sábado, 1 de noviembre de 2025

Sagradas lecturas sábado 02 de Noviembre...

 


1
Nov
2025

Homilía Todos los Santos

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo 

dos 

Evangelio de hoy y lecturas

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis 7, 2-4. 9-14

Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar diciéndoles:
«No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro Dios».

Oí también el número de los sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.

Después de esto vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con voz potente:
«¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».

Y todos los ángeles que estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y adoraron a Dios, diciendo:
«Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén».

Y uno de los ancianos me dijo:
«Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?».

Yo le respondí:
«Señor mío, tú lo sabrás».

Él me respondió:
«Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero».

Salmo

Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 R/. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-3

Queridos hermanos:

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él.

Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».


Comentario bíblico al Evangelio de hoy
de Fray Miguel de Burgos Núñez - (1944 - 2019)


Saber ser hijos de Dios como programa de santidad

La liturgia de este día nos brinda la celebración de una de las fiestas más populares y entrañables: la festividad de todos los Santos y , a la vez, la ocasión para reconsiderar nuestra vida cristiana mirando hacia adelante, hacia el final de la historia de cada uno y de la humanidad.

Iª Lectura: Apocalipsis (7,2-4.9-14):El canto de los redimidos

I.1. En la primera lectura, en dos visiones, se nos muestra la apertura del misterio de la historia con la visión del ángel que trae el sello para guardar a aquellos que deben ser liberados de la destrucción. El libro del Apocalipsis, como sucede en la literatura de este tipo, literatura religiosa por excelencia, pero radicalmente mítica, necesita ser interpretado con la riqueza de los símbolos. Este tipo de literatura se produce en tiempos de crisis y debemos estar atentos a no confundir simbolismo con realidad. El sello sobre los siervos de Dios sella su pertenencia a El y, por lo mismo, la garantía de ser salvados.- La visión de la multitud inmensa, incontable, es un paso más en este simbolismo y probablemente propone algo que se relaciona con las diferencias entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre la antigua y la nueva Alianza. Por eso se dice que, si en la primera visión se habla 144.000, era para hablar del pueblo de la Antigua Alianza, mientras que el “número incontable” representa al nuevo pueblo de Dios que ha ganado Cristo, el Cordero sacrificado, con su sangre. Los ángeles, los mensajeros de Dios, realizan sus planes del juicio y de salvación. Por eso, cuatro de ellos están en los cuatro puntos cardinales, dispuestos a desencadenar los vientos que destruyan el mal de la historia; pero de Oriente llega otro mensajero (donde nace el Sol: Dios), que trae la gran noticia, de que antes deben poner un señal en las puertas como sucedió a los israelitas en el momento de la Pascua de Egipto. Estamos, pues, ante una famosa liturgia Pascual, del día del Señor, en la que el autor nos ha querido situar al principio de su obra.

I.2. En el texto se nos quiere hablar de mártires, pero también de todos aquellos que han pasado por la tribulación de la historia, se han lavado en el bautismo, en nombre de Jesucristo, en el misterio Pascual...y están ante el trono de Dios. Las palmas, en la antigüedad, son signo de los vencedores. Y, aunque pudiera centrarse en los que han sido martirizados y han vencido por el martirio, no se puede pensar que todos son mártires. Por eso, más bien se trata de una palma para alabar a Dios y a Cristo que son los auténticos vencedores de la historia. El tema que se propone es el de la salvación (aparece aquí y en Ap 12,10 y 19,1). Se insinúa algo de los Salmos 118,25, 3,9. El sentido es que Dios ha liberado a los hombres del poder del mal, representado en el Imperio, como Satanás y como la gran prostituta en las otras dos citas que hemos mencionado. La victoria, pues, de los hombres y de los mártires pertenece muy especialmente al Cordero, quien ha dado su vida precisamente para que sea vencido el poder de los hombres que engendra el odio y la muerte.

I.3. Pero la “palma” se la lleva el himno que es una confesión de fe: la salvación se debe a Dios y al Cordero. La salvación, la liberación... no dependen de los hombres, sino que es una gracia de Dios que ellos han acogido y se han mantenido fieles a la fuerza salvífica del amor crucificado, de la Pascua. Por eso lo proclaman en la liturgia celeste. Y entonces, toda la asamblea celeste (ángeles, ancianos y vivientes), se prosternan ante Dios y lo adoran cantando: Amen… Bendición y gloria, sabiduría y acción de gracias, honor, poder y fortaleza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amen (v. 12). Los que han muerto fieles a Dios y a Cristo, bien en el martirio, bien en su fidelidad a la fe cristiana centrada en el misterio Pascual, han pasado por la tribulación de la historia, donde reina el poder del mal. Pero ahora gozan de la fidelidad eterna, aunque hayan pasado por la muerte. Lavar sus vestiduras en la sangre del Cordero es una teología bautismal, también eucarística, inspirada en algunos textos del AT (Ex 19,10.14).

I.4. La muerte y la resurrección de Cristo son el punto clave de la teología del bautismo y de la eucaristía. La imagen que se ha escogido para expresar la felicidad es que están ante el trono: y Dios los cobija en su tienda, la shekiná, la presencia de Dios, como Jn 1,14 había escogido para expresar el misterio de la encarnación. Ahora es cuando se cumple la profecía del Enmanuel verdaderamente, porque Dios estará con los resucitados para siempre. No tendrán más hambre, ni tendrán más sed: expresiones de debilidad, de necesidad; ni caerá sobre ellos el sol, como si estuvieran en el desierto, porque Dios mismo es la razón de su existencia. Y Cristo, el Cordero, será el que apaciente a su pueblo, será pastor siendo Cordero, para llevarlos a las fuentes de agua viva. Efectivamente, los vv. 15-17 son las imágenes escogidas por el autor del Ap para hablar de la vida futura, escatológica, de la victoria sobre la muerte según muchas expresiones que podemos encontrar en los textos del AT (v.g. Is 25, 8) y de la teología joánica (Jn 4,14; 7,38), que son las fuentes de la revelación.

 

IIª Lectura: Iª de Juan (3,1-3): La imagen de hijos de Dios

II.1. Este texto es una teología sobre la vida cristiana que se representa bajo la imagen y la experiencia de “ser hijos de Dios”. Se trata de una alta teología como corresponde al círculo de las comunidades cristianas de Juan, tanto del evangelio como de las cartas. Y en este marco teológico deberíamos pensar que, precisamente el misterio de la santidad que hoy se celebra hace referencia directa a que lo más importante de la vida cristiana es ser, y no perder, la imagen de hijos de Dios.

II.2. Si el título cristológico más coherente de la teología joánica, justamente, es lo que afecta a la filiación divina de Jesús, también para sus seguidores debe existir una posibilidad de vivir en el ámbito de las relaciones entre el Padre y el Hijo. Por ello se dice que seremos semejantes a Él. Muchos santos ,desconocidos para nosotros, lo son porque han sabido guardar sencillamente la imagen de hijos de Dios en sus vidas. Por eso, la expresión “veremos a Dios tal cual es” viene a ser una de las afirmaciones más teológicas. El misterio de Dios se hará luz y “hijos de Dios” no tendremos miedo de contemplar el “rostro” de Dios, la intimidad de Dios, la misericordia de Dios. Para eso se nos ha creado y para eso hemos nacido. ¡Vivamos con esperanza!

 

Evangelio: Mateo (5,1-12): Las opciones del Reino

III.1. El evangelio de esta fiesta es ya proverbial; se trata de las bienaventuranzas de Mateo, cuyo texto, además, tiene la solemnidad de una proclamación, sobre un monte (de ahí el Sermón de la Montaña en que está contextualizado), y para toda la multitud, como sería la multitud incontable del texto de Apocalipsis ( primera lectura). Es la carta magna del discipulado, de la vida cristiana, del seguimiento de Jesús, de la salvación futura. Las bienaventuranzas son creativas, no cuantitativas. Son los puntos más determinantes con los cuales Jesús ha pretendido una nueva humanidad, un nuevo pueblo. No se trata de proponer algo exótico, mágico o taumatúrgico, sino algo bien humano. No obstante, es verdad que se plantea un auténtico esfuerzo por conquistar la gloria, la libertad y la paz. Se propone la pobreza que libera el corazón de muchas ataduras, la misericordia que introduce en las relaciones humanas la benevolencia y el perdón, la limpieza de corazón para juzgar y ser juzgados, la lucha por la justicia, porque Dios es justo. Se proclaman bienaventurados por haber elegido lo que el mundo no elige, simplemente porque odia; por haberse decidido por el sentido mejor de la vida. Se trata de una posibilidad de santidad que se debe vivir ya desde ahora, aquí en nuestra historia; no queda para después de que todo haya acabado.

III.2. Se ha insistido mucho en los aspectos literarios y exegéticos de las bienaventuranzas de Mateo (5,1-12) y de Lucas (6,20-22) sobre el tenor original, es decir, aquellas que están más cerca de las palabras de Jesús. Sin duda, todo tiene su sentido, pero quedan muchas preguntas sobre la mesa, porque se permiten diferentes interpretaciones. El texto original que se tomó del texto de Q (sea simplemente Documento o Evangelio como algunos defienden hoy) podría estar bien representado en Lucas, pero no es algo absoluto. Sabemos que las bienaventuranzas tienen un ámbito muy coherente en la literatura sapiencial, la que enseña a vivir, a comportarse, a elegir lo que da o no da sentido a la vida. La propuesta de Jesús, por lo tanto, no está lejos de este contexto sapiencial: con las bienaventuranzas Jesús quiere proclamar el Reino de Dios y quiere enseñar a vivir en ese Reino al que dedica su vida. Son expresiones que nos muestran a un Jesús “profeta escatológico” (no necesariamente apocalíptico), que quería anunciar lo que debería cambiar esta historia.

III.3. Algunos especialistas han hecho una traducción sobre las bienaventuranzas en las que siempre es determinante el verbo “elegir”. Considero que puede ser discutible, pero es esclarecedor. Eso significa que proclamar bienaventurado (makários) a alguien no es porque sí, por su cara bonita, porque es un desgraciado o porque es o ha nacido en esta o aquella situación. En las bienaventuranzas, por su tono sapiencial, son muy importante las opciones: elegir ser pobre y no rico en este mundo; elegir la justicia y no otra cosa; elegir la paz. Aquí están representados los valores del reino, los valores de la vida ante Dios. Esto, independientemente de las bienaventuranzas auténticas de Jesús o las añadidas por la tradición catequética de la comunidad de Mateo. Es verdad que el término “elegir” no está en el texto, pero lo implica necesariamente. ¿Por qué? Porque no se trata de una proclamación sin contar con la voluntad soberana del hombre que vive y hace la historia.

III.4. Un factor muy importante de lectura e interpretación sería hacer el intento de traducir a un lenguaje de hoy el texto de las bienaventuranzas; teniendo en cuenta ese sentido sapiencial del que hemos hablado y esa “opción” o “elección” que hemos planteado como necesaria. Debemos conservar las palabras del evangelio, de Mateo o de Lucas, si es posible en su tenor y en su sentido original. Pero hoy debemos enriquecer nuestra comprensión de las mismas con el “espíritu” que emana de ellas. Es como cuando hemos vivido y atravesado un puente romano durante todo la vida, pero ahora, sin destruir ese puente, porque la ciudad ha crecido, hacemos uno nuevo, con tecnología punta. Subsisten los dos, pero quizás por el romano no pueden pasar todos los vehículos pesados de hoy. Los limpios de corazón, por ejemplo, son dichosos porque están abiertos a los demás y los valoran como hijos de Dios. Es decir, seamos creativos y proféticos al interpretar las bienaventuranzas del Reino.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944 - 2019)

lunes, 13 de octubre de 2025

El Santo Rosario...

 El Rosario, solución a los problemas internacionales

Actualmente el panorama internacional se muestra tan dramático y complejo que no queda otra solución que la que la Virgen nos indicó en Fátima en 1917: el Santo Rosario.

La devoción al Rosario suele considerarse como oración puramente individual o como mucho en familia, pero también tiene su proyección pública. La costumbre de rezarlo no sólo ayuda a cualquier persona a resolver los problemas y dificultades que afronta en la vida, ya sean materiales o espirituales; tiene un alcance social que se extiende a la vida de los pueblos y las naciones.

Por eso, recordaba León XIII que « » (carta Da molte parti del 26 de mayo de 1903). A lo largo de los siglos y en todas las luchas, el Rosario ha constituido el arma por excelencia para proteger a la Iglesia y la sociedad cristiana.

Pasar revista al efecto que ha tenido el Rosario en la historia de la civilización cristiana se haría interminable. Habría que partir desde su aparición en el siglo XIII por iniciativa de Santo Domingo de Guzmán y sus hermanos dominicos en su victoriosa predicación contra la herejía albigense. Habría que hablar del papel que cumplió en la evangelización y civilización de América y parte de Asia y África. Y sobre todo, no se debe olvidar que la festividad del Santo Rosario la instituyó San Pío V para   celebrar   a María bajo la advocación de Auxilium christianorum en conmemoración de la victoria de las fuerzas cristianas sobre las mahometanas en la jornada de Lepanto el 7 de octubre de 1571.

El nombre de Lepanto es símbolo y prefiguración de todas las futuras victorias de la Iglesia, como acertadamente señaló San Juan Bosco, pues en él   confluyen   perfectamente  la intervención sobrenatural de la Gracia, por medio del Santo Rosario, y la cooperación de los hombres a la Gracia al luchar y verter su sangre en el combate.

Antes ya de Lepanto se había obtenido otro triunfo en nombre del Rosario y gracias a él: la de Belgrado el 22 de julio de 1456, también contra los ejércitos otomanos que habían invadido Europa Oriental y llegado hasta Hungría. En recuerdo de dicha victoria, el papa Calisto III instituyó la festividad de la Transfiguración de Cristo, símbolo de la Europa transfigurada de gozo.

Y en tiempos más recientes, la importancia, y se podría decir la necesidad, de recurrir al Santo Rosario la  recomendó   la Virgen en Fátima.

En la primera aparición a los tres pastorcitos en Cova de Iría, la Virgen tenía un rosario en la mano, y en respuesta a una pregunta de la pequeña Lucía confirma que su primito Francisco irá al Cielo, pero eso sí: después de rezar muchos rosarios. Al final de la aparición pide expresamente a los tres que recen el Rosario todos los días por la paz del mundo y para que acabe la guerra. En la segunda y tercera apariciones la Virgen también les pidió que rezaran todos los días el Rosario en honor de Ella, igualmente por la paz del mundo y para que acabe la guerra.

En la tercera aparición les enseñó además la siguiente oración: «Jesús, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del Infierno y lleva al Cielo todas las almas, sobre todo las más necesitadas de tu misericordia», la cual les indicó que debían rezar después de cada misterio.

La cuarta, quinta y sexta apariciones se iniciaron igualmente con la petición del rezo diario del Rosario. El 13 de octubre de 1917, fecha de la última aparición, la Virgen les reveló: «Soy la Virgen del Rosario. Quiero que en este lugar se construya una capilla en mi honor. Seguid rezando el Rosario todos los días. La guerra está a punto de acabar y los soldados volverán pronto a casa». Y bajo el aspecto de esta última advocación se apareció gloriosa en el cielo junto a San José y el Niño Jesús.

El 10 de diciembre de 1925 la Virgen se apareció nuevamente a Lucía en su celda de la casa de las doroteas de la localidad española de Pontevedra, y le explicó que el rezo y la meditación del Rosario tenían que asociarse a la práctica de recibir la comunión reparadora los primeros sábados de cada mes. Poniéndole la mano en el hombro, le mostró un corazón rodeado de espinas que tenía en la otra mano, y añadió: «Contempla, hija mía, mi corazón circundado de las espinas que los hombres desagradecidos me clavan constantemente con blasfemias e ingratitudes. Procura tú al menos consolarme, y sabe que a todos los que durante cinco meses, el primer sábado de cada mes, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me acompañen durante quince minutos meditando los quince misterios con la intención de aliviar mi pena, les prometo mi asistencia a la hora de la muerte dándoles todas las gracias necesarias para su salvación».

El rezo del Rosario se incluye en la observación de los cinco primeros sábados de mes, y precisamente este año se cumple el centenario. Nos pide el ejercicio de esta práctica como una de las condiciones para que el mundo se libre de la catástrofe que lo aguarda por sus pecados.

En una entrevista concedida el 26 de diciembre de 1957 al padre Agostino Fuentes sor Lucía advirtió: «El castigo del Cielo es inminente […] Dios ha decidido darle al mundo los últimos dos remedios contra el mal: el Rosario y la devoción al Corazón Inmaculado de María. No habrá otros […] No hay problema, por difícil que sea, tanto material como sobre todo espiritual, en la vida privada de cada uno o en la de los pueblos y naciones, que no se pueda resolver rezando el Santo Rosario».

Esto significa que sólo el Rosario puede remediar problemas internaciones que de otro modo serían insolubles. Los conflictos actuales del Cercano Oriente y de Ucrania son nudos que difícilmente se podrían desatar sin una intervención sobrenatural. Y viceversa: con el instrumento sobrenatural del Rosario, todo es posible. Las protestas por las consecuencias de la guerra no obtienen la paz, y en muchos casos se corre el riesgo de que la alejen a causa del odio social que rebosan. El rezo perseverante y confiado del Rosario es el único camino a la paz verdadera, que es la de Cristo. El mes mariano de octubre nos lo recuerda.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Adelante la Fe...


viernes, 26 de septiembre de 2025

10 consejos de Benedicto XVI a la gente joven...

 


10 consejos de Benedicto XVI a la gente joven

  ¡He aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa! 

Dialogar diariamente con Dios, leer la Biblia, acudir a la Misa del domingo, contar las alegrías y penas a Cristo, dar ejemplo o ser útil a los demás: son algunos de los consejos que el Papa Benedicto XVI da a los jóvenes.

1. Dialogar con Dios

“Alguno de vosotros podría tal vez identificarse con la descripción que Edith Stein hizo de su propia adolescencia, ella, que vivió después en el Carmelo de Colonia: «Había perdido consciente y deliberadamente la costumbre de rezar». Durante estos días podréis recobrar la experiencia vibrante de la oración como diálogo con Dios, del que sabemos que nos ama y al que, a la vez, queremos amar”.

2) Contarle las penas y alegrías

“Abrid vuestro corazón a Dios. Dejaos sorprender por Cristo. Dadle el «derecho a hablaros» durante estos días. Abrid las puertas de vuestra libertad a su amor misericordioso. Presentad vuestras alegrías y vuestras penas a Cristo, dejando que él ilumine con su luz vuestra mente y toque con su gracia vuestro corazón.

3) No desconfiar de Cristo

“Queridos jóvenes, la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, oculto en la Eucaristía. Sólo él da plenitud de vida a la humanidad. Decid, con María, vuestro «sí» al Dios que quiere entregarse a vosotros. Os repito hoy lo que dije al principio de mi pontificado: ‘Quien deja entrar a Cristo en la propia vida no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren de par en par las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera’. Estad plenamente convencidos: Cristo no quita nada de lo que hay de hermoso y grande en vosotros, sino que lleva todo a la perfección para la gloria de Dios, la felicidad de los hombres y la salvación del mundo”.

4) Estar alegres: querer ser santos

“Más allá de las vocaciones de especial consagración, está la vocación propia de todo bautizado: también es esta una vocación a aquel ‘alto grado’ de la vida cristiana ordinaria que se expresa en la santidad. Cuando se encuentra a Jesús y se acoge su Evangelio, la vida cambia y uno es empujado a comunicar a los demás la propia experiencia (…). La Iglesia necesita santos. Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad. Os invito a que os esforcéis estos días por servir sin reservas a Cristo, cueste lo que cueste. El encuentro con Jesucristo os permitirá gustar interiormente la alegría de su presencia viva y vivificante, para testimoniarla después en vuestro entorno”.

5) Dios: tema de conversación con los amigos

“Son tantos nuestros compañeros que todavía no conocen el amor de Dios, o buscan llenarse el corazón con sucedáneos insignificantes. Por lo tanto, es urgente ser testigos del amor contemplado en Cristo. Queridos jóvenes, la Iglesia necesita auténticos testigos para la nueva evangelización: hombres y mujeres cuya vida haya sido transformada por el encuentro con Jesús; hombres y mujeres capaces de comunicar esta experiencia a los demás”.

6) El domingo, ir a Misa

No os dejéis disuadir de participar en la Eucaristía dominical y ayudad también a los demás a descubrirla. Ciertamente, para que de esa emane la alegría que necesitamos, debemos aprender a comprenderla cada vez más profundamente, debemos aprender a amarla. Comprometámonos a ello, ¡vale la pena! Descubramos la íntima riqueza de la liturgia de la Iglesia y su verdadera grandeza: no somos nosotros los que hacemos fiesta para nosotros, sino que es, en cambio, el mismo Dios viviente el que prepara una fiesta para nosotros. Con el amor a la Eucaristía redescubriréis también el sacramento de la Reconciliación, en el cual la bondad misericordiosa de Dios permite siempre iniciar de nuevo nuestra vida.

7) Demostrar que Dios no es triste

Quien ha descubierto a Cristo debe llevar a otros hacia él. Una gran alegría no se puede guardar para uno mismo. Es necesario transmitirla. En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo marche igualmente sin él. Pero al mismo tiempo existe también un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos. Dan ganas de exclamar: ¡No es posible que la vida sea así! Verdaderamente no.

8) Conocer la fe

Ayudad a los hombres a descubrir la verdadera estrella que nos indica el camino: Jesucristo. Tratemos nosotros mismos de conocerlo cada vez mejor para poder guiar también, de modo convincente, a los demás hacia él. Por esto es tan importante el amor a la sagrada Escritura y, en consecuencia, conocer la fe de la Iglesia que nos muestra el sentido de la Escritura.

9) Ayudar: ser útil

Si pensamos y vivimos en virtud de la comunión con Cristo, entonces se nos abren los ojos. Entonces no nos adaptaremos más a seguir viviendo preocupados solamente por nosotros mismos, sino que veremos dónde y cómo somos necesarios. Viviendo y actuando así nos daremos cuenta bien pronto que es mucho más bello ser útiles y estar a disposición de los demás que preocuparse sólo de las comodidades que se nos ofrecen. Yo sé que vosotros como jóvenes aspiráis a cosas grandes, que queréis comprometeros por un mundo mejor. Demostrádselo a los hombres, demostrádselo al mundo, que espera exactamente este testimonio de los discípulos de Jesucristo y que, sobre todo mediante vuestro amor, podrá descubrir la estrella que como creyentes seguimos.

10) Leer la Biblia

El secreto para tener un «corazón que entienda» es formarse un corazón capaz de escuchar. Esto se consigue meditando sin cesar la palabra de Dios y permaneciendo enraizados en ella, medianteol el esfuerzo de conocerla siempre mejor. Queridos jóvenes, os exhorto a adquirir intimidad con la Biblia, a tenerla a mano, para que sea para vosotros como una brújula que indica el camino a seguir. Leyéndola, aprenderéis a conocer a Cristo. San Jerónimo observa al respecto : «El desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo»

* * *

En resumen…

Construir la vida sobre Cristo, acogiendo con alegría la palabra y poniendo en práctica la doctrina: ¡he aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa! Es urgente que surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a para difundir el Evangelio por todas partes. ¡Esto es lo que os pide el Señor, a esto os invita la Iglesia, esto es lo que el mundo – aun sin saberlo – espera de vosotros! Y si Jesús os llama, no tengáis miedo de responderle con generosidad, especialmente cuando os propone de seguirlo en la vida consagrada o en la vida sacerdotal. No tengáis miedo; fiaos de Él y no quedaréis decepcionados.

Benedicto XVI (2006)

Ejército Remanente...

miércoles, 24 de septiembre de 2025

La Familia...


La familia, «el primer ambiente apto para sembrar la semilla del Evangelio»


Nos aconseja el Señor que no amontonemos tesoros en la tierra, porque duran poco y son inseguros y frágiles: la polilla y la herrumbre los corroen, o bien los ladrones socavan y los roban.
 Por mucho que lográramos acumular durante una vida, no vale la pena. Ninguna cosa de la tierra merece que pongamos en ella el corazón de un modo absoluto. 
El corazón está hecho para Dios y, en Dios, para todas las cosas nobles de la tierra. 
A todos nos es muy útil preguntarnos con cierta frecuencia: ¿en qué tengo yo puesto el corazón?, ¿cuál es mi tesoro?, ¿en qué pienso de modo habitual?, ¿cuál es el centro de mis preocupaciones más íntimas?... ¿Es Dios, presente en el Sagrario quizá a poca distancia de donde vivo o de la oficina en la que trabajo? O, por el contrario, ¿son los negocios, el estudio, el trabajo, lo que ocupa el primer plano..., o los egoísmos insatisfechos, el afán de tener más? Muchos hombres y mujeres, si se respondieran con sinceridad, quizá encontrarían una respuesta muy dura: pienso en mí, solo en mí, y en las cosas y personas en cuanto hacen referencia a mis propios intereses. 
Pero nosotros queremos tener puesto el corazón en Dios, en la misión que de Él hemos recibido, y en las personas y cosas por Dios. Jesús, con una sabiduría infinita, nos dice: Amontonad tesoros en el Cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroen, y donde los ladrones no socavan ni roban.      Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón.

Nuestro corazón está puesto en el Señor, porque Él es el tesoro, de modo absoluto y real. Y no lo es la salud, ni el prestigio, ni el bienestar... Solo Cristo. 

Y por Él, de modo ordenado, los demás quehaceres nobles de un cristiano corriente que está vocacionalmente metido en el mundo. De modo particular, el Señor quiere que pongamos el corazón en las personas de la familia humana o sobrenatural que tengamos, que son, de ordinario, a quienes en primer lugar hemos de llevar a Dios, y la primera realidad que debemos santificar.

La preocupación por los demás ayuda al hombre a salir de su egoísmo, a ganar en generosidad, a encontrar la alegría verdadera. 

El que se sabe llamado por el Señor a seguirle de cerca no se considera ya a sí mismo como el centro del universo, porque ha encontrado a muchos a quienes servir, en los que ve a Cristo necesitado.

El ejemplo de los padres en el hogar, o de los hermanos, es en muchas ocasiones definitivo para los demás miembros, que aprenden a ver el mundo desde un entorno cristiano. 

Es de tal importancia la familia, por voluntad divina, que en ella «tiene su principio la acción evangelizadora de la Iglesia».

 Ella «es el primer ambiente apto para sembrar la semilla del Evangelio y donde padres e hijos, como células vivas, van asimilando el ideal cristiano del servicio a Dios y a los hermanos». 

Es un lugar espléndido de apostolado. Examinemos hoy si es así nuestra familia, si somos levadura que día a día va transformando, poco a poco, a quienes viven con nosotros. 

Si pedimos frecuentemente al Señor la vocación de los hijos o de los hermanos –o incluso de nuestros padres– a una entrega plena a Dios: la gracia más grande que el Señor les puede dar, el verdadero tesoro que muchos pueden encontrar.

https://www.hablarcondios.org/meditaciondiaria.aspx

domingo, 31 de agosto de 2025

Butizo de los Niños abortados...

 

Oraciones para bautizar a los niños abortados

A los niños no nacidos se les impide no sólo vivir y trabajar en la tierra, sino también ascender al cielo, ya que se les arroja al cubo de la basura sin el bautismo, que es fundamental para la salvación.

El Catecismo de la Iglesia Católica nº 1257 enseña que: "La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada a la beatitud eterna" y el Catecismo de San Pío X que: "Los niños que mueren sin el Bautismo van al Limbo, donde no gozan de Dios, pero tampoco sufren; porque, teniendo el pecado original, y sólo eso, no merecen el cielo, pero tampoco el infierno o el purgatorio."

Entonces, ¿qué podemos hacer para llevar al cielo a los niños, mártires inocentes, que han sido abortados voluntariamente?

Sólo en los primeros veinte años de este siglo, estamos hablando de mil millones de víctimas.

¿Quién puede salvarlos?

Cualquier bautizado que haya conservado, en este mundo satánico y nihilista, un mínimo de sensibilidad y buena voluntad mediante la práctica de: "Bautismo de deseo" que da los mismos frutos que el Bautismo, incluso sin ser un sacramento", como aprendemos del CIC en el nº 1258.

Hay varias oraciones que deben rezarse diariamente para el bautismo de deseo.

Nos gustaría señalar dos de ellas, que puede elegir libremente.

La primera es una muy tierna, cuyo origen desconocemos, y la segunda está formulada por el cardenal Poletti.

1)INVOCACIÓN y BAUTISMO DEL DESEO para los niños no nacidos

Recitación del CREDO

Oh Jesús, te invocamos: haz descender, por las manos de San Juan Bautista, el agua del Jordán y la paloma del Espíritu Santo de tu Bautismo.

Haz que esta agua y las gotas de tu Preciosa Sangre, oh Jesús, desciendan sobre cada pequeña criatura a la que se le quita la vida en el vientre de su madre.

Te pido que lo hagas en cada momento de este día y de esta noche, durante todos los días y noches de los siglos pasados, presentes y futuros.

Envía, oh Jesús, a tus ángeles a bautizar a estos inocentes.

Que se les den los nombres de los Santos del cielo, de los Ángeles, de los Arcángeles, de los Querubines y de los Serafines.

En tu nombre, Señor, bautizamos a estas criaturas de todos los continentes, tribus, lenguas, razas, pueblos y naciones.

Los bautizamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y ahora, queridos niños inocentes, volad al cielo y que Jesús, María y José os den muchas caricias y besos.  La Tierra os ha rechazado: el Cielo os acoge.

Extended vuestras manitas inocentes desde las alturas del Cielo y que una lluvia de bendiciones descienda de vuestras manitas, hechas más poderosas por vuestro martirio, sobre vuestros padres y los colaboradores en vuestro asesinato.

Nos unimos a estos mártires inocentes, oh Jesús, para rezar por la conversión de sus madres, padres y colaboradores que diariamente cometen estos graves crímenes, a fin de obtener de tu Sagrado Corazón la Gracia del Bautismo para todos los niños no nacidos. Amén de

Pater, Ave, Gloria

2) BAUTISMO DEL DESEO o acto de reparación (por el cardenal Poletti)

Oh Dios, Padre nuestro, que en tu infinito amor por nosotros, quieres que todos los hombres se salven, con la fe y el amor de la Iglesia que lleva en su corazón de Madre el "Deseo del Bautismo" para todos los niños del mundo, quiero expresar esta caridad bautizando en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo a todos los niños que hoy serán asesinados en el seno de sus madres por el aborto.

Con este acto de fe y caridad pretendo, con toda la Iglesia:

1.- Ofrecer, por las manos inmaculadas de María Santísima, con la sangre de Jesús la de todos los niños asesinados por el aborto, implorando por el sacrificio de sus vidas, misericordia y piedad para la humanidad.

2.- Reparar el grave crimen del aborto que, al tiempo que suprime la vida del concebido, le priva de la gracia del bautismo.

3.- Rezar por la conversión de todos los que participan y colaboran con el aborto, un crimen horrible "que condena al hombre, a la mujer, al médico y al Estado" (Juan Pablo II).

Rezar por la conversión de todos aquellos que, con los poderosos medios de comunicación social, apoyan, justifican y defienden este gravísimo pecado, despreciando el Magisterio de la Iglesia y de Cristo.

Y, por último, invocar la misericordia para aquellos que, engañados y seducidos por estos poderosos medios, se apartan del amor de Dios Padre.

Recitar el Credo, el Padre Nuestro y un Ave María.

Cardenal Ugo Poletti

El Cardenal Ugo Poletti, Vicario General de Su Santidad, agradece al Sagrado Nicola Rossi la impresión y distribución del "Acta de Reparación" y con estima saluda y bendice.

(Con aprobación eclesiástica)

"¡Deja que los niños vengan a mí!" ¡Buen trabajo almas bellas!

Verónica Cyrene

El Santisimo....

Diles a todos que me hagan una visita para 


Diles a todos que me hagan una visita, que los espero y quiero salvarlos a todos con la Sangre de mis llagas. Que vengan a mí, que soy su Padre y los quiero a todos con todo mi Corazón; que visiten al «Prisionero»; 

que si su alma está enferma, que vengan a mí, que yo los sanaré.

Que si su cuerpo está enfermo, que vengan a mí, que yo los fortaleceré; 

que se den cuenta de que yo les puedo hacer recobrar la fuerza del cuerpo y la salud del alma; 

que den amor, limosna de amor a este pobre mendigo que los está esperando de día y de noche; 

que mi Corazón está triste por todos; que no me hagan sufrir más, que lo que quiero es que se salven. (12-2-82)

«Sí, hija mía, vamos a ofrecernos como víctimas al Padre Eterno por la salvación del mundo, por la salvación de esas almas que cada día se retiran de mí, me desprecian, me blasfeman; me están recibiendo sacrílegamente, no tienen compasión de mí» (El Señor).

¡Cuántos sacrilegios se cometen, sin duda, al recibir la Eucaristía! Se ha dicho que hoy se comulga mucho pero se confiesa poco, y es cierto; compruébense, si no, las nutridas filas de fieles que se acercan a recibir el Cuerpo de Cristo en cada Misa y, por contraste, la soledad de los confesionarios, que tan poco visitados son. Hay que recordar sobre esto las palabras de san Pablo, que hacen estremecer: «Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa» (1 Co 11, 27-28). Palabras que confirman las citadas del mensaje y las siguientes del mismo:

«¡En cuántos corazones manchados tengo que entrar y cómo veo mi Cuerpo y mi Sangre profanados! ¡Cómo veo todos los días los sacrilegios, ultrajes y tremendas abominaciones que hacen contra mí!».

Sacrilegio es la «lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrados». Aquí se fija concretamente en la Eucaristía, que es el centro de la vida cristiana, el mismo Jesucristo resucitado, que se da por amor a las almas en el Santísimo Sacramento. Dice en este mismo mensaje:

«Fue una alegría, desde mi Última Cena, hacerme compañero de los hombres hasta el fin del mundo y darles alimento de vino con mi Cuerpo».

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martes, 26 de agosto de 2025

Nuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia..

  

Nuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia


Cuadro Original de la Virgen de Chiquinquirá que descansa en la Basílica Homónima en Colombia y que se renovó milagrosamente hace más de cuatro siglos. 

Un viernes, 26 de diciembre de 1586, se disponía a salir de la capilla, cuando una india cristiana le llamó la atención hacia la imagen, que aparecía rodeada de vivos resplandores. Volvió el rostro María Ramos y fue grande su asombro al advertir la transformación que se había obrado en el lienzo, cuyos colores, antes tan borrosos y desteñidos, aparecían ahora vivos y claros.


Cuenta la tradición que entre los primeros conquistadores del Nuevo Reino de Granada, Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, era especialmente devoto de la Virgen del Rosario. Por este motivo fabricó en el pueblo de Suta su dormitorio y pequeña capilla. Deseando poner en ella una imagen de la Madre de Dios, mandó pintar una imagen de Nuestra Señora del Rosario en una manta de algodón. Era la manta más ancha que larga y para que no quedasen en blanco los campos que quedaban a ambos lados de la Madre de Dios, mandó pintar a San Andrés Apóstol y a Santa Antonio de Padua uno a cada lado. Luego que recibió la imagen, acomodó el lienzo en un bastidor de madera y lo expuso en el altar de la capilla.

Pasaron algunos años y el desaseo y la humedad deterioraron el lienzo, que apareció roto por varias partes y la pintura estaba casi borrada. A la muerte de Don Antonio, su viuda, se trasladó a Chiquinquirá llevándose consigo el cuadro al que colocó en una capilla. Diez años más tarde vino a aquel lugar una piadosa mujer llamada María Ramos, cuñada del difunto Santana, quien reparó el cuadro y lo expuso en el mejor lugar de la capilla.

Fue así como el día viernes 26 de diciembre de 1586 a las nueve de la mañana, después de haber estado la devota más de dos horas en oración, se levantó de su asiento para salir de la capilla. En aquel instante pasaba por allí una india que venía de Muzo, llamada Isabel, con un niño llamado Miguel, de unos cuatro o cinco años. Al pasar frente a la puerta de la capilla dijo el niño a la mujer que lo llevaba: “¡Mire, mire! Miró la mujer hacia la capilla y vio que la imagen de Nuestra Señora estaba en el suelo, de pie, y despedía de sí una luz que llenaba de claridad toda la capilla. Llena de asombro dijo en alta voz a María Ramos, que iba saliendo del oratorio: “Mire, mire, Señora, que la Madre de Dios se ha bajado de su sitio, está en vuestro asiento y parece que se está quemando”. Miró María Ramos y admirada de ver tan estupendo prodigio, llena de asombro se dirigió llorando hacia el altar, se arrojó a los pies de la sagrada Imagen; con mucho temor puso los ojos en ella y vio cumplidos sus deseos, pues, estaba patente la imagen de la Madre de Dios en el sitio en que la piadosa María Ramos solía orar, con una hermosura sin igual y con unos colores muy vivos y despidiendo de sí grandes resplandores que bañaban de luz a los santos que tenía a los lados y llenaba de claridad toda la capilla. Tenía el rostro muy encendido. Toda la pintura estaba renovada completamente. Sin embargo quedaron en el lienzo, los agujeros que antes tenía.

Después de una hora, con mucho temor y reverencia alzaron el cuadro y lo colocaron en el lugar que estaba antes. El rostro de la Madre Santísima duró encendido todo aquel día; después, la imagen quedó tal como hoy se contempla.

La noticia del prodigio se propagó rápidamente por todos los lugares circunvecinos, cuyos moradores presurosos acudieron a ver la imagen renovada.

Conservación prodigiosa del Lienzo

Durante más de 435 años (1587-2021) el lienzo se conserva tal como se renovó. Desde 1587 hasta 1897, que se le colocó el cristal para protegerlo, diariamente se estuvo retocando en el lienzo de la Virgen, mazos de rosario, manojos de yerbas, panecitos de tierra blanca y otras mil cosas y el lienzo no ha sufrido daños, debiéndose haber destruido y acabado la tela en la parte que tales refregones sufrió. Tenían en el templo una vara larga con un garabato en la punta, donde engarzaban los objetos, los aplicaban al lienzo de manera que no quedara duda de que han sido tocados en la Imagen. Si vemos la columna de mármol, de la Virgen del Pilar de Zaragoza en España, los peregrinos la besan por el respaldo, y con solo aplicarle los labios, en tan largo tiempo, se ha hecho al mármol una concavidad, lo mismo que el pie de bronce de San Pedro del Vaticano, se ha desgastado notablemente con el ósculo de los turistas. Es indiscutible que “en esta Imagen hay encerrado algún don especial de Dios, reservado para remedio de graves males” como lo expresó la Sagrada Congregación de Ritos en su Decreto de 18 de julio de 1829 (https://virgendechiquinquira.com/santuario/descripcion-del-cuadro/)

Pio VII la declaró patrona de Colombia en 1829 y fue coronada canónicamente en 1919.

Nuestra señora de Chiquinquirá en el Vaticano

Desde el 9 de julio de 2021 una réplica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue entronizada en los Jardines del Vaticano, en conmemoración de los 102 años de la coronación canónica de la patrona de Colombia. Se trata de una “obra realizada en Verona -Italia- mediante la técnica tradicional de ‘micro-mosaico’, que consistente en ensamblar pequeñas piezas, cada una cortada a mano, de materiales como mármol, piedra o vidrio”.

La imagen de la Patrona de Colombia, quedará junto a otras advocaciones marianas como la Virgen del Rosario de Fátima, patrona de Portugal o Nuestra Señora de Lourdes, así como imágenes de América Latina como la Virgen del Quinche, patrona de Ecuador; Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México; la de Aparecida, patrona de Brasil, la de Luján de Argentina y la Virgen del Carmen, patrona de Chile.

Bendita Madre Maria  Salva a Tu País del comunismo que nos acecha....