miércoles, 24 de enero de 2024

La agenda 2030...

 ¿Sería posible que un supuesto Papa llegase a negar lo que siempre han defendido la Tradición y el Magisterio de la Iglesia Católica, y la Sagrada Escritura, sobre la propiedad privada?

En el marco de la 109° Conferencia Internacional del Trabajo, el ‘papa Francisco’ sostuvo, como hiciera ya en Fratelli Tutti (2020), que la propiedad privada se encontraba subordinada al derecho superior constituido por el destino universal de los bienes de la tierra.

A grandes rasgos, quienes interpretan que Francisco pervierte la doctrina católica consideran que este tipo de declaraciones confirman sus sospechas y desconfianzas contra un “papa globalista”.

SCHWAB /BERGOGLIO : LA PROPIEDAD PRIVADA ES INSOSTENIBLE

Schwab: «la humanidad se mueve hacia un futuro post carbono. La gente debe aceptar que cosas como comer carne o tener propiedad privada son insostenibles» .

Para los que todavía no ven quién es Bergoglio, se identifica plenamente con estos personajes mundialistas. El pseudo papa aseveró que la propiedad privada es un derecho secundario.

Veamos la Doctrina de la Iglesia Católica sobre la Propiedad privada

Papa León XIII:
Encíclica «Quod Apostolici Muneris»
(Sobre el socialismo, comunismo, nihilismo y otros errores,
28 de diciembre de 1878)

Derecho de propiedad.

La prudencia católica bien apoyada sobre los preceptos de la ley divina y natural, provee con singular acierto a la tranquilidad pública y doméstica por las ideas que adopta y enseña respecto al derecho de propiedad y a la división de los bienes necesarios o útiles en la vida.
Porque mientras los socialistas, presentando el derecho de propiedad como invención humana contraria a la igualdad natural entre los hombres;
mientras, proclamando la comunidad de bienes, declaran que no puede conllevarse con paciencia la pobreza, y que impunemente se puede violar la posesión y derechos de los ricos,
la Iglesia reconoce mucho más sabia y útilmente que la desigualdad existe entre los hombres, naturalmente desemejantes por las fuerzas del cuerpo y del espíritu, y que esta desigualdad existe también en la posesión de los bienes;
por lo cual manda, además, que el derecho de propiedad y de dominio, procedente de la naturaleza misma, se mantenga intacto e inviolado en las manos de quien lo posee,
porque sabe que el robo y la rapiña han sido condenados en la ley natural por Dios, autor y guardián de todo derecho; hasta tal punto, que no es lícito ni aun desear los bienes ajenos,
y que los ladrones, lo mismo que los adúlteros y los adoradores de los ídolos, están excluidos del reino de los cielos.

No por eso, sin embargo, olvida la causa de los pobres, ni sucede que la piadosa Madre descuide el proveer a las necesidades de éstos, sino que,
por lo contrario, los estrecha en su seno con maternal afecto, y, teniendo en cuenta que representa a la persona de Cristo, el cual recibe como hecho a sí mismo el beneficio hecho por cualquiera al último de los pobres,
les honra grandemente y les alivia por todos los medios, levanta por todas partes casas y hospicios, donde son recogidos, alimentados y cuidados; asilos, que toma bajo su tutela.
Obliga a los ricos con el grave precepto de que den lo superfluo a los pobres, y les amenaza con el juicio divino, que les condenará a eterno suplicio, si no alivian las necesidades de los indigentes.
Ella, en fin, eleva y consuela el espíritu de los pobres, ora proponiéndoles el ejemplo de Jesucristo, que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros (2 Cor 8, 9), ora recordándoles las palabras con que los declaró bienaventurados, prometiéndoles la eterna felicidad.

¿Quién no ve cómo aquí está el mejor medio de arreglar el antiguo conflicto surgido entre los pobres y los ricos?
Porque, como lo demuestra la evidencia de las cosas y de los hechos, si este medio es desconocido o relegado, sucede forzosamente que,
o se verá reducida la mayor parte del género humano a la vil condición de esclavos, como en otro tiempo sucedió entre los paganos, o la sociedad humana se verá envuelta por continuas agitaciones, devorada por rapiñas y asesinatos, como deploramos haber acontecido en tiempos muy cercanos.»

¿Ha dicho Bergoglio algo respecto del derecho a la propiedad privada…?

¿Sería posible que un supuesto Papa se atreviese a contradecir un texto tan claro y contundente como este texto de León XIII en la Encíclica «Quod Apostolici Muneris» sobre la propiedad privada,
y se atreviese a defender los errores del socialismo, el comunismo y el nihilismo?

¿Sería posible que un supuesto Papa llegase a negar lo que siempre han defendido la Tradición y el Magisterio de la Iglesia Católica, y la Sagrada Escritura, sobre la propiedad privada?

Veamos…

Las dos frases de Bergoglio en este vídeo que hablan de la propiedad privada contradiciendo la doctrina de la Iglesia Católica,

son las siguientes:

  • «Construyamos la nueva justicia social asumiendo que la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto e intocable el derecho a la propiedad privada,
    y subrayó siempre la función social de cualquiera de sus formas».
  • «El derecho de propiedad es un derecho natural secundario derivado del derecho que tienen todos, nacido del destino universal de los bienes creados.
    No hay justicia social que pueda cimentarse en la inequidad, que supone la concentración de la riqueza». 

Verdades Globales....Ejército Remanente..