La práctica de la homosexualidad no tiene nada que ver con el Amor Verdadero, y no sólo es un pecado gravísimo y una gravísima desobediencia al sexto mandamiento de la Ley de Dios; es además, una obediencia perfecta al sexto mandamiento de Satanás:
6° Mandamiento satánico:
Sexo, sexo, sexo. Lujuria, lujuria, lujuria… sólo piensa en el placer y nada más para tu cuerpo. Tu cuerpo es placer, sólo placer. Disfruta de la vida sólo con tu cuerpo, no pienses en el alma ni nada, sólo sexo. El sexo oculta el alma y quien piensa en sexo, sólo piensa en físico. Acepta toda clase de sexo: Hombres con hombres, mujeres con mujeres; hombres, mujeres y toda clase de aberraciones, de todo, todo vale para que sacies tus apetitos sexuales. Eres sexo. Apoya la infidelidad, el divorcio, la unión libre, la unión civil. Nada de castidad ni esas tonterías, tú eres sexo puro.
Citas de la Sagrada Escritura que nos ofrecen criterios claros sobre el pecado de la homosexualidad:
(Seguimos con el Nuevo Testamento)
⁶° Romanos 1 nos explica el origen de la homosexualidad y la causa de que prolifere y se extienda tanto, y que este pecado es una justa consecuencia por rechazar el verdadero conocimiento de Dios y es un justo castigo por toda la impiedad e injusticia de los hombres: Dios los entrega a la insensatez de su mente para que hagan lo que no conviene y caminen hacia su perdición.
Y la raíz de todo este desastre es la soberbia del hombre:
"En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia;
pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles.
Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén.
Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.
Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen."
(Rom 1, 18-32)
(Seguimos con el Nuevo Testamento)
⁶° Romanos 1 nos explica el origen de la homosexualidad y la causa de que prolifere y se extienda tanto, y que este pecado es una justa consecuencia por rechazar el verdadero conocimiento de Dios y es un justo castigo por toda la impiedad e injusticia de los hombres: Dios los entrega a la insensatez de su mente para que hagan lo que no conviene y caminen hacia su perdición.
Y la raíz de todo este desastre es la soberbia del hombre:
"En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia;
pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles.
Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén.
Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.
Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen."
(Rom 1, 18-32)
⁸° San Pablo en la Sagrada Escritura nos ordena no relacionarnos con los que llamándose hermanos son impuros, y aquí entran lógicamente los homosexuales. Por tanto, la Iglesia debe de juzgar con juicio justo a los de dentro... ¿para qué? ¡Para arrojar fuera de la Iglesia a los impuros que buscan que su vida de pecado sea permitida y aprobada!
Como dice la Sagrada Escritura: "¡Arrojad de entre vosotros al malvado!" (cf Dt 13,6)
Por tanto, si los Prelados deben de arrojar a los homosexuales y a los impuros que no se quieren convertir, fuera de la Iglesia Católica... ¿los van ahora a bendecir...? ¡NO, JAMÁS!
Según la Sagrada Escritura los homosexuales y los impuros que no se quieren convertir deben ser expulsados de la Iglesia Católica:
(Nota: De este texto se deduce fácilmente que en la Iglesia de Jesucristo no caben todos, todos, todos como afirmó Bergoglio... ¡En la Iglesia de Jesucristo sólo caben los que deciden romper con el pecado y luchan por su santidad y conversión!)
"Al escribiros en mi carta que no os relacionarais con los impuros, no me refería a los impuros de este mundo en general o a los avaros, a ladrones o idólatras. De ser así, tendríais que salir del mundo.
¡No!, os escribí que no os relacionarais con quien, llamándose hermano, es impuro, avaro, idólatra, ultrajador, borracho o ladrón. Con esos, ¡ni comer! Pues ¿por qué voy yo a juzgar a los de afuera? ¿No es a los de dentro a quien vosotros juzgáis? A los de fuera Dios los juzgará.
¡Arrojad de entre vosotros al malvado!"
(1 Cor 5, 9-13)
Por tanto, la frase de Bergoglio: "Si uno es gay... ¿quien soy yo para juzgarlo?" prueba que Bergoglio no pertenece realmente a la Iglesia Católica, sino que pertenece a la masonería eclesiástica y es realmente el falso profeta.
Como dice la Sagrada Escritura: "¡Arrojad de entre vosotros al malvado!" (cf Dt 13,6)
Por tanto, si los Prelados deben de arrojar a los homosexuales y a los impuros que no se quieren convertir, fuera de la Iglesia Católica... ¿los van ahora a bendecir...? ¡NO, JAMÁS!
Según la Sagrada Escritura los homosexuales y los impuros que no se quieren convertir deben ser expulsados de la Iglesia Católica:
(Nota: De este texto se deduce fácilmente que en la Iglesia de Jesucristo no caben todos, todos, todos como afirmó Bergoglio... ¡En la Iglesia de Jesucristo sólo caben los que deciden romper con el pecado y luchan por su santidad y conversión!)
"Al escribiros en mi carta que no os relacionarais con los impuros, no me refería a los impuros de este mundo en general o a los avaros, a ladrones o idólatras. De ser así, tendríais que salir del mundo.
¡No!, os escribí que no os relacionarais con quien, llamándose hermano, es impuro, avaro, idólatra, ultrajador, borracho o ladrón. Con esos, ¡ni comer! Pues ¿por qué voy yo a juzgar a los de afuera? ¿No es a los de dentro a quien vosotros juzgáis? A los de fuera Dios los juzgará.
¡Arrojad de entre vosotros al malvado!"
(1 Cor 5, 9-13)
Por tanto, la frase de Bergoglio: "Si uno es gay... ¿quien soy yo para juzgarlo?" prueba que Bergoglio no pertenece realmente a la Iglesia Católica, sino que pertenece a la masonería eclesiástica y es realmente el falso profeta.
El gran problema es que la masonería eclesiástica ha permitido y fomentado el avance de la homosexualidad dentro del clero.
Los escandalosos casos de homosexualidad y de abuso sexual que han salido a la luz, son la inevitable consecuencia de esta sibilina, astuta y diabólica acción de la masonería eclesiástica infiltrada dentro de la Iglesia Católica.
Los escandalosos casos de homosexualidad y de abuso sexual que han salido a la luz, son la inevitable consecuencia de esta sibilina, astuta y diabólica acción de la masonería eclesiástica infiltrada dentro de la Iglesia Católica.