miércoles, 12 de octubre de 2022

papa en contravia...

 

El Papa incluye la ideología del género entre las «colonizaciones ideológicas» que se imponen a la fuerza a los adolescentes

Los obispos piden que no se hagan operaciones de cambio de sexo irreversibles en menores, pues el 70% de los que lo solicitan, luego cambian de opinión

La Iglesia española se posiciona contra la 'ley trans' porque niega la posibilidad de recibir tratamiento psicosexual

El Papa saluda, el pasado verano, a Alessia Nobile, del colectivo trans en Italia L'OSSERVATORE ROMANO

JAVIER MARTÍNEZ-BROCAL

Corresponsal en el Vaticano

11/10/2022 a las 03:52h.

A algunos peregrinos les sorprendió que el miércoles, cuando terminó su audiencia general, el Papa saludara personalmente a un grupo de transexuales. Sin embargo, es al menos el quinto grupo que le visita desde el pasado mes de abril. Llegan a la plaza de San Pedro discretamente, junto a una religiosa francesa, sor Geneviève Jeanningros, que, -explica-, trabaja para «devolverles la dignidad» y, en algunos casos, para «rescatarlas de la prostitución». «Ninguna persona debe sufrir la injusticia de ser desechada, a nadie se le puede arrebatar la dignidad de ser hijo de Dios», aseguraba al diario del Vaticano tras uno de los encuentros con el pontífice.

Durante los breves saludos, el Papa Francisco escucha, sonríe, y reivindica con estos gestos de cercanía el valor de cada persona, independientemente de su situación. «No quiso que me arrodillara, me estrechó la mano y cuando me presenté como una chica trans me respondió que no le importaba lo que fuera, sino que todos somos hijos de Dios», explicó Alessia después de saludar al Papa en junio.

Pero a la vez, Francisco alza la voz y utiliza palabras durísimas cuando se trata de denunciar la ideología de género que trata de imponer ese estilo de vida.

«Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad», escribió sobre la ideología de género en 2016, en uno de sus textos magisteriales más importantes, la exhortación apostólica «Amoris laetitia». «Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar», añadió.

«Gran enemigo del matrimonio»

Unos meses más tarde, el Papa pronunció palabras aún más contundentes en Tiflis (Georgia), respondiendo a una pregunta explícita sobre la ideología de género. «Irina, has mencionado un gran enemigo del matrimonio actual: la ideología de género. Hoy existe una guerra mundial para destruir el matrimonio. Hoy hay colonizaciones ideológicas que destruyen, pero no con armas, sino con ideas. Por tanto, hay que defenderse de las colonizaciones ideológicas».

Este lunes, los obispos españoles se sumaron a esta denuncia con una contundente nota en la que solicitan «reflexionar» sobre la ley del aborto que acaba de aprobarse y la «ley trans», en fase de tramitación, pues «lejos de promover el bien de la persona y su dignidad, atentan gravemente contra ella».

La nota de los obispos no es un documento sobre la disforia de género, sino una doble alerta sobre las consecuencias de operaciones irreversibles en menores de edad y sobre la imposición de una «reducida visión de la persona en todos los ámbitos: educativo, jurídico, sanitario, laboral, en los medios de comunicación, en la cultura, el deporte y el ocio».

En tono contundente pero constructivo, explican que observan con «inquietud» y «preocupación» esta futura ley, pues «contiene elementos de imposición de la teoría queer, que cuestiona radicalmente la identidad sexual de las personas, en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social, estableciendo e imponiendo arbitrariamente una única concepción antropológica».

Para llamar a la responsabilidad, remiten al Papa Francisco, y subrayan que el pontífice considera que la ideología de género en la que se fundamenta esta futura ley es «uno de los mayores atentados de nuestros días contra la dignidad humana y, tal vez, la mayor amenaza existente contra la familia».

Igual que hace el pontífice, los obispos proponen a los católicos «sentimientos de acogida» y «respeto» hacia las personas transexuales, para quienes reclaman «los medios lícitos puestos a disposición por la medicina para conseguir el nivel de salud física, psíquica y relacional más alto y satisfactorio que sea posible, en los límites de su condición y en el respeto pleno de la verdad y de la dignidad humana».

Pero invitan a «denunciar el uso de tratamientos prematuros e irreversibles aún más cuando no se está seguro de la existencia de una auténtica Disforia de Género». Solicitan especial cuidado con niños y adolescentes, y que «las actuaciones médicas que se lleven a cabo en los menores, después de una serena reflexión, nunca sean de carácter irreversible dada la incertidumbre sobre los cambios que pueden darse en el desarrollo de la personalidad durante las fases de la pubertad y la adolescencia». Aseguran que «todos los estudios científicos coinciden en que más del 70% de los niños que piden cambiar de sexo, cuando pasan la adolescencia, no siguen pidiendo el cambio».

Además, solicitan que se proteja la «libertad de conciencia y de ciencia» no sólo en ámbito sanitario, sino también «educativo, función pública, judicatura, cultura, medios de comunicación», para que no se margine profesionalmente a quien disienta de esta visión antropológica.

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Nuestra Señora del Pilar . Hispanidad

  


Nuestra Señora del Pilar -Historia

  La Sagrada Escritura habla de la columna que guiaba al pueblo de Dios durante el destierro hacia la tierra prometida. Esa columna debe ser para nosotros este Pilar de Zaragoza, que ha recibido a través de los siglos, la fe de nuestros padres y que ha amparado a cuantos a ella, a María, se han dirigido.

Se celebra el 12 de Octubre, día de la Hispanidad

Una vez terminó el apóstol Santiago su predicación en Galicia (España), se marchó a Zaragoza, donde corrió muchos peligros. Una noche, Santiago estuvo rezando intensamente con algunos discípulos junto al río Ebro, cerca de los muros de la ciudad, pidiendo luz para saber si debía quedarse en Zaragoza o huir. Él pensaba en María Santísima y le pedía que rogara con él para pedir consejo y ayuda a su divino Hijo Jesús, que nada podía entonces negarle. De pronto, se

vio venir un resplandor del cielo sobre el apóstol y aparecieron sobre él los ángeles que entonaban un canto muy armonioso mientras traían una columna de luz, cuyo pie, en medio de un rayo luminoso, señalaba un lugar, a pocos pasos del apóstol, como indicando un sitio determinado.

Sobre la columna, se le apareció la Virgen María. Santiago se levantó del lugar donde estaba rezando de rodillas, y recibió internamente el aviso de María de que debía erigir de inmediato una iglesia allí; que la intercesión de María debía crecer como una raíz y expandirse. María le prometió: «permaneceré en este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio».

María le indicó que, una vez terminada la iglesia, debía volver a Jerusalén. Santiago se levantó, llamó a los discípulos que lo acompañaban, que habían oído la música y visto el resplandor; les narró lo demás, y presenciaron luego todos cómo se iba desvaneciendo el resplandor de la aparición. En el lugar de la aparición, se levantó la primera iglesia dedicada a la Virgen María, lo que hoy es la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, un lugar de peregrinación famoso en el mundo entero que no fue destruido en la guerra civil española (1936-1939), puesto que las bombas que se lanzaron sobre el templo no explotaron, pudiéndose hoy en día verse expuestas en el interior de la Basílica.

Bombas sin explotar de la basílica de la Virgen del Pilar

La Sagrada Escritura habla de la columna que guiaba al pueblo de Dios durante el destierro hacia la tierra prometida. Esa columna debe ser para nosotros este Pilar de Zaragoza, que ha recibido a través de los siglos, la fe de nuestros padres y que ha amparado a cuantos a ella, a María, se han dirigido.

Rezamos en el himno de Laudes de esta fiesta: «Santa María del Pilar, escucha nuestra plegaria, al celebrar tu fiesta, Madre de Dios y Madre de los hombres, Reina y Señora. Tú, la alegría y el honor del pueblo, eres dulzura y esperanza nuestra: desde tu trono, miras, guardas, velas, Madre de España. Árbol de vida, que nos diste a Cristo, fruto bendito de tu seno virgen, ven con nosotros hasta que lleguemos, contigo al puerto».

Y el himno de Vísperas resume los anhelos que todos los cristianos españoles y de todo el mundo, que hoy celebran la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, debieran procurar vivir a lo largo de toda su vida:

«Esa columna, sobre la que posa, leve sus plantas tu pequeña imagen, sube hasta el cielo: puente, escala, guía, de peregrinos. Cantan tus glorias las generaciones, todas te llaman bienaventurada, la roca firme, junto al Ebro enhiesta, gastan a besos. Abre tus brazos virginales, madre, vuelve tus ojos misericordiosos, tiende tu manto, que nos acogemos, bajo tu amparo».

Lo cierto es que desde muy antiguo se la venera a la Virgen María del Pilar en este lugar de Zaragoza (España) y que desde muy antiguo también se levantó en su honor una sencilla capilla que con el tiempo fue dando lugar al suntuoso templo mariano donde hoy recibe visitas de todos los cristianos venidos de todas partes del mundo. Y no hay duda de que es el Templo de la raza, el que marca los hitos por los que se mueve la fe en España y en los pueblos que de los españoles recibieron la fe de Jesucristo y el amor hacia su Madre.

Siempre tiene gentes, venidas de todas las partes de España y aún más allá, para venerar este sagrado lugar donde reside María, la Madre, la Señora, siempre con los brazos y el corazón abiertos para bendecir, amparar, y consolar. No sólo el día 12 de octubre, que se celebra su fiesta, sino cada día miles de corazones se postran ante ella en este privilegiado lugar de oración, de recepción de sacramentos, de vivencia de nuestra fe.

Entre los grandes prodigios obrados por su medio destacan dos: El acaecido en 1640 con Miguel Juan Pellicer, vecino de Calanda (España) a quien le devolvió la pierna sana después de que le fuera amputada años atrás. Otro prodigio es más reciente: El 3 de agosto de 1936 los enemigos de la fe en España arrojaron tres bombas sobre el templo. Una cayó en frente de la Basílica que no causó desperfecto alguno y las otras dos sobre la misma Santa Capilla, sin explotar.

La aparición de la Virgen del Pilar en Zaragoza es la primera aparición mariana acaecida en la historia. Que no es aparición como entendemos, sino Venida, mientras aún vivía en carne mortal en Jerusalén.

A continuación, os presento parte de un texto escrito por el religioso marianista Padre José María Salaverri:

Interior de la Basílica de la Virgen del Pilar

«¡Qué pequeña eres, pero qué influencia tan grande tienes!» dijo Juan Pablo II en una de sus visitas a la Virgen de la columna. Y así es efectivamente. Los 36 cm. de la imagen de la Virgen del Pilar, sobre una columna de jaspe de 1.70 m., parecen la viva expresión material del Magnificat: «Ha mirado la pequeñez de su sierva… Ha hecho grandes cosas por mi».

En la liturgia del 12 de octubre puede leerse como primera lectura de la misa los versículos 12-14 del capítulo 1 de los Hechos de los apóstoles. Después de enumerar a los once apóstoles, Lucas nos dice que estaban en oración con «María, la madre de Jesús». Presencia aparentemente discreta, de segundo plano. María, sencilla, como perdida entre apóstoles, discípulos y discípulas, pero ¡qué fuerza emana de esas palabras! Como semilla que germina y da fruto abundante. Dice Juan Pablo II:

«Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido.»

    Y el evangelio es también corto y significativo: una mujer que levanta la voz declarando dichosos el vientre y los pechos de la madre de Jesús. Y el mismo Jesús que replica: «Mejor: ¡dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!» Elogio que se aplica en primer lugar y plenamente a María, la «dichosa por haber creído»; pero que se siente más dichosa todavía al poder «dar» a todos ese Jesús concebido en su vientre y alimentado a sus pechos.

 María del Pilar, en su fiesta del 12 de octubre de 1492, se convierte en proa de nave misionera. Es ella quien parece regalar a su hijo un nuevo mundo, a través de Colón y sus marineros, a bordo de tres carabelas, cuya capitana se llama la Santa María. Por eso Juan Pablo II, hace un alto en Zaragoza el 10 de octubre de 1984, camino de Santo Domingo para inaugurar la novena de años que van a preparar la celebración de la llegada del cristianismo a tierras americanas. Dice el Papa:

«Brilla aquí en la tradición firme y antiquísima del Pilar la dimensión apostólica de la Iglesia en todo su esplendor (…) La fe que los misioneros españoles llevaron a Hispanoamérica es una fe apostólica heredada de la fe de los apóstoles, según venerable tradición que aquí junto al Pilar tiene su asiento».

La columna sobre la que se mantiene, firme y erguida, la frágil imagen de la Virgen, está cargado de simbolismo. Evoca la columna de fuego que, de noche, guiaba a los israelitas por el desierto. «Faro esplendente», la llama el himno a la Virgen del Pilar, es decir, la que, en las noches oscuras de los cristianos, mantiene viva la luz de la fe. La columna evoca también la solidez del edificio de la Iglesia, siempre perseguida, pero siempre en pie, manteniendo la esperanza del que, como dice también el himno, «se abraza a tu Pilar», Virgen María. El himno nos dice también que ese pilar ha sido un «rico presente de caridad» del amor de Dios, que nunca desampara a su pueblo en los momentos difíciles.

La oración colecta de la fiesta de Nuestra Señora del Pilar es una obra maestra de síntesis: rico contenido teológico y sencilla plegaria:

Dios todopoderoso y eterno,
que en la gloriosa Madre de tu Hijo
has concedido un amparo celestial
a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar,
concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe,
seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, fortaleza en la fe. A imitación de la virgen Engracia y sus 18 compañeros mártires, fuertes en la fe en la persecución de Diocleciano, en el año 304, sufriendo con entereza los más atroces suplicios para mantener intacta la fe de su bautismo.

Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, la seguridad en la esperanza. Como aquel desterrado de la revolución francesa, el beato Guillermo José Chaminade, que pasa tres años a los pies del Pilar de 1797 a 1800, seguro en la esperanza de un renacimiento cristiano en su patria. Para asegurarla, la Virgen del Pilar le inspira sus fundaciones marianistas para renovar la fe de la juventud de su patria y del mundo. Y sus hijos e hijas, agradecidos, han llevado a todo el mundo su nombre, su imagen y su devoción.

Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, la constancia en el amor. Como aquella joven mujer de 23 años, María Rafols, que llega a Zaragoza en 1804, dispuesta a atender con un grupo de compañeras a los pobres y enfermos: las Hijas de la caridad de Santa Ana. Durante los dos sitios de Zaragoza, en plena guerra de la Independencia, merecerá que la ciudad de Zaragoza la declare «heroína de la caridad».

Fe, esperanza y amor reparte la Virgen desde su Pilar, desde su atalaya zaragozana. Con razón, el Papa Juan Pablo terminaba su oración a la Virgen:

«Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad… Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como patrona de la Hispanidad.»

Texto del himno a la Virgen del Pilar

Virgen Santa, Madre mía

luz hermosa, claro día
que la tierra, aragonesa
te dignaste visitar.

Este pueblo que te adora,
de tu amor favor implora
y te aclama y te bendice
abrazado a tu Pilar.

Pilar sagrado, faro esplendente,
rico presente de caridad.
Pilar bendito, trono de gloria,
tú a la victoria nos llevarás.

Cantad, cantad
himnos de honor y de alabanza
a la Virgen del Pilar.

Himno cantado a la Virgen del Pilar

http://webcatolicodejavier.org/pilar.html