domingo, 7 de enero de 2024

L puerta al pecado

 VERDADES GLOBALES:

El terrible paso que se da en este documento es que en vez de dejar libertad a los obispos y sacerdotes para que hagan lo que consideren en su diócesis y su parroquia (que, lamentablemente, ya era abrir la puerta al pecado), se afirma que "se podrían permitir diferentes modos de aplicación, pero no una negación definitiva de este camino que se propone a los sacerdotes".

Es decir, que a los sacerdotes se les va a obligar a cometer sacrilegios y blasfemias tal y como ya explicó el Cardenal Muller (por tanto, ahora ya no se trata de abrir la puerta al pecado, sino de cerrar la puerta a la santidad).
De este modo, quien tenga miedo de ser cesado o de perder su puesto y no se plante ante esta aberración contra Jesucristo y Su Verdad, claudicará para traicionar a Jesucristo, entregarse al pecado y convertirse en un sacerdote blasfemo y sacrílego.

Tenemos que lo que era un abrir la puerta a dar las bendiciones a parejas homosexuales y en pecado mortal,
se convierte ahora en una imposición a dar estas bendiciones sacrílegas y blasfemas, excepto en los países donde las leyes Lgtb aún no se han implantado
, como aclara el documento en el punto 3.
Vemos con qué descaro la masonería y la masonería eclesiástica trabajan perfectamente coordinadas para hacer avanzar el plan del Maligno.

Recordemos que el objetivo de la masonería es conducir a las almas a la perdición legislando contra la Ley de Dios y promoviendo todo culto a falsas religiones y falsas divinidades;
y el objetivo de la masonería eclesiástica es el de destruir a Cristo y a Su Iglesia, construyendo un nuevo ídolo: un falso Cristo y una falsa iglesia, que es la iglesia del demonio. El fin coordinado de ambas es impedir la salvación de las almas.
Para que luego muchos ingenuos digan que el complot no existe...

Vamos a refutar este inmundo y malévolo documento:

En el punto 1: Doctrina, se trata de mostrar en primer lugar una aparente comprensión por "los pronunciamientos de algunas Conferencias Episcopales sobre el documento Fiducia Supplicans" para luego con gran desprecio afirmar que el valor de esos pronunciamientos es "poner de relieve la necesidad de un periodo más largo de reflexión pastoral".
En definitiva, más de lo mismo, porque lo que se insinúa en esta frase es que las Conferencias Episcopales que se oponen a Fiducia Supplicans es porque no lo han entendido bien y deben tener más tiempo para una reflexión pastoral, es decir, que hay que darles más tiempo para que entiendan y acepten Fiducia Supplicans, porque parece que son tontos y no lo entienden.
Una vez más, sabiduría diabólica, esta vez, para humillar a las Conferencias Episcopales que se oponen a Fiducia Supplicans.

Luego afirma que "lo expresado por las Conferencias Episcopales no puede interpretarse como una oposición doctrinal"... ¡Vaya! ¡Ahora se hacen los tontos ellos! Y lo justifican diciendo: "porque el documento es claro y clásico sobre el matrimonio y la sexualidad".
Y para justificar esta falsedad...
¡Se ponen a enumerar los textos, dentro de
Fiducia Supplicans en los que afirman seguir manteniéndose dentro de la doctrina que siempre defendió la Iglesia!
Es decir, señalan que el documento dice estar de acuerdo con la doctrina de la Iglesia porque contiene textos en los que ellos afirman mantenerse en la doctrina de la Iglesia, pero luego omiten dónde dentro del documento se están saltando descaradamente la aplicación de la doctrina de la Iglesia. ¡Una vez más, nos tratan a todos como tontos!

Y la conclusión final supone tratarnos peor aún: como idiotas:
"Evidentemente, no habría lugar a distanciarse doctrinalmente de esta Declaración o a considerarla herética, contraria a la Tradición de la Iglesia o blasfema".
Es decir, que según Bergoglio y sus colaboradores no hay lugar para discrepar ni oponerse a la Declaración Fiducia Supplicans, ni para considerarla, herética, contraria a la Tradición de la Iglesia Católica o blasfema.

Simplemente lo que tratan de hacer es cerrar la puerta a lo que debe ser la respuesta correcta de todo aquel que de verdad ama a Jesucristo y lucha por permanecer en Su Verdad y en la Tradición de Su Iglesia:
Rechazar categóricamente Fiducia Supplicans porque es una Declaración herética, blasfema y totalmente contraria a la Tradición de la Iglesia Católica.