Orden Carmelitana
1) Oración inicial
1) Opening prayer
1) Preghiera
Lectio:
Martes, 25 Julio, 2017
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Muéstrate propicio con tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Mateo 20,20-28
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.» Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos.» Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.»
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.» Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos.» Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.»
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
3) Reflexión
• Jesús y los discípulos están en camino hacia Jerusalén (Mt 20,17). Jesús sabe que van a matarlo (Mt 20,8). El profeta Isaías lo había anunciado ya (Is 50,4-6; 53,1-10). Su muerte no será fruto de un destino o de un plan ya preestablecido, sino que será consecuencia del compromiso libremente asumido de ser fiel a la misión que recibió del Padre junto a los pobres de su tierra. Jesús ya tenía dicho que el discípulo tiene que seguir al maestro y cargar su cruz detrás de él (Mt 16,21.24), pero los discípulos no entendieron bien qué estaba ocurriendo (Mt 16,22-23; 17,23). El sufrimiento y la cruz no se combinaban con la idea que ellos tenían del Mesías.
• Mateo 20,20-21: La petición de la madre de los hijos de Zebedeo. Los discípulos no sólo no entendían, sino que seguían con sus ambiciones personales. La madre de los hijos de Zebedeo, como portavoz de sus dos hijos, Santiago y Juan, llega cerca de Jesús para pedirle un favor: "Manda que estos dos hijos míos, se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu Reino". Ellos no habían entendido la propuesta de Jesús. Estaban preocupados sólo con sus propios intereses. Esto refleja las tensiones en las comunidades, tanto en el tiempo de Jesús como en el tiempo de Mateo, como hoy en nuestras comunidades.
• Mateo 20,22-23: La respuesta de Jesús. Jesús reacciona con firmeza. Responde a los hijos y no a la madre: "«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» " Se trata del cáliz del sufrimiento. Jesús quiere saber si ellos, en vez del lugar de honor, aceptan entregar su vida hasta la muerte. Los dos responden: “¡Podemos!” Era una respuesta sincera y Jesús confirma: "Mi copa sí la beberéis”. Al mismo tiempo, parece una respuesta precipitada, pues pocos días después, abandonaron a Jesús y lo dejaron solo en la hora del sufrimiento (Mt 26,51). Ellos no tenían mucha conciencia crítica, ni tampoco perciben su realidad personal. Y Jesús completa: “pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.» Lo que él Jesús puede ofrecer, es el cáliz del sufrimiento de la cruz.
• Mateo 20,20-21: La petición de la madre de los hijos de Zebedeo. Los discípulos no sólo no entendían, sino que seguían con sus ambiciones personales. La madre de los hijos de Zebedeo, como portavoz de sus dos hijos, Santiago y Juan, llega cerca de Jesús para pedirle un favor: "Manda que estos dos hijos míos, se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu Reino". Ellos no habían entendido la propuesta de Jesús. Estaban preocupados sólo con sus propios intereses. Esto refleja las tensiones en las comunidades, tanto en el tiempo de Jesús como en el tiempo de Mateo, como hoy en nuestras comunidades.
• Mateo 20,22-23: La respuesta de Jesús. Jesús reacciona con firmeza. Responde a los hijos y no a la madre: "«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» " Se trata del cáliz del sufrimiento. Jesús quiere saber si ellos, en vez del lugar de honor, aceptan entregar su vida hasta la muerte. Los dos responden: “¡Podemos!” Era una respuesta sincera y Jesús confirma: "Mi copa sí la beberéis”. Al mismo tiempo, parece una respuesta precipitada, pues pocos días después, abandonaron a Jesús y lo dejaron solo en la hora del sufrimiento (Mt 26,51). Ellos no tenían mucha conciencia crítica, ni tampoco perciben su realidad personal. Y Jesús completa: “pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.» Lo que él Jesús puede ofrecer, es el cáliz del sufrimiento de la cruz.
• Mateo 20,24-27: Entre ustedes no sea así. “Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos”. La demanda que la madre hace en nombre de los dos produce enfrentamiento y discusión en el grupo. Jesús los llama y habla sobre el ejercicio del poder: "«Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
En aquel tiempo, los que detenían el poder no tenían en cuenta a la gente. Actuaban según como les parecía (cf. Mc 14,3-12). El imperio romano controlaba el mundo y lo mantenía sometido por la fuerza de las armas y, así, a través de tributos, tasas e impuestos, conseguía concentrar la riqueza de la gente en mano de unos pocos allí en Roma. La sociedad estaba caracterizada por el ejercicio represivo y abusivo del poder. Jesús tenía otra propuesta. El enseña contra los privilegios y contra la rivalidad. Invierte el sistema e insiste en la actitud de servicio como remedio contra la ambición personal. La comunidad tiene que preparar una alternativa. Cuando el imperio romano quiere desintegrar, víctima de sus propias contradicciones internas, las comunidades deberían estar preparadas para ofrecer a la gente un modelo alternativo de convivencia social.
• Mateo 20,28: El resumen de la vida de Jesús. Jesús define su vida y su misión: “El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir, y para dar la vida en rescate de muchos”. En esta autodefinición de Jesús están implicados tres títulos que lo definen y que eran para los primeros cristianos el inicio de la Cristología: Hijo del Hombre, Siervo de Yahvé y Hermano mayor (Pariente próximo o Goel). Jesús es el Mesías Servidor, anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). Aprendió de su madre quien dijo: “¡He aquí la esclava del Señor!”(Lc 1,38). Propuesta totalmente nueva para la sociedad de aquel tiempo.
En aquel tiempo, los que detenían el poder no tenían en cuenta a la gente. Actuaban según como les parecía (cf. Mc 14,3-12). El imperio romano controlaba el mundo y lo mantenía sometido por la fuerza de las armas y, así, a través de tributos, tasas e impuestos, conseguía concentrar la riqueza de la gente en mano de unos pocos allí en Roma. La sociedad estaba caracterizada por el ejercicio represivo y abusivo del poder. Jesús tenía otra propuesta. El enseña contra los privilegios y contra la rivalidad. Invierte el sistema e insiste en la actitud de servicio como remedio contra la ambición personal. La comunidad tiene que preparar una alternativa. Cuando el imperio romano quiere desintegrar, víctima de sus propias contradicciones internas, las comunidades deberían estar preparadas para ofrecer a la gente un modelo alternativo de convivencia social.
• Mateo 20,28: El resumen de la vida de Jesús. Jesús define su vida y su misión: “El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir, y para dar la vida en rescate de muchos”. En esta autodefinición de Jesús están implicados tres títulos que lo definen y que eran para los primeros cristianos el inicio de la Cristología: Hijo del Hombre, Siervo de Yahvé y Hermano mayor (Pariente próximo o Goel). Jesús es el Mesías Servidor, anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). Aprendió de su madre quien dijo: “¡He aquí la esclava del Señor!”(Lc 1,38). Propuesta totalmente nueva para la sociedad de aquel tiempo.
4) Para la reflexión personal
• Santiago y Juan piden favores, Jesús promete sufrimiento. Yo, ¿qué busco en mi relación con Dios y qué pido en la oración? ¿Cómo acojo el sufrimiento que se da en la vida y que es contrario a aquello que pido en la oración?
• Jesús dice: “¡No ha de ser así entre vosotros!” Nuestra manera de vivir en la comunidad y en la iglesia ¿está de acuerdo con este consejo de Jesús?
• Jesús dice: “¡No ha de ser así entre vosotros!” Nuestra manera de vivir en la comunidad y en la iglesia ¿está de acuerdo con este consejo de Jesús?
5) Oración final
Los paganos decían: ¡Grandes cosas
ha hecho Yahvé en su favor!
¡Sí, grandes cosas ha hecho por nosotros
Yahvé, y estamos alegres! (Sal 126,2-3
ha hecho Yahvé en su favor!
¡Sí, grandes cosas ha hecho por nosotros
Yahvé, y estamos alegres! (Sal 126,2-3
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Lectio Divina:
Tuesday, July 25, 2017
Ordinary Time
1) Opening prayer
Lord,
be merciful to your people.
Fill us with your gifts
and make us always eager to serve you
in faith, hope and love.
You live and reign with the Father and the Holy Spirit,
one God, for ever and ever. Amen.
be merciful to your people.
Fill us with your gifts
and make us always eager to serve you
in faith, hope and love.
You live and reign with the Father and the Holy Spirit,
one God, for ever and ever. Amen.
2) Gospel Reading - Matthew 20,20-28
Then the mother of Zebedee's sons came with her sons to make a request of him, and bowed low; and he said to her, 'What is it you want?' She said to him, 'Promise that these two sons of mine may sit one at your right hand and the other at your left in your kingdom.'
Jesus answered, 'You do not know what you are asking. Can you drink the cup that I am going to drink?' They replied, 'We can.' He said to them, 'Very well; you shall drink my cup, but as for seats at my right hand and my left, these are not mine to grant; they belong to those to whom they have been allotted by my Father.'
When the other ten heard this they were indignant with the two brothers. But Jesus called them to him and said, 'You know that among the gentiles the rulers lord it over them, and great men make their authority felt. Among you this is not to happen. No; anyone who wants to become great among you must be your servant, and anyone who wants to be first among you must be your slave, just as the Son of man came not to be served but to serve, and to give his life as a ransom for many.'
Jesus answered, 'You do not know what you are asking. Can you drink the cup that I am going to drink?' They replied, 'We can.' He said to them, 'Very well; you shall drink my cup, but as for seats at my right hand and my left, these are not mine to grant; they belong to those to whom they have been allotted by my Father.'
When the other ten heard this they were indignant with the two brothers. But Jesus called them to him and said, 'You know that among the gentiles the rulers lord it over them, and great men make their authority felt. Among you this is not to happen. No; anyone who wants to become great among you must be your servant, and anyone who wants to be first among you must be your slave, just as the Son of man came not to be served but to serve, and to give his life as a ransom for many.'
3) Reflection
• Jesus and the Disciples are on the way toward Jerusalem (Mt 20,17). Jesus knows that he will be killed (Mt 20,8). The Prophet Isaiah had already announced it (Is 50,4-6; 53,1-10). His death will not be the fruit of a blind destiny or of a pre-established plan, but it will be the consequence of the commitment freely taken of being faithful to the mission which he received from the Father together with the poor of the earth. Jesus had already said that the disciple has to follow the Master and carry his cross behind him (Mt 16,21.24). But the disciples did not understand well what was happening (Mt 16,22-23; 17,23). Suffering and the cross did not correspond to the idea that they had of the Messiah.
• Matthew 20,20-21: The petition of the mother of the sons of Zebedee. The Disciples only not understand but they continue to think about their personal ambitions. The mother of the sons of Zebedee, the spokesperson of her sons John and James, gets close to Jesus to ask for a favour: “Promise that these two sons of mine may sit one at your right hand and the other at your left in your Kingdom.”
They had not understood the proposal of Jesus. They were concerned only about their own interests. This shows clearly the tensions in the communities, both at the time of Jesus and of Matthew, as also we see it in our own communities.
• Matthew 20,22-23: The response of Jesus. Jesus reacts firmly. He responds to the sons and not to the mother: “You do not know what you are asking. Can you drink the cup that I am going to drink? It is a question of the chalice of suffering. Jesus wants to know if they, instead of the place of honour, accept to give their own life up to death. Both answer: “We can!” This was a sincere response and Jesus confirms it: “You shall drink my cup”. At the same time, it seems to be a hasty response, because a few days later, they abandon Jesus and leave him alone at the hour of suffering (Mt 26,51). They do not have a strong critical conscience, and they are not even aware of their own personal reality. And Jesus completes the phrase saying: “But it is not mine to grant that you sit at my right hand and my left, these seats belong to those to whom they have been allotted by my Father”. What Jesus can offer is the chalice of the suffering of the cross.
• Matthew 20,24-27: “Among you this is not to happen”. “When the other ten heard this, they were indignant with the two brothers”. The request made by the mother in the name of the sons, causes a heated discussion in the group. Jesus calls the disciples and speaks to them about the exercise of power: “The rulers of nations, you know, dominate over them and the great exercise their power over them. Among you this is not to happen: anyone who wants to become great among you must be your servant and anyone who wants to be first among you must be your slave”. At that time, those who held power had no interest for the people. They acted according to their own interests (cf. Mc 14,3-12). The Roman Empire controlled the world submitting it with the force of arms and, in this way, through taxes, customs, etc., succeeded to concentrate the riches through repression and the abuse of power. Jesus had another response. He teaches against privileges and against rivalry. He overthrows the system and insists on the attitude of service which is the remedy against personal ambition. The community has to prepare an alternative. When the Roman Empire disintegrates, victim of its own internal contradictions, the communities should be prepared to offer to the people an alternative model of social living together.
• Matthew 20,28: The summary of the life of Jesus. Jesus defines his life and his mission: “The Son of Man came not to be served but to serve, and to give his life as a ransom for many”. In this definition of self given by Jesus are implied three titles which define him and which were for the first Christians the beginning of Christology: Son of Man, Servant of Yahweh and older brother (close relative or Joel). Jesus is the Messiah, Servant, announced by the Prophet Isaiah (cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). He learnt from his mother who said: “Behold the servant of the Lord!” (Lk 1,38). This was a totally new proposal for the society of that time.
• Matthew 20,20-21: The petition of the mother of the sons of Zebedee. The Disciples only not understand but they continue to think about their personal ambitions. The mother of the sons of Zebedee, the spokesperson of her sons John and James, gets close to Jesus to ask for a favour: “Promise that these two sons of mine may sit one at your right hand and the other at your left in your Kingdom.”
They had not understood the proposal of Jesus. They were concerned only about their own interests. This shows clearly the tensions in the communities, both at the time of Jesus and of Matthew, as also we see it in our own communities.
• Matthew 20,22-23: The response of Jesus. Jesus reacts firmly. He responds to the sons and not to the mother: “You do not know what you are asking. Can you drink the cup that I am going to drink? It is a question of the chalice of suffering. Jesus wants to know if they, instead of the place of honour, accept to give their own life up to death. Both answer: “We can!” This was a sincere response and Jesus confirms it: “You shall drink my cup”. At the same time, it seems to be a hasty response, because a few days later, they abandon Jesus and leave him alone at the hour of suffering (Mt 26,51). They do not have a strong critical conscience, and they are not even aware of their own personal reality. And Jesus completes the phrase saying: “But it is not mine to grant that you sit at my right hand and my left, these seats belong to those to whom they have been allotted by my Father”. What Jesus can offer is the chalice of the suffering of the cross.
• Matthew 20,24-27: “Among you this is not to happen”. “When the other ten heard this, they were indignant with the two brothers”. The request made by the mother in the name of the sons, causes a heated discussion in the group. Jesus calls the disciples and speaks to them about the exercise of power: “The rulers of nations, you know, dominate over them and the great exercise their power over them. Among you this is not to happen: anyone who wants to become great among you must be your servant and anyone who wants to be first among you must be your slave”. At that time, those who held power had no interest for the people. They acted according to their own interests (cf. Mc 14,3-12). The Roman Empire controlled the world submitting it with the force of arms and, in this way, through taxes, customs, etc., succeeded to concentrate the riches through repression and the abuse of power. Jesus had another response. He teaches against privileges and against rivalry. He overthrows the system and insists on the attitude of service which is the remedy against personal ambition. The community has to prepare an alternative. When the Roman Empire disintegrates, victim of its own internal contradictions, the communities should be prepared to offer to the people an alternative model of social living together.
• Matthew 20,28: The summary of the life of Jesus. Jesus defines his life and his mission: “The Son of Man came not to be served but to serve, and to give his life as a ransom for many”. In this definition of self given by Jesus are implied three titles which define him and which were for the first Christians the beginning of Christology: Son of Man, Servant of Yahweh and older brother (close relative or Joel). Jesus is the Messiah, Servant, announced by the Prophet Isaiah (cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). He learnt from his mother who said: “Behold the servant of the Lord!” (Lk 1,38). This was a totally new proposal for the society of that time.
4) Personal questions
• James and John ask for favours. Jesus promises suffering. And I, what do I seek in my relationship with God and what do I ask for in prayer? How do I accept the suffering that comes to my life and which is the contrary of what we ask in prayer?
• Jesus says: “May it not be like that among you!” Do our way of living in the Church and in the community agree with this advise of Jesus?
• Jesus says: “May it not be like that among you!” Do our way of living in the Church and in the community agree with this advise of Jesus?
5) Concluding Prayer
Then the nations kept saying,
'What great deeds Yahweh has done for them!'
Yes, Yahweh did great deeds for us,
and we were overjoyed. (Ps 126,2-3
'What great deeds Yahweh has done for them!'
Yes, Yahweh did great deeds for us,
and we were overjoyed. (Ps 126,2-3
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Lectio:
Martedì, 25 Luglio, 2017
Tempo ordinario
1) Preghiera
Dio onnipotente ed eterno,
tu hai voluto che san Giacomo,
primo fra gli Apostoli,
sacrificasse la vita per il Vangelo;
per la sua gloriosa testimonianza
conferma nella fede la tua Chiesa
e sostienila sempre con la tua protezione.
Per il nostro Signore Gesù Cristo...
tu hai voluto che san Giacomo,
primo fra gli Apostoli,
sacrificasse la vita per il Vangelo;
per la sua gloriosa testimonianza
conferma nella fede la tua Chiesa
e sostienila sempre con la tua protezione.
Per il nostro Signore Gesù Cristo...
2) Lettura
Dal Vangelo secondo Matteo 20,20-28
In quel tempo, si avvicinò a Gesù la madre dei figli di Zebedeo con i suoi figli, e si prostrò per chiedergli qualcosa. Egli le disse: “Che cosa vuoi?” Gli rispose: “Di’ che questi miei figli siedano uno alla tua destra e uno alla tua sinistra nel tuo regno”.
Rispose Gesù: “Voi non sapete quello che chiedete. Potete bere il calice che io sto per bere?”. Gli dicono: “Lo possiamo”. Ed egli soggiunse: “Il mio calice lo berrete; però non sta a me concedere che vi sediate alla mia destra o alla mia sinistra, ma è per coloro per i quali è stato preparato dal Padre mio”.
Gli altri dieci, udito questo, si sdegnarono con i due fratelli; ma Gesù, chiamatili a sé, disse: “I capi delle nazioni, voi lo sapete, dominano su di esse e i grandi esercitano su di esse il potere. Non così dovrà essere tra voi; ma colui che vorrà diventare grande tra voi, si farà vostro servo, e colui che vorrà essere il primo tra voi, si farà vostro schiavo; appunto come il Figlio dell’uomo, che non è venuto per essere servito, ma per servire e dare la sua vita in riscatto per molti”.
In quel tempo, si avvicinò a Gesù la madre dei figli di Zebedeo con i suoi figli, e si prostrò per chiedergli qualcosa. Egli le disse: “Che cosa vuoi?” Gli rispose: “Di’ che questi miei figli siedano uno alla tua destra e uno alla tua sinistra nel tuo regno”.
Rispose Gesù: “Voi non sapete quello che chiedete. Potete bere il calice che io sto per bere?”. Gli dicono: “Lo possiamo”. Ed egli soggiunse: “Il mio calice lo berrete; però non sta a me concedere che vi sediate alla mia destra o alla mia sinistra, ma è per coloro per i quali è stato preparato dal Padre mio”.
Gli altri dieci, udito questo, si sdegnarono con i due fratelli; ma Gesù, chiamatili a sé, disse: “I capi delle nazioni, voi lo sapete, dominano su di esse e i grandi esercitano su di esse il potere. Non così dovrà essere tra voi; ma colui che vorrà diventare grande tra voi, si farà vostro servo, e colui che vorrà essere il primo tra voi, si farà vostro schiavo; appunto come il Figlio dell’uomo, che non è venuto per essere servito, ma per servire e dare la sua vita in riscatto per molti”.
3) Riflessione
• Gesù e i discepoli sono in cammino verso Gerusalemme (Mt 20,17). Gesù sa che lo uccideranno (Mt 20,8). Il profeta Isaia lo aveva già annunziato (Is 50,4-6; 53,1-10). La sua morte non sarà il frutto di un destino cieco o di un piano prestabilito, ma sarà la conseguenza dell’impegno liberamente assunto di essere fedele alla missione che ricevette dal Padre insieme ai poveri della sua terra. Gesù aveva già avvisato che il discepolo deve seguire il maestro e portare la sua croce dietro di lui (Mt 16,21.24), Ma i discepoli non capirono bene cosa stava succedendo (Mt 16,22-23; 17,23). La sofferenza e la croce non si combinavano con l’idea che avevano del messia.
• Matteo 20,20-21: La richiesta della madre dei figli di Zebedeo. I discepoli non solo non capiscono, ma continuano a pensare alle loro ambizioni personali. La madre dei figli di Zebedeo, portavoce dei suoi figli Giacomo e Giovanni, si avvicina a Gesù per chiedergli un favore: “Di’ che questi miei figli siedano uno alla tua destra e uno alla tua sinistra nel tuo regno”. Loro non avevano capito la proposta di Gesù. Erano preoccupati solo dei loro interessi. Ciò rispecchia le tensioni nelle comunità, sia al tempo di Gesù e di Matteo, come pure oggi nelle nostre comunità.
• Matteo 20,22-23: La risposta di Gesù. Gesù reagisce con fermezza. Risponde ai figli e non alla madre: "Voi non sapete quello che chiedete. Potete forse bere il calice che io sto per bere?" Si tratta del calice della sofferenza. Gesù vuole sapere se loro, invece del posto d’onore, accettano di dare la propria vita fino alla morte. I due rispondono: “Lo possiamo!” Era una risposta sincera e Gesù conferma: "Voi lo berrete”. Nello stesso tempo, sembra una risposta precipitata, poiché, pochi giorni dopo, abbandonano Gesù e lo lasciano solo nell’ora del dolore (Mt 26,51). Non hanno una forte coscienza critica, e nemmeno si rendono conto della loro realtà personale. E Gesù completa la sua frase dicendo: “però non sta a me concedere che vi sediate alla mia destra o alla mia sinistra, ma è per coloro per i quali è stato preparato dal Padre mio”. Ciò che Gesù può offrire è il calice della sofferenza, della croce.
• Matteo 20,24-27: “Non così dovrà essere tra voi”. “Gli altri dieci, udito questo, si sdegnarono con i due fratelli”. La richiesta fatta dalla madre a nome dei figli, causa una forte discussione nel gruppo. Gesù chiama i discepoli e parla loro dell’esercizio del potere: “I capi delle nazioni, voi lo sapete, dominano su di esse e i grandi esercitano su di esse il potere. Non così tra di voi: colui che vorrà diventare grande tra voi, si farà vostro servo, e colui che vorrà essere il primo tra voi, si farà vostro schiavo”. In quel tempo, coloro che avevano il potere non avevano nessun interesse per la gente. Agivano secondo i propri interessi (cf. Mc 14,3-12). L’impero romano controllava il mondo, sottomettendolo con la forza delle armi e così, mediante tributi, tasse ed imposte, riusciva a concentrare la ricchezza mediante la repressione e l’abuso di potere. Gesù aveva un’altra risposta. Lui insegna contro i privilegi e contro la rivalità. Sovverte il sistema ed insiste nell’atteggiamento di servizio che è il rimedio contro l’ambizione personale. La comunità deve preparare un’alternativa. Quando l’impero romano si disintegra, vittima delle sue contraddizioni interne, le comunità dovrebbero essere preparate ad offrire alla gente un modello alternativo di convivenza sociale.
• Matteo 20,28: Il riassunto della vita di Gesù. Gesù definisce la sua vita e la sua missione: “Il Figlio dell’Uomo non è venuto ad essere servito, ma a servire e a dare la sua vita in riscatto per molti”. In questa auto definizione di Gesù sono implicati tre titoli che lo definiscono e che erano per i primi cristiani l’inizio della Cristologia: Figlio dell’Uomo, Servo di Yavè e fratello maggiore (Parente prossimo o Gioele). Gesù è il messia Servo, annunciato dal profeta Isaia (cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). Imparò da sua madre che disse: “Ecco l’ancella del Signore!”(Lc 1,38). Proposta totalmente nuova per la società di quel tempo.
• Matteo 20,20-21: La richiesta della madre dei figli di Zebedeo. I discepoli non solo non capiscono, ma continuano a pensare alle loro ambizioni personali. La madre dei figli di Zebedeo, portavoce dei suoi figli Giacomo e Giovanni, si avvicina a Gesù per chiedergli un favore: “Di’ che questi miei figli siedano uno alla tua destra e uno alla tua sinistra nel tuo regno”. Loro non avevano capito la proposta di Gesù. Erano preoccupati solo dei loro interessi. Ciò rispecchia le tensioni nelle comunità, sia al tempo di Gesù e di Matteo, come pure oggi nelle nostre comunità.
• Matteo 20,22-23: La risposta di Gesù. Gesù reagisce con fermezza. Risponde ai figli e non alla madre: "Voi non sapete quello che chiedete. Potete forse bere il calice che io sto per bere?" Si tratta del calice della sofferenza. Gesù vuole sapere se loro, invece del posto d’onore, accettano di dare la propria vita fino alla morte. I due rispondono: “Lo possiamo!” Era una risposta sincera e Gesù conferma: "Voi lo berrete”. Nello stesso tempo, sembra una risposta precipitata, poiché, pochi giorni dopo, abbandonano Gesù e lo lasciano solo nell’ora del dolore (Mt 26,51). Non hanno una forte coscienza critica, e nemmeno si rendono conto della loro realtà personale. E Gesù completa la sua frase dicendo: “però non sta a me concedere che vi sediate alla mia destra o alla mia sinistra, ma è per coloro per i quali è stato preparato dal Padre mio”. Ciò che Gesù può offrire è il calice della sofferenza, della croce.
• Matteo 20,24-27: “Non così dovrà essere tra voi”. “Gli altri dieci, udito questo, si sdegnarono con i due fratelli”. La richiesta fatta dalla madre a nome dei figli, causa una forte discussione nel gruppo. Gesù chiama i discepoli e parla loro dell’esercizio del potere: “I capi delle nazioni, voi lo sapete, dominano su di esse e i grandi esercitano su di esse il potere. Non così tra di voi: colui che vorrà diventare grande tra voi, si farà vostro servo, e colui che vorrà essere il primo tra voi, si farà vostro schiavo”. In quel tempo, coloro che avevano il potere non avevano nessun interesse per la gente. Agivano secondo i propri interessi (cf. Mc 14,3-12). L’impero romano controllava il mondo, sottomettendolo con la forza delle armi e così, mediante tributi, tasse ed imposte, riusciva a concentrare la ricchezza mediante la repressione e l’abuso di potere. Gesù aveva un’altra risposta. Lui insegna contro i privilegi e contro la rivalità. Sovverte il sistema ed insiste nell’atteggiamento di servizio che è il rimedio contro l’ambizione personale. La comunità deve preparare un’alternativa. Quando l’impero romano si disintegra, vittima delle sue contraddizioni interne, le comunità dovrebbero essere preparate ad offrire alla gente un modello alternativo di convivenza sociale.
• Matteo 20,28: Il riassunto della vita di Gesù. Gesù definisce la sua vita e la sua missione: “Il Figlio dell’Uomo non è venuto ad essere servito, ma a servire e a dare la sua vita in riscatto per molti”. In questa auto definizione di Gesù sono implicati tre titoli che lo definiscono e che erano per i primi cristiani l’inizio della Cristologia: Figlio dell’Uomo, Servo di Yavè e fratello maggiore (Parente prossimo o Gioele). Gesù è il messia Servo, annunciato dal profeta Isaia (cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). Imparò da sua madre che disse: “Ecco l’ancella del Signore!”(Lc 1,38). Proposta totalmente nuova per la società di quel tempo.
4) Per un confronto personale
• Giacomo e Giovanni chiedono favori, Gesù promette sofferenza. Ed io, cosa cerco nel mio rapporto con Dio e cosa chiedo nella preghiera? Come accolgo la sofferenza che avviene nella vita e che è il contrario di ciò che chiediamo nella preghiera?
• Gesù dice: “Tra di voi non sia così!” Il nostro modo di vivere nella chiesa e nella comunità concorda con questo consiglio di Gesù?
• Gesù dice: “Tra di voi non sia così!” Il nostro modo di vivere nella chiesa e nella comunità concorda con questo consiglio di Gesù?
5) Preghiera finale
Allora si diceva tra i popoli:
“Il Signore ha fatto grandi cose per loro”.
Grandi cose ha fatto il Signore per noi,
ci ha colmati di gioia. (Sal 125
“Il Signore ha fatto grandi cose per loro”.
Grandi cose ha fatto il Signore per noi,
ci ha colmati di gioia. (Sal 125