezequiél Zamora. Usted eligió su camino. Su régimen terminará, como decía T.S. Eliot (un poeta de mi país, Sr. Chávez) acerca del fin del universo: “no con una conmoción sino con un susurro”. No tendrá donde esconderse.
Traducción y Versión libre de Gustavo Coronel
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