Colaboraciòn de Luis Fernàndez Olmedo
Resultan aterradoras las estadísticas sobre abortos en España que hace pocos
días han salido a la luz. Cerca de 110.000 niños abortados legalmente en 2007.
Un promedio de un niño asesinado cada cuatro minutos.
Y eso que no se cuentan los abortos realizados mediante dispositivos
intrauterinos y fármacos abortivos y muerte de embriones por investigación
biomédica. Las cifras sumadas pueden resultar espeluznantes.
Y si elevamos un poco más la vista, resulta ya paralizante si atendemos a las
estadísticas a nivel mundial. A mediados de los años 90 se hablaban de cerca de
50 millones de abortos legales en el mundo por año. Si atendemos a la tendencia
estadística, probablemente estaremos ya hablando de un numero muchísimo mayor,
al que habrá que sumar todos los que no aparecen en estadísticas.
Y esto es sólo mirando atrás. Si vemos hacia delante con lo que está
ocurriendo ahora en el mundo, la ofensiva pro-abortista está creciendo de forma
impresionante. En USA ya se está trabajando para eliminar todas las leyes
restrictivas respecto al aborto y la investigación con embriones humanos. En
Sudamérica son varios los países en que está práctica abyecta se ha legalizado o
se va a legalizar en breve. En España se está estudiando la forma de liberalizar
totalmente el aborto
Además hay que tener en cuenta todo el efecto directo e indirecto de este
hecho. No creo que sean exageradas las siguientes consideraciones dada la
dimensión del tema. Millones de almas que nunca recibirán el bautismo; millones
de mujeres deshechas aunque muchas no lo sepan o crean y lejos de la Gracia de
Dios; millones de medicos y enfermeras con las manos llenas de sangre; miles de
legisladores y juristas intentando hacer que el mundo viva contra Dios. El
número excede cualquier consideración adecuada.
No creo que me equivoque al pensar que éste es el mayor triunfo del Demonio
desde que el mundo es mundo ni creo que haya habido otra época en la que el Mal
haya conseguido tanto éxito y tan patente. Ha logrado hacer que la liturgia de
la muerte se imponga en el mundo con la colaboración de personas y organismos
que buscan solamente el enfrentamiento directo de la sociedad con Dios y todo lo
que se refiera a El.
Es inconcebible, inaudito lo que está pasando. Estamos absolutamente
sumergidos en la muerte y el odio a Dios y ¡no nos estamos dando cuenta!.
Nuestra pelea, decía San Pablo, no es contra los hombres, sino contra el
Espíritu Maligno que nos intenta engañar y alucinar con seducciones materiales
reduciendo y mutilando nuestra humanidad que queda en un mero despojo carnal
desprovisto de Gracia Santificante.
Digo que no nos damos cuenta porque este tema no nos mueve de forma eficiente
en una reacción clara para evitarlo. Son muy pocas las personas que se dedican a
la denuncia continua de esta barbarie sin precedentes. Son muy pocos los
partidos politicos que reflejan en su ideario la abolición del aborto y que
hayan sido votados por alguien. En España, cuatro partidos políticos que sumando
votos no llegan a 10.000 en las elecciones de marzo pasado.
Y no nos damos cuenta, porque con nuestra actitud irresponsable en lo que a
política se refiere, estamos dando nuestros votos a personas que no tienen la
más mínima intención de afrontar este problema desde una perspectiva moral
adecuada. No digamos ya perspectiva religiosa, porque eso ya no se lleva y se
pierden votos al mencionarlo.
El panorama es realmente desalentador y
escalofriante. El Señor, un día tras otro, ofendido y atacado sin piedad en sus
hijos. Y nosotros, a lo nuestro. Me da pavor pensar que un día el Señor me pueda
decir que me aparte definitivamente de El, aunque yo argumente que comía y bebía
con El, le seguía de cerca... pero El me pueda decir “No te conozco”. Vamos a
misa, nos confesamos, rezamos con asiduidad, y luego votamos a partidos
políticos que no combaten el aborto, la investigación con embriones, el
divorcio, que ni siquiera tienen intención de hacerlo. Según mi humilde opinión,
obviamente discutible, la gran mayoría de los fieles católicos en España se han
convertido en colaboradores necesarios con el mal intrínseco y ante esto cabe
preguntarse: ¿En qué condiciones nos acercamos a recibir la Eucaristía en las
misas de domingo? Todos, incluso los “buenos”, los que vamos a misa y nos
confesamos de vez en cuando, adormecidos y acostumbrados a esta barbaridad sin
nombre y sin excusa.
Entre lo que está pasando hoy en nuestro mundo, en nuestro país, y la matanza
de Belén hay un paralelismo que resulta sobrecogedor. Entonces, niños asesinados
sin sentido por un cruel monarca para de alguna manera pillar al Niño Jesús
entre ellos y conservar así su trono sin amenazas por parte del futuro Rey, ya
honrado por extranjeros. Hoy, multitud de niños asesinados por el Cruel Monarca
que impide así que Jesucristo en esas vidas sea una amenaza para él. Niños que
no reciben el bautismo, que no serán nunca padres, que nunca serán sacerdotes,
que nunca hablarán a nadie de Cristo, vidas con un plan de Dios sobre ellas
truncadas, mujeres destrozadas física y psicológicamente, médicos inhumanos,
legisladores cómplices...
Si todos los católicos de España se plantearan su voto en torno a un partido
político claramente alineado a favor de la vida y de la familia y de acuerdo a
la moral católica, probablemente nos llevaríamos una grata sorpresa y tendríamos
representantes en la vida pública que defendieran la moral y lucharan por
reconquistar este país para el Señor.
No es casualidad que en las fiestas de Navidad que en breve nos dispondremos
a celebrar, el dia 28 de diciembre coincida con el primer domingo de la octava.
Dos fiestas muy significativas para los católicos: La fiesta de la Sagrada
Familia y la fiesta de los Santos Inocentes. Dios nos habla hasta por el
calendario.
No es casualidad que el Niño y su Familia escaparan de las manos de Herodes.
Hubo una intervención sobrenatural que avisó, pero que exigió de José y María
una acción eficaz para evitar el daño al Niño.
No es casualidad que Nuestra Señora de Guadalupe, cuya fiesta celebramos hoy,
se apareciera a Juan Diego como una mujer embarazada, algo que ha sido
descubierto y confirmado en nuestros días, cuando auscultando la imagen se
escuchan los latidos de un feto vivo.
El Señor, en su entrañable Misericordia, nos pone en el camino la conjunción
de estas dos fechas. Y quiere nuestra conversión, quiere que os volvamos a El.
Quiere intervenir como lo hizo avisando a Jose, pero quiere también que
respondamos a este aviso. No vale decir que ya hemos hecho todo lo que podíamos
hacer, que no estamos de acuerdo.
Quiere que despertemos de este letargo infecto
que nos atenaza y que nos impide reaccionar. Y sobre todo quiere que nos dejemos
inundar de su Gracia porque sin El no podemos nada. Tenemos la oportunidad
idónea para rezar con insistencia al Señor y a su Madre, especialmente en la
fiesta de hoy, para que nos cambie, para que suscite profetas en esta tierra y
en el mundo para cambiar las tornas de este lúgubre panorama.
El se pone a nuestra disposición y esta deseando que nos refugiemos en El.
Ella está muy pendiente de lo que hagamos y está deseando arrancar un milagro de
su Hijo, como en Caná. Si creemos que esta situación no tiene posibilidad de
cambio, estamos muy equivocados. El Señor quiere intervenir y salvarnos en
nuestro momento, en nuestra historia, pero requiere y exige nuestra
respuesta.
Recemos, recemos mucho por estos niños asesinados, por sus madres, por sus
asesinos, por los que lo permiten o provocan, para que el Señor tenga
Misericordia de ellos. Recemos por nosotros, para que seamos consecuentes con la
Fe que profesamos y mitiguemos las ofensas continuas al Señor. Recemos para que
el Señor nos conceda hacer algo eficaz para reconducir el mundo entero a El. Y
El nos lo concedera si lo pedimos con fe.
Que tu Misericordia Señor venga sobre nosotros como lo esperamos de
ti.
Tomado de Santa Iglesia Militante