Oct
Evangelio del día
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22
Hermanos:
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Salmo de hoy
Salmo 18, 2-3. 4-5 R/. A toda la tierra alcanza su pregón
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R/.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 12-19
En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Reflexión del Evangelio de hoy
"Sois miembros de la familia de Dios"
Sentirse extranjero o forastero, experimentarse discriminado o señalado por ser de otro lugar es una situación que viven millones de personas a diario. Pues, por las guerras, la pobreza, las persecuciones étnicas, etc. la migración es hoy una realidad que azota injustamente a gran parte de la humanidad.
La carta a los Efesios presenta otra situación. Desde la experiencia de la fe, ¡nadie se siente extraño o extranjero en la Comunidad cristiana! En la Primera lectura de hoy se afirma que sobre el cimiento de los apóstoles se inaugura un nuevo modo de humanidad donde los pueblos se unen como una sola familia, la familia de Dios.
¡Qué afirmación audaz y provocadora! La humanidad, que en Babel se comenzó a dividir y a dispersar, en Cristo y por su Espíritu en la Iglesia, ¡se está haciendo otra vez una sola familia!
Como en la fe, el regalo de Dios impulsa y provoca nuestra respuesta ética. Dios nos abre a un horizonte más humanizador y, por eso, más divino y evangélico y nos desafía a ponerlo por obra con su ayuda.
En ese horizonte lo más importante del otro no es su color de piel, su lugar de nacimiento, su idioma, sino su ser templo consagrado al Señor. Templo, simplemente por ser humano y, de modo especial, por el bautismo en Cristo, en Nuevo Templo.
Por eso, nos preguntamos: esta mirada del Evangelio, ¿está permeando realmente nuestra cultura, nuestra convivencia? ¿Son nuestras comunidades cristianas el lugar donde se ensaya y se practica ese otro modo de vivir donde nadie se siente extranjero o forastero, sino una sola casa por el Espíritu?
"Salía de él una fuerza que los curaba a todos"
A Jesús lo seguía mucha gente. Algunos ocasionalmente, por sus milagros o el alivio de sus palabras, pero otros lo seguían de continuo. Entre estos, Jesús elige a Doce. Como en Israel el número Doce significaba el pueblo completo, con todas sus tribus, algunos biblistas ven, en este gesto, la voluntad de Jesús de refundar el Pueblo de Dios. ¡Y qué importante que lo hace llamando a cada uno de estos Doce por su nombre!
En realidad, resulta muy significativo el hecho de los nombres personales cobren tanta importancia en la Biblia, y especialmente en el Nuevo Testamento: el nombre de los ancestros de Jesús, el de los apóstoles que elige, el de las mujeres que lo siguen, el de distintas personas que fueron expandiendo el Evangelio en los primeros años de la Iglesia. Se señala la importancia de cada persona, con su nombre, su historia y su procedencia.
Y esto tiene pleno sentido porque el mensaje de Jesús no es un paquete del que se hace servicio de reparto, anónimamente. Transmitirlo implica una relación personal con Él, es una misión en la que se involucra la vida entera… una misión que el Señor nos confía contando con nuestro modo de ser…
Desde el bautismo, a todos se nos propone la misión y el apostolado, todos estamos llamados a ser discípulos misioneros, siempre aprendices y siempre enviados… a una muchedumbre que desea escuchar a Jesús y hacerse curar.
¿Quieres ser apóstol de Jesús?... Sé su discípulo… ¿Quieres ser discípulo? ... acércate a escuchar y a tocar a Jesús, a tener experiencia de su fuerza sanadora...y así, podrás ser enviado para que otros se encuentren también con Él, personalmente…, por su nombre.
Nuestras comunidades no deberían ser lugares anónimos… sino una familia de Dios, en la que todos se reconocen por su nombre… Independientemente de su color de piel y país de procedencia.
Hay tantas necesidades en nosotros y a nuestro alrededor… ¿Estás escuchando cómo Jesús pronuncia tu nombre y te envía a llevar esa fuerza suya que sana y levanta?
Señor, brota de Ti una fuerza que sana a todos, brota de Ti una fuerza que me sana a mí. Haz de mí un apóstol que brinde a todos, de Ti, Señor, la fuerza para vivir.
