Recordemos hasta qué punto Bergoglio es enemigo de la Cruz de Cristo: Felicita a ‘artista’ que sumerge a Cristo en orina8

Los masones desprecian el Crucifijo. Entre sus ritos está el pisar, escupir y orinarse en el Crucifijo. Con este acto perverso Bergoglio cumple la Profecía del Profeta Daniel que advierte que el hijo de perdición con adulación confirma en su apostasía a los que se rebelan contra Dios.
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Los masones desprecian el Crucifijo. Entre sus ritos está el pisar, escupir y orinarse en el Crucifijo. Otras de sus prácticas es el evitar mencionar el Nombre de Jesús para no «ofender» a otras
. Los masones niegan la realidad del pecado, utilizan cruces vaciadas de todo contenido del Poder Redentor de Cristo, cruces que son un mero símbolo de la naturaleza. Bajan a Cristo de la Cruz, para negar la salvación.
«Si eres Hijo de Dios, bájate de la cruz». «Descienda ahora de la cruz y le creemos».
En su rebelión contra Dios y contra la Iglesia, Bergoglio aplaude a los que desafían a Dios y declaran la guerra a las Leyes de Dios. Con este acto perverso Bergoglio cumple la Profecía del Profeta Daniel que advierte que el hijo de perdición con adulación confirma en su apostasía a los que se rebelan contra Dios.
Daniel 11:32. Con halagos hará apostatar a los que obran inicuamente hacia el pacto, mas el pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará.
Según Wikipedia, Serrano “fue criado como un católico romano estricto”, algo que solo sirve para agravar aún más sus blasfemias públicas (es decir para agravar su apostasía publica).
Noticia de Gloria TV:
Con motivo del 50º aniversario de la colección de “arte” contemporáneo de los Museos Vaticanos, Francisco recibió el 23 de junio a doscientos “artistas”, elogiándolos como “verdaderos visionarios” que pueden “ver”, “inventar” y “soñar” .
Entre ellos estaba el blasfemo neoyorquino Andrés Serrano, quien en 1987 sumergió un crucifijo de plástico en un frasco de cristal con su propia orina y lo fotografió bajo el título Piss Christ.

Francisco reconoció que algunos entre la multitud utilizan la “confrontación” para hacer “reflexionar” a la gente. Pero -como era de esperar- llamó blanco al negro, y afirmó que producir blasfemias y enfrentamientos era una forma de encontrar “belleza” y “armonía”.
Filipenses 3:18-19
Ya les he dicho muchas veces, y ahora se lo repito con lágrimas, que hay muchos que están viviendo como enemigos de la cruz de Cristo, y su fin es la perdición. Su dios son sus propios apetitos, y sienten orgullo de lo que debería darles vergüenza. Sólo piensan en las cosas de este mundo.
El Pecado de Bergoglio es un pecado de Malicia es decir el mismo pecado de los ángeles apóstatas dice San Alfonso Maria de Ligorio:
Todo pecado del sacerdote es pecado de malicia como lo fue el pecado de los ángeles, que pecaron a plena luz. “Es un ángel del Señor, dice San Bernardo, es pecado contra el cielo (…). Peca en medio de la luz, por lo que su pecado, como se ha dicho, es pecado de malicia, ya que no puede alegar ignorancia, pues conoce el mal del pecado mortal, ni puede alegar flaqueza, pues conoce los medios para fortalecerse, si quiere y si no lo quiere, suya es la culpa: Cuerdo dejó de ser para obrar bien [Salmo 35, 4]. “Pecado de malicia, enseña santo Tomás, es el que se comete a sabiendas (…); y en otro lugar afirma que “todo pecado de malicia es pecado contra el Espíritu Santo es pecado contra el Espíritu Santo, dice San Mateo no se (le) perdonará ni en este mundo ni en el venidero [Mt 12, 32]; y quiere con ello significar que tal pecado será difícilmente perdonado, a causa de la ceguera que lleva consigo, por cometerse maliciosamente.
Nuestro Salvador rogó en la cruz por sus perseguidores diciendo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen [Lc 23, 34]; y esta oración no vale a favor de los sacerdotes malos, sino que, al contrario, los condena, pues los sacerdotes saben lo que hacen. Se lamentaba Jeremías, exclamando: ¡Ay, como se ha oscurecido el oro, ha degenerado el oro mejor! [Lam. 4, 1]. Este oro degenerado, dice el cardenal Hugo, es precisamente el sacerdote pecador, que tendría que resplandecer de amor divino, y con el pecado se trueca en negro y horrible de ver, hecho objeto de honor hasta el mismo infierno y más odioso a los ojos de Dios que el resto de los pecadores, San Juan Crisóstomo dice que “el Señor nunca es tan ofendido como cuando le ofenden quienes están revestidos de la dignidad sacerdotal”.