miércoles, 12 de junio de 2024

Vida de Jesus......


3°Año Vida Pública: Jesús Será el Justo -María Valtorta

Pero, escuchadme atentamente: habéis de saber que, si en el primero fui el Hombre-Maestro, el Sabio que llama a la Sabiduría con humanidad perfecta e intelectual perfección, y en el segundo fui el Salvador y Amigo, el Misericordioso que pasa acogiendo, perdonando, compadeciéndose, soportando, en el tercero seré el Dios Redentor y Rey, el Justo.

El Evangelio como me ha sido revelado o Poema de El Hombre Dios.

Esta obra es un compendio de visiones que María Valtorta tuvo de la vida de Jesús hace dos mil años, caminando junto a los apóstoles, junto a Su Madre. En fin, una verdadera maravilla de la revelación privada en la que no estamos obligados a creer, pero que sin duda enriquece el alma.

4) Tercer año de la vida pública de Jesús

Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año, Jesús será el Justo

Juan, Santiago, Mateo y Andrés han llegado ya a Nazaret, y. mientras esperan a Pedro, pasean por el huerto de Nazaret, jugando con Margziam o hablando entre ellos. No veo a ningún otro, como si Jesús faltara en este momento de casa y María estuviera ocupada en algunas labores (por el humo del horno, yo diría que está allí dentro, haciendo el pan).

A los cuatro apóstoles se les ve contentos de estar en casa del Maestro, y lo exteriorizan. Hasta tres veces les dice Margziam:

-¡Pero no os riáis de esa forma!

Y, la tercera vez, Mateo nota la recomendación y pregunta:
-¿Por qué, chico? ¿No es justo sentirse contentos de estar aquí? Tú has disfrutado de este sitio, ¿no? Pues ahora nosotros -y le da afablemente un cachetito. Margziam lo mira muy serio. Pero sabe callar.

Regresa Jesús con sus primos Judas y Santiago, los cuales saludan efusivamente a los compañeros, de los que han estado separados muchos días. María de Alfeo asoma la cabeza desde el interior del horno, toda colorada y llena de harina, y sonríe a sus hijotes.

El último en regresar es el Zelote, que dice:
-He hecho todo, Maestro. Dentro de poco, Simón estará aquí.
-¿Qué Simón? ¿Mi hermano o Simón de Jonás?

-Tu hermano, Santiago. Viene a saludarte con toda la familia.

Efectivamente, pasados pocos minutos, unos golpes en la puerta y una densa parlería anuncian la llegada de la familia de Simón de Alfeo, que es el primero en entrar, llevando de la mano a un niñito de unos ocho años; tras él, Salomé, rodeada por su nidada. María de Alfeo se apresura a salir del cuarto del horno y besa a sus nietos, contenta de verlos ahí.

-¿Te marchas, entonces, otra vez? -pregunta Simón, mientras sus hijos estrechan amistad con Margziam, el cual, me parece, conoce bien sólo a Alfeo, el curado.
-Sí, es hora.

-Tendrás todavía días lluviosos.
-No importa. Los días nos van acercando a la primavera.
-¿Vas a Cafarnaúm?

-Sí, iré también allí. Pero no enseguida. Ahora atravesaré la Galilea e iré allende sus confines.
-Cuando estés en Cafarnaúm y yo lo sepa, iré a verte. Te llevaré a tu Madre y a la mía.

-Te quedaré agradecido. Entretanto no la desatiendas. Se queda completamente sola. Tráele a los niños. Aquí puedes estar seguro de que no se vician…
Simón se pone como la brasa por la alusión de Jesús a sus pensamientos pasados y por la ojeada que le ha lanzado su mujer como diciendo: «¿Has oído? Te está bien empleado». Y Simón cambia de tema diciendo:

-¿Dónde está tu Madre?
-Está haciendo el pan. Ahora vendrá…
Pero los hijos de Simón no esperan y van al horno detrás de su abuela. Y una niñita, poco mayor que el curado Alfeo, sale casi inmediatamente, diciendo:

-María está llorando. ¿Por qué? ¡Eh, Jesús!, ¿por qué llora tu Madre?

-¿Está llorando? ¡Oh, querida mía! Voy con ella -dice Salomé solícita.

Y Jesús explica:

-Llora porque me marcho… Pero vendrás a hacerle compañía, ¿no? Te enseñará a bordar y tú alegrarás sus días. ¿Me lo prometes?

-Vendré también yo, ahora que mi padre me deja -dice Alfeo mientras se come un bollito caliente que le acaban de dar.

Pero, aunque el bollo esté tan caliente que casi no puede ser sujetado con los dedos, creo que está helado respecto al calor de vergüenza que asalta a Simón de Alfeo por las palabras de su hijito. A pesar de ser una mañana de invierno más bien fresca (debido a un ligero cierzo que barre las nubes del cielo pero raspa la piel), Simón se cubre de abundante sudor, como si fuera pleno verano…

Jesús hace como que no se da cuenta y los apóstoles aparentan un gran interés por lo que están contando los hijos de Simón; así se concluye el incidente, y Simón puede reponerse y preguntar a Jesús que por qué no están todos los apóstoles.

-Simón de Jonás está para llegar. Los demás me alcanzarán en el momento oportuno. Ya está determinado.

-¿Todos?
-Todos.

-¿También Judas de Keriot?
-También él…
-Jesús, ven un momento conmigo -le solicita su primo Simón. Y, separados ya hacia el fondo del huerto, Simón pregunta:

-¿Pero sabien quién es Judas de Simón?   
-Es un hombre de Israel. Nada más. Nada menos.
-¡No querrás decirme que es…!
Ya está para acalorarse y levantar la voz.
Pero Jesús lo calma interrumpiéndole y poniéndole una mano en un hombro mientras le dice:

-Es como lo hacen las ideas imperantes y los que entran en contacto con él. Porque, por ejemplo, si aquí (y recalca mucho las palabras) hubiera encontrado solamente corazones justos y mentes inteligentes, no habría sentido interés en pecar. Pero no los ha encontrado. Por el contrario, ha encontrado un elemento totalmente humano, y en él ha asentado sin ninguna dificultad su yo muy humano, que me sueña, me ve, trabaja por mí, como rey de Israel, en el sentido humano del término; de la misma forma que me sueñas y me quisieras ver tú, y estarías dispuesto a trabajar tú, y contigo José, tu hermano, y, con vosotros dos, Leví, arquisinagogo de Nazaret, y Matatías y Simeón y Matías y Benjamín, y Jacob, y, menos tres o cuatro, todos vosotros de Nazaret.

Y no sólo los de Nazaret… Encuentra dificultades para formarse porque todos vosotros contribuís a deformarlo.

Cada vez más. Es el más débil de mis apóstoles. Pero, por ahora, no es sino un débil. Tiene impulsos buenos, deseos rectos, amor por mí (desviado en cuanto a la forma, pero amor en todo caso). Vosotros no le ayudáis a separar estas partes buenas de las partes no buenas que forman suyo; antes al contrario, agraváis éstas cada vez más añadiendo vuestras incredulidades y limitaciones humanas. Pero vamos a casa. Los demás han entrado ya…

Simón lo sigue un poco apesadumbrado. Están ya casi en la puerta, cuando para a Jesús y dice:

-Hermano mío, ¿estás airado conmigo?

-No. Es que intento formarte también a ti, como formo a todos los demás discípulos. ¿No has dicho que quieres ser discípulo?

-Sí, Jesús. Pero las otras veces no hablabas así, ni siquiera cuando corregías. Eras más dulce…
-¿Y para qué ha servido? Antes lo era. Hace dos años que lo soy… Unos, a costa de mi paciencia y bondad, os habéis emperezado, otros habéis afilado colmillos y garras. El amor os ha servido para dañarme. ¿No es así?…

-Es así. Es verdad. Pero, ¿vas a seguir siendo bueno?
-Seré justo. Y aun así seré como no merecéis, vosotros de Israel que no queréis reconocer en mí al Mesías prometido.

Entran en la pequeña habitación, tan abarrotada de personas, que muchos han terminado en la cocina o en el taller de José. Y éstos son los apóstoles, menos los dos hijos de Alfeo, que se han quedado con su madre y su cuñada. A ellas ahora se añade María, que entra llevando de la mano al pequeño Alfeo. El rostro de María presenta claros signos de haber llorado.

Pero, mientras María está para responder a Simón, que le asegura que irá a su casa todos los días, por la callejuela serena avanza un carrito, con tanto sonido de cascabeles, que llama la atención de los hijos de Zebedeo por la bulla que hace, y… mientras afuera llaman, -contemporáneamente, dentro abren. Aparece el rostro alegre de Simón Pedro, que ha llamado con el mango de la tralla y está todavía sentado en el carro… A su lado, tímida pero sonriente, Porfiria, sentada encima de cajas de tamaño decreciente como si fuera un trono.

Margziam sale corriendo y trepa al carro para saludar a su madre adoptiva. Salen también los demás, entre los cuales Jesús.

-Maestro, aquí estoy. He traído a mi mujer; con este vehículo, porque es una mujer que resiste poco caminando. María, el Señor esté contigo. También contigo, María de Alfeo. Mira a todos, mientras baja de su vehículo y ayuda a bajar a su mujer, y saluda conjuntamente al grupo.

Quisieran ayudarle a descargar el carrito, pero él se opone enérgicamente. «Después, después» dice. Y, ni corto ni perezoso, se acerca a la ancha puerta del taller de José y la abre de par en par, tratando de hacer entrar el carrito como está. No pasa, naturalmente. Pero la maniobra sirve para atraer la atención de los que han venido de visita y hacer comprender que sobra gente…

Efectivamente, Simón de Alfeo se despide con toda su familia…

-Oh, ahora que estamos solos, vamos a preocuparnos de nosotros…-dice Simón de Jonás haciendo retroceder al burrito, que, cubierto como está de cascabeles, hace bulla por diez; tanto que Santiago de Zebedeo no puede contenerse de preguntar, riendo: «¿Y dónde lo has encontrado tan enjaezado?».

Pero Pedro está concentrado en coger las cajas que había en el carro y pasárselas a Juan y Andrés, que se quedan asombrados, pues creían que iban a sentir peso y, sin embargo, las cajas son ligeras; y lo comentan… -¡Venga, id para el huerto y no os quedéis ahí como chorlitos! -ordena Pedro, mientras, a su vez, baja con una cajita que sí que pesa, para colocarla en un rincón de la habitación.

-Y ahora el burro y el carro. ¿El burro y el carro? ¿El burro y el carro!… ¡Esto es lo difícil!… Y tiene que entrar todo en casa…

-Por el huerto, Simón -dice en voz baja María -Hay una valla en el seto del fondo. No lo parece, porque está cubierta de ramajes… Pero está. Sigue el sendero que va bordeando la casa, entre esta casa y el huerto vecino. Yo voy a mostrarte dónde está la valla… ¿Quién viene a apartar las matas que la cubren?
-Yo. Yo.

Todos se dirigen presurosos hacia el fondo del huerto. Entretanto, Pedro se marcha con su rumoroso cargamento y María de Alfeo cierra la puerta… Trabajando con un hocino, queda libre el rústico vallado y abren un paso por el que entran burro y carro.

-¡Bueno, bien! Y ahora quitamos todo esto. Me han roto los oídos -y Pedro se apresura a cortar los lazos que mantienen sujetos los cascabeles a los jaeces.
-¿Y por qué los has tenido, entonces? -pregunta Andrés.
-Para que toda Nazaret me oyera llegar. Y lo he conseguido… Ahora los quito para que nadie de Nazaret nos oiga partir. Lo mismo, he metido vacías las cajas…

Nos marcharemos con las cajas llenas, y nadie, si es que alguien nos ve, se sorprenderá de ver a una mujer sentada a mi lado en las cajas. El que ahora está lejos se las da de tener tino y sentido práctico. Bueno, pues, cuando quiero, también lo tengo yo…  

-Perdona, hermano. ¿Para qué es necesario todo esto? -pregunta Andrés, que ha dado de beber al burro y lo ha llevado al lado de la tosca leñera que hay junto al horno.
-¿Para qué? ¡No sabes nada!… ¡Maestro, no saben todavía nada!

-No, Simón. Estaba esperándote a ti para hablar. Venid todos al taller. Las mujeres están bien donde están. Lo que has hecho ha estado bien hecho, Simón de Jonás.
Van al taller. Porfiria con el niño y las dos Marías se han quedado en casa.

-He querido que vinierais porque tenéis que ayudarme a mandar fuera de aquí, muy lejos, a Juan y a Síntica. Lo tengo decidido desde los Tabernáculos. Como habéis podido constatar, no era posible tenerlos con nosotros, ni siquiera aquí, sin poner en peligro su paz. Como siempre, Lázaro de Betania me ayuda en esta obra. Ellos ya lo saben. Simón Pedro lo sabe desde hace pocos días. Vosotros lo sabéis ahora. Esta noche dejaremos Nazaret. Aunque en lugar de la primera luna tuviéramos agua y viento. Ya deberíamos haber partido, pero supongo que es que Simón de Jonás habrá tenido dificultades para encontrar el medio de transporte…

-¡No lo sabes bien! Ya perdía la esperanza de encontrarlo. Pero, al final, lo he podido conseguir de un ruin griego… Será útil…
-Sí. Será útil, especialmente para Juan de Endor.
-¿Dónde está, que no se le ve? -pregunta Pedro.

-En su habitación, con Síntica.
-Y… ¿cómo ha recibido la cosa? -pregunta otra vez Pedro.
-Con mucho dolor. También la mujer…
-Y también Tú, Maestro. En tu frente hay una arruga que no tenías. Y tienes mirada grave y triste -observa Juan.
-Es verdad. Estoy muy apenado… Pero, hablemos de lo que tenemos que hacer. Escuchadme bien, porque luego nos tendremos que separar. Partimos esta noche, a mitad de la primera vigilia.

Nos marcharemos como quien huye… porque son culpables. Sin embargo, nosotros no vamos con intención de hacer ningún mal, ni huimos por haberlo hecho; nos vamos para impedir que algún otro lo haga a quien no tendría la fuerza para soportarlo. Partiremos pues… Iremos por el camino de Sefori…

Haremos un alto a mitad de camino, en una casa, para partir al alba. Es una casa que tiene muchos pórticos para los animales. En ella hay pastores amigos de Isaac. Los conozco. Me darán hospedaje sin pedir nada. Luego tenemos que llegar a Yiftael, necesariamente ese mismo día aunque sea de noche; allí pernoctaremos. ¿Crees que podrá el animal?

-¡Y mucho más! Ese griego deshonesto me lo ha hecho pagar, pero me ha dado un animal bueno y fuerte.
-Está bien. Al día siguiente por la mañana iremos a Tolemaida y nos separaremos. Vosotros, guiados por Pedro, que es vuestro jefe, y al cual debéis obedecer ciegamente, iréis por mar hasta Tiro. Allí encontraréis una nave preparada para zarpar en dirección a Antioquía.

Subiréis y daréis esta carta al patrón de la nave para que la vea. Es de Lázaro de Teófilo. Vosotros pasáis por dependientes suyos enviados a sus tierras de Antioquía, o mejor, a sus jardines de Antigonio. Esto sois para todos. Sabed mostraos atentos, serios, prudentes y silenciosos. Cuando lleguéis a Antioquía, id enseguida a ver a Felipe, el administrador de Lázaro, y le dais esta carta…
-Maestro, él me conoce -dice el Zelote.
-Muy bien.

-¿Cómo va a creer que soy un subordinado?
-Para Felipe no hace falta. Sabe que debe recibir y hospedar a dos amigos de Lázaro y ayudarlos en todo. Así está escrito. Vosotros los habéis acompañado. Nada más. Él os llama: «sus queridos amigos de Palestina». Y es lo que sois, congregados por la fe y por la acción que lleváis a cabo. Descansaréis hasta que la nave, acabadas sus operaciones de descarga y carga, vuelva para Tiro. De Tiro, con la barca, vendréis a Tolemaida y desde allí vendréis a reuniros conmigo a Akzib…

-¡Por qué no vienes con nosotros? -suspira Juan.
-Porque me quedo a orar por vosotros, y especialmente por estos dos pobres. Me quedo para orar. Así empieza mi tercer año de vida pública. Empieza con una partida bien triste; como el primero y el segundo. Empieza con una intensa oración y penitencia, como el primero… Porque éste tiene las dificultades dolorosas del primero, y más aún. Entonces me preparaba para convertir al mundo. Ahora me preparo para una obra sin duda más vasta y potente.

Pero, escuchadme atentamente: habéis de saber que, si en el primero fui el Hombre-Maestro, el Sabio que llama a la Sabiduría con humanidad perfecta e intelectual perfección, y en el segundo fui el Salvador y Amigo, el Misericordioso que pasa acogiendo, perdonando, compadeciéndose, soportando, en el tercero seré el Dios Redentor y Rey, el Justo. No os asombréis, pues, si veis en mí formas nuevas, si en el Cordero veis el súbito fulgor del Fuerte. ¿Qué ha respondido Israel a mi invitación de amor? ¿Qué ha respondido ante mis brazos abiertos a él y mis palabras:

«Ven, Yo amo y perdono»? Ha respondido con embotamiento y dureza de corazón voluntarios y cada vez mayores, con el embuste, con la insidia. Pues bien, así sea. Lo había llamado -sin excluir clase alguna al hacerlo ­plegando mi frente hasta el polvo: Israel ha escupido encima de la Santidad que se humillaba. Le había invitado a santificarse: me ha respondido entregándose al demonio. He cumplido mi deber en todo: ha llamado «pecado» a mi deber. He callado: ha llamado «prueba de culpabilidad» mi silencio. He hablado: ha llamado «blasfemia» mi palabra.


¡Basta ya! No me ha dado respiro, no me ha concedido una sola alegría. Y la alegría para mí era nutrir y formar en la vida del espíritu a los recién nacidos a la Gracia. Les tienden insidias y debo arrancármelos de mi pecho, produciendo en ellos y en mí el espasmo de padres e hijos arrancados el uno al otro, para ponerlos a salvo del maligno Israel. Los poderosos de Israel, que se llaman a sí mismos «santificadores» haciendo alarde de serlo, me impiden, quisieran impedirme, salvar y gozar de mis salvados. Hace ya muchos meses que tengo a un Leví publicano como amigo y a mi servicio: el mundo puede constatar si Mateo es motivo de escándalo o de emulación.

Pero la acusación no cesa. Como no cesará tampoco para María de Lázaro ni para los otros muchos a quienes salvaré. ¡Basta ya! Yo recorro mi camino, cada vez más áspero y regado de llanto… Yo camino… Ninguna de mis lágrimas caerá inútilmente. Elevan su grito a mi Padre…

Después elevará su grito otro humor mucho más poderoso. Yo camino. El que me ame que me siga y se haga viril, porque llega la hora severa. No me detengo. Nada me detiene.

Tampoco ellos se detendrán… Pero, ¡ay de ellos! ¡Ay de ellos! ¡Ay de aquellos para quienes el Amor se hace Justicia!… El signo del nuevo tiempo será una Justicia severa para todos los que se obstinan en su pecado contra las palabras del Señor y la acción del Verbo del Señor…

Jesús parece un arcángel castigador. Yo diría que tanto resplandecen sus ojos, que lanza fuego contra la pared humosa… Hasta su voz, que tiene tonos agudos de bronce y plata golpeados con violencia, parece resplandecer.
Los ocho apóstoles se han puesto pálidos y están casi encogidos de temor. Jesús los mira… con piedad y amor. Dice:

-No os lo digo a vosotros, amigos míos. No son para vosotros estas amenazas. Vosotros sois mis apóstoles, Yo os he elegido. La voz es ahora dulce y profunda. Termina:

-Vamos allí. Hagámosles ver a los dos perseguidos -y os recuerdo que piensan que parten para prepararme el camino a Antioquía -que los amamos más que a nosotros mismos. Venid…

https://www.marialuzdivina.com/paginas/evangelio/4/pag313.php


martes, 4 de junio de 2024

blasfegoglio....

 

NOTICIAS
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P. James Martin y la imagen de portada de su nuevo libroDivulgación/Captura de pantalla

LifeSiteNews ) — En su libro recientemente publicado, el padre James Martin, SJ, ha argumentado que el mandato de Cristo a Lázaro de "salir" de la tumba es una "invitación" para las personas que se identifican como "LGBTQ" a "'salir' a la luz del sol del amor de Dios”.

Publicado por HarperCollins el 5 de septiembre, Come Forth: The Promise of Jesus's Greater Miracle es el último libro del jesuita notoriamente pro-LGBT, el padre. Jaime Martín . En un extracto publicado en el sitio web de su grupo activista LGBT Outreach, Martin presentó su interpretación del pasaje del Evangelio que relata la resurrección de Lázaro de entre los muertos. 

Martin reveló que originalmente tenía la intención de titular el libro ¡Lázaro, sal! , en referencia al mandato de Cristo al muerto sellado en el sepulcro. Pero no eligió este título, afirmando que “me preocupaba que la referencia a 'salir del armario' fuera vista como un comentario velado sobre ese libro anterior [el libro pro-LGBT de Martin de 2017, Building a Bridge ], sirviendo así como una ocasión para por comentarios sarcásticos o para distraer la atención de este libro, que no se centra en las personas LGBTQ sino en todos”.

A pesar de esto, Martin argumentó que el “mensaje” de “salir del armario” es “especialmente importante para las personas LGBTQ”. El término “salir del armario”, afirmó, “significa aceptar, abrazar y amar quién eres, especialmente tu sexualidad y la forma en que Dios te creó, y revelar o compartir esa parte de ti mismo con los demás”, sugiriendo blasfemamente que Dios hace que la gente sea homosexual.

LEA: Líderes católicos deben dejar de promover la mentira de que Dios hace que algunas personas sean homosexuales: sacerdote

La Iglesia católica, sin embargo, enseña que la inclinación homosexual es “un trastorno objetivo”, ya que se trata de una “tendencia más o menos fuerte ordenada hacia un mal moral intrínseco”, la sodomía.

Martin argumentó que “salir del closet” e identificarse mediante la práctica de uno de los muchos elementos del estilo de vida LGBT es “un paso crítico”.

Salir del armario es a menudo un paso crítico para las personas LGBTQ, a quienes a veces se les dice, ya sea abierta o encubiertamente, que no deben aceptarse ni amarse a sí mismos. O que son un error, menos valiosos que las personas heterosexuales o menos dignos de amor y cariño. O, lo peor de todo, que Dios no los ama.

También hizo una aparente aprobación de la actividad entre personas del mismo sexo, señalando que debido a las leyes contra la sodomía en algunos países, las personas huyen de sus países de origen: “A veces, por miedo a ser asesinados a golpes o ejecutados (las relaciones entre personas del mismo sexo justifican la muerte). pena de muerte en siete países), deben escapar de sus propios países”.

Tales elementos, afirmó Martin, “pueden llevar a muchas personas LGBTQ, especialmente a los jóvenes, a rechazar una parte esencial de sí mismos [la inclinación desordenada a la sodomía], caer en la desesperación e incluso considerar el suicidio”.  Sostuvo que “las iglesias deben ser conscientes de los efectos en la vida real del lenguaje estigmatizante sobre las personas LGBTQ”.

Martin llamó al proceso de “salir del armario” y, al parecer, practicar un estilo de vida LGBT, “un paso clave tanto en su maduración emocional como en su crecimiento espiritual”. "Es una señal de un amor saludable hacia uno mismo, lo que a veces es un desafío para las personas LGBTQ", dijo. 


Como resultado, Martin comparó las palabras de Cristo con las de Lázaro como un llamado a las personas con tendencias LGBT a “salir del armario” o “aceptar... tu sexualidad y la forma en que Dios te hizo”.

Martin ha expresado la esperanza de que su nuevo libro ayude a la gente a “escuchar a Dios llamándote a una nueva vida”.

De hecho, anteriormente ha dejado constancia de que los católicos deberían transmitir a los jóvenes que anuncian que son “LGBTQ” que “saben que Dios quiere que acepten quienes son”.

Su último libro, que aboga por que las personas adopten un estilo de vida LGBT, es menos sorprendente dado su largo historial de  promoción de la ideología LGBT en desacuerdo con la enseñanza católica. Martin – descrito como “posiblemente el activista más prominente” en la Iglesia a favor de la ideología LGBT – ha llegado incluso a describir  ver a Dios como hombre como “dañino”.

Su historial de activismo LGBT también incluye la promoción de imágenes extraídas de una serie de obras blasfemas del artista homosexual Douglas Blanchard utilizadas para ilustrar un libro titulado La pasión de Cristo: una visión gay . Martin también ha promovido las uniones entre personas del mismo sexo y ha pedido que las personas abiertamente homosexuales se besen durante el signo de la paz en la Misa Novus Ordo .

Construyendo un puente , la obra anterior del jesuita, también recibió críticas por promover la ideología anticatólica sobre la sexualidad. Comentándolo en su momento, el P. Gerald Murray  escribió  en el  National Catholic Register : “El verdadero propósito de este libro es abogar por una relajación de la enseñanza de la Iglesia de que la sodomía es gravemente inmoral y que cualquier atracción para cometer actos de sodomía es un desorden objetivo en la personalidad”.

A pesar de la defensa de Martin, la Iglesia Católica  enseña  que "'los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados' y "son contrarios a la ley natural", añadiendo explícitamente que "bajo ninguna circunstancia pueden ser aprobados".


domingo, 2 de junio de 2024

Cristo es la luz del mundo...

 

La NASA midió la radiación de la hostia consagrada

Científicos de la NASA con la fotografía Kirliam encontraron que las personas agonizantes tienen un aura muy delgada como la luz azul, la cual se va poniendo más y más débil hasta que la persona muere. ¿Y qué pasó con el aura cuando recibió la Eucaristía el agonizante?

El padre Roberto DeGrandis relata un suceso extraordinario sobre el poder de la Eucaristía y su luz divina: Recuerdo la historia de un hombre que se hizo sacerdote a los cincuenta años, después de haber sido científico investigador de la NASA y trabajar con una cámara que podía calibrar el aura de luz alrededor de un cuerpo humano. Creo que se llama fotografía Kirlian. El interés de la NASA estaba en poder identificar y supervisar el aura de los astronautas en órbita y determinar lo que les pasaba internamente. Encontraron que las personas agonizantes tienen un aura muy delgada como la luz azul, la cual se va poniendo más y más débil hasta que la persona muere.

El científico y su ayudante estaban un día en un hospital, supervisando el aura de un hombre agonizante. Mientras lo observaban, entró otro hombre en la habitación y llenó la habitación de una luz, que emanaba de su bolsillo. El hombre sacó algo que ocasionó que la cámara se inundara de luz hasta el punto de que ellos fueron incapaces de ver lo que estaba pasando. Fueron a ver y descubrieron que aquel hombre estaba dando la comunión al agonizante. Ellos, entonces, observaron en su cámara que, cuando el agonizante recibió la comunión, su aura empezó a crecer y hacerse más fuerte.

Este científico supo que había un poder superior, dejó su trabajo, y se hizo sacerdote católico. 7

Ciertamente, Cristo es la luz del mundo, que ilumina nuestro camino y nos da su amor y paz. Por eso, si somos sabios e inteligentes para comprender lo que significa que Jesús mismo nos espera en la Eucaristía, nuestra alma brillará, pues Dios mismo nos dice que los sabios brillarán con el esplendor del firmamento (Dan 12, 3). Y para los santos brilla una espléndida luz (Sap 18, 1).

Esto le pasó a Moisés. Dios hablaba a Moisés cara a cara como habla un hombre con su amigo (Ex 33, 11). Y, después de haber estado 40 días y 40 noches con Dios en el monte Sinaí, recibiendo los mandamientos de la ley de Dios, su faz se había hecho radiante por haber estado hablando con Dios. Aarón y todos los hijos de Israel, al ver cómo resplandecía la faz de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él (Ex 34, 29-30). Por eso, si nosotros nos acercamos a Jesús Eucaristía para recibir los rayos de luz y amor que salen del sagrario, saldremos radiantes, con la alegría de Dios en el corazón. Así nos lo promete Él mismo al decir: Contemplad al Señor y quedaréis radiantes (Sal 33, 6).

7 DeGrandis Roberto, Sanación a través de la misa, Ed. AMS, Bogotá, 2003, p. 163.

.P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.

ADORACIÓN PERPETUA

Religión, La Voz Libre

Ahi estan pintados...

 

Jesuita James Martin asegura que el orgullo gay y el Sagrado Corazón son “complementarios”

En una sacrílega publicación, el P. James Martin, nombrado por Bergoglio consultor de la Secretaría de Comunicación del Vaticano, aseguró que la celebración del mes del “orgullo” gay no es algo contradictorio sino complementario con el Sagrado Corazón de Jesús, devoción que la Iglesia Católica celebra en el mes de junio.

En una sacrílega publicación, el sacerdote jesuita James Martin aseguró que la celebración del mes del “orgullo” gay no es algo contradictorio sino complementario con el Sagrado Corazón de Jesús, devoción que la Iglesia Católica celebra en el mes de junio.

El P. Martin, nombrado en 2017 como consultor de la Secretaría de Comunicación del Vaticano por Bergoglio, escribió en Twitter el 14 de junio que el mes del Sagrado Corazón, “una de mis devociones favoritas, y el #PrideMonth (Mes del Orgullo) son celebrados en junio. Y son complementarios en vez de contradictorios. Uno nos muestra cómo Jesús nos ama y el otro nos muestra a quién Jesús nos llama a amar”.

Según el P. James Martin, él ha recibido instrucciones de declarar sus puntos de vista (heréticos) sobre la homosexualidad, y goza de la aprobación completa del Vaticano.

En una  charla en la archidiócesis de Atlanta, Martin dijo eso mismo: que tiene la aprobación completa del Vaticano para difundir la doctrina distorsionada que está predicando y, de hecho, ha recibido el encargo de salir y transmitir su evangelio errante.

Todo esto es parte de la gran homosexualización de la Iglesia, y si no puedes verlo, entonces es porque no quieres.

El 2 de junio el sacerdote jesuita ya había compartido una publicación en Twitter afirmando que un católico sí puede celebrar el “orgullo” gay en junio, mes en el que la Iglesia Católica celebra al Sagrado Corazón de Jesús.

Al respecto, el P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, sacerdote de la Diócesis española de Getafe, publicó este 15 de junio un “hilo” en Twitter, en el que precisa que si bien “el Sagrado Corazón nos habla acerca de cómo Jesús nos ama”, no significa que sea complementario con el “orgullo” gay o LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).

El sacerdote de la Diócesis de Getafe, donde en 2019 se renovó la centenaria consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, explicó que este “nos muestra que el corazón de Dios se ha dejado herir para salvarnos. Por amor es un corazón misericordioso que siempre nos está esperando para perdonar nuestras infidelidades. Nosotros somos pecadores. Todos. Yo no soy mejor que nadie. Necesito de Dios”.

El P. Bronchalo lamentó luego que, de conversaciones con más de un joven, puede deducir que “en la fiesta del orgullo hay mucha gente muy rota, personas con heridas muy profundas”, que sus desfiles son “un auténtico mercado de carne» y que muchos acaban “más rotos que al principio”.


En ese sentido, continuó, es “triste leer a un sacerdote decir que la fiesta del orgullo LGTB nos enseña algo acerca de cómo Jesús ama, igual que el Sagrado Corazón”.

“Jesús ha venido con misericordia a llamar a los que somos pobres y pecadores para abrirnos un camino. Una senda que es estrecha pero que lleva a la vida. Esto es el Evangelio. No ha venido a decirnos que todos los caminos son buenos pues no es así”, precisó.

Por eso, resaltó el P. Bronchalo, “que un sacerdote bendiga y compare con el Sagrado Corazón un camino que a muchos está haciendo heridas más profundas y llevándoles a pecados más grandes, es una imprudencia y una gran mentira”.

El sacerdote de Getafe lamentó además que muchas veces en los desfiles del “orgullo LGTB” quienes participan en ellos “ridiculizan a Dios y a la Iglesia”.

El P. Bronchalo precisó entonces que “no es providencial que en el mes del Sagrado corazón se celebre la fiesta del orgullo LGTB. De nuevo me parece una gran imprudencia decir esto, pues fácilmente se ve de fondo que es algo más turbio”.

Tras recordar que el Catecismo pide acoger a los homosexuales “con respeto, compasión y delicadeza”, algo que “nos enseña y hace el Sagrado Corazón de Jesús”, el sacerdote español exhortó al P. James Martin a “reflexionar bien lo que dice. Puede hacer daño a muchas personas con este tipo de comparaciones que pretender forzar hasta el extremo su postura por LGTB”.

El P. Góngora precisó además que el “orgullo” gay y el Sagrado Corazón de Jesús “no son complementarios, son totalmente antagónicos en su esencia y en su forma. La humildad vence al orgullo”.

En un artículo publicado por la organización recién fundada de Martin, Outreach , que se anuncia a sí misma como «un recurso católico LGBTQ+», Martin argumentó que los católicos pueden celebrar el «Mes del Orgullo» si entienden que «orgullo» significa «una conciencia de la propia dignidad».

Según Martin, “las dos celebraciones, el Mes del Sagrado Corazón y el Mes del Orgullo”, “no solo no están en conflicto, sino que se complementan profundamente. Uno… nos muestra cómo amó Jesús. El otro nos muestra a quién Jesús nos llama a amar. “

Martin señaló que los católicos a menudo se oponen a la celebración del “Mes del Orgullo” durante el mes de junio por dos razones. La primera razón, afirmó, es que “el orgullo es un pecado, y el pecado nunca debe celebrarse”. Otros también se oponen, según Martin, porque creen que “las personas LGBTQ son simplemente pecaminosas o siempre están en conflicto con las enseñanzas de la iglesia”.

Respondiendo a la primera objeción, Martin afirmó que «hay dos tipos de orgullo», y mientras que uno es «lo opuesto a la humildad», el otro (que, según argumentó, está «más cerca de lo que significa el Mes del Orgullo para la comunidad LGBTQ»). ) equivale a “un reconocimiento de la dignidad humana de un grupo de personas que durante siglos han sido tratadas con desprecio, rechazo y violencia”.

Asumiendo la segunda objeción, el controvertido sacerdote, quien recientemente hizo una declaración que parecía defender las drogas que bloquean la pubertad para los niños, afirmó que “muchas personas LGBTQ no están haciendo nada en absoluto en contra de las enseñanzas de la iglesia”.

“Imagínese a una persona joven LGBTQ que no tiene ningún tipo de relación sexual, sino que simplemente quiere ser aceptada”, sugirió Martin. “¿Dónde está el pecado?”

El sacerdote continuó sugiriendo que albergar objeciones a la celebración pública de estilos de vida homosexuales es “falso” porque “ignora el hecho de que todos somos pecadores. ¿Quién de nosotros no ha pecado?”

A pesar de la descripción de Martin de un joven casto que se identifica como LGBTQ+, las celebraciones públicas del “orgullo” durante el mes de junio no tienden a apoyar la castidad cristiana. En cambio, los espectáculos de drag , los desfiles del orgullo e incluso los comerciales que promueven el «orgullo» defienden por definición estilos de vida homosexuales y presentan contenido sexualmente explícito, incluido el contenido representado frente a niños o dirigido específicamente a ellos.

Además, con el ascenso de la ideología transgénero, las celebraciones del “orgullo” también se han centrado mucho en afirmar la noción de que las personas pueden cambiar el sexo que Dios les ha dado, una idea radical que el p. Terrance Chartier, de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, afirmó recientemente que viola al menos cuatro de los 10 mandamientos.

Más adelante en su artículo, el p. Martin comparó expresar amor y apoyo a las personas que se identifican como LGBTQ+ con varias de las interacciones de Jesús con personas en los Evangelios, incluida Su conversación con una mujer samaritana como se relata en el Evangelio de Juan.

“Se ha casado cinco veces y vive con un hombre que no es su marido. En otras palabras, tiene un pasado y presente sexual irregular”, dijo Martín sobre la mujer samaritana en el Evangelio, y agregó que “Jesús la trata con amor infinito, entablando con ella una de las conversaciones más largas de los Evangelios, revelándose a sí mismo. ella como el ‘Agua Viva’ y comisionándola para que difundiera la Buena Nueva entre el pueblo samaritano”.

Martín no notó que la expresión de Jesús de “amor infinito” por la mujer samaritana incluía aclararle lo incorrecto de su estilo de vida al decirle: “Tienes razón al decir: ‘No tengo marido’. porque has tenido cinco maridos, y el que tienes ahora no es tu marido. Es verdad lo que has dicho” (Jn 4, 17-18).

Anteriormente en el evangelio de Juan, Jesús le había dicho a la mujer sorprendida en adulterio que “vete y no peques más”.

En una pieza de 2019 para The Catholic Spirit , el p. Erich Rutten señaló que si bien Jesús “no desea condenarnos”, Él “claramente nos insta a ir y no pecar más para que podamos tener una vida verdadera”.

“En Juan 3:17, se nos dice que Dios no envió a Jesús al mundo para condenar al mundo. Pero Jesús tampoco nos deja en nuestra disfunción y pecado”, dijo Rutten. Viene a mostrarnos la salida. Él es ‘el camino, la verdad y la vida’ (Jn 14,6). Él viene a salvarnos de nosotros mismos y de nuestro pecado”.


¿Qué enseña la Iglesia Católica sobre la homosexualidad?

La enseñanza católica sobre la homosexualidad está resumida en tres artículos del Catecismo de la Iglesia Católica: 2357, 2358 y 2359.

En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.

La homosexualidad como tendencia es “objetivamente desordenada” y “constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba”.

Apoyado en la Sagrada Escritura, la Tradición ha enseñado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, “no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual”, y por tanto “no pueden recibir aprobación en ningún caso”.

Las personas homosexuales están llamadas a la castidad” y “mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana”.

La organización Padre Martin’s Outreach planea organizar una conferencia los días 24 y 25 de junio en la Universidad nominalmente católica de Fordham en la ciudad de Nueva York.

El evento contará con una alineación de varios defensores de la homosexualidad y las personas transgénero , incluido el llamado «médico de género» Dr. Colt St. Amand (una mujer que se presenta a sí misma como un hombre «transgénero») cuya biografía en su sitio web dice: «Abiertamente transgénero Hombre de dos espíritus que trabaja con niños, adolescentes, adultos LGBTQI+ y sus seres queridos”.

Los asistentes al evento deberán «proporcionar prueba de vacunación [COVID-19] y vacunas de refuerzo a su llegada, usar máscaras durante la conferencia y observar cualquier protocolo Covid adicional de la Universidad de Fordham», según el sitio web «Extensión».

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