sábado, 18 de noviembre de 2017

Lectio Divina Domingo 19

Orden Carmelitana

Lectio: 
 Sábado, 18 Noviembre, 2017
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 18,1-8
Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: «Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia contra mi adversario!' Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de importunarme.'»
Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos relata otro asunto muy importante para Lucas, a saber: la oración. Es la segunda vez que Lucas nos trae palabras de Jesús para enseñar a rezar. (Lc 11,1-13). Nos ha enseñado el Padre Nuestro y, por medio de comparaciones y de parábolas, nos enseña que debemos rezar con insistencia, sin desfallecer. Ahora, esta segunda vez, recurre de nuevo a una parábola sacada de la vida para enseñar la insistencia en la oración (Lc 18,1-8). Es la parábola de la viuda que incomoda al juez sin moral. La manera de presentar la parábola es muy didáctica. Primero, Lucas da una breve introducción que sirve de llave de lectura. Luego cuenta la parábola. Al final, Jesús mismo la aplica.
• Lucas 18,1: La introducción. Lucas introduce la parábola con la siguiente frase: " Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer". La recomendación a “orar Sin desfallecer” aparece muchas veces en el Nuevo Testamento (1 Tes 5,17; Rom 12,12; Ef 6,18; etc.). Este es un rasgo característico de la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas.
• Lucas 18,2-5: La parábola. Luego Jesús presenta dos personajes de la vida real: un juez sin consideración para Dios y sin consideración para las personas, y una viuda que lucha por sus derechos ante el juez. El simple hecho que Jesús presenta estos dos personajes revela la conciencia crítica que tenía de la sociedad de su tiempo. La parábola presenta a la gente pobre luchando en el tribunal por sus derechos. El juez decide atender a la viuda y hacerle justicia. El motivo es éste: dejaré libre de la obstinación de la viuda y ésta deje de importunarle. Motivo bien interesado. ¡Pero la viuda obtuvo lo que quería! Es éste el hecho de la vida diaria del que Jesús se sirve para enseñar cómo rezar.
• Lucas 18,6-8: La aplicación. Jesús aplica la parábola: " Oíd lo que dice el juez injusto; pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? Os digo que les hará justicia pronto”. Si no fuera Jesús, nosotros no tendríamos el valor de comparar a Dios con un Juez inmoral. Al final Jesús expresa una duda: " Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?» Es decir, ¿vamos a tener el valor de esperar, de tener paciencia, aunque Dios se demora en atendernos?
• Jesús orante. Los primeros cristianos tenían una imagen Jesús orante, en contacto con el Padre. De hecho, la respiración de la vida de Jesús era hacer la voluntad del Padre (Jn 5,19). Jesús rezaba mucho e insistía para que la gente y sus discípulos rezaran también. Pues es en la confrontación con Dios donde aparece la verdad y la persona se encuentra consigo misma en toda su realidad y humildad. Lucas es el evangelista que más nos informa sobre la vida de oración de Jesús. Nos presenta a Jesús en constante oración. He aquí algunos de los momentos en los que Jesús aparece rezando. Tú puedes completar la lista:
- A los doce años de edad va al Templo, a la Casa del Padre (Lc 2,46-50).
- Reza cuando es bautizado y asume la misión (Lc 3,21).
- Cuando inicia la misión, pasa cuarenta días en el desierto (Lc 4,1-2).
- En la hora de la tentación, se enfrenta al diablo con textos de la Escritura (Lc 4,3-12).
- Jesús tiene costumbre de participar en las celebraciones en las sinagogas, los sábados (Lc 4,16)
- Busca la soledad del desierto para rezar ( Lc 5,16; 9,18).
- La víspera de elegir a los doce Apóstoles, pasa la noche en oración (Lc 6,12).
- Reza antes de comer (Lc 9,16; 24,30).
- Cuando explica la realidad y habla de su pasión, reza (Lc 9,18).
- En la hora de la crisis sube al Monte para rezar y es transfigurado cuando reza (Lc 9,28).
- Ante la revelación del Evangelio a los pequeños, dice: “¡Padre, yo te alabo!” (Lc 10,21)
- Rezando, despierta en los apóstoles la voluntad de rezar (Lc 11,1).
- Reza por Pedro para que no desfallezca en la fe (Lc 22,32).
- Celebra la Cena Pascual con sus discípulos (Lc 22,7-14).
- En el Jardín de los Olivares, reza, sudando sangre (Lc 22,41-42).
- En la angustia de la agonía, pide a los amigos que recen con él (Lc 22,40.46).
- En la hora de ser clavado en la cruz, pide perdón por los ladrones (Lc 23,34).
- En la hora de la muerte, dice "¡En tus manos entrego mi espíritu!" (Lc 23,46; Sal 31,6)
- Jesús muere soltando el grito del pobre (Lc 23,46).
• Esta larga lista indica lo siguiente. Para Jesús, la oración estaba íntimamente unida a la vida, a los hechos concretos, a las decisiones que debía tomar. Para poder ser fiel al proyecto del Padre, trataba de quedarse a solas con él. De escucharlo. En los momentos difíciles y decisivos de su vida, Jesús rezaba los Salmos. Al igual que todo judío piadoso, los conocía de memoria. La recita de los Salmos no mató en él la creatividad. Por el contrario, Jesús llega a componer él mismo un Salmo que nos transmite. Es el Padre Nuestro. Su vida era una permanente oración. “No busco mi voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envió." (Jn 5,19.30) A él se aplica lo que dice el Salmo: "¡No hago más que orar!" (Sal 109,4)
4) Para la reflexión personal
• Hay gente que dice que no sabe rezar, pero conversa con Dios todo el día. ¿Conoces a personas así? Cuenta cómo son. Hay muchas maneras que la gente usa para expresar su devoción y oración. ¿Cuáles son?
• ¿Qué nos enseñan estas dos parábolas sobre la oración? ¿Qué nos enseñan sobre la manera de ver la vida y las personas?
5) Oración final
¡Dichoso el hombre que teme a Yahvé,
que encuentra placer en todos sus mandatos!
Su estirpe arraigará con fuerza en el país,
la raza de los rectos será bendita. (Sal 112,1-2
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Lectio Divina: 
 Saturday, November 18, 2017
Ordinary Time
1) Opening prayer
God of power and mercy,
protect us from all harm.
Give us freedom of spirit
and health in mind and body
to do your work on earth.
We ask this through our Lord Jesus Christ, your Son,
who lives and reigns with you and the Holy Spirit,
one God, for ever and ever. Amen.
2) Gospel reading - Luke 18:1-8
Jesus told a parable to His disciples about the need to pray continually and never lose heart. There was a judge in a certain town, who had neither fear of God nor respect for anyone In the same town there was also a widow who kept on coming to him and saying, ‘"I want justice from you against my enemy!"’ For a long time he refused, but at last he said to himself,Even though I have neither fear of God nor respect for any human person, I must give this widow her just rights is troublesome to me, lest continually coming she weary me."
And the Lord said, "You notice what the unjust judge has to say? Now, will not God see justice done to His elect if they keep calling to Him day and night even though He still delays to help them?
I promise you, He will see justice done to them, and done speedily. But when the Son of man comes, will He find any faith on earth?
3) Reflection
• Today’s Gospel presents an element which is very dear to Luke: Prayer. This is the second time that Luke gives us the words of Jesus to teach us to pray. The first time (Lk 11, 1-13), He taught us the Our Father and, by means of comparisons and parables, He taught that we have to pray continually, without getting tired. Now, this second time, (Lk 18,1-8), He uses a parable taken from life to teach us insistence in prayer. It is the parable of the widow who pestered the unscrupulous judge. The way He presents the parable is very didactic. In the first place, Luke presents a brief introduction which serves as the key for the reading.  Afterwards, he narrates the parable. Finally, Jesus Himself explains it.
• Luke 18, 1: The introduction. Luke presents the parable with the following phrase: “Then He told them a parable about the need to pray continually and never lose heart". The recommendation “to pray without losing heart” appears many times in the New Testament (1 Th 5, 17; Rm 12, 12; Ep 6, 18; etc), aAnd it is a characteristic of the spirituality of the first Christian communities.
• Luke 18, 2-5: The parable. Then Jesus presents two personages of real life: a judge who had no consideration for God and no consideration for others, and a widow who struggles to obtain her rights from the judge. The simple fact of indicating these two personages reveals the critical conscience which He had regarding the society of His time. The parable presents the poor people who struggle in the tribunal to obtain their rights. The judge decides to pay attention to the widow and to do justice. The reason is to free himself from the widow who is pestering him and to get rid of her. This is an  interesting reason. But the widow obtained what she wanted! This is an example from daily life, which Jesus uses to teach us to pray.
• Luke 18, 6-8: The application. Jesus applies the parable: “You notice what the unjust judge has said. Now, will not God see justice done to His elect if they keep calling to Him day and night even though He still delays to help them? Will He make them wait long? I tell you He will see justice done to them, and done speedily”. If it had not been Jesus, we would not have had the courage to compare Jesus to an unjust judge!Nevertheless, at the end, Jesus expresses a doubt: “When the Son of Man comes, will He find faith on earth?”  In other words, will we have the courage to wait and  have patience, even if God delays in doing what we ask him?
• Jesus in prayer. The first Christians had an image of Jesus in prayer, in permanent contact with the Father. In fact, the life of Jesus was to do the will of the Father (Jn 5, 19). Jesus prayed very much and insisted that  His disciples also pray. T. Luke is the Evangelist who gives us a great deal of information on the prayer life of  Jesus. He presents Jesus in constant prayer. The following are some moments in which Jesus appears praying:
- When He was twelve years old and goes to the temple, to the House of the Father (Lk 2, 46-50).
- He prays when He is baptized and  assumes His mission (Lk 3, 21).
- At the beginning of the mission, He spends forty days in the desert (Lk 4, 1-2).
- At ta time of temptation, He opposes the devil with  texts from Scripture (Lk 4, 3-12).
- Jesus used to participate in the celebration in the Synagogue on Saturday (Lk 4, 16)
- He seeks solitude in the desert to pray (Lk 5, 16; 9, 18).
- Before choosing the twelve Apostles, He spends the night in prayer (Lk 6, 12).
- He prays before meals (Lk 9, 16; 24, 30).
-  (Lk 9, 18).
- In a time of crises, He goes up to the mountain and pray where he is transfigured.   (Lk 9, 28).
- When revealing the Gospel to  little ones He says: “Father, I thank you!” (Lk 10, 21)
- In praying, He arouses in the Apostles the desire to pray (Lk 11, 1).
- He prays for Peter so that he does not lose his faith (Lk 22, 32).
- He celebrates the Paschal Supper with His disciples (Lk 22, 7-14).
- In the Garden of Olives, He prays, even when sweating blood (Lk 22, 41-42).
- In the anguish of the agony, He asks His friends to pray with Him (Lk 22, 40.46).
- At the moment when He was being nailed to the Cross, He asks pardon for the murderers (Lk 23, 34).
- At the hour of death, He says“Into your hands I commend my spirit!” (Lk 23, 46; Ps 31, 6)
- Jesus dies crying out with the cry of the poor (Lk 23, 46).
• This long list indicates everything which follows. For Jesus, prayer is intimately linked to life, to concrete facts, and to the decisions which He had to take. In order to be able to be faithful to the project of the Father, He sought to remain alone with Him. He listened to Him. In difficult and decisive moments in His life, Jesus recited Psalms. Just as any devout Jew, He knew them by heart. The recitation of the Psalms did not take away His creativity. Rather, Jesus Himself created a Psalm which He transmitted to us: the Our Father. His life is a permanent prayer: “I always seek the will of the one who sent me!” (Jn 5, 19.30) The Psalm applies to Him when it says: “I am prayer!” (Ps 109, 4)
 4) Personal questions
• There are people who say that they do not know how to pray, but they speak with God the whole day. Do you know  such a person? There are many ways  which people express their devotion and pray today. What are they?
• What do these two parables teach us on prayer? What do they teach me regarding the way of seeing life and persons?
5) Concluding prayer
How blessed is anyone who fears Yahweh,
who delights in His commandments!
His descendants shall be powerful on earth,
the race of the honest shall receive blessings. (Ps 112,1-2
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Lectio: 
 Sabato, 18 Novembre, 2017
Tempo ordinario
1) Preghiera
Guida e sostieni, Signore, la tua Chiesa,
che dalla predicazione degli apostoli Pietro e Paolo
ha ricevuto il primo annunzio del Vangelo,
e fà che per il loro patrocinio progredisca
nella fede e nell’amore, sino alla fine dei tempi.
Per il nostro Signore…
2) Lettura del Vangelo
Dal Vangelo secondo Matteo 14,22-33
In quei giorni, dopo che ebbe saziato la folla, Gesù ordinò ai discepoli di salire sulla barca e di precederlo sull’altra sponda, mentre egli avrebbe congedato la folla. Congedata la folla, salì sul monte, solo, a pregare. Venuta la sera, egli se ne stava ancora solo lassù.
La barca intanto distava già qualche miglio da terra ed era agitata dalle onde, a causa del vento contrario. Verso la fine della notte egli venne verso di loro camminando sul mare.
I discepoli, nel vederlo camminare sul mare, furono turbati e dissero: “È un fantasma” e si misero a gridare dalla paura.
Ma subito Gesù parlò loro: “Coraggio, sono io, non abbiate paura”. Pietro gli disse: “Signore, se sei tu, comanda che io venga da te sulle acque”. Ed egli disse: “Vieni!”.
Pietro, scendendo dalla barca, si mise a camminare sulle acque e andò verso Gesù. Ma per la violenza del vento, s’impaurì e, cominciando ad affondare, gridò: “Signore, salvami!”.
E subito Gesù stese la mano, lo afferrò e gli disse: “Uomo di poca fede, perché hai dubitato?”.
Appena saliti sulla barca, il vento cessò. Quelli che erano sulla barca gli si prostrarono davanti, esclamando: “Tu sei veramente il Figlio di Dio!”.
3) Riflessione
• Il vangelo di oggi descrive la difficile e stancante traversata del mare di Galilea in una fragile barca, spinta da un vento contrario. Tra il Discorso delle Parabole (Mt 13) e della Comunità (Mt 18), c’è di nuovo, la parte narrativa (Mt 14 fino a 17). Il Discorso delle Parabole richiamava di nuovo la nostra attenzione sulla presenza del Regno. Ora, la parte narrativa mostra le reazioni a favore e contro Gesù provocate da questa presenza. A Nazaret lui non fu accettato (Mt 13,53-58) e il re Erode pensava che Gesù fosse una specie di reincarnazione di Giovanni Battista, da lui assassinato (Mt 14,1-12). La gente povera, però, riconosceva in Gesù l’inviato di Dio e lo seguiva nel deserto, dove avvenne la moltiplicazione dei pani (Mt 14,13-21). Dopo la moltiplicazione dei pani, Gesù si congeda dalla folla e ordina ai discepoli di attraversare il lago, come è descritto nel vangelo di oggi (Mt 14,22-36).
• Matteo 14,22-24: Iniziare la traversata a richiesta di Gesù. Gesù forza i discepoli ad entrare nella barca e ad andare verso l’altro lato del mare, dove c’era la terra dei pagani. Lui sale sul monte a pregare. La barca simbolizza la comunità. Ha la missione di dirigersi verso i pagani e di annunciare anche tra loro la Buona Novella del Regno che era un nuovo modo di vivere in comunità. Ma la traversata è stancante e lunga. La barca è agitata dalle onde, poiché il vento è contrario. Malgrado aver remato tutta la notte, manca molto prima di giungere a terra. Mancava molto alle comunità per fare la traversata verso i pagani. Gesù non fu con i suoi discepoli. Loro dovevano imparare ad affrontare insieme le difficoltà, uniti e rafforzati dalla fede in Gesù che li ha mandati. Il contrasto è grande: Gesù in pace insieme a Dio, pregando sulla cima della montagna, e i discepoli quasi persi là in basso, nel mare in rivolta.
• La traversata dall’altro lato del lago simbolizza anche la difficile traversata delle comunità della fine del primo secolo. Loro dovevano uscire dal mondo chiuso dell’antica osservanza della legge verso la nuova maniera di osservare la Legge dell’amore, insegnata da Gesù; uscire dalla consapevolezza di appartenere al popolo eletto, privilegiato da Dio tra tutti i popoli, per la certezza che in Cristo tutti i popoli si sarebbero uniti nell’unico Popolo dinanzi a Dio; uscire dall’isolamento dell’intolleranza verso il mondo aperto dell’accoglienza e della gratitudine. Anche noi oggi siamo in una traversata difficile verso un nuovo tempo ed un nuovo modo di essere Chiesa. Traversata difficile, però necessaria. Ci sono momenti nella vita in cui siamo assaliti dalla paura. La buona volontà non manca, ma non basta. Siamo come una barca che affronta il vento contrario.
• Matteo 14,25-27: Gesù si avvicina ma loro non lo riconoscono. Verso la fine della notte, cioè fra le tre e le sei del mattino, Gesù va incontro ai discepoli. Camminando sulle acque, giunge vicino a loro, ma loro non lo riconoscono. Gridavano per la paura, pensando che si trattasse di un fantasma. Gesù li calma dicendo: “Coraggio! Sono io! Non abbiate paura!” L’espressione “Sono io!" è la stessa con cui Dio cercò di superare la paura di Mosè quando lo mandò a liberare il popolo d’Egitto (Esodo 3,14). Per le comunità, sia di ieri che di oggi, era ed è molto importante aprirsi sempre di nuovo: "Coraggio! Sono io! Non abbiate paura!"
• Matteo 14,28-31: Entusiasmo e debolezza di Pietro. Sapendo che è Gesù, Pietro chiede di poter anche lui camminare sulle acque. Vuole sperimentare il potere che domina la furia del mare. Un potere che nella Bibbia appartiene solo a Dio (Gn 1,6; Sal 104,6-9). Gesù gli permette di essere partecipe di questo potere. Ma Pietro ha paura. Pensa che affonderà e grida: "Signore! Salvami!" Gesù lo assicura e lo riprende: "Uomo di poca fede! Perché hai dubitato?" Pietro ha più forza di quanto si immagina, ma ha paura dinanzi alle onde contrarie e non crede nel potere di Dio che lo abita. Le comunità non credono nella forza dello Spirito che c’è in loro e che agisce mediante la fede. E’ la forza della risurrezione (Ef 1,19-20).
• Matteo 14,32-33: Gesù è il Figlio di Dio. Dinanzi all’onda che avanza su di loro, Pietro affonda nel mare per mancanza di fede. Dopo che è salvato, lui e Gesù, tutti e due, salgano sulla barca ed il vento si calma. Gli altri discepoli, che si trovano sulla barca, rimangono stupiti e si prostrano dinanzi a Gesù, riconoscendo in lui il Figlio di Dio: "Tu sei veramente il Figlio di Dio". Più tardi, anche Pietro professa la stessa fede in Gesù: “Tu sei il Messia, il Figlio del Dio vivo” (Mt 16,16). Così Matteo suggerisce che non è solo Pietro che sostiene la fede dei discepoli, ma che anche la fede dei discepoli sostiene la fede di Pietro.
4) Per un confronto personale
• Nella tua vita c’è stato un vento contrario così? Cosa hai fatto per vincerlo? E’ successo qualche volta in comunità? Come è stato superato?
• Qual è la traversata che oggi stanno facendo le comunità? Da dove a dove? Come ci aiuta tutto questo a riconoscere oggi la presenza di Gesù nelle onde contrarie della vita?
5) Preghiera finale
Tieni lontana da me la via della menzogna,
fammi dono della tua legge, Signore.
Non togliere mai dalla mia bocca la parola vera,
perché confido nei tuoi giudizi. (Sal 118