Extracto de la transcripción:
A medida que examinamos la crisis en la Iglesia, un hilo común lo atraviesa todo y lo une todo, directa e indirectamente. Y esa es la presencia del clero homosexual infiel.
Cada gran escándalo que se desarrolla, se conecta con este mal.
Ejemplos de estos escándalos:
Francisco encubre a clero homosexual activo que también es abusador de niños y / o adultos.
Francisco encubre al clero homosexual activo, incluidos sacerdotes, obispos y cardenales.
Promueve las carreras de clérigos homosexualistas como el futuro Card Matteo Zuppi.
Múltiples obispos culpables de los pecados de homosexualidad activa, como Michael Bransfield, Daniel Ryan y Rembert Weakland.
Los obispos saben todo esto acerca de sus compañeros obispos y se niegan a decir ni hacer nada.
Los obispos asaltan el patrimonio de la Iglesia, por valor de miles de millones de dólares, para hacer pagos de abusos cometidos por los sacerdotes homopredadores.
Obispos que protegen a los sacerdotes homopredadores a través de acuerdos legales secretos para evitar escandalizar a los laicos.
Obispos que permiten, e incluso promueven, a los sacerdotes homosexuales en posiciones de autoridad y formación sobre los seminaristas, lo que perpetúa el mal.
La negativa a corregir públicamente a las parroquias pro-gay, las enseñanzas o mensajes en redes sociales por parte del clero homosexualista.
¿Qué consecuencias ha traído este enorme fallo en el episcopado?
El horror de Theodore McCarrick.
Un sacerdote escondido por quemar una pancarta gay.
Un arzobispo escondido por destapar a la corrupta mafia gay.
Una diócesis al borde del colapso en Buffalo.
Un sacerdote homosexual en DC dirige la Basílica Nacional.
Su obispo apoya todo tipo de actuaciones homosexuales.
Miles de vidas de víctimas masculinas en su mayoría adolescentes fueron destruidas, muchas incluso murieron por su causa.
Veinte diócesis ahora van a declararse en bancarrota.
Un abandono casi completo de la predicación de la fe real, sustituyéndola por puntos de debate político / cultural liberales.
Un sacerdote puede correr salvajemente en las redes sociales y en varias diócesis diseminando veneno a voluntad.
El episcopado estadounidense se ha convertido en un pozo negro de maldad y cobardía; indiferente, impasible ante el sufrimiento de los fieles católicos a su alrededor.
En conjunto, durante los últimos 50 años, han provocado que el redil de ovejas se haya alejado casi por completo de la Fe.
Los pocos que permanecen ignoran en gran medida la belleza de la fe, y hasta un tercio de los practicantes semanales rechazan creer en la Presencia Real, los mismos laicos que, más que cualquier otro cuerpo cristiano en el país, aceptan el matrimonio civil homosexual en una mayoría: 55%.
Ante estos hechos devastadores, ¿qué hace el episcopado?
Promover la inmigración ilegal.
Emitir 20 declaraciones en nueve meses sobre violencia armada y ninguna sobre aborto
Distribuir la Sagrada Comunión a los políticos católicos pro abortistas
incluso se niegan a considerar la excomunión para los más notorios .
Y en medio de todo esto, muchos de ellos han lanzado múltiples campañas de recaudación de fondos
Han tratado desesperadamente de pintar una imagen de que las cosas ahora están bajo control, y todos pueden calmarse, (y seguir dando dinero)
Han abdicado colectivamente de toda responsabilidad del cargo que tienen, y al mismo tiempo arremeten contra los laicos que los llaman al orden.
Y persiguen a los buenos sacerdotes que se atreven a pronunciar una palabra, en apoyo de las ovejas que sufren.
Estos hombres pueden ocupar el cargo de `padre´, pero están lejos de actuar como tales. Han suplantado ese sagrado deber por el de burócratas
En todo el país, no hay voz de protesta levantada por los obispos, ni amor ni caridad por los fieles
Las ovejas son vistas como poco más que un rebaño para ser esquilado y las relaciones públicas buscan mantener el flujo de dinero.
Todo esto es para proteger su mundo donde se acepta la homosexualidad activa o pasiva dentro de sus propias filas
Todos fueron juntos al seminario y avanzaron juntos a la escuela de formación de obispos, donde otros obispos homosexuales los promovieron y les enseñaron a ser "obispos".
Este es un estado de cosas repugnante y depravado, y ha creado un cisma de facto, un cisma operativo en la Iglesia, donde el establecimiento de la Iglesia es poco más que un servicio de citas gay o un club nocturno gay y los fieles quedan relegados al márgenes del ghetto.
La aceptación de lo homosexual dentro de las filas clericales no es la responsable de todos los males de la Iglesia, pero es, sin lugar a dudas, la causa principal de cualquier situación corrupta, hoy en la Iglesia.
Ha habido un cisma informal durante décadas y está siendo impulsado por el clero homosexual.
