sábado, 10 de noviembre de 2018

LOS CATÓLICOS TENEMOS EL DERECHO Y LA OBLIGACIÓN DE EXIGIR QUE ACABE DE UNA VEZ EL APOYO ENTUSIASTA DE FRANCISCO Y SU EQUIPO DE LA IGLESIA DEL NUEVO PARADIGMA A LA AGENDA DIABÓLICA DE LA ONU
 
Por Arturo Picatoste
Periodista católico, miembro de la F.A.P.E. nº.18.265
El Papa Francisco y su equipo de confianza de Cardenales, Obispos y Sacerdotes de la Iglesia del Nuevo Paradigma han reiterado públicamente, sin escrúpulos, y en muchas ocasiones, su apoyo entusiasta a la agenda 2030 de la ONU. Es una agenda absolutamente diabólica, incompatible con la doctrina espiritual, moral y social de la Iglesia Católica.
¿Cómo es posible que esto haya ocurrido y apenas se hayan levantado voces claras, firmes y rotundas denunciando tamaña incongruencia, dislate, locura? Es del todo incompatible que un católico apoye las directrices y objetivos de la ONU. Pero si además quien lo hace es el Papa y sus hombres de confianza es un escándalo insoportable que no puede durar ni un minuto más.
Voz de la Familia (Voice of the Family), iniciativa laica en defensa de la familia, sí denunció esta connivencia entre la Santa Sede y la ONU, con un excelente trabajo que toda la Iglesia debe conocer. Trabajo que recomiendan llegue a sacerdotes y obispos, donde recogen datos que son públicos y están al alcance de todos. Y dicen así:
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (SDG), aprobados por los estados miembro el 25 de septiembre de 2015, incluyen objetivos que exigen acceso universal a la salud sexual y reproductiva para el año 2030. Este término es entendido por los organismos de las Naciones Unidas, muchos gobiernos y agencias internacionales para referirse, entre otras cosas, al acceso al aborto y la contracepción. Los objetivos también contribuirán a la imposición de nocivos programas integrales de educación sexual.

En esta exposición explicaremos cómo la aprobación de los SDG por el Papa Francisco en septiembre de 2016 y el apoyo anterior ofrecido por ellos mediante otros órganos de la Santa Sede, han intensificado la amenaza planteada por los SDG a los miembros más vulnerables de la familia humana:
“Contra factum non valet argumentum”
Los católicos no podemos seguir en el buenismo y en la falsa tolerancia, la falsa prudencia, mirando para otro lado: contra los hechos, no valen argumentos. La realidad es tozuda. ¡Hemos de decir y decimos basta! Por eso, ineludiblementehemos de exigir a Francisco de manera inmediata QUE:
  1. Manifieste públicamente que rompe relaciones con la agenda 2030 de la ONU, que está en contra de sus objetivos abortistas, y de los objetivos de la ideología de género y la agenda LGTBI, así como de la implantación del pensamiento único mundialista, globalista anticristiano y diabólico.
  1. Retire contundentemente sus manifestaciones de apoyo público y entusiasta a dicha agenda anticristiana, y que deje clara cuál es la doctrina de la Iglesia, que no puede ser nueva y diferente a la que ha recibido para servir necesariamente en fidelidad. Y si no está dispuesto a ello, por favor renuncie ipso facto a su sagrado cargo.
  1. Desautorice a sus hombres de confianza que como el Cardenal Sorondo han manifestado que el magisterio de la ONU y el de la Iglesia corren paralelos, son los mismos.
  1. Diga públicamente por qué permitió usted que su mano derecha, el Cardenal Parolin, participara en reuniones secretas del Club Bilderbeg, reuniones secretas con los amos de este mundo y enemigos de la Iglesia. ¿No sabe que quien se hace amigo de este mundo se hace enemigo de Dios? Sant.4,4.
  1. Elija de una vez a quien quiere servir, de qué parte está: con Jesucristo y su Evangelio, con la doctrina bimilenaria de la Iglesia y el respeto a su santa tradición; o bien con la agenda de la ONU que es claramente diabólica y en contra de las enseñanzas de la doctrina de la Iglesia.
  1. Si sigue sirviendo a dos señores, a Dios y al diablo, obviamente y dado que esto es imposible y del todo incompatible como enseña el Señor en el Evangelio, sepa usted que estará claramente sirviendo los intereses del diablo, y solo se le podrá considerar y tratar como DESTRUCTOR MALIGNO DE LA IGLESIA.
  1. Los católicos de buena voluntad del mundo entero le exigimos que se defina. No hacerlo ya, es hacerlo en contra de la Iglesia. No podemos esperar más. Usted no quiso contestar a las dubia, y se terminó definiendo contra las enseñanzas de sus predecesores, como ha hecho recientemente con el cambio del Catecismo.
Da la impresión constantemente de que usted se considerara por encima del bien y del mal. Y eso tiene que acabar. No espere que le sigamos tolerando semejante dislate y locura: usted no está por encima de las Sagradas Escrituras, de la Santa Tradición y del Magisterio bimilenario de la Iglesia. Desautorice con contundencia al sacerdote Thomas Rosica (asesor de medios del Vaticano) quien afirmó con descaro inaudito algo que hasta la fecha usted no ha desmentido y parece confirmar con sus hechos y pasividad ante tamaña insolencia:

«El papa Francisco rompe las tradiciones católicas siempre que quiere, porque está ‘libre de afectos desordenados’. De hecho, nuestra Iglesia ha entrado en una nueva fase: con la llegada de este primer papa jesuita, está gobernada abiertamente por una persona y no por la autoridad de la Escritura solamente ni tampoco por sus propios dictados de Tradición más Escritura».
No, usted sabe que eso no es verdad ni posible, aunque sus palmeros se congratulen y públicamente manifiesten que es así. Y no lo vamos a seguir permitiendo. Es nuestro deber resistir a todos estos gravísimos dislates y ataques a la sana doctrina. Ahora es el momento de que decida de una vez a quien quiere servir, porque NO SE PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES.
Mientras usted siga con el doble juego, seguirá siendo un mero títere del demonio y no engañará a nadie, salvo a aquellos que se quieran dejar engañar, que no quieran ver, que elijan la papolatría y la ceguera voluntaria.
Elija de una vez a quien quiere servir, y tenga claro que muchos sacerdotes y católicos laicos asumimos nuestra responsabilidad y le exigimos lo anteriormente expuesto: rompa ya relaciones con los enemigos de la Iglesia y deje de sembrar confusión y destrucción en la Iglesia. O cumple con su deber sagrado, o deje de una vez el cargo que no merece llevar quien apoya a una agenda totalmente incompatible con la fe de la Iglesia. Dé paso a alguien que sí quiera asumir su responsabilidad santa: confirmar en la santa fe católica a los fieles y no escandalizar más.
Es nuestro deber y obligación pedírselo como hijos de la santa Madre Iglesia, y hasta se lo exigimos porque los tiempos y las circunstancias no permiten otra cosa. Y lo hacemos bajo el amparo de nuestros derechos y obligaciones de miembros de Cristo, según el propio código de Derecho Canónico nos avala. No podrá acusarnos de que nos desentendimos de nuestras responsabilidades como hizo recientemente con el caso de los 300 pederastas de Pensilvania, cuando usted puso a todos los miembros de la Iglesia en el mismo saco, y repartió responsabilidades entre todos. Asuma, por tanto, las suyas de una vez, y recuerde las palabras de las Sagradas Escrituras:
“de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembra, eso cosechará”
(Gál. 6, 7)