sábado, 4 de octubre de 2025

Sagradas lecturas...

 sábado 4  de Octubre..

Santo Evangelio y Lecturas del día

Primera Lectura

Lectura del libro de Baruc (4,5-12.27-29):

Ánimo, pueblo mío, que llevas el nombre de Israel. Os vendieron a los gentiles, pero no para ser aniquilados; por la cólera de Dios contra vosotros os entregaron a vuestros enemigos, porque irritasteis a vuestro Creador, sacrificando a demonios y no a Dios; os olvidasteis del Señor eterno que os había criado, y afligisteis a Jerusalén que os sustentó. Cuando ella vio que el castigo de Dios se avecinaba dijo: «Escuchad, habitantes de Sión, Dios me ha enviado una pena terrible: vi cómo el Eterno desterraba a mis hijos e hijas; yo los crié con alegría, los despedí con lágrimas de pena. Que nadie se alegre viendo a esta viuda abandonada de todos. Si estoy desierta, es por los pecados de mis hijos, que se apartaron de la ley de Dios. Ánimo, hijos, gritad a Dios, que el que os castigó se acordará de vosotros. Si un día os empeñasteis en alejaros de Dios, volveos a buscarlo con redoblado empeño. El que os mandó las desgracias os mandará el gozo eterno de vuestra salvación.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 68,33-35.36-37

R/. El Señor escucha a sus pobres.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra,
las aguas y cuanto bulle en ellas. R/.

El Señor salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá,
y las habitarán en posesión.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R/.

Aleluya Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,17-24):

En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.»
Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»
En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.»
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.»

Palabra del Señor

COMENTARIO DE BENEDICTO XVI

Podemos reconocer también como en Jesús, el Revelador del Padre, se reabre al hombre la posibilidad de acceder a Dios. Planteémonos la pregunta: ¿A quién quiere revelar el Hijo los misterios de Dios? Al principio del Himno, Jesús expresa su alegría porque la voluntad del Padre es la de esconder las cosas a los doctos y a los sabios y revelarlas a los pequeños. En esta expresión de su oración, Jesús manifiesta su comunión con la decisión del Padre que abre sus misterios a quien tiene el corazón sencillo: la voluntad del Hijo es una cosa sola con la del Padre. La revelación divina no sucede según la lógica terrena, por la que son los hombres cultos y potentes los que poseen los conocimientos importantes y los transmiten a la gente más sencilla, a los pequeños. Dios tiene otro estilo: los destinatarios de su comunicación son concretamente los «pequeños». Esta es la voluntad del Padre y el Hijo la comparte con alegría. 

Benedicto XVI, 7 de diciembre de 2011.

Ejército Remanente...

viernes, 3 de octubre de 2025

Sagradas lecturas Viernes 03...

 

Santo Evangelio y Lecturas del Día

Viernes, 3 de octubre ..

Primera Lectura

Lectura del libro de Baruc (1,15-22):

Confesamos que el Señor, nuestro Dios, es justo, y a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los judíos y vecinos de Jerusalén, a nuestros reyes y gobernantes, a nuestros sacerdotes y profetas y a nuestros padres; porque pecamos contra el Señor no haciéndole caso, desobedecimos al Señor, nuestro Dios, no siguiendo los mandatos que el Señor nos había dado. Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres de Egipto hasta hoy, no hemos hecho caso al Señor, nuestro Dios, hemos rehusado obedecerle. Por eso, nos persiguen ahora las desgracias y la maldición con que el Señor conminó a Moisés, su siervo, cuando sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra que mana leche y miel. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, que nos hablaba por medio de sus enviados, los profetas; todos seguimos nuestros malos deseos, sirviendo a dioses ajenos y haciendo lo que el Señor, nuestro Dios, reprueba.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 78,1-2.3-5.8.9

R/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre

Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
Echaron los cadáveres de tus siervos en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra. R/.

Derramaron su sangre como agua
en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar siempre enojado?
¿Arderá como fuego tu cólera? R/.

No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R/.

Socórrenos, Dios, salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,13-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafárnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado.»

Palabra del Señor

COMENTARIO DE BENEDICTO XVI

«¿Qué podemos aprender nosotros de san Jerónimo? Me parece que sobre todo podemos aprender a amar la palabra de Dios en la sagrada Escritura. Dice san Jerónimo: «Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo». Por eso es importante que todo cristiano viva en contacto y en diálogo personal con la palabra de Dios que se nos entrega en la sagrada Escritura. Este diálogo con ella debe tener siempre dos dimensiones: por una parte, debe ser un diálogo realmente personal, porque Dios habla con cada uno de nosotros a través de la sagrada Escritura y tiene un mensaje para cada uno… Por otra parte, para no caer en el individualismo, debemos tener presente que la palabra de Dios se nos da precisamente para construir comunión, para unirnos en la verdad a lo largo de nuestro camino hacia Dios. Por tanto, aun siendo siempre una palabra personal, es también una palabra que construye a la comunidad, que construye a la Iglesia»

 (Papa  Benedicto XVI).

Ejército Remanente...

viernes, 26 de septiembre de 2025

10 consejos de Benedicto XVI a la gente joven...

 


10 consejos de Benedicto XVI a la gente joven

  ¡He aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa! 

Dialogar diariamente con Dios, leer la Biblia, acudir a la Misa del domingo, contar las alegrías y penas a Cristo, dar ejemplo o ser útil a los demás: son algunos de los consejos que el Papa Benedicto XVI da a los jóvenes.

1. Dialogar con Dios

“Alguno de vosotros podría tal vez identificarse con la descripción que Edith Stein hizo de su propia adolescencia, ella, que vivió después en el Carmelo de Colonia: «Había perdido consciente y deliberadamente la costumbre de rezar». Durante estos días podréis recobrar la experiencia vibrante de la oración como diálogo con Dios, del que sabemos que nos ama y al que, a la vez, queremos amar”.

2) Contarle las penas y alegrías

“Abrid vuestro corazón a Dios. Dejaos sorprender por Cristo. Dadle el «derecho a hablaros» durante estos días. Abrid las puertas de vuestra libertad a su amor misericordioso. Presentad vuestras alegrías y vuestras penas a Cristo, dejando que él ilumine con su luz vuestra mente y toque con su gracia vuestro corazón.

3) No desconfiar de Cristo

“Queridos jóvenes, la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, oculto en la Eucaristía. Sólo él da plenitud de vida a la humanidad. Decid, con María, vuestro «sí» al Dios que quiere entregarse a vosotros. Os repito hoy lo que dije al principio de mi pontificado: ‘Quien deja entrar a Cristo en la propia vida no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren de par en par las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera’. Estad plenamente convencidos: Cristo no quita nada de lo que hay de hermoso y grande en vosotros, sino que lleva todo a la perfección para la gloria de Dios, la felicidad de los hombres y la salvación del mundo”.

4) Estar alegres: querer ser santos

“Más allá de las vocaciones de especial consagración, está la vocación propia de todo bautizado: también es esta una vocación a aquel ‘alto grado’ de la vida cristiana ordinaria que se expresa en la santidad. Cuando se encuentra a Jesús y se acoge su Evangelio, la vida cambia y uno es empujado a comunicar a los demás la propia experiencia (…). La Iglesia necesita santos. Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad. Os invito a que os esforcéis estos días por servir sin reservas a Cristo, cueste lo que cueste. El encuentro con Jesucristo os permitirá gustar interiormente la alegría de su presencia viva y vivificante, para testimoniarla después en vuestro entorno”.

5) Dios: tema de conversación con los amigos

“Son tantos nuestros compañeros que todavía no conocen el amor de Dios, o buscan llenarse el corazón con sucedáneos insignificantes. Por lo tanto, es urgente ser testigos del amor contemplado en Cristo. Queridos jóvenes, la Iglesia necesita auténticos testigos para la nueva evangelización: hombres y mujeres cuya vida haya sido transformada por el encuentro con Jesús; hombres y mujeres capaces de comunicar esta experiencia a los demás”.

6) El domingo, ir a Misa

No os dejéis disuadir de participar en la Eucaristía dominical y ayudad también a los demás a descubrirla. Ciertamente, para que de esa emane la alegría que necesitamos, debemos aprender a comprenderla cada vez más profundamente, debemos aprender a amarla. Comprometámonos a ello, ¡vale la pena! Descubramos la íntima riqueza de la liturgia de la Iglesia y su verdadera grandeza: no somos nosotros los que hacemos fiesta para nosotros, sino que es, en cambio, el mismo Dios viviente el que prepara una fiesta para nosotros. Con el amor a la Eucaristía redescubriréis también el sacramento de la Reconciliación, en el cual la bondad misericordiosa de Dios permite siempre iniciar de nuevo nuestra vida.

7) Demostrar que Dios no es triste

Quien ha descubierto a Cristo debe llevar a otros hacia él. Una gran alegría no se puede guardar para uno mismo. Es necesario transmitirla. En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo marche igualmente sin él. Pero al mismo tiempo existe también un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos. Dan ganas de exclamar: ¡No es posible que la vida sea así! Verdaderamente no.

8) Conocer la fe

Ayudad a los hombres a descubrir la verdadera estrella que nos indica el camino: Jesucristo. Tratemos nosotros mismos de conocerlo cada vez mejor para poder guiar también, de modo convincente, a los demás hacia él. Por esto es tan importante el amor a la sagrada Escritura y, en consecuencia, conocer la fe de la Iglesia que nos muestra el sentido de la Escritura.

9) Ayudar: ser útil

Si pensamos y vivimos en virtud de la comunión con Cristo, entonces se nos abren los ojos. Entonces no nos adaptaremos más a seguir viviendo preocupados solamente por nosotros mismos, sino que veremos dónde y cómo somos necesarios. Viviendo y actuando así nos daremos cuenta bien pronto que es mucho más bello ser útiles y estar a disposición de los demás que preocuparse sólo de las comodidades que se nos ofrecen. Yo sé que vosotros como jóvenes aspiráis a cosas grandes, que queréis comprometeros por un mundo mejor. Demostrádselo a los hombres, demostrádselo al mundo, que espera exactamente este testimonio de los discípulos de Jesucristo y que, sobre todo mediante vuestro amor, podrá descubrir la estrella que como creyentes seguimos.

10) Leer la Biblia

El secreto para tener un «corazón que entienda» es formarse un corazón capaz de escuchar. Esto se consigue meditando sin cesar la palabra de Dios y permaneciendo enraizados en ella, medianteol el esfuerzo de conocerla siempre mejor. Queridos jóvenes, os exhorto a adquirir intimidad con la Biblia, a tenerla a mano, para que sea para vosotros como una brújula que indica el camino a seguir. Leyéndola, aprenderéis a conocer a Cristo. San Jerónimo observa al respecto : «El desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo»

* * *

En resumen…

Construir la vida sobre Cristo, acogiendo con alegría la palabra y poniendo en práctica la doctrina: ¡he aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa! Es urgente que surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a para difundir el Evangelio por todas partes. ¡Esto es lo que os pide el Señor, a esto os invita la Iglesia, esto es lo que el mundo – aun sin saberlo – espera de vosotros! Y si Jesús os llama, no tengáis miedo de responderle con generosidad, especialmente cuando os propone de seguirlo en la vida consagrada o en la vida sacerdotal. No tengáis miedo; fiaos de Él y no quedaréis decepcionados.

Benedicto XVI (2006)

Ejército Remanente...

miércoles, 24 de septiembre de 2025

La Familia...


La familia, «el primer ambiente apto para sembrar la semilla del Evangelio»


Nos aconseja el Señor que no amontonemos tesoros en la tierra, porque duran poco y son inseguros y frágiles: la polilla y la herrumbre los corroen, o bien los ladrones socavan y los roban.
 Por mucho que lográramos acumular durante una vida, no vale la pena. Ninguna cosa de la tierra merece que pongamos en ella el corazón de un modo absoluto. 
El corazón está hecho para Dios y, en Dios, para todas las cosas nobles de la tierra. 
A todos nos es muy útil preguntarnos con cierta frecuencia: ¿en qué tengo yo puesto el corazón?, ¿cuál es mi tesoro?, ¿en qué pienso de modo habitual?, ¿cuál es el centro de mis preocupaciones más íntimas?... ¿Es Dios, presente en el Sagrario quizá a poca distancia de donde vivo o de la oficina en la que trabajo? O, por el contrario, ¿son los negocios, el estudio, el trabajo, lo que ocupa el primer plano..., o los egoísmos insatisfechos, el afán de tener más? Muchos hombres y mujeres, si se respondieran con sinceridad, quizá encontrarían una respuesta muy dura: pienso en mí, solo en mí, y en las cosas y personas en cuanto hacen referencia a mis propios intereses. 
Pero nosotros queremos tener puesto el corazón en Dios, en la misión que de Él hemos recibido, y en las personas y cosas por Dios. Jesús, con una sabiduría infinita, nos dice: Amontonad tesoros en el Cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroen, y donde los ladrones no socavan ni roban.      Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón.

Nuestro corazón está puesto en el Señor, porque Él es el tesoro, de modo absoluto y real. Y no lo es la salud, ni el prestigio, ni el bienestar... Solo Cristo. 

Y por Él, de modo ordenado, los demás quehaceres nobles de un cristiano corriente que está vocacionalmente metido en el mundo. De modo particular, el Señor quiere que pongamos el corazón en las personas de la familia humana o sobrenatural que tengamos, que son, de ordinario, a quienes en primer lugar hemos de llevar a Dios, y la primera realidad que debemos santificar.

La preocupación por los demás ayuda al hombre a salir de su egoísmo, a ganar en generosidad, a encontrar la alegría verdadera. 

El que se sabe llamado por el Señor a seguirle de cerca no se considera ya a sí mismo como el centro del universo, porque ha encontrado a muchos a quienes servir, en los que ve a Cristo necesitado.

El ejemplo de los padres en el hogar, o de los hermanos, es en muchas ocasiones definitivo para los demás miembros, que aprenden a ver el mundo desde un entorno cristiano. 

Es de tal importancia la familia, por voluntad divina, que en ella «tiene su principio la acción evangelizadora de la Iglesia».

 Ella «es el primer ambiente apto para sembrar la semilla del Evangelio y donde padres e hijos, como células vivas, van asimilando el ideal cristiano del servicio a Dios y a los hermanos». 

Es un lugar espléndido de apostolado. Examinemos hoy si es así nuestra familia, si somos levadura que día a día va transformando, poco a poco, a quienes viven con nosotros. 

Si pedimos frecuentemente al Señor la vocación de los hijos o de los hermanos –o incluso de nuestros padres– a una entrega plena a Dios: la gracia más grande que el Señor les puede dar, el verdadero tesoro que muchos pueden encontrar.

https://www.hablarcondios.org/meditaciondiaria.aspx

domingo, 31 de agosto de 2025

Butizo de los Niños abortados...

 

Oraciones para bautizar a los niños abortados

A los niños no nacidos se les impide no sólo vivir y trabajar en la tierra, sino también ascender al cielo, ya que se les arroja al cubo de la basura sin el bautismo, que es fundamental para la salvación.

El Catecismo de la Iglesia Católica nº 1257 enseña que: "La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada a la beatitud eterna" y el Catecismo de San Pío X que: "Los niños que mueren sin el Bautismo van al Limbo, donde no gozan de Dios, pero tampoco sufren; porque, teniendo el pecado original, y sólo eso, no merecen el cielo, pero tampoco el infierno o el purgatorio."

Entonces, ¿qué podemos hacer para llevar al cielo a los niños, mártires inocentes, que han sido abortados voluntariamente?

Sólo en los primeros veinte años de este siglo, estamos hablando de mil millones de víctimas.

¿Quién puede salvarlos?

Cualquier bautizado que haya conservado, en este mundo satánico y nihilista, un mínimo de sensibilidad y buena voluntad mediante la práctica de: "Bautismo de deseo" que da los mismos frutos que el Bautismo, incluso sin ser un sacramento", como aprendemos del CIC en el nº 1258.

Hay varias oraciones que deben rezarse diariamente para el bautismo de deseo.

Nos gustaría señalar dos de ellas, que puede elegir libremente.

La primera es una muy tierna, cuyo origen desconocemos, y la segunda está formulada por el cardenal Poletti.

1)INVOCACIÓN y BAUTISMO DEL DESEO para los niños no nacidos

Recitación del CREDO

Oh Jesús, te invocamos: haz descender, por las manos de San Juan Bautista, el agua del Jordán y la paloma del Espíritu Santo de tu Bautismo.

Haz que esta agua y las gotas de tu Preciosa Sangre, oh Jesús, desciendan sobre cada pequeña criatura a la que se le quita la vida en el vientre de su madre.

Te pido que lo hagas en cada momento de este día y de esta noche, durante todos los días y noches de los siglos pasados, presentes y futuros.

Envía, oh Jesús, a tus ángeles a bautizar a estos inocentes.

Que se les den los nombres de los Santos del cielo, de los Ángeles, de los Arcángeles, de los Querubines y de los Serafines.

En tu nombre, Señor, bautizamos a estas criaturas de todos los continentes, tribus, lenguas, razas, pueblos y naciones.

Los bautizamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y ahora, queridos niños inocentes, volad al cielo y que Jesús, María y José os den muchas caricias y besos.  La Tierra os ha rechazado: el Cielo os acoge.

Extended vuestras manitas inocentes desde las alturas del Cielo y que una lluvia de bendiciones descienda de vuestras manitas, hechas más poderosas por vuestro martirio, sobre vuestros padres y los colaboradores en vuestro asesinato.

Nos unimos a estos mártires inocentes, oh Jesús, para rezar por la conversión de sus madres, padres y colaboradores que diariamente cometen estos graves crímenes, a fin de obtener de tu Sagrado Corazón la Gracia del Bautismo para todos los niños no nacidos. Amén de

Pater, Ave, Gloria

2) BAUTISMO DEL DESEO o acto de reparación (por el cardenal Poletti)

Oh Dios, Padre nuestro, que en tu infinito amor por nosotros, quieres que todos los hombres se salven, con la fe y el amor de la Iglesia que lleva en su corazón de Madre el "Deseo del Bautismo" para todos los niños del mundo, quiero expresar esta caridad bautizando en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo a todos los niños que hoy serán asesinados en el seno de sus madres por el aborto.

Con este acto de fe y caridad pretendo, con toda la Iglesia:

1.- Ofrecer, por las manos inmaculadas de María Santísima, con la sangre de Jesús la de todos los niños asesinados por el aborto, implorando por el sacrificio de sus vidas, misericordia y piedad para la humanidad.

2.- Reparar el grave crimen del aborto que, al tiempo que suprime la vida del concebido, le priva de la gracia del bautismo.

3.- Rezar por la conversión de todos los que participan y colaboran con el aborto, un crimen horrible "que condena al hombre, a la mujer, al médico y al Estado" (Juan Pablo II).

Rezar por la conversión de todos aquellos que, con los poderosos medios de comunicación social, apoyan, justifican y defienden este gravísimo pecado, despreciando el Magisterio de la Iglesia y de Cristo.

Y, por último, invocar la misericordia para aquellos que, engañados y seducidos por estos poderosos medios, se apartan del amor de Dios Padre.

Recitar el Credo, el Padre Nuestro y un Ave María.

Cardenal Ugo Poletti

El Cardenal Ugo Poletti, Vicario General de Su Santidad, agradece al Sagrado Nicola Rossi la impresión y distribución del "Acta de Reparación" y con estima saluda y bendice.

(Con aprobación eclesiástica)

"¡Deja que los niños vengan a mí!" ¡Buen trabajo almas bellas!

Verónica Cyrene

El Santisimo....

Diles a todos que me hagan una visita para 


Diles a todos que me hagan una visita, que los espero y quiero salvarlos a todos con la Sangre de mis llagas. Que vengan a mí, que soy su Padre y los quiero a todos con todo mi Corazón; que visiten al «Prisionero»; 

que si su alma está enferma, que vengan a mí, que yo los sanaré.

Que si su cuerpo está enfermo, que vengan a mí, que yo los fortaleceré; 

que se den cuenta de que yo les puedo hacer recobrar la fuerza del cuerpo y la salud del alma; 

que den amor, limosna de amor a este pobre mendigo que los está esperando de día y de noche; 

que mi Corazón está triste por todos; que no me hagan sufrir más, que lo que quiero es que se salven. (12-2-82)

«Sí, hija mía, vamos a ofrecernos como víctimas al Padre Eterno por la salvación del mundo, por la salvación de esas almas que cada día se retiran de mí, me desprecian, me blasfeman; me están recibiendo sacrílegamente, no tienen compasión de mí» (El Señor).

¡Cuántos sacrilegios se cometen, sin duda, al recibir la Eucaristía! Se ha dicho que hoy se comulga mucho pero se confiesa poco, y es cierto; compruébense, si no, las nutridas filas de fieles que se acercan a recibir el Cuerpo de Cristo en cada Misa y, por contraste, la soledad de los confesionarios, que tan poco visitados son. Hay que recordar sobre esto las palabras de san Pablo, que hacen estremecer: «Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa» (1 Co 11, 27-28). Palabras que confirman las citadas del mensaje y las siguientes del mismo:

«¡En cuántos corazones manchados tengo que entrar y cómo veo mi Cuerpo y mi Sangre profanados! ¡Cómo veo todos los días los sacrilegios, ultrajes y tremendas abominaciones que hacen contra mí!».

Sacrilegio es la «lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrados». Aquí se fija concretamente en la Eucaristía, que es el centro de la vida cristiana, el mismo Jesucristo resucitado, que se da por amor a las almas en el Santísimo Sacramento. Dice en este mismo mensaje:

«Fue una alegría, desde mi Última Cena, hacerme compañero de los hombres hasta el fin del mundo y darles alimento de vino con mi Cuerpo».

https://www.pradonuevo.es/

martes, 26 de agosto de 2025

Nuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia..

  

Nuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia


Cuadro Original de la Virgen de Chiquinquirá que descansa en la Basílica Homónima en Colombia y que se renovó milagrosamente hace más de cuatro siglos. 

Un viernes, 26 de diciembre de 1586, se disponía a salir de la capilla, cuando una india cristiana le llamó la atención hacia la imagen, que aparecía rodeada de vivos resplandores. Volvió el rostro María Ramos y fue grande su asombro al advertir la transformación que se había obrado en el lienzo, cuyos colores, antes tan borrosos y desteñidos, aparecían ahora vivos y claros.


Cuenta la tradición que entre los primeros conquistadores del Nuevo Reino de Granada, Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, era especialmente devoto de la Virgen del Rosario. Por este motivo fabricó en el pueblo de Suta su dormitorio y pequeña capilla. Deseando poner en ella una imagen de la Madre de Dios, mandó pintar una imagen de Nuestra Señora del Rosario en una manta de algodón. Era la manta más ancha que larga y para que no quedasen en blanco los campos que quedaban a ambos lados de la Madre de Dios, mandó pintar a San Andrés Apóstol y a Santa Antonio de Padua uno a cada lado. Luego que recibió la imagen, acomodó el lienzo en un bastidor de madera y lo expuso en el altar de la capilla.

Pasaron algunos años y el desaseo y la humedad deterioraron el lienzo, que apareció roto por varias partes y la pintura estaba casi borrada. A la muerte de Don Antonio, su viuda, se trasladó a Chiquinquirá llevándose consigo el cuadro al que colocó en una capilla. Diez años más tarde vino a aquel lugar una piadosa mujer llamada María Ramos, cuñada del difunto Santana, quien reparó el cuadro y lo expuso en el mejor lugar de la capilla.

Fue así como el día viernes 26 de diciembre de 1586 a las nueve de la mañana, después de haber estado la devota más de dos horas en oración, se levantó de su asiento para salir de la capilla. En aquel instante pasaba por allí una india que venía de Muzo, llamada Isabel, con un niño llamado Miguel, de unos cuatro o cinco años. Al pasar frente a la puerta de la capilla dijo el niño a la mujer que lo llevaba: “¡Mire, mire! Miró la mujer hacia la capilla y vio que la imagen de Nuestra Señora estaba en el suelo, de pie, y despedía de sí una luz que llenaba de claridad toda la capilla. Llena de asombro dijo en alta voz a María Ramos, que iba saliendo del oratorio: “Mire, mire, Señora, que la Madre de Dios se ha bajado de su sitio, está en vuestro asiento y parece que se está quemando”. Miró María Ramos y admirada de ver tan estupendo prodigio, llena de asombro se dirigió llorando hacia el altar, se arrojó a los pies de la sagrada Imagen; con mucho temor puso los ojos en ella y vio cumplidos sus deseos, pues, estaba patente la imagen de la Madre de Dios en el sitio en que la piadosa María Ramos solía orar, con una hermosura sin igual y con unos colores muy vivos y despidiendo de sí grandes resplandores que bañaban de luz a los santos que tenía a los lados y llenaba de claridad toda la capilla. Tenía el rostro muy encendido. Toda la pintura estaba renovada completamente. Sin embargo quedaron en el lienzo, los agujeros que antes tenía.

Después de una hora, con mucho temor y reverencia alzaron el cuadro y lo colocaron en el lugar que estaba antes. El rostro de la Madre Santísima duró encendido todo aquel día; después, la imagen quedó tal como hoy se contempla.

La noticia del prodigio se propagó rápidamente por todos los lugares circunvecinos, cuyos moradores presurosos acudieron a ver la imagen renovada.

Conservación prodigiosa del Lienzo

Durante más de 435 años (1587-2021) el lienzo se conserva tal como se renovó. Desde 1587 hasta 1897, que se le colocó el cristal para protegerlo, diariamente se estuvo retocando en el lienzo de la Virgen, mazos de rosario, manojos de yerbas, panecitos de tierra blanca y otras mil cosas y el lienzo no ha sufrido daños, debiéndose haber destruido y acabado la tela en la parte que tales refregones sufrió. Tenían en el templo una vara larga con un garabato en la punta, donde engarzaban los objetos, los aplicaban al lienzo de manera que no quedara duda de que han sido tocados en la Imagen. Si vemos la columna de mármol, de la Virgen del Pilar de Zaragoza en España, los peregrinos la besan por el respaldo, y con solo aplicarle los labios, en tan largo tiempo, se ha hecho al mármol una concavidad, lo mismo que el pie de bronce de San Pedro del Vaticano, se ha desgastado notablemente con el ósculo de los turistas. Es indiscutible que “en esta Imagen hay encerrado algún don especial de Dios, reservado para remedio de graves males” como lo expresó la Sagrada Congregación de Ritos en su Decreto de 18 de julio de 1829 (https://virgendechiquinquira.com/santuario/descripcion-del-cuadro/)

Pio VII la declaró patrona de Colombia en 1829 y fue coronada canónicamente en 1919.

Nuestra señora de Chiquinquirá en el Vaticano

Desde el 9 de julio de 2021 una réplica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue entronizada en los Jardines del Vaticano, en conmemoración de los 102 años de la coronación canónica de la patrona de Colombia. Se trata de una “obra realizada en Verona -Italia- mediante la técnica tradicional de ‘micro-mosaico’, que consistente en ensamblar pequeñas piezas, cada una cortada a mano, de materiales como mármol, piedra o vidrio”.

La imagen de la Patrona de Colombia, quedará junto a otras advocaciones marianas como la Virgen del Rosario de Fátima, patrona de Portugal o Nuestra Señora de Lourdes, así como imágenes de América Latina como la Virgen del Quinche, patrona de Ecuador; Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México; la de Aparecida, patrona de Brasil, la de Luján de Argentina y la Virgen del Carmen, patrona de Chile.

Bendita Madre Maria  Salva a Tu País del comunismo que nos acecha....