miércoles, 27 de octubre de 2021

Con Lutero al Papa"...

 Lutero vuelve ..

                                  

Francisco recibió el 25 de octubre a los luteranos alemanes en una "peregrinación ecuménica" a Roma. Su inútil lema era "Con Lutero al Papa", ya que la estatua de Lutero ya está en el Vaticano.

Francisco llegó casi 45 minutos tarde a la audiencia. Después de octubre de 2016, esta fue la segunda vez que el grupo vino a Roma. Una vez más, la estatua de Lutero de Francisco fue colocada en la Sala de Audiencias, Además, una gran imagen de Lutero era visible junto a una imagen más pequeña de Francisco.

Lutero afirmaba que el "diablo fundó el papado" y que el diablo actúa a través del papa y de la sede romana: "Quien quiera oír hablar a Dios, que lea las Sagradas Escrituras; quien quiera oír hablar al diablo, que lea los decretos y bulas del Papa".

Decía que el Papa "miente, blasfema, maldice y se enfurece como le impulsa el Satán infernal", no enseña "más que vana idolatría", ruge "como poseído y lleno de demonios" y "traiciona y corrompe" a la Iglesia cristiana.

Para Lutero, el Papa era un "asno papal [= burro]", un "monstruo maldito y tremendo en Roma", la Iglesia romana una "escuela de niños, iglesia de putas y hermafroditas" y "la sopa básica del diablo", y la curia papal un "regimiento de mulas". 

Francisco ha puesto ahora esta "fuente de sabiduría" en un pedestal.

en.news

Cuanto más se ama a Dios

 Cuanto más se ama a Dios más se le obedece —Valtorta



18 de septiembre

Dice Jesús:

«He dicho ayer: "El destino os lo hacéis vosotros". Ahora añado: El destino os lo hacéis vosotros. Pero cuando uno hace la Voluntad que el Padre le propone está seguro de lograr un destino de luz, mientras que cuando uno se cierra los oídos y los ojos para no oír y no ver la Voluntad del Padre y cierra el alma al amor que lleva a la obediencia, siguiendo no la voz del espíritu sino la de la carne y la sangre, atizados por Satanás, este uno se crea un destino de tinieblas cuyo fin es la muerte del espíritu.

Ahora, si reflexionas como en vuestra vida quien ama -sea hijo, hermano, esposo, alumno, inferior, sea quien sea- trata siempre de complacer al amado, puedes intuir ágilmente que quienes aman mucho a Dios sigan los deseos de Dios, sean los que sean; los que le aman poco le sigan menos y sigan sólo aquellos deseos que les cuestan poca fatiga; y aquellos que de hecho no le aman no le sigan en los deseos de su santa Voluntad, sino más bien se rebelen arrojándose en el sendero que lleva a las antípodas de la meta que Dios aconseja y se alejen del Padre blasfemándolo.

Se podría concluir por ello, sin miedo a errar, que la medida con la que la criatura ama a su Creador está dada por la medida con la que ella sabe obedecer a los deseos de su Señor y Padre. Miente aquel que dice de amar a Dios y después no sabe seguir su Voz que le habla con amor para conducirle a su morada.

Y ¿a quién quiere engañar con su mentira? ¿a Dios? a Dios no se le engaña. Vuestras palabras tienen el significado verdadero que tienen, y no aquel que vosotros les dais, y Dios comprende ese significado verdadero. Por lo tanto si decís amar al Señor y después re- chazáis obedecerle, que es una de las pruebas básicas del amor, Él no puede sino llamaros hipócritas y mentirosos y trataros como tales.

¿Queréis quizá engañar a Satanás, disfrutando de los cómodos arreglos de conciencia que os sugiere y al mismo tiempo hacerle saber que queréis gozar en esta vida, pero gozar también en la otra contemporizando entre Dios y Satanás, entre el Cielo y el Infierno? jOh necios! Al Astuto no se le engaña y, menos paciente que Dios, exige inmediata recompensa y hay que pagarle enseguida, porque él no acuerda demora. Y en verdad os digo que su yugo no es ala, sino pesada piedra que aplasta y hunde en el fango y en la oscuridad.

¿Queréis quizá engañaros a vosotros mismos diciéndoos que no es sino una necesidad de la tierra la que os empuja a hacer vuestra voluntad pero que, en el fondo, vosotros quisierais hacer la de Dios porque la preferís? Hipócritas, hipócritas, hipócritas.

En vosotros hay un juez que no conoce el sueño, y es vuestro espíritu. Aunque lo herís de muerte y lo condenáis a perecer, él grita en vosotros, mientras estáis en esta tierra, grita sus ansias de Cielo. Vosotros lo cargáis y amordazáis para volverlo inmóvil y mudo, pero se agita hasta librarse de vuestra mordaza y arroja su grito en el silencio desolado de vuestro corazón. Y, como el grito de mi Precursor, esa voz es tan atormentadora para vosotros que tratáis de apagarla para siempre. No lo lograréis nunca. Mientras viváis la oiréis y en el más allá gritará más fuerte reprochándoos vuestro delito de homicidas de vuestra alma.

La llave de ciertas aberraciones humanas que crecen cada vez más y llevan al individuo a delincuencias monstruosas, está en esta voz de la conciencia que vosotros tratáis de mitigar con nuevos rebotes de crueldad, así como el intoxicado trata de olvidar su merecida desgracia envenenándose cada vez más, hasta el aturdimiento.

Sed hijos, criaturas mías. Amad, amad a nuestro buen Padre que está en los Cielos. Amadlo cuanto podáis. Entonces os resultará fácil seguir su bendita Voluntad y lograr un destino de gloria eterna.

Yo, que le he amado a la perfección, le he complacido hasta el sacrificio de mi divinidad que por treinta y tres años se ha exiliado de los Cielos, y de mi vida destruida con el martirio más atroz de la carne, de la mente, del corazón, del espíritu.

Mi Madre, que fue la segunda tras de Mí en el saber amar y que amó con toda la perfección posible para la criatura -porque, dicho sea entre paréntesis y como respuesta a una objeción que te ha sido hecha, porque María poseía la plenitud de toda virtud y atributo, siempre y naturalmente como criatura, perfecta pero siempre criatura humana. Teniendo en sí la plenitud de la Gracia, es decir poseyendo a Dios como sólo Ella lo ha poseído, es obvio que su perfección alcanzara alturas solamente inferiores a las de Dios-. Y bien, María, que fue segunda tras de Mí en el saber amar, se ha adherido a la Voluntad de Dios hasta el sacrificio de su vocación, que era la de dedicarse únicamente a las contemplaciones de Dios, y de su corazón que le fue pedido por Dios para ser triturado.

La divina Maternidad de María es la prueba viviente de su adhesión a la Voluntad de Dios. Yo, el Hijo que no ha quitado a la Madre su candor de lirio inviolado, soy el testimonio de la condescendencia de María a los deseos de Dios.

Ella ha desafiado la opinión del mundo, el juicio del esposo, además de abrazar su patíbulo de Madre del Redentor, sin vacilar. Cierta de que Dios no rechazaba el don de su candor, dijo el más alto "fiat" pronunciado por labios mortales y no tuvo temores: su fuerza era Dios y a Él confiaba su honor, su futuro, todo, sin reservas.

He aquí vuestros modelos: Yo y María. Seguidnos y lograréis el destino que Dios desea para cada una de sus criaturas. Seguidnos y poseeréis la Paz, porque poseeréis a Dios que es Paz y sentiréis el bienestar de vuestro espíritu.

Las bienaventuranzas que he proclamado las tenéis ya en esta tierra si hacéis la Voluntad de vuestro Padre. Después, en el Cielo, serán setenta veces mayores porque entonces nada obstaculizará vuestro fundirse en Dios».


Cuadernos Valtorta 1943

sábado, 23 de octubre de 2021

el pecado.....

 4 formas diferentes en que podemos pecar



PENSAMIENTO, PALABRA, HECHO y OMISIÓN. ¡Vaya! Aquí hay mucho material para reflexionar; mejor aún, mucho material para examinar nuestra conciencia e incluso para motivarnos a recurrir a la Confesión Sacramental más pronto que tarde.

PENSAMIENTOS. En efecto, ¡hay una batalla por nuestra mente, hoy más que nunca! En privado, ¿por qué no hacer un minucioso Examen de Conciencia sobre tu mundo de pensamientos? Este mundo interior del pensamiento podría compararse con una enorme selva. Hay mucho bien, pero mezclado con feos monstruos. Todos debemos admitir humildemente que no siempre estamos 100% orgullosos de nuestro mundo de pensamientos. Con demasiada frecuencia, nuestro mundo de pensamientos apesta a pecado debido a lo que ponemos en nuestra mente a través de las miradas impuras, la lectura, y la famosa imaginación errante e incontrolada. Por supuesto, no todos los malos pensamientos son pecaminosos. Sin embargo, si consentimos los malos pensamientos impuros o pecaminosos -la lujuria, la avaricia, la envidia, la ira, el orgullo-, se transforman en verdaderos pecados que deben ser llevados al Sacramento de la Confesión. Nuestro objetivo y meta final debe ser poner en práctica dos versos paulinos: "Poneos en la mente de Cristo" y "Tened los pensamientos de Cristo"(1Cor 2,16) ¡La recepción de la Sagrada Comunión es el medio más eficaz para poner en práctica y activar estos dos imperativos paulinos!


 PALABRAS. Jesús afirma inequívocamente: "De la abundancia del corazón habla la boca" (Lc 6,45), y "toda palabra que salga de nuestra boca será juzgada" (Mt 12,36). Aunque este ejercicio puede ser muy doloroso, puedes rebobinar tu día, desde el principio hasta el final, y revisar todas las palabras que salieron de tu boca, que en realidad representan tu corazón. ¿Fueron palabras expresadas con ira o amargura? ¿Fueron motivadas por el orgullo o la envidia? ¿Hirieron a los demás? ¿Fueron desagradables a Dios? Esta puede ser una experiencia algo dolorosa pero necesaria y reveladora.

OBRA - LO QUE HE HECHO En nuestro amplio abanico de experiencias hay muchas obras buenas que podemos hacer. Debemos esforzarnos por vivir las Obras de Misericordia Corporales y Espirituales. (Leer Mt. 25:31-46) Sin embargo, en nuestras acciones con demasiada frecuencia nos quedamos cortos. La palabra griega para pecado es Hamartia, que significa "errar el blanco". Como en el caso de un arquero, con arco y flecha y diana. A menudo, nuestras acciones no sólo no dan en el blanco, sino que dan en el blanco equivocado y pueden causar un gran daño. La mentira, el adulterio, las acciones violentas, el robo, la bebida y las drogas, y tantas otras.

OMISIÓN. Es muy probable que muchos de nosotros, posiblemente debido a una conciencia deficientemente formada, nunca hayamos sido verdaderamente conscientes de cuántos pecados hemos cometido por omisión. Por omisión entendemos sencillamente lo siguiente: no hacer o no cumplir lo que deberíamos hacer. Somos negligentes en las obligaciones de nuestro estado de vida. La causa fundamental o el pecado capital es, con demasiada frecuencia, la pereza o la holgazanería. Cuántos padres pecan por ser negligentes en la Educación Religiosa de sus hijos. Retrasan los bautismos, las confesiones poco frecuentes, las primeras comuniones tardías y, con demasiada frecuencia, no enseñan ni forman a sus hijos en el importantísimo arte de la oración

Fr. Ed Broom, OMV

viernes, 22 de octubre de 2021

Mamá Maria..

 Recurre a María en todas tus necesidades

Posted: 21 Oct 2021 12:59 PM PDT


-Recurre a María en todas tus necesidades


Oh pecador, no te desanimes 

recurre a María en todas tus necesidades. 

Llámala en tu ayuda, pues tal es la voluntad divina 

que ella te ayude en toda clase de necesidades. 


San Basilio el Grande


-Cuando hayas cometido una falta...

 

Los principiantes en el servicio de Dios 

a veces pierden la confianza cuando caen en alguna falta. 

Cuando sientas que surge en ti un sentimiento tan indigno, debes elevar tu corazón a Dios 

y considerar que todas tus faltas, comparadas con la bondad divina, 

son menos que un pedazo de hilo raído arrojado en un mar de fuego. 

Supongamos que todo el horizonte, hasta donde se puede ver desde esta montaña, fuera un mar de fuego; 

si arrojamos en él un pedazo de hilo raído, desaparecerá en un instante. 

Así, cuando hayas cometido una falta, humíllate ante Dios 

y arroja tu falta al océano infinito de la caridad 

y al instante se borrará de tu alma; al mismo tiempo desaparecerá toda desconfianza. 

San Pablo de la Cruz

miércoles, 20 de octubre de 2021

San Juan Pablo Ii....

 

Juan Pablo II, una luz en la Iglesia

Nuestro Amado Jesús tuvo dos naturalezas: la Humana, y la Divina. La Humana provino de Su Madre, Purísima e Inmaculada, la nueva Eva. Y la Divina provino del hecho de que El es el Verbo de Dios, Dios hecho Hombre.

Por eso es que el Credo de Nicea dice que el Hijo de Dios fue engendrado (en Su naturaleza Humana) y no Creado (en Su naturaleza Divina, y debido a que Dios es el Creador de todas las cosas, Jesucristo no puede haber sido Creado). Y ésta doble naturaleza Humana y Divina, se repite en la Santa Iglesia. Como dijo San Pablo, la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, donde El es la Cabeza, y los bautizados somos los miembros. Siendo así, también la Iglesia tiene dos facetas, una humana y otra espiritual, Divina.

La parte humana de la iglesia es la visible, la que percibimos con nuestros ojos y nuestros sentidos. Y la parte espiritual es la invisible, pero que inspirada por el Espíritu Santo se manifiesta permanentemente ante nosotros, con los ojos de la fe. Cada uno de nosotros, también, tiene un lado humano y un lado espiritual, cuestión que no debe hacernos olvidar que somos una unidad indivisible: cuerpo y alma. Y si bien nuestro cuerpo debe ser cuidado, ya que Dios nos lo entregó para que sea el vehículo que transporte a nuestra alma a lo largo de nuestro derrotero por la vida terrenal, lo trascendente y no perecedero que Dios nos da es nuestra alma.

Juan Pablo II luz de la Iglesia

De este modo, los aspectos espiritual y humano, cuerpo y alma, se conjugan en forma permanente tanto en la vida de la Iglesia, como en nuestra propia vida individual. Ello nos obliga a un esfuerzo permanente, ya que el lado humano, al ser visible y tangible, nos llama y concentra nuestra atención de manera insistente, minuto a minuto. Nuestro costado espiritual, el llamado de nuestra alma, requiere en cambio un esfuerzo adicional: requiere del ejercicio de la fe, para tornarse en el centro de nuestra vida, como debe ser.

En estos tiempos vivimos momentos de tristeza y angustia porque nuestro amado Juan Pablo II parece acercarse al momento del llamado de Dios, momento tan feliz para su alma, pero tan doloroso para nosotros que debemos seguir formando parte de la Iglesia militante sin contar con su liderazgo. Y se debate por estos días sobre si él debe retirarse de su Trono Pontificio, o seguir allí hasta el final de su vida terrenal. Humildemente, quiero hoy hacer una reflexión respecto de este delicado tema.

Juan Pablo es sin dudas un hombre que está llegando al final de su etapa en la tierra con todas las debilidades de un cuerpo agotado por el paso de los años, pero no es menos cierto que él posee un alma, una espiritualidad que es luz para la Iglesia. Como hombre, él esta llegando a su fin, pero su alma florece y brilla por la entrega, el amor, la fe, el sufrimiento y el dolor que enfrentó a lo largo de los años. Como sucesor de Pedro, hoy Juan Pablo es una roca sólida en lo espiritual, él es una luz que ilumina la parte espiritual de nuestra Iglesia. Se puede decir sin miedo a equivocarse, que si bien se han agotado en gran medida sus fuerzas humanas, su fortaleza espiritual es más grande hoy que nunca, su liderazgo espiritual está en su apogeo, reforzado por la evidente entrega que él hace ante el dolor y el sufrimiento físico.

San Juan Pablo II (FT IMG)

La pregunta obligada es, entonces, ¿qué es más importante para la Iglesia, su liderazgo espiritual o su liderazgo humano?. Este es un tema opinable, porque los dos aspectos son necesarios para conducir la Barca de Pedro en mares tan tempestuosos. Sin embargo, quiero dar mi opinión personal: creo que para el mundo actual es inmensamente valioso, como faro de liderazgo espiritual, tener a Juan Pablo sentado en el Trono de la Iglesia, aún sabiendo que sus fuerzas humanas llegan a su fin. El es un ejemplo del que emana el lado espiritual no sólo de un hombre entregado a Dios, sino también de la Iglesia que él conduce. Como Cuerpo Místico de Cristo, Juan Pablo nos invita hoy a admirar los aspectos espirituales de la Iglesia, inspirada y custodiada por el Espíritu Santo.

Juan Pablo nos demuestra, con su sola presencia, que Dios quiere de nosotros una total entrega, sin poner “peros” ni hacer preguntas ante nuestro dolor o debilidad humana. Verlo así, tan débil en lo corporal pero tan fuerte en lo espiritual, sentado en el Trono que Jesús le legó a Pedro, me hace pensar en la Misericordia de Dios, que nos regala un tiempo más a Juan Pablo entre nosotros, al timón de la Barca.

Juan Pablo II se vuelve, así, luz de nuestra Iglesia, guía de nuestras almas, que lo miramos como un ejemplo de la parte oculta a nuestros ojos humanos, del costado espiritual de nuestra vida, reflejado en la Naturaleza Divina de Jesús, unida a Su Naturaleza Humana surgida por Obra de Dios, de Su Santísima Madre.

Entonces, como él dijo hace algunos años, repitamos juntos: ¡Madre, somos tuyos!

Reinadelcielo .org

martes, 19 de octubre de 2021

La Virgen y los tres vestidos...

La virgen y los tres vestidos...

Hace muchos siglos, tres jóvenes monjas vivían juntas en un convento. Día tras día, comían juntas, iban juntas a la capilla y rezaban y cantaban juntas.

Un día, su sacerdote-confesor les aconsejó que, como preparación para la fiesta de la purificación de María, rezaran el Rosario completo cada día durante cuarenta días. Las tres monjas obedecieron.

La noche anterior a esta santa fiesta, la Madre Celestial se les apareció a las tres monjas cuando estaban reunidas en el coro. A la primera de estas tres hermanas le entregó un rico vestido bordado en oro. Santa María le dio las gracias y la bendijo.

A continuación, entregó a la segunda monja un vestido mucho más sencillo, y también le dio las gracias. Al notar la diferencia entre las dos prendas, la segunda hermana preguntó: "Oh Señora, ¿por qué le has traído a mi hermana una prenda más rica?". María Santísima contestó amorosamente: "Porque ella me ha vestido más ricamente con sus oraciones que tú".

María se acercó entonces a la tercera monja con una prenda de lona. Siendo una joven observadora, esta hermana pidió inmediatamente perdón por la forma poco entusiasta en que había rezado sus rosarios.

Había pasado un año entero cuando las tres se preparaban fervientemente para la misma fiesta, rezando cada una su Rosario con gran devoción.

La noche anterior a la fiesta, María se les apareció en gloria y les dijo: "Preparaos, porque mañana vendréis al paraíso".

La mañana siguiente amaneció llena de promesas. Cada monja se preguntaba si sería su último día en este valle de lágrimas.

Cuando llegara la noche, ¿se retirarían a sus modestas celdas una vez más, o Santa María les tenía reservado algo más?

Las hermanas contaron a su confesor lo ocurrido y comulgaron por la mañana.

A la hora de las completas, volvieron a ver a la Santísima Virgen, que vino a llevarlas con ella. En medio de los cantos de los ángeles, uno tras otro expiraron dulcemente.

De las Glorias de María, de San Alfonso María de Ligorio.

Aplicacion de los Santos Sacramentos...

 

Los Sacramentos...



"A MIS SACERDOTES" De Concepción Cabrera de Armida. CAPITULO XV: Cómo deben administrarse los sacramentos. XV

CÓMO DEBEN ADMINISTRARSE LOS SACRAMENTOS

“Todos los sacramentos purifican, porque llevan algo divino: llevan mi Sangre, llevan nada menos que la influencia viva y palpitante de la Trinidad; en todos campea muy principalmente el Espíritu Santo. El Padre fecundando; el Hijo, redimiendo; el Espíritu Santo, santificando. Y los sacerdotes que apliquen estos sacramentos deben estar sin mancha, porque imparten tesoros del cielo sobre los cuerpos y sobre las almas; ponen mi sello divino en los corazones; lavan con mi Sangre y dan eficaces auxilios de gracias a quienes los reciben. 

Yo quisiera que al impartir mis Sacramentos, los sacerdotes se hicieran en cargo de su papel; con más razón los Obispos a quienes está reservada la confirmación y las Órdenes sagradas. Que cada sacerdote piense de antemano lo que va a impartir, que son las riquezas espirituales del cielo; que no se atreva jamás a tocar lo santo con manos y corazones que no lo son.

No quiero escrúpulos que dañan a las almas y que detienen las gracias; solo pido rectitud y un corazón puro al impartirlos.

Curas, vicarios y todos los que impartan a las almas lo divino tienen obligación de estar divinizados, porque me representan a Mí.
Y si estando manchados no pueden confesarse, siempre pueden hacer un acto de contrición y arrepentirse; siempre tienen elementos en la Iglesia para purificarse.

También los pecados veniales me ofenden, y en su delicadeza para Conmigo, deben tocar lo puro purificados. Tienen muchos medios en la Iglesia para limpiarse.

Sí; hay mucho descuido y laxitud en esto; ya no hablo aquí de sacerdotes en pecado mortal, que ya saben lo que acumulan en sus impuras almas ejerciendo actos de su ministerio con culpa grave; pido también que los sacerdotes buenos se limpien más y que no toquen ni a la Trinidad ni a la Eucaristía, en los sacramentos, con corazones menos limpios.

Todo en mi Iglesia debe inspirar pureza, luz; porque Dios es luz y sus irradiaciones en la Iglesia y en las almas son de claridad, de pureza.
Todo lo que no es luz no es Dios; todo lo que no es puro es satánico, porque Satanás es antagonista de la luz; por eso en él y en los suyos todo es doblez, oscuridad y tinieblas. Uno de los caracteres de Satanás consiste en lo tenebroso de sus procederes; y en la oscuridad, engaña, transforma y oculta. Su hipócrita táctica es siempre velar, empañar el alma, llenarla de humareda, ocultarle sus perversos fines y envolverla en tinieblas. 

Pero mi Iglesia es luz y las almas que son mías deben ser de luz, de claridad, transparentándome a Mí, transparentando el cielo. Todo lo tenebroso no es mío, todo lo compuesto no es mío, que soy simplísimo; y mi doctrina nace de la unidad toda pura y trata siempre de unificar las almas en Mí, en un solo rebaño y un solo Pastor.

Quiero quitar de mi Iglesia los abusos e indelicadezas de los míos en el modo de impartir los sacramentos, de observar las rúbricas, de unificar el sentir de los sacerdotes con sus Pastores. Esa unificación es muy necesaria y no existe en muchos de los corazones de los sacerdotes con su Pastor; de esto se derivan grandes males.

Y ¿cómo se remedian? Unificando los espíritus en un Espíritu, en el Espíritu Santo, teniendo los sacerdotes con su Pastor un solo querer y una sola alma. En este punto hay mucho que reformar, porque mientras los obispos no tengan la confianza y la voluntad de sus sacerdotes, habrá separación, no existirá fundamento sólido de caridad, y con esto me lastiman a Mí y se causan muchos daños a las almas.
Quiero afirmar estos puntos en mi Iglesia; quiero evitar ofensas a mi Padre y castigos para los pueblos, que muchos vienen por este lado que parece pequeño y no lo es.

Quiero delicadezas en los míos y unión con sus almas tan escogidas y amadas de mi Corazón. Quiero sacerdotes celestiales, tales como los necesita mi Iglesia y ha concebido mi Corazón. Para esto doy estos puntos generales y particulares, para que los pongan en práctica quienes deban.

México se va a distinguir en mi amor y en mi Servicio…
Así lo espero, que yo cuando pido doy. Ya he comenzado a sentir los efectos consoladores de algunos corazones”.
Que el Espíritu Santo y la Virgen María los transforme en otros Jesús,


*************

“A los Sacerdotes, hijos predilectos de la Virgen Santísima.” 
“Permaneced siempre en mi Corazón Inmaculado. Sí lo hacéis. Yo seré la que haga todo en vosotros, en todo momento. 
No es preocupéis más. Aceptad vuestra pequeñez con humildad y mansedumbre. Decid al Señor: “Soy tu hijo más pequeño. Conozco mi pobreza y te doy gracias

lunes, 18 de octubre de 2021

 Experiencias de Dios 



Lucie Christine, seudónimo de Mathilde Bertrand (1844-1908),  madre de cinco hijos, gran mística, en su Diario Espiritual dice el 22 de octubre de 1822: Ayer comencé la oración, diciendo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y mi alma, incendiada en amor, permaneció en contemplación. Yo vi la unión del amor y vida por la cual nuestras almas están unidas al Creador, al Redentor y al Santificador. La bondad inefable de la Santísima Trinidad me llenó toda la tarde de una alegría inmensa... Esta mañana, en la comunión, mi alma se puso a contemplar la persona del Padre, el principio eterno del cual todo existe. Y vi las relaciones que existen entre las tres divinas personas... El alma conoce, sin poderse engañar, la unidad de la naturaleza divina y ve, al mismo tiempo, la distinción de las tres personas. Ninguno de los tres se comunica del mismo modo. Podría decirse que uno no es el otro y no tiene la semblanza del otro y no obra como el otro, pero los tres son Dios5.

La venerable Concepción Cabrera de Armida (1862-1937), esposa y madre de nueve hijos, también gran mística, dice: Debo vivir en contacto continuo con la Trinidad, unida a las tres divinas personas por la gracia de la encarnación mística: con el Padre, ofreciéndole al Verbo, con el Hijo para ser la delicia del Padre, con el Espíritu Santo tomándolo como el inspirador y santificador del todos los sentimientos y de todo lo que soy. Debo vivir, respirar y trabajar, en el seno de los TRES. Ellos deben constituir la atmosfera donde viva.

¡Qué grande es la Trinidad! ¡Qué bella es su unidad! El Señor me ha hecho ver cómo son las tres personas divinas, que constituyen una sola esencia, una misma sustancia, una sola divinidad... Hoy el Señor, durante la oración, me ha dado luces para entender un poco la unidad de la Trinidad. ¡Qué abismo de perfecciones! ¡Qué delicias en Dios! ¿Qué será el cielo, Dios mío?6

Adrienne von Speyr (1902-1967) dice: Dios en su esencia es Trinidad. Por eso, no puede revelarse, sino en modo trinitario... El Hijo es engendrado en nosotros por el Padre, quien nos da la vida por medio del Espíritu Santo; y nosotros volvemos con el Hijo en el Espíritu Santo al Padre. En el camino del Hijo hacia el Padre, el Hijo nos transforma y el Padre nos acoge como hijos, haciéndonos participar en la misión del Hijo... El amor es la esencia común de las tres divinas personas y es, por eso, amor trinitario. La Trinidad debe manifestarse en toda nuestra vida. Todos somos misioneros de la Trinidad7.

La mística Lucia Mangano (1896-1846) escribe el 16 de diciembre de 1933: No puedo expresar lo que veo en la visión beatífica, porque ninguna lengua humana puede decirlo. Me parece conocer a Dios en su esencia, uno y trino, con sus atributos y cada atributo distinto del otro... Dios me ha dado la gracia de la visión beatífica y me parece que mi alma está confirmada en gracia, el cuerpo está espiritualizado, porque no siente la inclinación de las pasiones y me parece que el alma participa de alguna manera en la gloria de los santos8.

Trinidad Sánchez Moreno, fundadora de las Obras de la Iglesia, declara en 1963: Cuando estás en gracia, en todo momento y en toda circunstancia la Trinidad te está besando con un beso amoroso e infinito. En nuestra alma está el amor infinito, besándonos en silencio amoroso... ¡Silencio! ¡Que te besa la divinidad!.


Santa Teresa de Jesús (1515-1582) nos cuenta: Un día, después de San Mateo..., se me representaron las tres personas distintas, que cada una se puede mirar y hablar por sí. Estas personas se aman y comunican y se conocen. Pero ¿cómo decimos que las tres son una sola esencia? Y lo creemos y es una gran verdad y por ella moriría yo mil muertes. En estas tres personas no hay más que un querer, y un poder y un señorío, de manera que ninguna cosa puede una sin la otra, sino que, de cuantas criaturas hay, es sólo un Creador. ¿Podría el Hijo criar una hormiga sin el Padre? No, que es todo un poder, y lo mismo el Espíritu Santo; así que es un solo Dios todopoderoso y todas estas tres personas una Majestad. ¿Podría uno amar al Padre sin querer al Hijo y al Espíritu Santo? No, sino que quien contentare a una de estas tres personas divinas contenta a las tres y quien la ofendiere, lo mismo. ¿Podrá el Padre estar sin el Hijo y sin el Espíritu Santo? No, porque es una esencia y donde está uno están los tres, pues no se pueden dividir. Las personas veo claro que son distintas, el cómo no lo sé, pero sé que no es imaginación.

  1. 5  Appunti mistici di una madre, Roma, 1987.

  2. 6  Citado por Carmela della Croce, Nei vertice dei tre, Milano, 1989, pp. 342-355.

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EXPERIENCIAS DE DIOS del padre Ángel Peña

sábado, 16 de octubre de 2021

Maria....Oracion y conversión..

 


Os llamo a la conversión


La Santísima Virgen María dice:


Os acerco a mi Inmaculado Corazón con ternura para resguardaros en mi seno maternal y daros instrucciones del cielo para que cada día abráis más vuestros ojos a la luz de Cristo y seáis verdaderos transmisores de su Sabiduría Divina en este mundo de oscuridad y tinieblas producidas por el pecado.
Con amor de madre os llamo a la conversión permanente, esforzándoos en haceros cada vez más puros, ya que en el cielo nada manchado puede entrar, antes debéis ser transformados en el dulce fuego del amor de Dios.
Aceptad las enseñanzas que muy generosamente se os dan y que hoy no os impacta en demasía, pero que en el día de mañana guardaréis atentos ante tan sabia doctrina.
Orad por la santificación de los sacerdotes, hijos predilectos de mi divino Corazón, puesto que muchos de ellos se me pierden porque son muy pocos los que sacrifican y mortifican por la salvación de sus almas.

Qué débiles sois para el ayuno, pedid mi asistencia y os robusteceré, de tal manera que se os doblegue las apetencias de vuestros cuerpos.
Abandonaos a la infinita misericordia de vuestro Dios y transformaos en vuestra condición humana haciendo de vuestras vidas oración y anonadándoos ante las maravillas que el Padre ha puesto a vuestro alrededor. Recoged en vuestros corazones mis lágrimas de ver que son tantas las almas que caen al lago eterno del infierno.

Con insistencia os pido, a vosotros, orar por la conversión de los pecadores, suplicando a Dios Todopoderoso que sus corazones de pedernal se hagan sensibles frente a mi llamado.

No sucumbáis a la tentación, resistid firmemente frente a los ardides de Satanás, él lo único que quiere es deformar vuestra fe con falsos raciocinios y así alejaros de mi camino.

Llegad a mí con espíritu de recogimiento y de oración, ávidos de recibir mis enseñanzas y de las de mi adorable Jesús, que no son otras distintas a las contenidas en el libro Santo.

Sed fieles al vicario de Cristo, acá en la tierra (BXVI), orando fuertemente por él, ya que son muchos los enemigos que lo cercan.

Os doy abrigo bajo mi manto Divino y os resguardo del príncipe de las tinieblas. No seáis reacios frente a mis llamados, acudid a mí con prontitud que os quiero integrados en el Ejército Azul empuñando en vuestras manos el arma mortífera contra satanás, el Santo Rosario, digo santo porque siendo éste una oración tan sencilla produce efectos maravillosos en el alma de quienes lo practiquen. Caminad con el sello que os identifica como mis verdaderos hijos, no usándolo por moda sino como un signo que os marca bajo mi protección maternal. Os resguardo en mi Corazón Inmaculado para que no sintáis frío.

Os amo, os amo mucho.

A Agustín del Divino Corazón

Maria Corredentora...

 Jesús: la sublimidad de María Corredentora --Valtorta

Posted: 15 Oct 2021 03:07 AM PDT



7 de septiembre


Dice Jesús:
«"Bendito el fruto de tu vientre".
La maternidad divina y virginal hace a María inferior sólo a Dios.
Pero no os detengáis a mirar solamente la gloria de María. Pensad cuanto le costó

conseguir esa gloria. Es necio quien mira a Cristo a la luz de la resurrección y no medita sobre el Redentor moribundo en las tinieblas de Viernes santo. No habría tenido resurrección si no hubiera padecido la muerte, y no habría cumplido la Redención si no hubiera tenido el martirio. Necio quien piensa en la gloria de María y no medita en cómo llegó Ella a la gloria. El fruto de su seno, Yo, Cristo Verbo de Dios, ha desgarrado su seno.

Y no entendáis mal mis palabras. No lo he desgarrado humanamente. Ella era superior a las miserias humanas, sobre Ella no recaía la condena de Eva, pero no era superior al Dolor. Y el Dolor grande, mayúsculo, soberano, ilimitado, ha penetrado en Ella con la violencia de un meteoro que cae del Cielo en el momento mismo en que conoció el éxtasis del abrazo con el Espíritu creador.

Beatitud y dolor han estrechado en un único lazo el corazón de María en el instante de su altísimo "fiat" y de su castísimo desposorio. Beatitud y dolor se fundieron en una cosa sola como Ella se había convertido en una cosa sola con Dios. Llamada a una misión de redentora, el dolor superó desde el primer momento a la beatitud. Ésta le vino en su Asunción.

Unida al Espíritu de sabiduría, a su espíritu se le reveló el futuro que le estaba reservado a su criatura, y ya no hubo más alegría, en el sentido habitual de la palabra, para María.

A cada hora que pasaba, mientras que me formaba tomando vida de su sangre de madre virgen, y escondido en lo profundo mantenía inenarrables intercambios de amor con mi Madre, un amor y un dolor sin parangón se alzaban, como olas del mar en tempestad, en el corazón de María y la flagelaban con su potencia.

El corazón de mi Madre conoció .la incisión de las espadas del dolor desde el momento en el que la Luz, dejando el centro del Fuego Uno y Trino, penetró en Ella iniciando la Encarnación de Dios y la Redención del hombre; y ese tajo siguió creciendo durante la santa gestación: Sangre divina que se formaba con una fuente de sangre humana, Corazón del Hijo que latía al ritmo del corazón de la Madre, Carne eterna que se formaba con la carne inmaculada de la Virgen.

Mayor fue el dolor en el momento en que nací para ser Luz de un mundo en tinieblas. La beatitud de la madre que besa a su criatura se cambió, en María, en la certeza de la Mártir que sabe que su martirio está cercano.


Bendito el fruto de tu vientre.

Sí. Pero Yo he tenido que dar todo el dolor a ese seno que merecía toda la alegría destinada a un Adán sin culpa. Y por vosotros. Por vosotros la pena de consternar a José. Por vosotros el sobreparto entre tanta desolación. Por vosotros la profecía de Simeón que retorció el filo de la espada en la herida, remachando y agudizando el corte. Por vosotros la fuga a tierra extranjera, por vosotros las ansias de toda la vida, por vosotros las preocupaciones de saberme evangelizando y perseguido por las castas enemigas, por vosotros el horror de la captura, el tormento de la múltiple tortura, la agonía de mi agonía, la muerte de mi muerte.

He sido recogido en el seno que me había llevado con tal piedad que no podía ser mayor; pero, en verdad, os digo que entre mi corazón parado, sin movimiento vital, y desgarrado por la lanzada, y el de la Afligidísima que me tenía en su seno, no había diferencia de vida y de muerte. El corazón de María y su seno estaban muertos como estaba muerto Yo, el Inocente.

Añadid a los milagros relacionados con la Redención, notorios y desconocidos, evidentes para todos o revelados a los privilegiados, también éste: el que María continuase en vida por obra del Eterno después de que su corazón fue destrozado, por y para el género humano, como el de su Hijo Jesús.

Vosotros, que no sabéis y no queréis soportar el dolor, ¿pensáis qué dolor habrá sido el de la Bendita, de la Inmaculada, de la Santa, llevar en sí un corazón desgarrado, muerto, abandonado, y ver recogido en su seno un cuerpo sin vida, destrozado, sangrante, lívido, que ha sido el cuerpo del Hijo, la Carne de su carne, la Sangre de su sangre, la Vida de su vida, el amor de su espíritu?

Vosotros me habéis recibido porque María ha aceptado, treinta y tres años antes que Yo, beber el cáliz de la amargura. En el borde de la copa en la que he bebido entre sudores de sangre, he encontrado el sabor de los labios de mi Madre, y el amargor de su llanto estaba fundido con la hiel de mi sacrificio. Y; creedlo, hacerla sufrir, a Ella que no merecía el dolor, ha sido para Mí lo más costoso. El abandono del Padre, el dolor de mi Madre, la traición del amigo en la que estaban todas las traiciones de los futuros, éstas son las cosas atrocísimas de mi dolor atroz de Redentor. La lanzada de Longinos en un órgano vital que estaba ya insensible para el dolor, no tiene comparación.

Yo quisiera que por el dolor que ha destrozado a mi Madre por vosotros, vosotros le dierais amor. Amor grande, tiernísimo, de hijos hacia la más perfecta de todas las madres, la Madre que todavía no ha dejado de sufrir llorando lágrimas celestes sobre los hijos de su amor que rechazan la casa paterna y se hacen guardianes de bestias inmundas: los vicios, en vez de permanecer hijos de rey, hijos de Dios.

y si se puede dar una norma, sabed que Yo, Dios, no considero que sea disminuirme el amar con infinito y venerante amor a mi Madre, de quien veo la naturaleza inmaculada, obra del Padre, pero también recuerdo la vida martirizada de Corredentora, sin la cual Yo no habría sido Hombre entre los hombres y vuestro eterno Redento

Cuadernos Valtorta 1943

miércoles, 13 de octubre de 2021

La Virgen del Pilar....

 

Devoción a la Virgen del Pilar

Me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.

Según una antiquísima y venerada tradición, la Virgen, cuando aún vivía, se apareció en carne mortal al Apóstol Santiago el Mayor en Zaragoza, acompañada de ángeles que traían una columna o pilar como signo de su presencia.

En la aparición, Nuestra Señora consoló y reconfortó al Apóstol Santiago, a quien prometió su asistencia materna en la evangelización que estaba llevando a cabo en España. Desde entonces, el Pilar es considerado como «el símbolo de la firmeza de fe»; a la vez, nos indica el camino seguro de todo apostolado: Ad Iesum per Mariam, a Jesús, por María. La Virgen es el pilar firme, los cimientos seguros, donde se asienta la fe y donde esta fe se guarda. «Por medio de ella, a través de muy diversas formas de piedad, ha llegado a muchos cristianos la fe en Cristo, Hijo de Dios y de María». Son sostenidos «por la devoción a María, hecha así columna de esa fe y guía segura hacia la salvación».

Al ver tantas naciones y pueblos diversos que celebran hoy esta fiesta y al contemplar su amor a la Virgen podemos ver cumplidas las palabras de la Sagrada Escritura: Eché raíces entre un pueblo grande, en la porción del Señor, en su heredad. Crecí como cedro del Líbano y del monte Hermón, me he elevado como palmera de Engadí y como rosal de Jericó, como gallardo olivo en la llanura y como plátano junto al agua. Exhalé fragancia como el cinamomo y la retama, y di aroma como mirra exquisita, como resina perfumada, como el ámbar y el bálsamo, como nube de incienso en el santuario. Su devoción se ha extendido por todas partes.

La fiesta de hoy es una excelente ocasión para pedir, por su mediación, que la fe que Ella alentó desde el principio se fortalezca más y más, que los cristianos seamos testigos tanto más firmes cuanto mayores sean las dificultades que podamos encontrar en el ambiente del trabajo, de las personas con las que habitualmente nos relacionamos, o en nosotros mismos. Esto nos consuela: si hemos de enfrentarnos a obstáculos más grandes, más gracia nos obtendrá Nuestra Señora para que salgamos siempre triunfadores.

Le pedimos hoy ser pilares seguros, cimiento firme, donde se puedan apoyar nuestros familiares y nuestros amigos. Dios todopoderoso y eterno le rogamos en la Misa propia de esta fiesta que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar; concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor

Meditacion diaria

sábado, 9 de octubre de 2021

Todas las religiones son validas..... papagallo




ROMA, Italia - Francisco dijo el martes que las distintas religiones del mundo son todas "formas diferentes de llegar a Dios", lo que representa una "riqueza" que merece respeto.

"Si en el pasado nuestras diferencias nos enfrentaban, hoy vemos en ellas la riqueza de las diferentes formas de llegar a Dios y de educar a los jóvenes para la convivencia pacífica en el respeto mutuo", dijo el Papa en un discurso a los participantes en el encuentro "Religiones y Educación: Hacia un Pacto Mundial por la Educación".

La convicción de Francisco de que todas las religiones son caminos para llegar a Dios le hace discrepar de su predecesor, el Papa Benedicto XVI, que afirmaba que la diferenciación entre religiones es esencial:

"Algunas religiones "enseñan la fraternidad y la paz y son, por tanto, de enorme importancia para el desarrollo humano integral", escribió Benedicto. "Algunas actitudes religiosas y culturales, sin embargo, no abrazan plenamente el principio del amor y la verdad y, por tanto, acaban retrasando o incluso obstruyendo el auténtico desarrollo humano". Algunas religiones "no obligan a los hombres a vivir en comunión, sino que los aíslan unos de otros en una búsqueda de bienestar individual, limitada a la gratificación de los deseos psicológicos", señaló. Además, "persisten algunas tradiciones religiosas y culturales que anquilosan a la sociedad en agrupaciones sociales rígidas, en creencias mágicas que no respetan la dignidad de la persona y en actitudes de sometimiento a poderes ocultos", escribió BXVI". Años antes, como cardenal, había observado que existen "formas desviadas y esotéricas de religión". Hay formas "patológicas" de religión, religiones "evidentemente enfermas" y religiones "destructivas para el hombre". En este sentido, "quien vea en las religiones del mundo sólo supersticiones reprobables se equivoca", escribió, pero "quien sólo quiera hacer una valoración positiva de todas las religiones... se equivoca igualmente".

El discurso del martes no fue la primera vez que el Papa Francisco pareció sugerir que todas las religiones conducen a Dios y, por lo tanto, una pluralidad de religiones es, de hecho, querida por Dios.

En febrero de 2019, Francisco firmó una declaración conjunta con el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb, en la que se afirmaba que Dios quiere una pluralidad de religiones al igual que quiere una pluralidad de colores, sexos, razas e idiomas:

"El pluralismo y la diversidad de religiones, color, sexo, raza y lengua son queridos por Dios en su sabiduría, por la que creó a los seres humanos", declaraba la declaración.

Poco después, el antiguo jefe doctrinal de la conferencia episcopal estadounidense, el padre Thomas Weinandy, publicó un artículo en el que criticaba la declaración de Abu Dhabi, insistiendo en que el texto infravalora la persona de Jesús y socava el propio Evangelio. La existencia de una variedad de colores, razas y lenguas en la humanidad es muy diferente de una variedad de afirmaciones de verdad contradictorias sobre la identidad de Dios y su forma de actuar, escribió el padre Weinandy. El Papa Francisco es conocido por sus declaraciones ambiguas, dijo el sacerdote, pero el texto de Abu Dhabi es "el más atroz". "Por implicación, no sólo devalúa la persona de Jesús, sino que también, y más aún, golpea el corazón mismo de la voluntad eterna de Dios Padre. Así, esa estudiada ambigüedad socava el propio Evangelio", escribió. Con su lenguaje vago e impreciso, el Papa hace el juego a los académicos y expertos contemporáneos que sostienen que el cristianismo ya no puede pretender ser la única religión verdadera, dijo. Según la creencia católica, añadió el sacerdote, Jesucristo es "el Salvador universal y el Señor definitivo" y no puede compararse con ningún otro fundador, gurú o guía religioso. "Independientemente de ello, nadie, ni siquiera un pontífice, puede deshacer o anular la voluntad de Dios Padre respecto a Jesús su Hijo", dijo.


"En su amor, el Padre ha dado al mundo a Jesús su Hijo, y 'no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que debamos salvarnos' (Hechos 4,12)", añadió Weinandy.

Thomas D. Williams, Ph.D.

viernes, 8 de octubre de 2021

El santo Rosario...

 

Contemplar los misterios del Rosario



El nombre de Rosario, en la lengua castellana, proviene del conjunto de oraciones, a modo de rosas, dedicadas a la Virgen. También como rosas fueron los días de la Virgen: «Rosas blancas y rosas rojas; blancas de serenidad y pureza, rojas de sufrimiento y amor. San Bernardo aquel enamorado de Santa María dice que la misma Virgen fue una rosa de nieve y de sangre.


»¿Hemos intentado alguna vez desgranar su vida, día a día, en nuestras manos?». Eso hacemos al contemplar las escenas misterios de la vida de Jesús y de María que se intercalan cada diez Avemarías. En estas escenas del Rosario, divididas en tres grupos, recorremos los diversos aspectos de los grandes misterios de la salvación: el de la Encarnación, el de la Redención y el de la vida eterna. En estos misterios, de una forma u otra, tenemos siempre presente a la Virgen. En el Santo Rosario no se trata solo de repetir las Avemarías a Nuestra Señora, que, como procuramos hacerlo con amor quizá poniendo peticiones en cada misterio o en cada Avemaría, no nos resultan monótonas. En esta devoción vamos también a contemplar los misterios que se consideran en cada decena. Su meditación produce un gran bien en nuestra alma, pues nos va identificando con los sentimientos de Cristo y nos permite vivir en un clima de intensa piedad: gozamos con Cristo gozoso, nos dolemos con Cristo paciente, vivimos anticipadamente en la esperanza, en la gloria de Cristo glorificado.


Para realizar mejor esta contemplación de los misterios puede ser práctico detenerse «durante unos segundos tres o cuatro en un silencio de meditación, considerando el respectivo misterio del Rosario, antes de recitar el Padrenuestro y las Avemarías de cada decena»; acercarnos a la escena como un personaje más, imaginar los sentimientos de Cristo, de María, de José...


Así, procurando con sencillez «asomarnos» a la escena que se nos propone en cada misterio, el Rosario «es una conversación con María que, igualmente, nos conduce a la intimidad con su Hijo». Nos familiarizamos en medio de nuestros asuntos cotidianos con las verdades de nuestra fe, y esta contemplación que podemos hacer incluso en medio de la calle, del trabajo, nos ayuda a estar más alegres, a comportarnos mejor con quienes nos relacionamos. La vida de Jesús, por medio de la Virgen, se hace vida también en nosotros, y aprendemos a amar más a Nuestra Madre del Cielo. ¡Qué ciertas son las verdades que así expresó el poeta!: «Tú que esta devoción supones  monótona y cansada, y no la rezas porque siempre repite iguales sones,  tú no entiendes de amores y tristezas: ¿qué pobre se cansó de pedir dones, qué enamorado de decir ternezas?».

Meditacion diaria.


Las Letanías....

 

Las letanías

 


Después de contemplar los misterios de la vida de Jesús y de Nuestra Señora con el Padrenuestro y el Avemaría, terminamos el Santo Rosario con la letanía lauretana y algunas peticiones que varían según las regiones, las familias o la piedad personal.


El origen de las letanías se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Eran oraciones breves, dialogadas entre los ministros del culto y el pueblo fiel, y tenían un especial carácter de invocación a la misericordia divina. Se rezaban durante la Misa y, más especialmente, en las procesiones. Al principio se dirigían al Señor, pero muy pronto surgen también las invocaciones a la Virgen y a los santos. Las primicias de las letanías marianas son los elogios llenos de amor de los cristianos a su Madre del Cielo y las expresiones de admiración de los Santos Padres, especialmente en Oriente.


Las que actualmente se rezan en el Rosario comenzaron a cantarse solemnemente en el Santuario de Loreto (de donde procede el nombre de letanía lauretana) hacia el año 1500, pero recogen una tradición antiquísima. Desde allí se extendieron a toda la Iglesia.


Cada título es una jaculatoria llena de amor que dirigimos a la Virgen y nos muestra un aspecto de la riqueza del alma de María. Estas invocaciones se agrupan según las principales verdades marianas: maternidad divina, virginidad perpetua, mediación, realeza universal y ejemplaridad y camino para todos sus hijos. Estas aclamaciones vienen expresadas en las primeras advocaciones, y son desarrolladas a continuación. Así, al invocarla como Sancta Dei Genitrix, profesamos explícitamente la maternidad; cuando la alabamos como Virgo virginum, reconocemos su virginidad perpetua, que la hace Virgen entre las vírgenes; al invocarla con el título de Mater Christi, profesamos su íntima e indisoluble unión con Cristo, verdadero Mediador y verdadero Rey, y la reconocemos, por tanto, como Reina y mediadora...


La Virgen es Madre de Dios y Madre nuestra, y es este el título supremo con que la honramos y el fundamento de todos los demás. Por ser Madre de Cristo, Madre del Creador y del Salvador, lo es de la Iglesia, de la divina gracia, es Madre purísima y castísima, intacta, incorrupta, inmaculada, digna de ser amada y de ser admirada.

En las letanías se recogen diversos aspectos de la virginidad perpetua de María: es Virgen prudentísima, digna de veneración, digna de alabanza, poderosa, clemente, fiel...

La Madre de Dios, Mediadora en Cristo entre Dios y los hombres, se prodiga continuamente en servicio nuestro. Nos es presentada además bajo tres bellísimos símbolos y otros aspectos de su mediación universal: la Virgen María es la nueva Arca de la alianza, la Puerta del Cielo a través de quien llegamos a Dios, es la Estrella de la mañana que nos permite siempre orientarnos en cualquier momento de la vida, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores (¡tantas veces hemos tenido que recurrir a Ella!), Consoladora de los afligidos, Auxilio de los cristianos...

María es Reina de todo lo creado, de los cielos y de la tierra, porque es Madre del Rey del universo. La universalidad de este reinado comienza en los ángeles y sigue en los santos (los del Cielo y los que en la tierra buscan la santidad): Santa María es Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles, de los mártires, de los que confiesan la fe, de las vírgenes, de todos los santos. Termina con cuatro títulos de realeza: es Reina concebida sin pecado, asunta al Cielo, del santísimo Rosario y de la paz.

Después de invocarla como ejemplo acabado y perfecto de todas las virtudes, sus hijos la aclamamos con estos símbolos y figuras de admirable ejemplaridad: Espejo de santidad, Trono de sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso honorable, Vaso insigne de devoción, Rosa mística, Torre de David, Torre de marfil y Casa de oro.


Al detenernos despacio en cada una de estas advocaciones podemos maravillarnos de la riqueza espiritual, casi infinita, con que Dios la ha adornado. Nos produce una inmensa alegría tener una Madre así, y se lo decimos muchas veces a lo largo del día. Cada una de las advocaciones de las letanías nos puede servir como una jaculatoria en la que le decimos lo mucho que la amamos, lo mucho que la necesitamos.

Meditacion diaria