lunes, 20 de octubre de 2025

 

Sagradas lecturas lunes 20

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4, 20-25

Hermanos:

Abrahán, ante la promesa divina no cedió a la incredulidad, sino que se fortaleció en la fe, dando gloria a Dios, pues estaba persuadido de que Dios es capaz de hacer lo que promete; por lo cual le fue contado como justicia.

Pero que “le fue contado” no está escrito solo por él; también está escrito por nosotros, a quienes se nos contará: nosotros, los que creemos en el que resucitó de entre los muertos a Jesucristo nuestro Señor, el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación.

Salmo de hoy

Lc 1,69-70.71-72.73-75 R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo

Suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R/.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza. R/.

Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán
para concedernos
que, libres de temor, arrancados de la mano
de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Reflexión del Evangelio de hoy

La vida un camino de aprendizaje

En el fragmento de la carta a la comunidad de Roma, el apóstol Pablo hace referencia a la fe de Abrahán. El patriarca fue un peregrino de la esperanza que se puso en camino por la promesa de Dios. Como nos recordaba el biblista brasileño Carlos Mesters: «Abrahán es todo el que, en nombre de su fe en Dios y por causa de su amor a la vida, se levanta contra toda una situación de injusticia y de maldición, creada por los hombres, y que, para cambiar esta situación, está dispuesto a abandonarlo todo, a cambiar lo cierto por lo incierto, lo seguro por lo inseguro, lo conocido por lo desconocido, el presente por el futuro.»

Ese caminar lo llevo a enfrentar diversas circunstancias, obstáculos, desafíos y problemas. Teniendo su corazón en Dios estas realidades se convirtieron en oportunidades de aprendizaje, «pues estaba persuadido de que Dios es capaz de hacer lo que promete. » (Rom 4,21).

En el camino de la vida tenemos la posibilidad, como Abrahán, de madurar en la fe y en Cristo Jesús afrontar los desafíos que la vida nos presenta. Cuando muchas veces nos desanimamos o perdemos la ilusión, la experiencia pascual de Jesucristo, muerto y resucitado, nos brinda el aliento para renovar nuestro caminar. Entonces como  Zacarías podremos decir: « Bendito sea el Señor, que ha realizado la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos que, libres de temor, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.» (Lc 1,68.72-75)

¡Despierta!

El pedido de una persona sobre un conflicto familiar brinda a Jesús lo posibilidad de cuestionarnos sobre el sentido profundo de la realidad de la vida. El teólogo Daniel Kerber comentando este pasaje decía: «Jesús toma distancia del pedido. El hermano está pidiendo que “divida”. En la enseñanza de Jesús está el “compartir”, y aprovecha la ocasión para hacer una advertencia: “estén atentos y cuídense de toda codicia, porque aun en la abundancia la vida no está asegurada por las riquezas.» 

Desde el amor, el Señor, nos ayuda a re orientar la vida: ¡Despierta! De los espejismos que muchas veces embotan el corazón, de los estériles esfuerzos que nos encierran en nuestros pequeños mundos. ¿Cómo estás viviendo tu vida? ¿Qué es lo que realmente te lleva a la felicidad? ¿Qué lugar ocupa cada cosa en tu vida? ¿A qué le estas dando importancia?

Tal vez sea oportuno recordar las palabras del Papa León en la canonización de Pier Giorgio Frassati: «Para él la fe no fue una devoción privada; impulsado por la fuerza del Evangelio y la pertenencia a asociaciones eclesiales, se comprometió generosamente en la sociedad, dio su contribución en la vida política, se desgastó con ardor al servicio de los pobres.»

¡Despierta! La vida no es para almacenarla sino para compartir, para gastarla, para entregarla como lo hizo Jesús.

Fray Edgardo César Quintana O.P.

Fray Edgardo César Quintana O.P.
Casa Stmo. Cristo 

Dominicos.org..