¿Qué es Pentecostés? | |||||||||||||||
Una festividad cristiana que data del siglo primero y estaba muy estrechamente relacionada con la Pascua | |||||||||||||||
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En La Montaña De Dios ; tiene morada propia La Santa Trinidad,,llí viven,Oran Trabajan Los Ermitaños Eucarísticos Del Padre Celestial, comunidad Franciscana, esta en Pie de Cuesta Santander, Colombia ;Soy un Hijo espiritual del Apa Antonio Lootens Su Fundador q.e.p.d . La Comunidad no es responsable de lo que acá se expresa son mis opiniones Personales ,en respaldo de nuestra Sagrada Iglesia Católica Tradicional.
sábado, 26 de mayo de 2012
que es Pentecostes .......
sábado, 19 de mayo de 2012
Promesa del Espíritu Santo. El odio del mundo. Sermón de Leonardo Castellani
Publicado por STAT VERITAS
La persecución del mundo moderno a
los verdaderos cristianos, ya no será por “cristianos” en sí, al menos eso es lo
que se verá públicamente; sino que serán perseguidos por no adecuarse al
sistema, a las reglas del “nuevo orden”, y serán perseguidos por “retrógrados”,
“medievales”, “nazis”, “fachos”, etc. Epítetos que ya se vienen utilizando y
que, mediante la presión psicológica de los medios, irá entrando en las mentes
de las masas descreídas. Y la misma persecución, se verificará tanto desde fuera
como desde dentro de la Iglesia. Falsos hermanos perseguirán a los buenos
cristianos.
Las dos formas
más terríficas de la persecución son la de adentro y la de afuera; primero la de
adentro: “seréis excomulgados”, como si dijéramos... (“exsynagogis
facient vos-apossynagogéesete”) seréis echados de la sinagoga
o reunión de los creyentes, que equivale a nuestra “excomunión”. Y después la de
afuera, “os matarán”, y en los últimos tiempos, “os matarán y creerán con eso
hacer un servicio a Dios”; es decir, os matarán como a criminales, como a perros
rabiosos. Los mártires de los últimos tiempos, dice San Agustín, ni siquiera
parecerán ser mártires.
(Castellani,
“El Evangelio de Jesucristo”)
Y la cultura mediática seguirá
desacreditando cada vez más al católico (entiéndase al católico tradicional, no
al “mistongo” comprometido con lo “políticamente correcto”). Tapando así a los
buenos cristianos, y enalteciendo y premiando a aquellos que (cristianos otrora
o no) siguen las máximas de lo “políticamente correcto” que el mundo propone
para poder convivir con él. Leamos esta excelente prédica del R.P. Leonardo
Castellani, quién ha sido perseguido en contadas ocasiones por lo que realmente
fue, un buen y profundo sacerdote católico
Promesa del Espíritu Santo. El
odio del mundo. (1963)
“Entonces
el Señor dijo a los discípulos: "Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de
junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará
testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis
conmigo desde el principio. Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os
expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os
mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al
Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de
que ya os lo había dicho. No os dije esto desde el principio porque estaba yo
con vosotros”. (Jn. 15,26 -
16,4)
El
Evangelio es una partecita del final del Sermón Despedida o Sermón
Testamento de Cristo, dicho en la Ultima Cena; y quizás una parte en el camino
del Cenáculo al monte Oliveto: trata de la Persecución.
Después de
prometerles de nuevo, por tercera o cuarta vez, la venida y la asistencia del
Espíritu Santo a fin de que pudieran dar testimonio de Él, Cristo predice a sus
Apóstoles, también por tercera o cuarta vez, la Persecución. Ya durante su vida
les había dicho:
“Si a Mí me
han perseguido,
a vosotros os
perseguirán:
no es el
siervo mayor que el Señor
ni el
discípulo mayor que el Maestro”[1].
La Persecución
es la ley de la Iglesia: es la carga que debemos llevar, y debemos hoy mirarla
de frente. Ella muestra que la Iglesia es una cosa sobrenatural, supramundana;
de otro modo no se entendería que hombres honrados, buenos y aun santos, lo
mejor que hay en la Humanidad, sean odiados con tan extraña saña, a veces hasta
el asesinato, a veces de adentro de la Iglesia y no solamente de afuera, como
vemos en el curso de veinte siglos. La historia de la Iglesia hace buenas estas
palabras de Cristo, y ellas indican tanto la persecución de dentro como la de
fuera: “Os echarán de las sinagogas —o sea, os excomulgarán—; y
llegará la hora en que todo el que os dé muerte creerá hacer un servicio a
Dios”.
La historia
nos muestra la persecución a los buenos cristianos vigente siempre; no a
todos los cristianos, por cierto; no a los cristianos solamente de nombre, los
cuales no sufren e incluso a veces sirven de idiotas útiles a los impíos. San
Pablo dijo: “Todo aquél que quiera vivir fielmente conforme a Cristo Jesús,
sufrirá persecución”[2].
No dijo: “Todos los bautizados”; dijo: “Todos los
piadosos”[3].
Apenas
resucitado Jesucristo, se desencadena la persecución en Jerusalén: el
protomártir San Esteban[4] y los dos Santiagos fueron
muertos cruelmente por los judíos: Santiago el Menor, que fue primo de
Jesús[5], y Santiago el Mayor,
hermano mayor de Juan Evangelista, el Santiago de los españoles. Muchos
españoles creen fue martirizado en España, pero es inexacto, pues por las
Escrituras consta que lo hizo degollar Herodes en Jerusalén[6]. La tradición cuenta que
estuvo en España, y eso puede ser —y que su cuerpo reposa en Galicia; y esto
último es seguro: hay allí en la capital de Galicia un santuario inmemorial,
adonde toda Europa concurría en peregrinación durante la Edad Media, atraída por
los frecuentes milagros: de donde todavía a la Vía Láctea llamamos “el Camino
de Santiago”. Los demás Apóstoles no tuvieron mejor (o peor) suerte: todos
fueron martirizados en diferentes partes del mundo: San Juan Evangelista murió
en su cama a los 100 años de edad, pero fue martirizado en vida dos veces casi
hasta la muerte. Los fieles de Jerusalén fueron despojados de sus bienes, muchos
dellos encarcelados y azotados, como San Pablo dos veces; los Apóstoles tuvieron
que salir y dispersarse por todo el mundo —para bien del
mundo.
Poco después
suceden las diez sangrientas y satánicas persecuciones romanas, donde fueron
muertos, casi siempre con exquisitas torturas, millones de fieles; no miles sino
millones; los mismos impíos modernos, que quieren rebajar el número de los
mártires (como Gibbon, por ejemplo), no se animan a bajar del millón; y hoy día
existe en el mundo la persecución más grande que ha existido nunca, por lo menos
en extensión: no solamente en la inmensa extensión “detrás del Muro de Acero”,
sino también en países católicos, como Cuba, Haití y Méjico. En Méjico las leyes
de Calles están vigentes, aunque no urgidas del todo, por miedo al pueblo; pero
si la policía encuentra una beba que va a la escuela de las monjas con un
catecismo en la valijita, el padre es multado; si un sacerdote anda de sotana,
es multado; si uno edifica una iglesia, es multado; y las iglesias pertenecen al
Gobierno (Padre Raúl Entraigas).
La persecución
de adentro consiste sobre todo en los cismas y en las herejías, y también en los
“falsi fratres” o falsos hermanos, de cuya persecución solapada y
traidora se queja San Pablo[7]; o sea, los católicos
fingidos, que ya existían en tiempo de San Pablo. Hace unos días, estando yo en
San Juan, un párroco pronunció un vehemente sermón contra el diario Tribuna
y contra mí en presencia de las delegadas de la Acción Católica de toda la
Provincia; incluso de la dueña del diario, que salió de la Asamblea medio
muerta.
El joven
franciscano español dijo prácticamente que era un pecado para un católico leer
el diario Tribuna y que al tal Castellani había que
encerrarlo, porque estaba haciendo mucho daño. La causa fue un artículo titulado
“La Decadencia de España”, que está lleno de amor y respeto a España y
habla de la decadencia del siglo XVIII, que es un
hecho histórico, y del actual resurgimiento; pero el buen fraile no leyó más que
el título[8]. Yo le presenté mis excusas
en el mismo diario, diciendo que el artículo quizás era inoportuno en San Juan;
pero él siguió en sus trece: “Me ratifico en todo lo que he dicho: dígaselo Ud.
a su esposo y dígaselo al Obispo”. Se hizo una tormenta en un vaso de agua; la
cual paró el Arzobispo Audino[9], que es muy honrado
hombre.
Yo no digo que
éste sea un falso hermano ni que ésta sea “persecución”; fue más bien una
equivocación; pero al que recibe el chumbo de la equivocación, no le hace mucha
gracia; y de no haber habido un Obispo muy sensato, podía haberme costado caro.
Lo traigo solamente como ejemplo cómico de lo que puede suceder dentro de la
vida cristiana.
En los países
católico-liberales, como el nuestro, la persecución está velada, pero existe: y
aunque no sea sangrienta, es muy perniciosa, porque ataca las almas. La
Masonería trabaja asiduamente (¡y con qué éxito!) en tapar a los escritores
católicos[10], en silenciar a los buenos
sacerdotes y hacer fiestas a los tarambanas, en desacreditar y derribar a los
gobernantes católicos (recuerden a Lonardi) y en impedir se enseñe la Religión
en las escuelas, aunque la mayoría de los padres lo desee: ésta es persecución
de la peor especie; y esta persecución hipócrita puede traer la otra, la
persecución abierta —de la cual hemos visto un ejemplito en
1955.
Así que hemos
de mirar de frente nuestro destino: todos los que quieran ser buenos cristianos,
toparán contrastes y dificultades en el mundo por el hecho de ser cristianos;
porque van a contracorriente de la correntada del mundo. “Este amigo nuestro, o
compañero de oficina, o de cuartel (o de lo que sea) es un poco raro. ¡Cuidado
con él! Comulga cada semana, se aparta de todas las ‘farras’, da limosnas que no
pegan con lo poco que gana, anda mucho con los curas; es un hombre secreto;
lleva un secreto consigo. ¡Cuidado con él! No es como nosotros...” Esto es lo
menos que puede pasarle a un cristiano hoy día.
“Secretum
meum mihi”[11]. Mi secreto para mí. Pero todo
secreto es sospechoso. Mi secreto es mi fe, mi vida interior; a nadie se la
puedo contar del todo —a Dios solamente y Jesucristo. “Et vita vestra est
abscondita cum Christo in Deo”: Y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios[12].
R.P. Leonardo
Castellani, Sermón en la infra-octava de la
Ascensión del Señor, “Domingueras prédicas II”, Ediciones Jauja,
1998.
[1] Juan
15, 20; Mateo 10,
24.
[2] II
Timoteo 3,
12.
[3] El gran
exégeta Erik Peterson observó que ciertos espíritus filantrópicos pretenden
reducir a puros malentendidos todo lo que sucede en este mundo. Según ellos,
Jesucristo fue crucificado y los Apóstoles condenados a muerte por un simple
equívoco. Estos mismos hombres, en la hora en que el martirio retorna para la
Iglesia, tienden a reducir todo a un juego de
incomprensiones.
Así, por ejemplo, el jesuíta Ignacio Pérez del Viso aprueba
calurosamente a quienes buscan “tender puentes entre la Iglesia y aquellas
logias masónicas (que trabajan por) las causas de la humanidad, como la
paz mundial y la defensa de los derechos del hombre”, y recuerda que tales
diálogos comenzaron al fin de la Primera Guerra Mundial (“Católicos y
Masones”, en “La Nación”, 26-VIII-98, p.
18).
La
supuesta amplitud de espíritu hace que estos “cristianos” consideren triunfos
las derrotas de quienes defienden la fe y así se levanten como profetas del Gran
Amanecer Rosado, “un amanecer que, generalmente, parece más rosado la noche
antes que la mañana siguiente” (G. K. Chesterton, “Las Fiestas y el Asceta”,
en “The Thing”).
[4] Hechos
7, 55-60.
[5] En el año
62 y por orden del Sumo Sacerdote Anán, Santiago fue arrojado del pináculo del
Templo de Jerusalén, y luego lapidado y apaleado.
[6] Hechos
12, 2.
[7] I
Corintios 11, 26;
Gálatas 2, 4.
[8] En el
artículo mencionado Castellani señala el influjo del “barroquismo religioso” -la
exterioridad religiosa, la fe sustituida en parte por la Propaganda, una moral a
veces más pagana que cristiana- en la decadencia española, que se hizo visible
en los siglos XVII y XVIII: “Releyendo durante esta ‘gripe’ los dramas de Calderón, ese
decaimiento salta a los ojos: supuesto que Calderón no fantasea sino que
retrata. La moral de Cristo está en el fondo, pero falseada por bárbaros
prejuicios godos. Y la responsable última es la religión entiesada y
esclerótica. Basta ver las ‘aprobaciones’ de sus obras, dadas por eclesiásticos
a veces eminentes, como el poeta Josef de Valdivieso”.
“Las vidas de santos teatralizadas muestran otro gran desvío; como
‘El Príncipe Constante’, ‘El Mágico’ y tantas otras. No son santos
reales, por decirlo de una vez: están compuestos cerebralmente con conceptos y
lugares comunes de libros piadosos. Ellas hormiguean de milagros. A veces
pueriles; y más bien que cristianismo evangélico, muestran en sus héroes una
especie de estoicismo fanfarrón revestido de beaterías”. (“La
Decadencia de España”. Abreviado)
“No
se niega con esto la admirable grandeza de la España del Siglo de Oro: el que
tuvo, retuvo” (“La Argentina Bolchevique”, en “Nueva Crítica
Literaria”, Dictio, Bs. As., 1976, p. 369).
[9] Mons.
Audino Rodríguez Olmos.
[10] Ver
“Domingueras Prédicas”, Homilía del Domingo Noveno después de
Pentecostés.
[11] Isaías 24, 16
(Vulgata).
[12] Colosenses 3,
3.
Publicado por STAT VERITAS
sábado, 5 de mayo de 2012
El Latin ha muerto.....(El Santo Padre dice).... Viva el Latin
BENEDICTO XVI
“Sobre la Lengua latina”
(Exhortación Apostólica Postsinodal, Sacrametum Caritatis, sobre la Eucaristía:
fuente y culmen de la vida y la misión de la Iglesia)
2007
Para expresar mejor la unidad y universalidad de la Iglesia, quisiera recomendar lo que ha sugerido el Sínodo de los Obispos, en sintonía con las normas del Concilio Vaticano II: exceptuadas las lecturas, la homilía y la oración de los fieles, sería bueno que dichas celebraciones fueran en latín; también se podrían rezar en latín las oraciones más conocidas de la tradición de la Iglesia y, eventualmente, cantar algunas partes en canto gregoriano.
Más en general, pido que los futuros sacerdotes, desde el tiempo del seminario, se preparen para comprender y celebrar la santa Misa en latín, además de utilizar textos latinos y cantar en gregoriano; y se ha de procurar que los mismos fieles conozcan las oraciones más comunes en latín y que canten en gregoriano algunas partes de la liturgia”
Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia
“Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular.”
Papa Juan XXIII
Constitución Apostólica Veterum Sapientia: “Renacimiento, estudio y uso del latín” (1962)
Excelencia y méritos de la lengua latina
La antigua sabiduría encerrada en la literatura de los griegos y de los romanos, así como las preclaras enseñanzas de los pueblos antiguos, deben considerarse como una aurora preanunciadora del Evangelio que el Hijo de Dios, árbitro y maestro de la gracia y de la doctrina, luz y guía de la humanidad, ha anunciado en la tierra.
En efecto, los padres y los Doctores de la Iglesia reconocieron en esos antiquísimos e importantísimos monumentos literarios, cierta preparación de los espíritus para recibir las riquezas divinas, que Jesucristo en la economía de la plenitud de los tiempos comunicó a los hombres; por consiguiente, con la introducción del cristianismo en el mundo, nada se perdió de cuanto los siglos precedentes habían producido de verdadero, de justo, de noble y de bello.
Es una herencia preciosa transmitida a la Iglesia
Por tanto, la Iglesia rindió siempre sumo honor a estos venerables documentos de sabiduría, y sobre todo a las lenguas griega y latina, que de la sabiduría misma son como el áureo ropaje; y acogió asimismo el uso de otras venerables lenguas, florecidas en Oriente, que mucho contribuyeron al progreso humano y a la civilización y que, usadas en los sagrados ritos y en las versiones de las Sagradas Escrituras, se encuentran aún en vigor en algunas naciones, como expresión de un antiguo uso, ininterrumpido y vivo.
En esta variedad de lenguas se destaca sin duda la que, nacida en el Lacio, llegó a ser más tarde admirable instrumento para la propagación del cristianismo en Occidente.
Ya que, ciertamente no sin especial providencia de Dios, esta lengua, que durante muchos siglos unió a muchas gentes bajo la autoridad del Imperio; llegó a ser la lengua propia de la Sede Apostólica y, conservada para la posteridad, unió entre sí con estrecho vínculo de unidad a los pueblos cristianos de Europa.
Las dotes del latín corresponden a la naturaleza y la misión de la Iglesia.
En efecto, la lengua latina es por su naturaleza perfectamente adecuada para promover cualquier forma de cultura en cualquier pueblo: no suscita celos, se muestra imparcial con todos, no es privilegio de nadie y es bien aceptada por todos.
Y no cabe olvidar que la lengua latina tiene una conformación propia, noble y característica: un estilo conciso, variado, armonioso, lleno de majestad y de dignidad que conviene de modo singular a la claridad y a la gravedad.
Por estos motivos la Sede Apostólica se ha preocupado siempre de conservar con celo y amor la lengua latina, y la ha estimado digna de usarla ella misma, como espléndido ropaje de la doctrina celestial y de las santísimas leyes,en el ejercicio de su sagrado ministerio, así como de que la usaran sus ministros.
Donde quiera que éstos se encuentren, pueden, con el conocimiento y el uso del latín, llegar a saber más rápidamente todo lo que procede de la Sede Romana, así como comunicarse más libremente con ella y entre sí.
Por lo tanto, el pleno conocimiento y el fácil uso de esta lengua, tan íntimamente ligada a la vida de la Iglesia, interesan más a la religión que a la cultura y a las letras, como dijo Nuestro Predecesor de inmortal memoria, Pío XI, el cual indagando científicamente sus razones, indicó tres dotes de esta lengua, en admirable consonancia con la naturaleza de la Iglesia.
En efecto, la Iglesia, al abrazar en su seno a todas las naciones y al estar destinada a durar hasta la consumación de los siglos, exige por su misma naturaleza una lengua universal, inmutable, no popular.
Lengua universal
Dado que toda la Iglesia tiene que depender de la Iglesia Romana y que los Sumos Pontífices tienen verdadera potestad episcopal, ordinaria e inmediata, no solamente sobre todas y cada una de las iglesias, sino también sobre todos y cada uno de los Pastores y fieles de todos los ritos, pueblos y lenguas, resulta como consecuencia que el instrumento de mutua comunicación debe ser universal y uniforme sobre todo entre la Santa Sede y las diferentes Iglesias del mismo rito latino.
Por lo tanto, los Romanos Pontífices cuando quieren instruir a los pueblos católicos, lo mismo que los Ministerios de la Curia Romana en la resolución de asuntos y en la redacción de decretos que afectan a toda la comunidad de los fieles, usan siempre la lengua latina, por ser ésta aceptada y grata a todos los pueblos como voz de la madre común.
Lengua inmutable
No tan sólo universal sino también inmutable debe ser la lengua usada por la Iglesia. Porque si las verdades de la Iglesia Católica fueran encomendadas a algunas o muchas de las mudables lenguas modernas, ninguna de las cuales tuviera autoridad sobre las demás, acontecería que, varias como son, no a muchos sería manifiesto con suficiente precisión y claridad el sentido de tales verdades, y por otra parte no habría ninguna lengua que sirviera de norma común y constante, sobre la cual tener que regular el exacto sentido de las demás lenguas.
Pues bien, la lengua latina, ya desde hace siglos sustraída a las variaciones de significado que el uso cotidiano suele introducir en los vocablos, debe considerarse fija e invariable, ya que los nuevos significados de algunas palabras latinas, exigidos por el desarrollo, por la explicación y defensa de las verdades cristianas, han sido desde hace tiempo determinados en forma estable.
Tesoro incomparable y clave de la tradición
Además, la lengua latina, a la que podemos verdaderamente llamar católica por estar consagrada por el constante uso que de ella ha hecho la Sede Apostólica, madre y maestra de todas las Iglesias, debe considerarse un tesoro … de valor incomparable, una puerta que pone en contacto directo con las verdades cristianas transmitidas por la tradición y con los documentos de la enseñanza de la Iglesia ; y, en fin, un vínculo eficacísimo que une en admirable e inalterable continuidad a la Iglesia de hoy con la de ayer y de mañana.
Eficacia formativa
Además, no hay nadie que pueda poner en duda toda la eficacia especial que tienen tanto la lengua latina como, en general, la cultura humanística, en el desarrollo y formación de las tiernas mentes de los jóvenes.
En efecto, cultiva, madura y perfecciona las mejores facultades del espíritu; da destreza de mente y fineza de juicio; ensancha y consolida a las jóvenes inteligencias para que puedan abrazar y apreciar justamente todas las cosas y, por último, enseña a pensar y a hablar con orden sumo.
Por estos méritos la Iglesia la ha sostenido siempre y la sostiene
Si se ponderan, en efecto, estos méritos, se comprenderá fácilmente por qué tan frecuentemente los Romanos Pontífices no solamente, han exaltado tanto la importancia y la excelencia de la lengua latina sino que incluso han prescrito su estudio y su uso a los sagrados ministerios del clero secular y regular, denunciando claramente los peligros que se derivan de su abandono.
También Nos, por lo tanto, impulsados por los mismos gravísimos motivos que ya movieron a Nuestros Predecesores y a los Sínodos Provinciales, deseamos con firme voluntad que el estudio de esta lengua, restituida a su dignidad, sea cada vez más fomentado y ejercitado.
Y como el uso de latín se pone durante nuestros días en discusión en algunos lugares y muchos preguntan cuál es a este propósito el pensamiento de la Sede Apostólica, hemos decidido proveer con normas oportunas, enunciadas en este solemne documento para que el antiguo e ininterrumpido uso de la lengua latina sea mantenido y donde hubiera caído casi en abandono, sea absolutamente restablecido.
Por lo demás, creemos que Nuestro pensamiento sobre esta cuestión ha sido ya por Nos con suficiente claridad expresado con estas palabras dichas a ilustres estudiosos de latín: “Por desgracia, hay muchos que extrañamente deslumbrados por el maravilloso progreso de las ciencias, pretenden excluir o reducir el estudio del latín y de otras disciplinas semejantes… Nos, en cambio, precisamente por esta impelente necesidad, pensamos que debe seguirse un camino diferente.
Del mismo modo que en el espíritu penetra y se fija lo que más corresponde a la naturaleza y dignidad humana, con más ardor hay que adquirir cuanto forma y ennoblece el espíritu, con el fin de que los pobres mortales no lleguen a ser, como las maquinas que construyen, fríos, duros y carentes de amor”.
Papa Pio XII Encíclica Mediator Dei: Sobre la Sagrada Liturgia. (1947)
“El empleo de la lengua latina, vigente en una gran parte de la Iglesia, es un claro y noble signo de unidad y un eficaz antídoto contra toda corrupción de la pura doctrina.”
martes, 1 de mayo de 2012
impresionante lo actual de la profesia de San Nilo.....
San Nilo el Viejo, del Sinaí (murió alrededor del año 430), fue uno de los muchos discípulos y fervientes defensores de San Juan Crisóstomo. Lo conocemos primero como laico, casado, con dos hijos. En esa época trabajaba en la Corte de Constantinopla, y se dice que fue uno de los Prefectos Pretorianos que, según el acuerdo de Diocleciano y Constantino, eran los funcionarios principales y jefes de todos los demás gobernadores para las cuatro divisiones principales del imperio. La autoridad de ellos, sin embargo, ya había empezado a declinar hacia el final del siglo IV.
Mientras que San Juan Crisóstomo fue patriarca, antes de su primer exilio (398-403), él dirigía a Nilo en el estudio de las Escrituras y en works of piety (Nikephoros Kallistos, "hist. Eccl.", XIV, 53, 54). Aproximadamente por el año 390 (Tillemont, "Mémoires", XIV, 190-91) o quizás el 404 (Leo Allatius, "De Nilis", 11-14), Nilo dejó a su esposa con uno de sus hijos y llevó consigo al otro, Teódulo, hasta el Monte Sinaí para convertirse en monjes. Vivieron allí hasta cerca del año 410 (Tillemont, ib., p. 405) cuando los Sarracenos, invadiendo el monasterio, hicieron prisionero a Teódulo. Los Sarracenos pretendían sacrificarlo a sus dioses, pero eventualmente lo vendieron como esclavo, que fue la manera cómo se convirtió en posesión del Obispo de Eleusa en Palestina. El Obispo recibió a Teódulo en su clero y lo hizo portero de la iglesia. Mientras tanto, Nilo, habiendo salido de su monasterio para buscar a su hijo, finalmente lo encontró en Eleusa. El obispo los ordenó sacerdotes a ambos y les permitió regresar a Sinaí. La madre y el otro hijo también habían abrazado la vida religiosa sen Egipto. Ciertamente que San Nilo aún vivía en el año 430. No se sabe cuánto tiempo después falleció. Algunos escritores creen que él vivió hasta el año 451 (Leo Allatius, op. cit., 8-14). La Byzantine Menology para su festividad (12 de Noviembre) supone eso. De otro lado, ninguna de sus obras menciona el Concilio de Éfeso (431) y parece que él conociera sólo el comienzo de los problemas Nestorianos; por lo que no tenemos evidencia de su vida más allá del año 430.
Desde su monasterio en el Sinaí, Nilo era una persona muy conocida a través de la Iglesia Oriental; por sus escritos y su correspondencia, él jugó un rol importante en la historia de su época. Era conocido como teólogo, erudito bíblico y un escritor asceta, por lo que gente de toda clase, desde el emperador hacia abajo, le escribían para consultarle. Sus numerosas obras, incluyendo una multitud de cartas, consisten en denuncias de herejía, paganismo, abusos de disciplina y delitos, de reglas y principios de ascetismo, especialmente máximas sobre la vida religiosa. Él advierte y amenaza, sin temor alguno, a personas de alto rango, abades y obispos, gobernadores y príncipes, incluso al mismísimo emperador. Mantuvo correspondencia con Gaina, un líder de los Godos, esforzándose por convertirlo del Arrianismo (Libro I de sus cartas, nos. 70, 79, 114, 115, 116, 205, 206, 286); denunció enérgicamente la persecución de San Juan Crisóstomo, tanto al Emperador Arcadio (ib., II, 265; III, 279) como a sus cortesanos (I, 309; III, 199).
A Nilo se le debe considerar como uno de los principales escritores ascéticos del siglo V. Su festividad se mantiene el 12 de Noviembre en el Calendario Bizantino; en el martirologio Romano se le conmemora también en la misma fecha. Los armenios le recuerdan, con otros padres egipcios, el jueves posterior al tercer domingo de su Adviento (Nilles, "Kalendarium Manuale", Innsbruck, 1897, II, 624).
Los escritos de San Nilo del Sinaí fueron editados por primera vez por Possinus (París, 1639); en 1673, Suárez publicó un suplemento en Roma; sus cartas fueron recopiladas por Possinus (París, 1657), una recopilación de mayor alcance fue hecha por Leo Allatius (Rome, 1668). Todas estas ediciones son utilizadas en P. G., LXXIX. Fessler-Jungmann ha dividido las obras en cuatro clases:
• (1) Obras acerca de las virtudes y los vicios en general: — "Peristeria" (P. G., LXXIX, 811-968), un tratado en tres partes dirigido a un monje Agathios; "Acerca de la Oración" (peri proseuches, ib., 1165-1200); "Acerca de los ocho espíritus de la maldad" (peri ton th'pneumaton tes ponerias, ib., 1145-64); "Acerca del vicio opuesto a las virtudes" (peri tes antizygous ton areton kakias, ib., 1140-44); "Acerca de diversos malos pensamientos" (peri diapsoron poneron logismon, ib., 1200-1234); "Acerca de la palabra del Evangelio de Lucas", xxii, 36 (ib., 1263-1280).
• (2) "Obras acerca de la vida monástica": — Respecto a la matanza de monjes en el Monte Sinaí, en siete partes, narrando la vida del autor en el Sinaí, la invasión de los Sarracenos, el cautiverio de su hijo, etc. (ib., 590-694); Respecto de Albianos, un monje Nitrian cuya vida se presenta como un ejemplo (ib., 695-712); "Acerca del Ascetismo" (Logos asketikos, referente al ideal monástico, ib., 719-810); "Acerca de la pobreza voluntaria" (peri aktemosynes, ib., 968-1060); "Acerca de la superioridad de los monjes" (ib., 1061-1094); "Para Eulogios el monje" (ib., 1093-1140).
• (3) "Advertencias" (Gnomai) o "Chapters" (kephalaia), respecto a 200 preceptos resumidos en máximas cortas (ib., 1239-62). Posiblemente preparados por sus discípulos a partir de sus discursos.
• (4) "Cartas": — Possinus publicó 355, Allatius 1061 cartas, divididas en cuatro libros (P. G., LXXIX, 81-585). Muchas están incompletas, varias están sobrepuestas, o no son realmente cartas, sino extractos de las obras de Nilo; algunas son falsas. Fessler-Jungmann las divide en clases, tales como dogmáticas, exegéticas, morales, y ascéticas. En Fessler-Jungmann se mencionan ciertas obras atribuidas equivocadamente a Nilo, pp. 125-6.
NIKEPHOROS KALLISTOS, Hist. Eccl., XIV, xliv; LEO ALLATIUS, Diatriba de Nilis et eorum scriptis in his edition of the letters (Rome, 1668); TILLEMONT, Mémoires pour servir à l'histoire ecclésiastique, XIV (Paris, 1693-1713), 189-218; FABRICIUS-HARLES, Bibliotheca grœca, X (Hamburg, 1790-1809), 3-17; CEILLIER, Histoire générale des auteurs sacrés, XIII (Paris, 1729-1763), iii; FESSLER-JUNGMANN, Institutiones Patrologiœ, II (Innsbruck, 1896), ii, 108-128.NILO, Abad y fundador del monasterio de Grota Ferrata (Italia), siglo V. Calabrés versado en todas las ciencias. Enviudó, se encerró a hacer oración y penitencia. Se le unieron muchos discípulos y levantó un monasterio famoso, murió a los noventa y cinco años. En su biblioteca encontraron numerosos escritos espirituales y la famosa profecía “San Nilo, el Ermitaño”, acerca de los tiempos del Anticristo.
Desde su monasterio en el Sinaí, Nilo era una persona muy conocida a través de la Iglesia Oriental; por sus escritos y su correspondencia, él jugó un rol importante en la historia de su época. Era conocido como teólogo, erudito bíblico y un escritor asceta, por lo que gente de toda clase, desde el emperador hacia abajo, le escribían para consultarle. Sus numerosas obras, incluyendo una multitud de cartas, consisten en denuncias de herejía, paganismo, abusos de disciplina y delitos, de reglas y principios de ascetismo, especialmente máximas sobre la vida religiosa. Él advierte y amenaza, sin temor alguno, a personas de alto rango, abades y obispos, gobernadores y príncipes, incluso al mismísimo emperador. Mantuvo correspondencia con Gaina, un líder de los Godos, esforzándose por convertirlo del Arrianismo (Libro I de sus cartas, nos. 70, 79, 114, 115, 116, 205, 206, 286); denunció enérgicamente la persecución de San Juan Crisóstomo, tanto al Emperador Arcadio (ib., II, 265; III, 279) como a sus cortesanos (I, 309; III, 199).
A Nilo se le debe considerar como uno de los principales escritores ascéticos del siglo V. Su festividad se mantiene el 12 de Noviembre en el Calendario Bizantino; en el martirologio Romano se le conmemora también en la misma fecha. Los armenios le recuerdan, con otros padres egipcios, el jueves posterior al tercer domingo de su Adviento (Nilles, "Kalendarium Manuale", Innsbruck, 1897, II, 624).
Los escritos de San Nilo del Sinaí fueron editados por primera vez por Possinus (París, 1639); en 1673, Suárez publicó un suplemento en Roma; sus cartas fueron recopiladas por Possinus (París, 1657), una recopilación de mayor alcance fue hecha por Leo Allatius (Rome, 1668). Todas estas ediciones son utilizadas en P. G., LXXIX. Fessler-Jungmann ha dividido las obras en cuatro clases:
• (1) Obras acerca de las virtudes y los vicios en general: — "Peristeria" (P. G., LXXIX, 811-968), un tratado en tres partes dirigido a un monje Agathios; "Acerca de la Oración" (peri proseuches, ib., 1165-1200); "Acerca de los ocho espíritus de la maldad" (peri ton th'pneumaton tes ponerias, ib., 1145-64); "Acerca del vicio opuesto a las virtudes" (peri tes antizygous ton areton kakias, ib., 1140-44); "Acerca de diversos malos pensamientos" (peri diapsoron poneron logismon, ib., 1200-1234); "Acerca de la palabra del Evangelio de Lucas", xxii, 36 (ib., 1263-1280).
• (2) "Obras acerca de la vida monástica": — Respecto a la matanza de monjes en el Monte Sinaí, en siete partes, narrando la vida del autor en el Sinaí, la invasión de los Sarracenos, el cautiverio de su hijo, etc. (ib., 590-694); Respecto de Albianos, un monje Nitrian cuya vida se presenta como un ejemplo (ib., 695-712); "Acerca del Ascetismo" (Logos asketikos, referente al ideal monástico, ib., 719-810); "Acerca de la pobreza voluntaria" (peri aktemosynes, ib., 968-1060); "Acerca de la superioridad de los monjes" (ib., 1061-1094); "Para Eulogios el monje" (ib., 1093-1140).
• (3) "Advertencias" (Gnomai) o "Chapters" (kephalaia), respecto a 200 preceptos resumidos en máximas cortas (ib., 1239-62). Posiblemente preparados por sus discípulos a partir de sus discursos.
• (4) "Cartas": — Possinus publicó 355, Allatius 1061 cartas, divididas en cuatro libros (P. G., LXXIX, 81-585). Muchas están incompletas, varias están sobrepuestas, o no son realmente cartas, sino extractos de las obras de Nilo; algunas son falsas. Fessler-Jungmann las divide en clases, tales como dogmáticas, exegéticas, morales, y ascéticas. En Fessler-Jungmann se mencionan ciertas obras atribuidas equivocadamente a Nilo, pp. 125-6.
NIKEPHOROS KALLISTOS, Hist. Eccl., XIV, xliv; LEO ALLATIUS, Diatriba de Nilis et eorum scriptis in his edition of the letters (Rome, 1668); TILLEMONT, Mémoires pour servir à l'histoire ecclésiastique, XIV (Paris, 1693-1713), 189-218; FABRICIUS-HARLES, Bibliotheca grœca, X (Hamburg, 1790-1809), 3-17; CEILLIER, Histoire générale des auteurs sacrés, XIII (Paris, 1729-1763), iii; FESSLER-JUNGMANN, Institutiones Patrologiœ, II (Innsbruck, 1896), ii, 108-128.NILO, Abad y fundador del monasterio de Grota Ferrata (Italia), siglo V. Calabrés versado en todas las ciencias. Enviudó, se encerró a hacer oración y penitencia. Se le unieron muchos discípulos y levantó un monasterio famoso, murió a los noventa y cinco años. En su biblioteca encontraron numerosos escritos espirituales y la famosa profecía “San Nilo, el Ermitaño”, acerca de los tiempos del Anticristo.
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He aquí algunos pasajes:
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“Hacia la mitad del siglo XX la gente será muy distinta y a medida que se aproxime la llegada del Anticristo la perversidad irá creciendo.
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Los deseos y las pasiones carnales crecerán y el deshonor y la ilegalidad se fortalecerán.
El mundo será irreconocible por la maldad. La apariencia de las personas cambiará hasta el punto de que será casi imposible reconocer a veces entre los hombres y las mujeres por la forma desvergonzada de vestir y los estilos provocativos del cabello.
Esclavos de las costumbres imperantes serán despectivos, indiferentes y autosuficientes y no pocas veces se comportarán como bestias salvajes por las tentaciones del Anticristo.
Se perderá el debido respeto a los ancianos, y a los progenitores.
El verdadero amor desaparecerá de la mayoría; se exaltará la voluptuosidad y el sexo con un desenfreno nunca visto, haciendo gala de sus perversiones.
Pastores y obispos, así como sacerdotes y muchas almas consagradas se volverán presuntuosos y arrogantes, llenos de vanidad y soberbia con su humana sabiduría y serán inútiles o incapaces de discernir entre el camino recto y el camino del mal.
Las normas morales, la veneración a las tradiciones de los mayores y de la propia iglesia católica, cambiarán de manera asombrosa.
El pueblo, confuso y desorientado por las prédicas de pastores incrédulos o relativistas, abandonará la modestia y reinará por todas partes la disipación.
La falsedad, la mentira, el engaño y la avaricia alcanzarán grandes proporciones; desgraciados de los que sólo piensan en acumular tesoros materiales olvidándose de los tesoros espirituales.
La codicia, el adulterio, la homosexualidad, las acciones secretas sembrarán el terror por casi todos los lugares, asesinatos, atracos, secuestros, intimidaciones, etc., reinarán sobre la sociedad de ese tiempo.
A causa de la indiferencia, la tibieza, la incredulidad y la perversidad de muchos, el pueblo en general se verá privado de la gracia del Espíritu Santo, recibida en el bautismo, y el remordimiento martirizará su conciencia.
Las Iglesias de Dios serán despojadas de toda veneración y escasearán los verdaderos sacerdotes piadosos, por la indiferencia con respecto a la debida veneración del Señor en sus Iglesias, ya que cambiarán el culto verdadero.
Desgraciados los cristianos fieles de ese tiempo porque serán víctimas de las burlas y vejaciones de los incrédulos; necesitarán mucha fe y fortaleza para soportar el ambiente reinante.
Los cristianos, viéndose acosados, se refugiarán en lugares apartados en busca de un poco de luz ante tanta oscuridad, pero encontrarán obstáculos y contrariedades a causa de su fidelidad a la Fe verdadera. Este es el resultado del reinado del Anticristo que quiere ser Dios de todas las cosas como Jefe del universo.
Por eso habrá signos visibles extraordinarios que asombrarán a muchos inclusive a creyentes.
El dará sabiduría a algunas inteligencias para que descubran muchas cosas, pues el hombre podrá comunicarse de una parte a otra de la tierra.
En ese tiempo, el hombre podrá volar por los aires y también sumergirse en el mar como los peces... Y cuando hayan logrado descubrir otras cosas por el avance de la ciencia, el pueblo gastará toda su energía o propia vida, en lograr comodidades y disfrutar en olvido de Dios con todas sus geniosidades.
Las pobres almas con todos sus inventos y logros creerán no necesitar para nada de Dios, olvidando que todas esas cosas o logros no son más que ilusiones o engaños del Anticristo.
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Entonces la Bondad Divina caerá sobre la faz de la tierra contra la raza humana y acortando sus días -a causa de los pocos elegidos- porque el Maligno buscará acabar también con los elegidos de Dios, haciéndolos caer en la tentación – si Dios lo permite- la espada de la justicia divina aparecerá de repente y acabará con el Pervertidor y sus Secuaces”.
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