En los peligros, en las dudas, en las dificultades, ¡llama a María!
-En los peligros, en las dudas, en las dificultades
piensa en María, invoca a María.
Que su nombre no se aleje de tus labios; no permitas que se aleje de tu corazón.
Y para que obtengas la ayuda de su oración,
no dejes de seguir sus pasos.
Con ella como guía, nunca te extraviarás;
mientras la invoques, nunca perderás el ánimo; mientras
mientras ella esté en tu mente, estarás a salvo del engaño; mientras
mientras te lleve de la mano, no podrás caer;
bajo su protección no tienes nada que temer;
si ella camina delante de ti, no te cansarás;
si te muestra su favor, llegarás a la meta.
San Bernardo de Claivaux
-Este amor nunca pasará
Los santos del cielo, al ver a Dios cara a cara
lo aman sobre todas las cosas, porque ven con la más perfecta evidencia
que Dios es mejor que todas las criaturas juntas.
Este amor no pasará nunca.
La fe dará lugar a la visión; la esperanza será reemplazada por la posesión: pero "la caridad nunca pasa". I Cor. 13:8.
P. Reginald Garrigou-Lagrange
-Para los que no pueden alcanzar la santidad...
Aunque un hombre sea incapaz de
alcanzar tal altura de santidad,
debe desearla,
para hacer al menos en el deseo
lo que no puede realizar en efecto.
San Felipe Neri
-¿Cuándo está Jesús más cerca de ti?
"Te quitaré no la gracia, sino el sentimiento de gracia.
Aunque parezca que te dejo
estaré más cerca de ti".
Nuestro Señor a Santa María Magdalena de' Pazzi
-La causa del ateísmo
El modernismo conduce a
la aniquilación de toda religión.
El primer paso en esta dirección lo dio el protestantismo;
el segundo lo da el modernismo;
el siguiente se precipitará hacia el ateísmo.
Papa San Pío X
-Recuerda estas intenciones de oración
Reza por el restablecimiento del reino de Dios,
por la difusión de la Fe,
por la alabanza y el triunfo de nuestra Santa Madre Iglesia...
Reza por los infieles
y por los herejes y
por la conversión de los pecadores.
San Padre Pío de Pietrelcina
-La obediencia es una virtud
de tan excelente naturaleza, que
Nuestro Señor se complació en marcar su observancia
en todo el curso de su vida; así
Él dice a menudo, que no vino a hacer su propia voluntad,
sino la de su Padre Celestial.
San Francisco de Sales