domingo, 13 de diciembre de 2015

Nuestra Madre Maria explica al R.P Gobbi ...El Apocalipsis leer muy pro muy muy lentamente y meditar lo actual


SAN HOMERO (TERAMO), 6 DE MAYO DE 1989.
Primer sábado de mes
Las dos alas de la gran águila


“Hijos míos predilectos, hoy me veneráis de un modo especial en el primer sábado de este mes de mayo, que vosotros me dedicáis de forma especial.
Os reunís en Cenáculos de fraternidad y de oración con vuestra Madre Celeste.
¡Cuánto consuelo dais a mi profundo dolor; cuánta alegría proporcionáis a mi Corazón Inmaculado!
Porque, por medio de vosotros que me habéis respondido, la devoción hacia Mí ya está refloreciendo en toda la Iglesia.
De este modo Yo puedo ejercer, en estos vuestros tiempos, el gran poder que me ha sido dado por la Santísima Trinidad, para volver inofensivo el ataque que mi Adversario, el Dragón Rojo, ha desencadenado contra Mí, vomitando de su boca un río de aguas para sumergirme.
El río de aguas está formado por el conjunto de todas las nuevas doctrinas teológicas que han tratado de oscurecer la figura de vuestra Madre Celeste, de negar mis privilegios, de redimensionar la devoción para Conmigo, de ridiculizar a todos mis devotos.
A causa de estos ataques del Dragón, en estos años la piedad hacia Mí ha ido disminuyendo en muchos fieles y, en algunos lugares, ha desaparecido por completo.
Pero han acudido en auxilio de vuestra Madre Celeste las dos alas de la gran águila.
La gran águila es la Palabra de Dios, sobre todo la Palabra contenida en el Evangelio de mi Hijo Jesús.
Entre los cuatro Evangelios, el águila indica el de San Juan, porque él vuela más alto que todos, entra en el corazón mismo de la Santísima Trinidad, afirmando con fuerza la divinidad, la eternidad y la consubstancialidad del Verbo y la divinidad de Jesucristo.
Las dos alas del águila son la palabra de Dios acogida, amada y custodiada con la fe y la palabra de Dios vivida con la Gracia y la Caridad.
Las dos alas de la fe y de la caridad –es decir de la Palabra de Dios acogida y vivida por Mí–, me han permitido volar por encima del río de aguas de todos los ataques dirigidos contra Mí, porque han manifestado al mundo mi verdadera grandeza.
Luego he buscado mi refugio en el desierto.
El desierto en el que he establecido mi morada habitual, está formado por el corazón y el alma de todos aquellos hijos que me acogen, me escuchan, se confían completamente a Mí, se consagran a mi Corazón Inmaculado.
En el desierto en que me encuentro hoy, Yo obro mis más grandes prodigios. Los obro en el corazón y en el alma, es decir, en la vida de todos mis pequeños niños.
Así los conduzco a seguirme por el camino de la fe y de la caridad, haciéndoles acoger, amar y custodiar la Palabra de Dios y ayudándoles a vivirla cada día con coherencia y con valor.
En el silencio y el ocultamiento, es decir en el desierto en que me encuentro, obro fuertemente para que los hijos consagrados a Mí crean hoy en el Evangelio, se dejen guiar sólo por la Sabiduría del Evangelio, sean siempre Evangelio vivido.
He aquí la misión que Yo he preparado para el ejército que me he formado en todas partes del mundo con mi Movimiento Sacerdotal Mariano: dejarse transportar Conmigo sobre las dos alas de la gran águila, es decir, de la fe y de la caridad, acogiendo con amor, en estos vuestros tiempos, y viviendo la sola Palabra de Dios.
Los grandes prodigios que Yo realizo hoy en el desierto en el que me encuentro, son los de transformar completamente la vida de mis pequeños hijos, para que se vuelvan valientes testimonios de fe y luminosos ejemplos de santidad.
De esta manera, en el silencio y en el escondimiento, cada día preparo mi gran victoria sobre el Dragón con el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo.”
SANTUARIO DE TINDARI (SICILIA), 14 DE MAYO 1989.
Fiesta de Pentecostés
El enorme Dragón rojo
“Hijos predilectos, hoy adoráis e invocáis al Espíritu Santo, que descendió en Pentecostés sobre los Apóstoles y los discípulos, reunidos Conmigo en el Cenáculo de Jerusalén.
Lo seguís invocando en estos vuestros tiempos, con confianza y con perseverancia, reunidos conmigo en los muchos Cenáculos de oración que ya se encuentran difundidos por toda la tierra.
Con mi Movimiento Sacerdotal Mariano invito hoy a todos los hijos de la Iglesia a reunirse en un Cenáculo perenne de oración Conmigo, vuestra Madre Celeste.
Invito a todos los Obispos, Sacerdotes, Religiosos y Fieles.
Mi Corazón Inmaculado es el lugar de este nuevo, espiritual y universal Cenáculo.
En él debéis entrar con vuestro acto de consagración, que os confía para siempre a Mí, a fin de que Yo pueda unir mi voz a las vuestras en la invocación del Don de un segundo Pentecostés sobre la Iglesia y sobre toda la Humanidad.
Sólo el Espíritu del Señor puede volver a llevar a la humanidad a la perfecta glorificación de Dios.
Sólo el Espíritu del Señor puede renovar la Iglesia con el esplendor de su unidad y de su santidad.
Sólo el Espíritu del Señor puede vencer la potencia y la fuerza victoriosa del enorme Dragón Rojo, que, en este vuestro siglo, se ha desencadenado por doquier, de una manera terrible, para seducir y engañar a toda la humanidad.
El enorme Dragón Rojo es el comunismo ateo que ha difundido por todas partes el error de la negación y del obstinado rechazo de Dios.
El enorme Dragón Rojo es el ateísmo marxista, que se presenta con diez cuernos, es decir con la potencia de sus medios de comunicación, para conducir a la humanidad a desobedecer los diez Mandamientos de Dios, y con siete cabezas, sobre cada una de las cuales hay una diadema, signo de poder y de realeza, las cabezas coronadas indican las Naciones en las que el comunismo ateo se ha establecido y domina con la fuerza de su poder ideológico, político y militar.
La enormidad del Dragón manifiesta claramente la gran extensión de la tierra ocupada por el dominio incontrastado del ateísmo comunista.
Su color es rojo porque usa la guerra y la sangre como instrumentos de sus numerosas conquistas.
El enorme Dragón Rojo en estos años ha logrado conquistar la humanidad con el error del ateísmo teórico o práctico, que ya ha seducido a todas las naciones de la tierra.
De ese modo se ha logrado construir una nueva civilización sin Dios, materialista, egoísta, hedonista, árida y fría, que lleva en sí los gérmenes de la corrupción y de la muerte.
El enorme Dragón Rojo tiene el objetivo diabólico de sustraer toda la humanidad al dominio de Dios, a la glorificación de la Santísima Trinidad, a la plena actuación del Designio del Padre que, por medio del Hijo, la ha creado para su Gloria.
El Señor me ha revestido con su Luz y el Espíritu Santo con su Divina Potencia; así Yo aparezco como un gran signo en el Cielo, Mujer vestida de Sol, porque tengo la misión de sustraer la humanidad al dominio del enorme Dragón Rojo y de reconducir a toda ella a la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad.
Por eso me formo el ejército de mis más pequeños hijos, en todas partes del mundo, y les pido a ellos que se consagren a mi Corazón Inmaculado. De ese modo los conduzco a vivir sólo para la Gloria de Dios, por medio de la fe y de la caridad, y los cultivo, Yo misma, celosamente en mi celestial jardín.
Entonces, cada día Yo me presento ante el trono de mi Señor en acto de profunda adoración, abro la puerta de oro de mi Corazón Inmaculado y ofrezco entre mis brazos a todos estos mis pequeños hijos diciendo:
“Santísima y Divina Trinidad, en el momento de Tu universal negación Yo te presento el homenaje de mi maternal reparación, por medio de todos estos mis pequeños, que cada día formo para tu mayor glorificación.”
“De este modo, también hoy, el Señor recibe por boca de los pequeños y de los niños de pecho su perfecta alabanza.”
MILÁN, 3 DE JUNIO DE 1989.
Primer sábado y fiesta del Corazón Inmaculado de María
La bestia semejante a una pantera
“Hijos predilectos, hoy os reunís en Cenáculos de oración para celebrar la fiesta del Corazón Inmaculado de vuestra Madre Celeste.
De todas partes del mundo os he llamado a consagraros a mi Corazón Inmaculado, y habéis respondido con filial amor y con generosidad.
Ya he formado mi ejército con aquellos hijos que han acogido mi invitación y han escuchado mi voz.
Ha llegado el tiempo en el cual mi Corazón Inmaculado debe ser glorificado por la Iglesia y por toda la humanidad.
Porque en estos tiempos de la apostasía, de la purificación y de la gran tribulación, mi Corazón Inmaculado es el único refugio y el camino que os conduce al Dios de la salvación y de la paz.
Sobre todo, mi Corazón Inmaculado se vuelve hoy el signo de mi segura victoria en la gran lucha que se combate entre los seguidores del enorme Dragón Rojo y los seguidores de la Mujer vestida del Sol.
En esta terrible lucha sube del mar, en ayuda del Dragón, una bestia semejante a una pantera.
Si el Dragón Rojo es el ateísmo marxista, la bestia negra es la Masonería.
El Dragón se manifiesta en el vigor de su potencia; la bestia negra, en cambio, obra en la sombra, se esconde, se oculta, para introducirse por este medio en todas partes.
Tiene las garras de oso y la boca de un león, porque obra por doquier con la astucia y con los medios de comunicación social, es decir, con la propaganda.
Las siete cabezas indican las varias logias masónicas que obran en todas partes de una manera solapada y peligrosa.
Esta bestia negra tiene diez cuernos y sobre los cuernos diez diademas, que son signos de dominio y de realeza.
La masonería domina y gobierna en todo el mundo por medio de los diez cuernos.
El cuerno, en el mundo bíblico, siempre ha sido un instrumento de amplificación, un modo de hacer escuchar más fuertemente la propia voz, un importante medio de comunicación.
Por eso Dios ha comunicado a su pueblo su Voluntad por medio de diez cuernos que han hecho conocer su Ley: los diez mandamientos.
Quien los acoge y los observa anda en la vida por el camino de la Divina Voluntad, de la alegría y de la paz.
Quien hace la Voluntad del Padre, acoge la Palabra de su Hijo y participa en la Redención llevada a cabo por Él. Jesús da a las almas la misma vida divina, a través de la Gracia, que Él ha merecido con sui Sacrificio realizado en el Calvario.
La Gracia de la Redención es comunicada por medio de los Siete Sacramentos. Con la gracia se insertan en el alma gérmenes de vida sobrenatural que son las virtudes.
Entre ellas las más importantes son las tres virtudes teologales y las cuatro cardinales: fe, esperanza y caridad; prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
Al Sol divino de los siete Dones del Espíritu Santo, estas virtudes germinan, crecen, se desarrollan cada vez más y así conducen a las almas por el camino luminoso del amor y de la santidad.
Objetivo de la bestia negra, es decir, de la masonería, es el de combatir de una manera disimulada, pero tenaz, para impedir a las almas recorrer este camino, indicado por el Padre y por el Hijo e iluminado por los dones del Espíritu.
En efecto, si el Dragón Rojo obra para llevar a toda la humanidad a prescindir de Dios, a la negación de Dios y para ello difunde el error del at
eísmo, el objetivo de la masonería no es el de negar a Dios, sino el de blasfemarlo.
La bestia abre la boca para proferir blasfemias contra Dios, para blasfemar su Nombre y su morada, contra todos aquellos que habitan en el Cielo.
La mayor de las blasfemias es la de negar el culto debido sólo a Dios para darlo a las criaturas y al mismo Satanás.
He aquí por qué en estos tiempos, tras la perversa acción de la masonería se difunden por doquier las misas negras y el culto satánico.
Además, la masonería obra, con todos los medios, para impedir que las almas se salven y de este modo quiere volver inútil la Obra de Redención llevada a cabo por Cristo.
Si el Señor ha comunicado su Ley con los diez mandamientos, la masonería difunde por todas partes, con la potencia de sus diez cuernos, una ley que es completamente opuesta a la de Dios.
Al mandamiento del Señor: –“No tendrás otro Dios más que a Mí”– aquélla construye otros falsos ídolos, frente a los cuales hoy muchos se postran en oración.
Al mandamiento: –“No tomarás el nombre de Dios en vano”– aquélla se opone con las blasfemias contra Dios y su Cristo, de muchas maneras engañosas y diabólicas, hasta reducir a una marca comercial indecorosa su Nombre y hacer películas sacrílegas sobre su vida y su divina Persona.
Al mandamiento: –“Santificarás las fiestas”– aquélla transforma el domingo en “week-end”, en el día del deporte, de las competiciones, de los juegos, de las diversiones.
Al mandamiento: –“Honrarás a tu padre y a tu madre”– aquélla contrapone un modelo nuevo de familia sobre la convivencia incluso de homosexuales.
Al mandamiento: –“No matarás”– aquélla ha logrado hacer legitimar en todas partes, el aborto, hacer aceptar la eutanasia, hacer casi desaparecer el respeto debido al valor de la vida humana.
Al mandamiento: –“No cometerás actos impuros”– aquélla justifica, exalta y hace propaganda de toda forma de impureza, hasta llegar a la justificación de los actos contra natura.
Al mandamiento: –“No robarás”– ella obra para que se difundan cada vez más los hurtos, la violencia, los secuestros, las rapiñas.
Al mandamiento: –“No darás falso testimonio ni mentirás”– aquélla obra para que se propague cada vez más la ley del engaño, de la mentira, de la doblez.
Al mandamiento: –“No desearás los bienes ajenos y a la mujer de tu prójimo”– Actúa para corromper lo más profundo de la conciencia, engañando la mente y el corazón del hombre.
De esta manera, las almas son impulsadas por el camino perverso y malo de la desobediencia a la Ley del Señor, son sumergidas en el pecado y así se les impide recibir el Don de la Gracia y de la Vida de Dios.
–A las siete virtudes teologales y cardinales, que son el fruto de vivir en Gracia de Dios, la masonería opone la difusión de los siete vicios capitales, que son el fruto de vivir habitualmente en estado de pecado.
A la fe, aquélla opone la soberbia; a la esperanza, la lujuria; a la caridad, la avaricia; a la prudencia, la ira; a la fortaleza, la pereza; a la justicia, la envidia; a la templanza, la gula.
Aquél que llega a ser víctima de los siete vicios capitales es conducido gradualmente a abandonar el culto debido al único Dios, para darlo a falsas divinidades, que son la personificación misma de todos estos vicios. En esto consiste la blasfemia más grande y horrible.
He aquí por qué sobre cada cabeza de la bestia hay escrito un título blasfemo. Cada logia masónica tiene la tarea de hacer adorar una divinidad distinta.
La primera cabeza lleva el título blasfemo de la soberbia, que se opone a la virtud de la fe y conduce a dar culto al dios de la razón humana y del orgullo, de la técnica y del progreso.
La segunda cabeza lleva el título blasfemo de la lujuria, que se opone a la virtud de la esperanza, y lleva a dar culto al dios de la sensualidad y de la impureza.
La tercera cabeza lleva el título blasfemo de la avaricia, que se opone a la virtud de la caridad, y difunde por doquier el culto al dios del dinero.
La cuarta cabeza lleva el título blasfemo de la ira, que se opone a la virtud de la prudencia, y conduce a dar culto al dios de la discordia y de la división.
La quinta cabeza lleva el título blasfemo de la acidia (o pereza espiritual), que se opone a la virtud de la fortaleza, y difunde el culto al ídolo del miedo de la opinión pública y de la explotación del prójimo.
La sexta cabeza lleva el título blasfemo de la envidia, que se opone a la virtud de la justicia, y lleva a dar culto al ídolo de la violencia y de la guerra.
La séptima cabeza lleva el título blasfemo de la gula, que se opone a la virtud de la templanza, y conduce a dar culto al ídolo tan exaltado del hedonismo, del materialismo, del placer.
El objetivo de las logias masónicas, hoy, es el de actuar con gran astucia, para llevar a la humanidad en todas partes a despreciar la santa Ley de Dios, a obrar en abierta oposición a los diez Mandamientos, a sustraer el culto debido al único Dios para darlo a los falsos ídolos, que son exaltados y adorados por un número creciente de hombres: la razón, la carne, el dinero, la discordia, el dominio, la violencia, el placer.
De esta manera las almas son precipitadas en la tenebrosa esclavitud del mal, del vicio y del pecado, y, en el momento de la muerte y del juicio de Dios, en el estanque de fuego eterno que es el infierno.
Ahora comprenderéis por qué, en estos tiempos, mi Corazón Inmaculado se convierte en vuestro refugio y en el camino seguro que os lleva a Dios, frente al terrible e insidioso ataque de la bestia negra, es decir, de la masonería.
En mi Corazón Inmaculado se delinea la táctica usada por vuestra Madre Celeste para contraatacar y vencer la astuta trama usada por la bestia negra.
Es por esto que formo a todos mis hijos en la observancia de los diez Mandamientos de Dios:
A vivir al pie de la letra el Evangelio; a recibir con frecuencia los Sacramentos, especialmente la Penitencia y la Comunión Eucarística, como auxilios necesarios para vivir en Gracia de Dios; para ejercitar de una manera fuerte las virtudes y para andar siempre por el camino del bien, del amor, de la pureza y de la santidad.
De ese modo, me sirvo de vosotros, pequeños hijos que os habéis consagrado a Mí, para desenmascarar todas estas insidias disimuladas que la bestia negra os tiende y, en fin, anular el gran ataque que la masonería hoy, ha desencadenado contra Cristo y su Iglesia. Y al final, sobre todo, con su mayor derrota, aparecerá en todo su esplendor el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo.”



DONGO (COMO), 13 DE JUNIO DE 1989.
Aniversario de la segunda Aparición de Fátima
La bestia semejante a un cordero
“Hijos predilectos, hoy recordáis mi segunda aparición, ocurrida en la pobre Cova de Iria en Fátima, el 13 de junio de 1917.
Ya entonces os predije lo que estáis viviendo en estos tiempos.
Os anuncié la gran lucha entre Yo, la Mujer vestida del Sol, y el enorme Dragón Rojo que ha llevado a la humanidad a vivir sin Dios.
Os predije también el astuto y tenebroso trabajo realizado por la Masonería, para alejaros de la observancia de la Ley de Dios y haceros de ese modo víctimas de los pecados y de los vicios.
Sobre todo, como Madre, os he querido advertir de los grandes peligros que hoy amenazan a la Iglesia, a causa de los muchos y diabólicos ataques que se llevan a cabo contra Ella para destruirla.
Para alcanzar este fin, a la bestia negra que sube del mar, acude en ayuda, desde la tierra, una bestia que tiene dos cu
ernos, semejantes a los de un cordero.
El cordero, en la Sagrada Escritura, siempre ha sido el símbolo del sacrificio. En la noche del Éxodo, es sacrificado un cordero y, con su sangre, son rociados el dintel y las jambas de las casas de los hebreos, para sustraerlos al castigo que, en cambio, alcanza a todos los egipcios.
La Pascua hebrea recuerda este hecho cada año con la inmolación de un cordero, que es sacrificado y consumido.
Sobre el Calvario, Jesucristo se inmola por la redención de la humanidad, se hace Él mismo nuestra Pascua y se convierte en el verdadero Cordero de Dios que quita todos los pecados del mundo.
La bestia tiene en la cabeza dos cuernos semejantes a los del cordero.
Al símbolo del sacrificio está íntimamente unido el del Sacerdocio: los dos cuernos. Un cubrecabeza con dos cuernos llevaba el Sumo sacerdote del Antiguo Testamento.
La Mitra, con dos cuernos, llevan los Obispos de la Iglesia, para indicar la plenitud de su Sacerdocio.
La bestia negra semejante a una pantera indica la Masonería; la bestia con dos cuernos, semejante a un cordero, indica la Masonería infiltrada dentro de la Iglesia, es decir la masonería Eclesiástica, que se ha difundido sobre todo entre los miembros de la Jerarquía.
Esta infiltración masónica dentro de la Iglesia, ya os ha sido predicha por Mí en Fátima, cuando os anuncié que Satanás se introduciría hasta el vértice de la Iglesia.
Si el objetivo de la masonería es el de conducir a las almas a la perdición, llevándolas al culto de falsas divinidades, el fin de la masonería eclesiástica, en cambio, es el de destruir a Cristo y a su Iglesia, construyendo un nuevo ídolo, es decir, un falso Cristo y una falsa Iglesia.
–Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente, es el Verbo Encarnado, es Verdadero Dios y Verdadero Hombre, puesto que une en su Persona divina la naturaleza humana y la naturaleza divina.
Jesús, en el Evangelio, ha dado de sí mismo la más completa definición, diciendo ser la Verdad, el Camino y la Vida.
–Jesús es la Verdad, porque nos revela al Padre, nos dice su Palabra definitiva, lleva a su perfecto cumplimiento toda la Revelación Divina.
–Jesús es la Vida, porque nos da la misma vida divina con la Gracia merecida por Él con la Redención, e instituye los Sacramentos como medios eficaces que comunican la Gracia.
–Jesús es el Camino, que conduce al Padre por medio del Evangelio que nos ha dado como camino a recorrer para alcanzar la salvación.
Jesús es Verdad, porque es Él –Palabra viviente– fuente y sello de toda la Revelación Divina.
Entonces la masonería eclesiástica obra para obscurecer su Divina Palabra, por medio de interpretaciones naturales y racionales y, con el pretexto de volverla más comprensiva y aceptada, la vacía de todo contenido sobrenatural.
Así es como se difunden los errores por todas partes dentro de la misma Iglesia Católica.
A causa de la difusión de estos errores, hoy muchos se alejan de la verdadera fe, volviendo realidad la profecía que os ha sido hecha por Mí en Fátima:
–Vendrán tiempos en los que muchos perderán la verdadera fe.
–La pérdida de la fe es apostasía.
La masonería eclesiástica actúa de una manera astuta y diabólica, para conducir a todos a la apostasía.
Jesús es Vida porque da la Gracia.
La masonería eclesiástica tiene como propósito justificar el pecado, presentarlo no ya como un mal, sino como un valor y un bien.
Por lo cual se aconseja realizarlo como un modo de satisfacer las exigencias de la propia naturaleza, destruyendo la raíz de la cual podría nacer el arrepentimiento y se dice que ya no es necesario confesarlo.
Fruto pernicioso de este maldito cáncer, que se ha difundido por toda la Iglesia, es la desaparición, en todas partes, de la confesión individual.
Las almas son llevadas a vivir en el pecado, rechazando el Don de la vida que Jesús nos ha ofrecido.
Jesús es el camino que conduce al Padre por medio del Evangelio.
La masonería eclesiástica favorece la exégesis que dan de él interpretaciones racionalistas y naturales, por medio de la aplicación de los varios géneros literarios, de manera que el mismo queda lacerado en todas sus partes.
Al final se llega a negar la realidad histórica de los milagros y de Su resurrección y se pone en duda la divinidad misma de Jesús y su Misión Salvífica.
–Después de haber destruido al Cristo histórico, la bestia con dos cuernos, semejante a un cordero, trata de destruir al Cristo Místico que es la Iglesia.
La Iglesia instituida por Cristo es una sola: la Santa, Católica, Apostólica, Una, fundada sobre Pedro.
Como Jesús, también la Iglesia fundada por Él, que constituye su Cuerpo Místico, es verdad, vida y camino.
–La Iglesia es verdad porque a Ella sola Jesús ha confiado la custodia, en su integridad, de todo el depósito de la Fe.
Lo ha confiado a la Iglesia Jerárquica, es decir, al Papa y a los Obispos unidos a Él.
La masonería eclesiástica trata de destruir esta realidad con el falso ecumenismo, que lleva a la aceptación de todas las Iglesias cristianas, afirmando que cada una de ellas posee una parte de la verdad.
Cultiva el designio de fundar una Iglesia ecuménica universal formada por la fusión de todas las confesiones cristianas, entre las cuales estaría la Iglesia Católica.
–Las Iglesia es vida porque da la Gracia y Ella sola posee los medios eficaces de la Gracia, que son los siete Sacramentos.
Es vida especialmente porque a Ella sola ha sido dado el poder de generar la Eucaristía, por medio del Sacerdocio Ministerial y Jerárquico.
En la Eucaristía Jesucristo está realmente presente con su Cuerpo Glorioso y su Divinidad.
Entonces la masonería eclesiástica trata de atacar, de muchas maneras engañosas, la piedad eclesial hacia el Sacramento de la Eucaristía.
De ésta, sólo valoriza el aspecto de la Cena, tiende a minimizar su valor sacrificial, trata de negar la presencia personal y real de Jesús en las Hostias Consagradas.
Por esto se han ido suprimiendo gradualmente todos los signos externos que son indicativos de la fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, como las genuflexiones, las horas de adoración pública, la santa costumbre de rodear el tabernáculo con luces y flores.
–La Iglesia es camino porque conduce al Padre, por medio del Hijo, en el Espíritu Santo, por el camino de la perfecta unidad.
Como el Padre y el Hijo son uno, así debéis ser una sola cosa entre vosotros.
Jesús ha querido que Su Iglesia sea signo e instrumento de la unidad de todo el género humano.
La Iglesia logra estar unida porque ha sido fundada sobre la piedra angular de su unidad: Pedro y el Papa que sucede al carisma de Pedro.
Entonces la masonería eclesiástica trata de destruir el fundamento de la unidad de la Iglesia con el ataque astuto e insidioso contra el Papa.
Ella urde las tramas del disentimiento y de la contestación al Papa; sostiene y premia a aquellos que lo vilipendian y lo desobedecen; propaga las críticas y las oposiciones de Obispos y teólogos.
De esta manera se demuele el fundamento mismo de su unidad y así la Iglesia es cada vez más lacerada y dividida.
–Hijos predilectos, os he invitado a consagraros a mi Corazón Inmaculado y a entrar en este mi refugio maternal, sobre todo para ser preservados y defendidos contra esta terrible insidia.
Por esto en el acto de consagración de mi Movimiento Yo os he solicitado renunciar a toda aspiración a “hacer carrera”.
Así podéis sustraeros a la más peligrosa y fuerte insidia usada por la masonería, para asociar a s
u secta secreta a tantos hijos míos predilectos.
Os llevo a un gran amor a Jesús Verdad, haciéndoos valientes testimonios de fe; a Jesús Vida, llevándoos a una gran santidad; a Jesús Camino, pidiéndoos ser en la vida sólo Evangelio vivido y anunciado al pie de la letra.
Luego os conduzco a un gran amor a la Iglesia.
–Os hago amar a la Iglesia–verdad, haciéndoos fuertes anunciadores de todas las verdades de la fe católica, mientras os oponéis, con fuerza y coraje a todos los errores.
–Os hago Ministros de la Iglesia–vida, ayudándoos a ser Sacerdotes fieles y santos. Estad siempre disponibles a las necesidades de las almas, prestaos con generosa abnegación al ministerio de la Reconciliación y sed llamas ardientes de amor y de celo hacia Jesús presente en la Eucaristía.
Que en vuestras iglesias se vuelva a tener con frecuencia la hora de pública Adoración y reparación al Santísimo Sacramento del altar.
–Os transformo en testimonio de la Iglesia–camino, y os hago instrumentos preciosos de su unidad. Por esto os he dado, como segundo compromiso de mi Movimiento, una particular unidad con el Papa.
Por medio de vuestro amor y de vuestra fidelidad, el designio divino de la perfecta Unidad de la Iglesia volverá a resplandecer en todo su esplendor.
De ese modo, a la tenebrosa fuerza que hoy ejerce la masonería eclesiástica para destruir a Cristo y a su Iglesia, Yo opongo el fuerte esplendor de mi ejército sacerdotal y fiel, para que Cristo sea amado por todos, escuchado y seguido, y su Iglesia sea cada vez más amada, defendida y santificada.
Sobre todo en esto resplandece la victoria de la Mujer vestida del Sol y mi Corazón Inmaculado tiene su más luminoso triunfo.”


MILÁN, 17 DE JUNIO DE 1989, SÁBADO.
El número de la bestia: 666
“Hijos predilectos, comprended ahora el designio de vuestra Madre Celeste, la Mujer vestida del Sol, que combate, con su ejército, en la gran lucha contra todas las fuerzas del mal, para obtener su victoria, en la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra el Dragón, que trata de llevar a toda la humanidad contra Dios.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra la bestia negra, la masonería, que quiere conducir las almas a la perdición.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra la bestia semejante a un cordero, la masonería infiltrada dentro de la vida eclesial, para destruir a Cristo y a su iglesia.
Para lograr este objetivo ella quiere construir un nuevo ídolo, es decir, un falso Cristo y una falsa Iglesia.
La masonería eclesiástica recibe órdenes y poder de las varias logias masónicas y actúa para conducir secretamente a todos a formar parte de estas sectas secretas.
Así pues, solicita a los ambiciosos con la perspectiva de fáciles carreras; colma de bienes a los hambrientos de dinero; ayuda a sus miembros a sobresalir y a ocupar los puestos más importantes, mientras de una manera disimulada, pero, decidida, margina a todos aquellos que se niegan a participar en sus planes.
En efecto, la bestia semejante a un cordero ejercita todo el poder de la primera bestia en su presencia y obliga a la tierra y a sus habitantes a adorar a la primera bestia.
Sin rodeos, la masonería eclesiástica llega hasta construir una estatua en honor de la bestia y obliga a todos a adorar esta estatua.
–Pero según el primer mandamiento de la Santa Ley del Señor, sólo DIOS debe ser adorado y a Él sólo se debe tributar toda forma de culto.
Entonces se sustituye a DIOS por un ídolo poderoso, fuerte, dominador. Un ídolo tan poderoso como para dar muerte a todos aquellos que no adoren la estatua de la bestia.
Un ídolo tan fuerte y dominador que hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, reciban una marca sobre la mano derecha o en la frente, de manera que ninguno pueda comprar o vender sin tener esa marca, es decir, el nombre de la bestia o el número de su nombre.
Este gran ídolo, construido para ser adorado y servido por todos, como ya os he revelado en el mensaje precedente, es un falso Cristo y una falsa Iglesia.
Pero, ¿Cuál es su nombre?
–En el capítulo 13 del Apocalipsis está escrito: “Aquí se requiere sabiduría. El que tiene inteligencia calcule el número de la bestia; este número representa la cifra de un hombre. Tal cifra es 666 (seiscientos sesenta y seis)”.
Con la inteligencia, iluminada por la luz de la Divina Sabiduría, se logra descifrar del número 666 el nombre de un hombre y este nombre, indicado por tal número, es el del Anticristo.
Lucifer, la serpiente antigua, el diablo o Satanás, el dragón rojo, se vuelve, en estos últimos tiempos, el Anticristo.
El Apóstol San Juan ya afirmaba que cualquiera que negara que Jesucristo es Dios, es el Anticristo.
La estatua o el ídolo construido en honor de la bestia para ser adorado por todos los hombres, es el Anticristo.
Calculad ahora su número 666, para comprender cómo indica el nombre de un hombre.
El número 333 indica la Divinidad.
Lucifer se rebela contra Dios por soberbia, porque quiere ponerse por encima de Dios.
El 333 es el número que indica el misterio de Dios. Aquél que quiere ponerse por encima de Dios lleva el signo de 666; por lo tanto este número indica el nombre de Lucifer, Satanás, es decir, de aquel que se pone contra Cristo, del Anticristo.
El 333 indicado una vez, es decir por 1, expresa el misterio de la Unidad de Dios.
El 333 indicado dos veces, es decir por 2, indica las dos naturalezas, la divina y la humana, unidas en la Persona Divina de Jesucristo.
El 333 indicado por tres veces, es decir por 3, indica el misterio de las Tres Personas Divinas, o sea, expresa el misterio de la Santísima Trinidad.
Entonces el número 333 enunciado una, dos o tres veces, expresa los Misterios principales de la Fe Católica, que son:
1º) la Unidad y la Trinidad de Dios.
2º) La Encarnación, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Si el 333 es el número que indica la Divinidad, aquel que quiere ponerse por encima del mismo Dios es indicado con el número 666.
El 666 enunciado una vez, es decir por 1, expresa el año 666 seiscientos sesenta y seis.
En este período histórico el Anticristo se manifiesta a través del fenómeno del Islam, que niega directamente el misterio de la Divina Trinidad y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.
El islamismo, con su fuerza militar, se desencadena por doquier, destruyendo todas las antiguas comunidades cristianas, invade Europa y sólo por una intervención maternal y extraordinaria Mía, solicitada fuertemente por el Santo Padre, no logra destruir completamente la Cristiandad.
El 666 indicado dos veces, es decir por 2, expresa el año 1332, mil trescientos treinta y dos.
En este período de tiempo histórico el Anticristo se manifiesta con un radical ataque a la fe en la Palabra de Dios.
A través de los filósofos, que comenzaron a dar exclusivo valor a la ciencia y luego a la razón, se tiende gradualmente a constituir como único criterio de verdad a la sola inteligencia humana.
Nacen los grandes errores filosóficos que se prolongan a través de los siglos hasta vuestros días.
La importancia exagerada dada a la razón, como criterio exclusivo de verdad, lleva necesariamente a la destrucción de la fe en la Palabra de Dios.
En efecto, con la reforma protestante se rechaza la Tradición como fuente de la Divina Revelación, y se acepta sólo la Sagrada Escritura.
Pero también ésta debe ser interpr
etada por medio de la razón, y se rechaza obstinadamente el Magisterio auténtico de la Iglesia Jerárquica, a quien Cristo ha confiado la custodia del depósito de la fe.
Cada uno es libre para leer y para comprender la Sagrada Escritura, según su personal interpretación.
De esta manera la fe en la Palabra de Dios es destruida.
Obra del Anticristo, en este período histórico, es la división de la Iglesia, la consiguiente formación de nuevas y numerosas confesiones cristianas, que gradualmente son impulsadas a una pérdida creciente de la verdadera fe en la Palabra de Dios.
El 666 enunciado 3 veces, es decir por 3, expresa el año 1998, mil novecientos noventa y ocho.
En este período histórico, la masonería, ayudada por la eclesiástica, logrará su gran objetivo: construir un ídolo para ponerlo en lugar de Cristo y de su Iglesia.
Un falso Cristo y una falsa Iglesia. Por lo tanto, la estatua construida en honor de la primera bestia, para ser adorada por todos los habitantes de la tierra y que marcará con su sello a todos aquellos que quieran comprar o vender, es la del Anticristo.
Habréis llegado así al vértice de la purificación, de la gran tribulación y de la apostasía.
La apostasía será entonces generalizada porque casi todos seguirán al falso Cristo y a la falsa Iglesia.
¡Entonces será abierta la puerta para la aparición del hombre o de la persona misma del Anticristo!
He aquí, hijos predilectos, por qué os he querido iluminar sobre las páginas del Apocalipsis, que se refieren a los tiempos que vivís.
Para prepararos Conmigo a la parte más dolorosa y decisiva de la gran lucha que se está combatiendo entre vuestra Madre Celeste y todas las fuerzas del mal que se han desencadenado.
¡Valor! Sed fuertes, mis pequeños niños. A vosotros corresponde la misión, en estos años difíciles, de permanecer fieles a Cristo y a su Iglesia, soportando hostilidad, luchas y persecuciones. Pero sois parte preciosa de la pequeña grey, que tiene la misión de combatir y de vencer al fin a la poderosa fuerza del Anticristo.
Os formo, os defiendo y os bendigo a todos.”
VALDRAGONE DE SAN MARINO, 28 DE JUNIO DE 1989.
Ejercicios Espirituales bajo forma de Cenáculo con Sacerdotes del M.S.M. de América y Europa
Poseed el testimonio de Jesús
“Hijos predilectos, con qué amor os miro y cuánto consuela a mi Corazón dolorido este vuestro continuo Cenáculo, que reproduce aquí la realidad del de Jerusalén.
Os recogéis en oración continua, intensa, hecha Conmigo.
Cuán grata me resulta la Liturgia de las Horas, el Rosario entero que recitáis, la Adoración Eucarística, la solemne concelebración de la Misa, que forma el corazón de todo el Cenáculo.
Os reunís como hermanos que se aman, se ayudan, para llevar juntos el peso de las dificultades que encontráis.
Renováis cada día vuestro acto de consagración a mi Corazón Inmaculado, en diversas lenguas, y así os unís realmente a todos vuestros hermanos de mi Movimiento que se encuentran esparcidos por todas las partes del mundo. Vosotros formáis parte de mi ejército.
Sois porción preciosa de mi maternal herencia.
Poseed el testimonio de Jesús y observad los Mandamientos de Dios.
Satanás se desencadena contra vosotros porque formáis mi talón, es decir, la parte más débil y frágil de Mí misma y porque sois mi progenie.
Así hoy, os insidia fuertemente y se desencadena contra vosotros con toda clase de tentaciones y de persecuciones.
Permaneced serenos. Tened confianza en Mí.
Éstos son los tiempos de la batalla y debéis combatir por mi victoria.
Por eso hoy os invito a todos a poseer el testimonio de Jesús.
Poseed el testimonio de Jesús en estos tiempos de la purificación, para andar por el camino de la fidelidad a Cristo y a su Iglesia y de una creciente santidad.
Entonces así permanecéis en la seguridad y en la paz, en la confianza y en el filial abandono en Mí.
Poseed el testimonio de Jesús en estos tiempos de la apostasía, para ser fuertes y valientes testimonios de fe.
Para esto os invito a estar cada vez más unidos al Papa, a sostenerlo con vuestra oración y vuestro amor, a acoger y difundir su Magisterio: indicaréis así a las almas el camino seguro a seguir para permanecer en la verdadera fe.
Conservad el testimonio de Jesús en estos tiempos de la gran tribulación.
Han llegado los días predichos por el Evangelio y por el Apocalipsis. Las fuerzas del mal, unidas al poder de quien se opone a Cristo harán grandes prodigios en el cielo y sobre la tierra, hasta seducir a gran parte de la humanidad.
Permaneced firmes en vuestro heroico testimonio de Jesús y combatid Conmigo contra la fuerza poderosa de aquel que se manifiesta como el enemigo de Cristo.
Al final, podréis contemplar con alegría mi gran victoria en el glorioso triunfo de Cristo.
Os bendigo a todos, con vuestros seres queridos,las almas que os han sido confiadas, vuestro ministerio sacerdotal, y acojo entre mis manos todas las intenciones de bien que lleváis en el corazón.”
RUBBIO (VICENZA), 15 DE AGOSTO DE 1989.
Fiesta de María Stma. Asunta al Cielo
Aquí debe mostrarse la constancia de los santos
“Hoy miradme a Mí, vuestra Madre Celeste, en el esplendor de mi Cuerpo Glorioso, elevado con mi alma a la Gloria del Paraíso.
Soy la Mujer vestida del Sol.
Soy vuestra Celestial Capitana.
Soy la Reina de todos los Santos.
Dirigid vuestra mirada a Mí como signo de segura esperanza y de consolación, en estos tiempos de la purificación, de la apostasía, y de la gran tribulación.
Han llegado los tiempos de la lucha y de la mayor conquista por parte del Dragón, de la Bestia que viene de la tierra y de la bestia que viene del mar.
Son por tanto los tiempos en los que se construye una civilización sin Dios y se conduce a toda la humanidad a vivir sin Él.
Son los tiempos en que Satanás y las fuerzas diabólicas se hacen adorar por un número cada vez mayor de hombres y así se vuelve más vasta la difusión del culto satánico, de las sectas y de las misas negras.
Son los tiempos en los que se construye un ídolo para poner en lugar del verdadero Dios y de la verdadera Iglesia, y este ídolo es un falso Cristo y una falsa Iglesia.
Son los tiempos en los que todos aquellos que sigan a este ídolo serán marcados con su sello en la frente y sobre la mano.
Son los tiempos en los que los fieles seguidores del Cordero serán sometidos a marginaciones, a persecuciones, a prisiones y a la muerte.
Por lo tanto son los tiempos de vuestra constancia.
Aquí debe mostrarse la constancia de los santos.
–Aquí debe mostrarse la constancia de aquellos que pertenecen al Señor, ponen en práctica los mandamientos de Dios y permanecen fieles a Jesús.
–Aquí debe mostrarse la constancia de aquellos que serán perseguidos y conducidos al martirio, porque son bienaventurados aquellos que mueren en el Señor, encuentran reposo de sus fatigas y el bien que han hecho los acompaña.
–Aquí debe mostrarse la constancia de aquellos que no adoran a la Bestia y no se dejarán marcar con su diabólico sello.
En cambio, aquellos que adorarán a la Bestia y a su estatua y recibirán su marca en la frente o en la mano, beberán el vino de la ira de Dios, vertido en el cáliz de su terrible castigo, y serán torturados en la presencia del Cordero y de los Ángeles santos con fuego y azufre.
–Aquí
debe mostrarse la constancia de aquellos que llevan escrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre, porque no han traicionado a su Dios y en su hablar nunca ha habido una mentira y siguen al Cordero dondequiera que vaya.
–Aquí debe mostrarse la constancia de todos mis pequeños niños que Yo llamo a consagrarse a mi Corazón Inmaculado, para vivir Conmigo los momentos conclusivos de la batalla y de la caída de Babilonia, cuando la viña de la tierra sea vendimiada y los racimos sean arrojados al tonel del prensado, que representa el gran castigo de Dios.
Por eso hoy os invito a todos a dirigir vuestra mirada a Mí, vuestra Madre Celeste, en el esplendor de mi Cuerpo Glorioso, para que mi luz os ilumine, mi Corazón Inmaculado os recoja, mi amor maternal os sostenga para ser, en estos tiempos, valientes testimonios de constancia frente a la Iglesia y a toda la humanidad.”
DONGO (COMO), 8 DE SEPTIEMBRE DE 1989.
Natividad de la Bienaventurada Virgen María
La marca en la frente y en la mano
“Hoy es la fiesta del nacimiento de vuestra Madre Celeste, hijos míos predilectos consagrados a mi Corazón Inmaculado.
Vividla en la alegría y en la paz, en el silencio y en la oración, en la confianza y en el filial abandono.
Vosotros sois los pequeños niños de vuestra Madre Niña.
Sois parte de mi progenie y pieza clave de mi designio victorioso.
Formáis una corona preciosa de pureza, de amor y de humildad en torno a la cuna en la que Yo estoy recostada.
Dejaos nutrir y formar por Mí; dejaos conducir con docilidad por Mí; dejaos marcar por Mí con mi sello maternal.
Éstos son los tiempos en que los seguidores de aquél que se opone a Cristo son sellados con la marca en la frente y sobre la mano.
–La marca en la frente y en la mano es expresión de una total dependencia de quien es marcado por este signo.
El signo significa a aquél que es enemigo de Cristo, es decir, el Anticristo, y su marca cuando es impresa significa la completa pertenencia de la persona signada al ejército de aquél que se opone a Cristo y lucha contra su Divino y Real Dominio.
La marca es impresa en la frente y en la mano.
–La frente indica la inteligencia, porque la mente es la sede de la razón humana.
–La mano expresa la actividad humana, porque es con sus manos que el hombre actúa y trabaja.
Por lo tanto, es la persona la que es marcada con el sello del Anticristo en su inteligencia y en su voluntad.
Quien permite ser señalado con la marca en la frente es conducido a acoger la doctrina de la negación de Dios, del rechazo de su Ley, del ateísmo, que en estos tiempos, es cada vez más difundido y propagado.
Y así, es impulsado a seguir las ideologías hoy de moda y a hacerse propagador de todos los errores.
Quien permite ser señalado con la marca en la mano es obligado a actuar de una manera autónoma e independiente de Dios, ordenando la propia actividad a la búsqueda de bienes solamente materiales y terrenos.
De ese modo sustrae su acción al designio del Padre, que quiere iluminarla y sostenerla con su Divina Providencia; al amor del Hijo, que hace de la fatiga humana un medio precioso para su misma redención y santificación; al poder del Espíritu Santo que actúa por doquier para renovar interiormente a cada criatura.
–Quien es marcado en la mano trabaja sólo para sí mismo, para acumular bienes materiales; hace del dinero su dios y acaba siendo víctima del materialismo.
–Quien es marcado en la mano obra solo para la satisfacción de los propios sentidos, para buscar el bienestar y el placer, para dar plena satisfacción a todas sus pasiones, especialmente a la de la impureza, y se hace víctima del hedonismo.
–Quien es señalado con la marca en la mano hace de su propio yo el centro de todo su obrar, mira a los demás como objetos para usar y explotar para provecho propio y se hace víctima del egoísmo desenfrenado y de la falta de amor.
Si mi Adversario marca con su sello a todos sus secuaces, ha llegado el tiempo en que también Yo, vuestra Celeste Capitana, marco con mi sello maternal a todos aquellos que se han consagrado a mi Corazón Inmaculado y forman parte de mi ejército.
Imprimo en vuestra frente mi sello son el Signo Santísimo de la Cruz de mi Hijo Jesús.
Así abro la inteligencia humana para acoger su Divina Palabra, amarla, vivirla; os conduzco a confiaros completamente a Jesús que os la ha revelado, y os transformo hoy en valientes testimonios de fe.
A los signados en la frente con la marca blasfema, Yo contrapongo a mis hijos, signados con la Cruz de Jesucristo.
Después ordeno toda vuestra actividad a la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad.
Por eso imprimo en vuestra mano mi sello que es el signo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Con el signo del Padre, vuestra actividad humana es ordenada a una perfecta cooperación al designio de su Divina Providencia, que también hoy sigue disponiendo todas las cosas para vuestro bien.
Con el signo del Hijo, cada una de vuestras acciones es injertada profundamente en el misterio de su Divina Redención.
Con el signo del Espíritu Santo, todo vuestro obrar se abre a su poderosa fuerza de santificación, que sopla por todas partes como un fuego potente, para renovar desde los fundamentos a todo el mundo.
Hijos míos predilectos, dejaos marcar todos, en la frente y en la mano con mi sello maternal en este día en el que, recogidos con amor en torno a mi cuna, celebráis la fiesta del Nacimiento terreno de vuestra Madre Celestial.”
FÁTIMA (PORTUGAL), 15 DE SEPTIEMBRE DE 1989.
Fiesta de la Virgen Dolorosa
Grande es mi dolor
“Participad, hijos predilectos de mi dolor.
Soy vuestra Madre Dolorosa.
Mi Corazón Inmaculado es traspasado por numerosas y dolorosas espinas.
El dominio de mi Adversario se ha hecho cada día mayor y su poder se expande en los corazones y en las almas.
Ya ha descendido sobre el mundo una densa tiniebla.
Es la tiniebla del rechazo obstinado de Dios.
Es la tiniebla del pecado cometido, justificado y ya no confesado.
Es la tiniebla de la lujuria y de la impureza.
Es la tiniebla del egoísmo desenfrenado y del odio, de la división y de la guerra.
Es la tiniebla de la pérdida de la fe y de la apostasía.
En el Cáliz de mi Corazón Inmaculado Yo recojo, también hoy, todo el dolor de mi Hijo Jesús, que revive místicamente las horas sangrientas de su agonía.
Nuevo Getsemaní es para Jesús ver hoy su Iglesia tan violada y desierta, donde la mayor parte de los Pastores duerme en la indiferencia y en la tibieza, mientras otros repiten el gesto de Judas y le traicionan por sed de poder y de dinero.
Exulta el Dragón frente a la vastedad de su conquista, con la ayuda de la bestia negra y de la bestia semejante a un cordero, en estos vuestros días, en los que el diablo se ha desencadenado contra vosotros, sabiendo que le queda poco tiempo.
Por esto han llegado también los días de mi gran dolor.
–Grande es mi dolor al ver a mi Hijo Jesús que sigue vilipendiado y flagelado en su Palabra, rechazada por orgullo y desgarrada por interpretaciones humanas y racionalistas.
–Grande es mi dolor al contemplar a Jesús, realmente presente en la Eucaristía, cada vez más olvidado, abandonado, ofendido y pisoteado.
–Grande es mi dolor al ver a mi Iglesia dividida, traicionada, despojada y crucificada.
–Grande es mi dolor al ver a mi Papa qu
e sucumbe bajo el peso de una Cruz pesadísima, mientras se ve circundado por la completa indiferencia de parte de Obispos, Sacerdotes y Fieles.
–Grande es mi dolor por un número en constante crecimiento de mis pobres hijos que recorren el camino del mal y del pecado, del vicio y de la impureza, del egoísmo y del odio, con el gran peligro de perderse eternamente en el infierno.
Entonces hoy, os pido a vosotros, hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, todo lo que en este mismo lugar, en mayo de 1917, he pedido a mis tres pequeños niños Lucía, Jacinta y Francisco, a quienes me aparecí.
–¿Queréis también vosotros ofreceros como víctimas al Señor, sobre el altar de mi Corazón Inmaculado, por la salvación de todos mis pobres hijos pecadores?
Si acogéis esta mi invitación, deberéis hacer cuanto ahora os pido.
Orad cada vez más, especialmente con el Santo Rosario.
Practicad con frecuencia horas de adoración y reparación Eucarística.
Acoged con amor todos los sufrimientos que el Señor os mande.
Difundid sin miedo los mensajes que Yo os doy, como Celestial profetisa de estos vuestros últimos tiempos.
¡Si supierais el castigo que os espera, si seguís cerrando las puertas de vuestros corazones a la voz angustiada de vuestra Madre Celeste!
Ya que el Corazón Divino de mi Hijo Jesús ha confiado a mi Corazón Inmaculado la última y extrema tentativa de conduciros a todos a la salvación.”
DONGO (COMO), 13 DE OCTUBRE DE 1989.
Aniversario de la última aparición de Fátima
El Ángel del primer flagelo
“Recordad hoy, mi última aparición ocurrida en Fátima el 13 de octubre de 1917, confirmada por el milagro del sol.
Mirad cada vez más a la Mujer vestida del Sol, que tiene la misión de preparar a la Iglesia y a la humanidad para la venida del Gran día del Señor.
Los tiempos de la batalla decisiva han llegado.
Ha descendido sobre el mundo la hora de la gran tribulación, porque los Ángeles del Señor son enviados, con sus flagelos, para castigar la tierra.
Cuántas veces os he invitado a andar por el camino de la mortificación de los sentidos, del dominio de las pasiones, de la modestia, del buen ejemplo, de la pureza y de la santidad.
Pero la humanidad no ha acogido mi invitación y ha seguido desobedeciendo el sexto mandamiento de la Ley del Señor que prescribe no cometer actos impuros.
Al contrario, se ha querido exaltar tales transgresiones y proponerlas como la conquista de un valor humano y un modo nuevo de ejercitar la propia libertad personal.
De ese modo hoy se ha llegado a legitimar como buenos todos los pecados de impureza.
Se ha comenzado por corromper la conciencia de los niños y de los jóvenes, llevándolos a la convicción de que los actos impuros cometidos solos ya no son pecado; que las relaciones prematrimoniales en el noviazgo son lícitas y buenas; que las familias pueden comportarse libremente y recurrir también a los medios para impedir los nacimientos.
Se ha llegado hasta la justificación y la exaltación de los actos impuros contra natura, incluso a proponer leyes que equiparan a la familia la convivencia de homosexuales.
Nunca como hoy, la inmoralidad, la impureza, y la obscenidad son continuamente propagadas a través de la prensa y de todos los medios de comunicación social.
Sobre todo la televisión se ha convertido en el perverso instrumento de un diario bombardeo de imágenes obscenas, dirigidas a corromper la pureza de la mente y del corazón de todos.
Los locales de diversión, en particular el cine y las discotecas, se han vuelto lugares de pública profanación de la propia dignidad humana y cristiana.
Es el tiempo en el que el Señor nuestro Dios es continua y públicamente ofendido con los pecados de la carne.
Ya la Sagrada Escritura os ha advertido que quien peca por medio de la carne, en la misma carne encuentra su justo castigo.
Y así, ha llegado el tiempo en el que el Ángel del primer flagelo pasa por el mundo, para que sea castigado según el querer de Dios.
–El Ángel del primer flagelo inflige en la carne de aquellos que se han dejado signar con la marca del monstruo en la frente y en la mano y han adorado su imagen, una llaga dolorosa y maligna, que hace gritar de desesperación a aquellos que han sido afectados por ella.
Esta llaga representa los dolores físicos que hieren el cuerpo a causa de enfermedades graves e incurables.
La llaga dolorosa y maligna es un flagelo para toda la humanidad, hoy tan pervertida, que ha construido una civilización atea, materialista y hace de la búsqueda del placer el fin supremo del vivir humano.
Algunos de mis pobres hijos han sido heridos por la misma, a causa de sus pecados impuros y sus desórdenes morales y llevan sobre sí mismos el peso del mal que han cometido.
Otros, en cambio, son heridos aún siendo buenos e inocentes: entonces su sufrimiento sirve para la salvación de muchos malos, debido a la solidaridad que os une a todos.
–El primer flagelo son los tumores malignos y toda clase de cáncer, contra el cual la ciencia nada puede hacer a pesar de su progreso en todos los sectores; enfermedades que se propagan cada vez más y hieren el cuerpo humano devastándolo con llagas dolorosísimas y malignas.
Hijos predilectos, pensad en la difusión de estas enfermedades incurables en todas partes del mundo y en los millones de muertos que ellas provocan.
–El primer flagelo es la nueva enfermedad del S.I.D.A., que hiere sobre todo a mis pobres hijos víctimas de la droga, de los vicios y de los pecados impuros contra natura.
En estos tiempos en los que la humanidad es golpeada por este primer flagelo, vuestra Madre Celeste quiere ser para todos ayuda, sostén, consuelo y esperanza.
Por eso os invito a andar por el camino del ayuno, de la mortificación y de la penitencia.
–A los niños les pido que crezcan en la virtud de la pureza y en este difícil camino sean ayudados por los padres y los educadores.
–A los jóvenes les pido que se formen en el dominio de las pasiones con la oración y la vida de unión Conmigo, y que renuncien a ir a los cines y a las discotecas donde está el grave y continuo peligro de ofender esta virtud tan grata a mi Corazón Inmaculado.
–A los novios les pido que se abstengan de toda relación antes del matrimonio.
–A las familias cristianas les pido que se formen en el ejercicio de la castidad conyugal y no usen nunca medios artificiales para impedir la vida, según la enseñanza de Cristo, que la Iglesia también hoy propone con iluminada sabiduría.
¡Cuánto deseo de los Sacerdotes la escrupulosa observancia del celibato y de los Religiosos la práctica fiel y austera de su voto de castidad!
A mis pobres hijos atacados por el primer flagelo de la llaga dolorosa y maligna, Yo me presento como Madre Misericordiosa que alivia y consuela, que lleva a la esperanza y a la paz.
A ellos les pido que ofrezcan sus sufrimientos en espíritu de reparación, de purificación y de santificación.
Sobre todo para ellos mi Corazón Inmaculado se vuelve el refugio más acogedor y el camino seguro que los lleva al Dios de la salvación y de la alegría.
En este mi celestial jardín todos serán consolados y estimulados, mientras Yo misma me preocupo amorosamente de dar alivio en el sufrimiento y, si está en la Voluntad del Señor, ofrecer el don de la curación.
Por lo tanto, en estos tiempos en que la humanidad es atacada por el primer flagelo, os invito a todos a dirigir vuestra mirada a Mí, vuestra Madre Celeste, para ser confortados y ayudados.”
DONGO (COMO), 1 DE NOVIEMBRE DE 1989.
Fiesta de Todos los Santos
La nueva Jerusalén
“Hoy es la fiesta de Todos los Santos y mañana recordáis a los que se han salvado pero que aún se encuentran inmersos en los sufrimientos purificadores del Purgatorio.
En estos tiempos de la gran tribulación debéis vivir fuertemente la Comunión de los Santos.
Soy la Reina de todos los Santos.
Soy la Capitana de un único ejército.
–Los Ángeles del Señor han recibido de Mí el mandato de responder con fuerza y con energía a todas las insidias que el Dragón, la bestia negra, la bestia semejante a un cordero y los espíritus malignos, os tienden todos los días.
Qué grande es hoy su poder celestial, porque son enviados por Mí para contrarrestar la táctica de mi Adversario, que es la de alejar a muchos pobres hijos míos de la adoración debida a nuestro Dios, mediante la difusión cada vez mayor del culto satánico y de las misas negras.
A esta perversa y blasfema acción de los demonios, los Ángeles responden con su perenne, profundo e incesante acto de adoración y de glorificación al Señor.
–A los peligros que en estos tiempos os tienden los malos, tratando de esparcir en el camino por el que debéis andar obstáculos, dificultades y astutas oposiciones, los Santos del Paraíso responden con su poderosa asistencia e intercesión.
Las tramas ocultas y oscuras, que la Masonería urde contra vosotros, para haceros caer en sus redes, son descubiertas y destruidas por los Santos, quienes hacen descender desde el Paraíso una fuerte Luz que os envuelve, para perfumar de fe, de esperanza, de amor, de pureza y de santidad toda vuestra existencia.
La comunión de vida con los Santos del Paraíso es el remedio que Yo os doy contra los peligros engañosos y muy astutos que la bestia negra de la Masonería hoy os tiende.
–Contra las dificultades, las burlas, las marginaciones que la bestia semejante a un cordero utiliza contra vosotros, mis hijos predilectos, recurrid a una perenne comunión de oración con las almas santas del Purgatorio.
Esta comunión de oración con las almas purgantes da a ellas la luz y el alivio de abreviar el tiempo de su purificación y os concede a vosotros la seguridad y el valor para realizar en vuestra vida mi designio, que es el de ayudaros a cumplir en todo momento la Divina Voluntad del Señor.
Hoy os contemplo con alegría, reunidos juntos en el celestial jardín de mi Corazón Inmaculado, viviendo esta estupenda realidad de la Comunión de los Santos, que os une, os ayuda, os compromete a todos a combatir por el pleno triunfo de Cristo, con el advenimiento en el mundo de su glorioso reino de amor, de santidad, de justicia y de paz.
De ese modo vosotros ya estáis contribuyendo a edificar la Nueva Jerusalén, la Ciudad Santa, que debe descender del Cielo como una esposa adornada para su esposo y formáis la morada de Dios entre los hombres, para que todos lleguen a formar parte de su pueblo, donde cada lágrima será enjugada de sus ojos y allí no habrá más muerte, ni luto, ni lamentos, ni afanes, porque las cosas de antes habrán pasado.”
RUBBIO (VICENZA), 8 DE DICIEMBRE DE 1989.
Fiesta de la Inmaculada Concepción
Una corona de doce estrellas
“Hijos predilectos, contemplad hoy el candor inmaculado de vuestra Madre Celeste.
Soy la Inmaculada Concepción.
Soy la única criatura exenta de toda mancha de pecado incluso del original.
Soy toda hermosa: Tota Pulchra.
Dejaos envolver en mi manto de belleza, para que también vosotros seáis iluminados con mi candor de Cielo, con mi Luz Inmaculada.
Soy toda hermosa por ser llamada a ser la Madre del Hijo de Dios y a formar el virginal vástago del que debe surgir la Flor Divina.
Por eso mi designio se inserta en el misterio mismo de vuestra salvación.
Al principio soy anunciada como la enemiga de Satanás, la que obtendrá sobre él la completa victoria.
“Pondré enemistades entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la suya; Ella te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón”.
Al final soy vista como la Mujer vestida del Sol, que tiene la misión de combatir contra el Dragón Rojo y su poderoso ejército, para vencerlo, ligarlo y arrojarlo a su reino de muerte, para que en el mundo pueda reinar solamente Cristo.
Heme aquí entonces presentada por la Sagrada Escritura con el fulgor de mi maternal realeza: “y apareció en el Cielo otra señal: una Mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”.
En torno a mi cabeza hay, pues, una corona de doce estrellas.
La corona es el signo de la realeza.
La misma está compuesta por doce estrellas, porque se convierte en el símbolo de mi materna y real presencia en el corazón mismo del pueblo de Dios.
Las doce estrellas indican las doce tribus de Israel, que componen el pueblo elegido, escogido y llamado por el Señor para preparar la venida al mundo del Hijo de Dios y del Redentor.
Puesto que Yo soy llamada a ser la Madre del Mesías, mi designio es el de ser el cumplimiento de las promesas, el brote virginal, el honor y la gloria de todo el pueblo de Israel.
En efecto, la Iglesia me exalta con estas palabras: “Tú eres la gloria de Jerusalén; Tú eres la alegría de Israel; Tú eres el honor de nuestro pueblo”.
Por eso las tribus de Israel forman doce piedras preciosas de la diadema que circunda mi cabeza, para indicar la función de mi materna realeza.
Las doce estrellas significan también los doce Apóstoles que son el fundamento sobre el cual Cristo ha fundado su Iglesia.
Me he encontrado a menudo con ellos, para estimularlos a seguir y a creer en Jesús durante los tres años de su pública misión.
En su lugar, Yo estuve bajo la Cruz, junto con Juan, en el momento de la crucifixión, de la agonía y de la muerte de mi Hijo Jesús.
Con ellos he participado de la alegría de su resurrección; junto a ellos, recogidos en oración, he asistido al momento glorioso de Pentecostés.
Durante mi existencia terrena he permanecido junto a ellos con mi oración y mi presencia maternal para ayudarlos, formarlos, alentarlos e impulsarlos a beber el cáliz que había sido preparado para ellos por el Padre Celestial.
Soy así Madre y Reina de los Apóstoles que, en torno a mi cabeza, forman doce estrellas luminosas de mi materna realeza.
Soy Madre y Reina de toda la Iglesia.
Las doce estrellas significan además una nueva realidad.
El Apocalipsis, en efecto, me ve como un gran signo en el cielo: La Mujer vestida del Sol, que combate al Dragón y a su poderoso ejército del mal.
Entonces, las estrellas en torno a mi cabeza indican a aquellos que se consagran a mi Corazón Inmaculado, forman parte de mi ejército victorioso, se dejan guiar por Mí para combatir esta batalla y para obtener al final nuestra mayor victoria.
Así, todos mis predilectos y los hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, llamados a ser hoy los apóstoles de los últimos tiempos, son las estrellas más luminosas de mi real corona.
Las doce estrellas, que forman la luminosa corona de mi materna realeza, están constituidas por las doce tribus de Israel, por los Apóstoles y por los Apóstoles de estos vuestros últimos tiempos.
Entonces, en la fiesta de mi Inmaculada Concepción, os llamo a todos vosotros a formar parte preciosa de mi corona y volveros las estrellas brillantes que difunden, por todas las partes del mundo, la luz, la gracia, la santidad, la belleza y la gloria de vuestra Madre Celeste.” r />
DONGO (COMO), 24 DE DICIEMBRE DE 1989.
Noche Buena
El tiempo se ha cumplido
“Hijos predilectos, vivid Conmigo en acto de oración incesante y de profundo recogimiento, estas horas de la Noche Santa.
El tiempo se ha cumplido.
Desde cientos de años se ha venido esperando este acontecimiento: voces de profetas y de enviados de Dios habían tenido encendida la antorcha de la esperanza y de la espera.
El curso del tiempo y de la historia confluían ambos hacia este extraordinario momento.
En esta Noche Santa todo tiene su cumplimiento.
Yo, Virgen y Madre, doy a luz a mi Hijo Divino: mi castísimo esposo José está junto a Mí y lleva en su persona la presencia de todos los pobres de Israel; la Gruta rústica se vuelve regia por el Hijo de David, llamado a sentarse sobre su trono real; los pastores acuden para ofrecer el homenaje de los sencillos y de los pobres de espíritu; el coro de los ángeles canta y trae la luz inocente de los niños, de los pequeños, de los puros de corazón.
Con qué inefable amor y delicada ternura, Yo deposito sobre el pobre pesebre a mi Hijo divino, el Primogénito del nuevo pueblo de Israel, el Unigénito Hijo del Padre, el Mesías prometido y esperado desde siglos.
En esta Noche Santa las profecías se realizan, todo tiene su perfecto cumplimiento.
El tiempo se ha cumplido. Vivid con amor, con confianza y con gran esperanza esta Navidad. Es la Navidad de 1989.
Es la Navidad de un año que ha sido muy importante.
Vividlo Conmigo, Madre que cada día os engendra aquella vida que mi Niño os ha dado con su venida entre vosotros.
Vividlo con mi esposo José, en acto de humilde y dócil colaboración al designio de vuestro Padre Celestial.
Vividlo con los pastores que acuden festivos, con la alegría de ser vosotros también testimonios del anuncio, que aún hoy sigue proclamando la paz y la salvación a todos los hombres.
Vividlo con los pequeños, los sencillos, los pobres, que hacen de trono real al dominio de mi Hijo Jesús.
Vividlo con los ángeles que cantan armonías divinas y ofrecen el amor a esta pobre tierra, que nunca estuvo tan amenazada y golpeada.
Vivid en espíritu de alegría profunda esta vuestra Navidad.
Puesto que el tiempo se ha cumplido.
Ya entráis en los acontecimientos que os preparan para su segunda Navidad.
Os aproximáis al momento del glorioso retorno de Cristo.
No so dejéis, pues, apoderar por el temor, ni por la tristeza, ni por una vana curiosidad, ni por inútiles afanes.
Vivid con la simplicidad de los pequeños, todos los momentos de este nuevo Adviento en mi Corazón Inmaculado y poned empeño en actuar con rapidez para abrir de par en par las puertas de los hombres y de los pueblos al Cristo que viene.
Y abrid el corazón a la esperanza para acoger con alegría el anuncio que hoy os doy: se está cumpliendo el tiempo de su glorioso retorno

jueves, 3 de diciembre de 2015

EL TITANIC....






El Titanic, el barco que ni Dios podía hundir


La exposición internacional del Titanic que pasó por Barcelona, The Exhibition, llega ahora a Madrid. Reúne cerca de doscientos objetos originales del barco que se hundió al chocar con un iceberg en 1912. Entre ellos, está la joya que inspiró la película de James Cameron, relojes parados en la hora del hundimiento, o cartas escritas por sus tripulantes. Para la muestra, se han recreado algunos espacios del trasatlántico, como pasillos y camarotes, o un iceberg, para sentir el frío que quema la piel en segundos. Todo un lujo para los fanáticos de un barco, que no se ha hundido en el olvido. ¿Por qué nos atrae tanto la historia del Titanic?  

La fascinación que a muchos produce la historia del Titanic, parece que es universal. Para los historiadores sociales es como una especie de microcosmos de la sociedad de principios del siglo pasado. Para los amantes del mar es el naufragio definitivo. Para los enfermos de nostalgia, evoca tiempos pasados. Y para los que sueñan despiertos, significa el misterio de tantas cosas que pudieran haber ocurrido…
¿UNA PROFECÍA ANUNCIADA?
En 1898 un autor desconocido llamado Morgan Robertson publicó una novela sobre un fabuloso trasatlántico, más grande que ningún otro que se hubiera construido. El escritor lo llenó de personas ricas y complacientes, hasta que una fría noche de abril chocó contra un iceberg. La historia mostraba así la futilidad de todo. Por eso llamó el libro Futility, cuando apareció editado en 1898 por Mansfield, años antes de que el Titanic se hundiera otra noche de abril en 1912.
La nave construida por la Línea Estrella Blanca recuerda hasta en sus dimensiones el barco de la novela de Robertson (sesenta y seis mil toneladas en la realidad, setenta mil en la ficción, con apenas ochenta y dos pies y medio de diferencia en la extensión). Ambos tenían una estructura similar y alcanzaban una velocidad parecida. Los dos podían llevar tres mil personas, pero no tenían barcos salvavidas suficientes. Ya que se pensaba que no podían hundirse. Por si todo esto fuera poco, Robertson llamó a su barco Titán…
No es éste por supuesto el primer caso de lo que parece una profecía anunciada. Las novelas de Julio Verne o hasta los comic de Tintín, muestran artefactos que luego se harían realidad, pero existían mucho tiempo antes en proyecto. La novela de Robertson no sólo demuestra que estaba muy bien informado sobre temas navales, sino que saca unas conclusiones sobre la vida que muchos de los contemporáneos del Titanic entendieron claramente, después de pensar que “Dios no podía hundir este barco”…
EL BARCO QUE NO SE PODÍA HUNDIR
Cuando la esposa de Albert Caldwell contemplaba cómo el personal de cubierta cargaba con el equipaje el 10 de abril de 1912 en Southampton, preguntó a uno de los mozos: “¿Es verdad que este barco no se puede hundir?”. El chico le contestó: “Así es, señora, ¡ni Dios mismo podría hundir este barco!”. Los pasajeros de este trasatlántico que iniciaba así su primer viaje a Nueva York, no podían ni imaginar lo que ocurriría cuatro días después, veinte minutos antes de la madrugada…
Uno de los seis vigías que contemplaba la tranquila noche, Frederick Fleet, dice que no recuerda un mar tan calmado y un cielo tan despejado como el de ese domingo. Hacía mucho frío, pero no se veía luna, ni había nubes que ocultaran el cielo estrellado. El Atlántico parecía un mar de cristal, cuando Fleet vio de repente algo oscuro enfrente suyo, más negro que la propia noche. Al principio era pequeño, pero cada segundo crecía más y más. Rápidamente el vigía hizo sonar una campana tres veces, advirtiendo del peligro, mientras levantaba el teléfono para llamar al puesto de mando...
LO QUE PUDIERON SALVAR
Cuando empezaron a sacar a los pasajeros de los camarotes, cada uno se llevaba lo que le parecía más importante salvar del naufragio. La mujer de Adolf Dyker llevaba por ejemplo una caja con dos relojes de oro, dos anillos de diamantes, un collar de zafiros y doscientas coronas danesas. Otros como la señorita Edith Russell, preferían llevar una especie de mascota como un cerdo de juguete con música, al que tendría especial cariño. Hay quien llevaba los libros que tenía en la mesilla, como Lawrence Beesley, o un revolver y un compás, como Norman Campbell Chambers. Hubo hasta quien guardó cuatro naranjas bajo su blusa, como el camarero James Johnson.
En segunda clase viajaba un joven estudiante de teología llamado Stewart Collett. El se llevó la Biblia, que prometió a su hermano que llevaría siempre consigo, hasta que se volvieran a ver. El pastor Robert Bateman se quedó de pie en la cubierta mirando como su cuñada, la señora Ada Balls, subía al bote. “Si no nos volvemos a ver de nuevo en este mundo”, le dijo: “Nos veremos en el otro”. Mientras bajaba la barca, se quitó su alzacuello y se lo dio a ella como recuerdo. La banda parece que tocó hasta el final en la cubierta un himno de origen episcopal llamado Otoño.
Hay muchas leyendas en torno al Titanic. Todos están de acuerdo en que el barco chocó a las doce menos veinte, y se hundió a las dos y veinte, pero sobre todo lo demás hay muchas versiones… Muchos supervivientes insisten en que el barco que los recogió, el Olympic, era la mitad de grande que el Titanic, cuando los dos eran muy parecidos (aunque el Titanic tenía mil cuatro toneladas más). Otros imaginan campos de golf, pistas de tenis y vacas lecheras, que nunca existieron. Casi cada una de las mujeres que sobrevivieron dicen haberlo hecho en el último bote. Obviamente, esto no era posible, pero ¡quién se lo iba a discutir! Sería como preguntarle la edad a una dama...
“¡MÁS CERCA, OH DIOS, DE TI!”
Uno de los temas más curiosos de discusión sobre el hundimiento del Titanic es cuál era la música que tocaba la banda hasta el último momento. La leyenda dice que era el himno ¡Más cerca, oh Dios, de Ti! Muchos de los supervivientes así lo recuerdan. Y no hay razones para dudar de su sinceridad… Aunque otros mantienen que era música de ragtime. Y un hombre dice que recuerda perfectamente que al final no tocaban nada. Pero un oficial encargado de comunicaciones, particularmente meticuloso en sus observaciones, asegura que era el himno episcopal Otoño.
Lo cierto es que el hecho de que sonara un himno, mientras se hundía el Titanic, se ha convertido en una expresión de futilidad en lengua inglesa. Es la imagen del extraño espectáculo de músicos cayendo e instrumentos volando por el aire, mientras las luces parpadeaban, hasta apagarse definitivamente. Sólo una lámpara de keroseno destellaba en el mástil más alto, mientras el barco se hundía...Este cuadro, lejos de hablarnos de la ausencia de Dios, nos muestra la realidad de Aquel que está al control de todas las cosas. Es cierto que estamos en un barco, que muchos piensan que ni Dios mismo podría hundir. La vida nos enseña todo lo contrario. No tenemos en este mundo otra seguridad que la que Dios nos da. Él tiene la última palabra, y el control sobre nuestras vidas. Por eso podemos cantar:
¡Más cerca, oh Dios de Ti, más cerca, sí!
Aunque una dura cruz me oprima a mí.
Será mi canto aquí: ¡Más cerca, oh Dios, de Ti,
más cerca, sí!
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Autor  :José de Segovia Barrón  José de Segovia Barrón nació en 1964 en Madrid, donde es pastor en una iglesia protestante. Es también presidente de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Española, y licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Estudió teología en la Universidad de Kampen (Holanda) y en la Escuela de Estudios Bíblicos de Welwyn (Inglaterra

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Hermosa reflexion sobrecomo seguir a Jesus....con tanta zancadillas de estos tiempos

Detrás de Ti.


Sabe el Señor que los pensamientos del hombre son insustanciales (Sal 93/94, 11)
“Sígueme”. “Ven y sígueme” (Jn 21, 19)

     Señor, ¿Cómo me exiges, para ser discípulo, que deje todo, hasta mí mismo, si conoces que los sentimientos del corazón humano son egoístas? Tu exigencia parece sobrehumana, y si las condiciones para ser discípulo tuyo son las que dice tu evangelio, ¿Quién puede seguirte?
     En un ímpetu del carácter hasta puedo hacer un acto generoso y aceptar algún despojo, pero después me encuentro aferrado a una idea, un objeto, un afecto humano… Aun en el mejor de los casos, nunca me veo libre del todo de mí mismo y, aunque con los labios pronuncio deseos nobles y al hacerlo se ensancha mi interior tan sólo por imaginar que voy detrás de ti, a la hora de la verdad, constantemente se entremezclan prioridades humanas, gustos y apetencias sensibles que no son tu rostro crucificado.
    Como los discípulos cuando te dijeron: “Señor, ¿Quién puede salvarse?”, yo te confieso que en el afán de serte fiel, siempre veo que no lo doy todo. Si debo ser coherente y hacer cálculos con mis fuerzas, la solución parece evidente: “Señor, no puedo”. Y sin embargo, si soy sincero, a pesar de que siento constantemente la quiebra de mi fidelidad, nunca me ha sucedido la determinación de abandonarte. Debo reconocer que los momentos más felices de mi vida los he tenido cuando he caminado detrás de tus huellas.
     No dejes que me encierre en mí mismo, ni que me confundan mis sentimientos. No te canses de pronunciar mi nombre y de decirme: “El que quiera venir detrás de mi, que tome su cruz y me siga”. Quizá ésta sea la única posibilidad: no tanto la de creerme valiente, generoso, radical, sino la de caminar detrás de ti con el peso de mi fragilidad. Tal vez sea éste el secreto: por gracia de tu Espíritu, aunque en  mi corazón se aposente la mezquindad, seguir siempre detrás de ti, de tu misericordia, andar a cuestas con mi mediocridad, con mi dualidad, mis contradicciones…, mas siempre detrás de ti. Seguir con la pesadumbre de saberme constantemente frágil, incapaz, mas detrás de ti.
    No dejes, Señor, de invitarme, por más que rehusé mentalmente tu programa. Que oiga de ti, como tú sabes decirlo, “Sígueme. Ven y sígueme. Vente conmigo”. Que por tu misericordia nunca me desvié de este sendero, en el que tú me precedes.
ÁGEL MORENO, de Buenafuente.
“VOZ ARRODILLADA”. Relación esencial. Narcea Ed., Madrid, 2002, pp 45-46

martes, 1 de diciembre de 2015

Cumbre Climatica...

El Adviento de la Cumbre climática


Este domingo inauguramos los cristianos el tiempo litúrgico llamado Adviento o “venida” que dura hasta la Navidad o “nacimiento”. Y, pura y feliz coincidencia, hoy se abre en París –en estado de máxima alerta por los recientes atentados– la XXI Cumbre sobre el Cambio Climático: 195 mandatarios del mundo se reúnen con el objetivo de marcar un punto de inflexión. La alerta es máxima. El Adviento urge.
Es la Veintiuna Cumbre. ¿Pues qué han hecho en las veinte precedentes, desde aquella primera de Berlín en 1995? Casi nada, la verdad. ¿Que podía haber sido peor? De poco nos consuela sabiendo como sabemos que estamos tan mal y que es muy probable que vayamos a peor. Da miedo pensar que tampoco en esta Cumbre se dé el paso decisivo, que todo acabe en una declaración más de buenas intenciones sin compromisos vinculantes, como ya sucedió en la cumbre de Kioto de 1997 o en la de Copenhague de 2009, que los intereses particulares de algunos estados y de muchas empresas multinacionales acaben ganando de nuevo aunque todos perdamos.
Da miedo pensar que seamos incapaces de ampliar nuestra mirada o de liberarnos de nuestros miedos, y que sigamos avanzando inconscientes a la aniquilación del planeta, al igual que de medida en medida de seguridad agravamos el terror global y la guerra sin fin. No lo pueden, no lo podemos permitir. Menos mal que está la sociedad civil movilizada, mucho más civilizada que quienes tan bien pagados la dirigen.
Algo hemos adelantado. Hace solo 20 años, las advertencias sobre el cambio climático eran cosa de ecologistas románticos y pseudocientíficos alarmistas. Hoy nadie discute que la Tierra se está calentando, que casi cada mes se baten récords de temperatura global, que hielos y nieves se derriten, que los mares se acidifican y suben de nivel, que el clima está haciendo estragos en forma de fríos y calores extremos, de lluvias y sequías extremas. Bien es verdad que el clima cambia sin cesar y que hay muchos factores que influyen en el cambio. Pero no sirve como excusa. Numerosos estudios científicos evidencian que la gravísima aceleración del cambio climático es provocada en buena parte por el ser humano, debido al uso industrial de combustibles fósiles. Somos nosotros los mayores responsables de la situación presente.
No lo hemos tomado en serio hasta que el agua nos ha llegado al cuello. Nunca mejor dicho, pues territorios donde viven 400 millones de personas, como el sur de Bangladesh, quedarán sumergidos por el mar. Los más pobres, como siempre, se llevarán la peor parte. Y entre los más pobres se cuentan no solamente los seres humanos, sino también innumerables seres vivientes de otras especies. ¿Quién ha dicho que somos los señores de la Creación, el centro y la cima y el culmen de la evolución de la vida, y que todos los seres, de las ballenas a las bacterias, están a nuestro servicio?
Somos responsables de parar esta carrera suicida y de eludir la catástrofe total. Ya está en marcha, pero aún podemos mitigar los daños. El Adviento de otro futuro para la vida está en nuestras manos, y sabemos cuál es la condición necesaria: que la temperatura del Tierra no suba más de 2 grado, o incluso 1,5 grados al final de este siglo. Pero las medidas presentadas a la Cumbre de París hacen prever que puede subir 3 grados e incluso 4.
La llave está, como en casi todo, en la postura que adopten los EEUU. Y China, que aspira a disputarle la hegemonía. Y Rusia, la India y Brasil, empeñados en no ser menos que aquellos. Y Europa…¿ existe Europa? ¿Sabe realmente lo que quiere o lo que debe? Por todas partes se impone la ley de la fuerza, la lógica de la economía de la ganancia, que mata más que todos los terroristas juntos. Nadie quiere perder y todos corremos al mismo abismo. Ya estamos cayendo.
Ya no basta el crecimiento sostenible. Se impone un decrecimiento sostenible. Y solo será posible si cambiamos la mirada y la sensibilidad, si nos sentimos hermanas y hermanos de todas las criaturas, si nos convertimos a una ecología integral, profunda.
Solo entonces será Adviento de verdad. Advendrá un tiempo nuevo, y tendrán sentido las luces de nuestras calles y los regalos de Navidad. 

José Arregi Olaizola  profesor en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Deusto. doctor  en Teología en el Instituto Católico de París

lunes, 30 de noviembre de 2015

Oracion para ElAdviento...

( UNA ORACIÓN DE K. RAHNER, EN “PALABRAS PARA EL SILENCIO”)

“Señor, otra vez es Adviento en el tiempo de tu Iglesia.
Otra vez rezamos las oraciones
de la expectación y de la constancia,
los cantos de la esperanza y de la promesa.
Y otra vez toda miseria,
toda expectación y todo aguardar
lleno de fe se reúnen en la palabra:
¡Ven!
Pero tú ya has venido.
Pusiste tu tienda de campaña entre nosotros,
has participado de nuestra vida con sus pequeñas alegrías,
con su larga rutina, con su conflicto y dolor.
¿Podríamos invitarte con nuestro “Ven”
a algo más profundo que esto?
Y sin embargo, llenos de esperanza,
te decimos:
¡TÚ ERES EL QUE TIENE QUE VENIR!
Se dice que vendrás de nuevo, es cierto.
Pero no se trata de volver de nuevo,
pues nunca nos abandonaste.
Al decirte: “Ven”, deseamos que se manifieste
con mayor claridad que tú ya estás en todo,
que el corazón de todas las cosas
se ha transformado ahora,
porque tú las has habitado con tu presencia.
Por eso, llenos de esperanza, te decimos:
¡TÚ ERES EL QUE TIENE QUE VENIR!
Tú vienes.
Esto no es pasado ni futuro.
Sino el presente que se llena de ti.
Siempre está presente la hora de tu venida…
Haz que vivamos
en esta hora atentos a tu venida.
AMÉN”
Xabier Azkoitia
(Responsable SAE Centro San Camilo)