Mi estimado Padre Superior
Le adjunto una carta que me ha llegado sin dirección desde la Capitanía General de Chile. Aunque el tono del libelo es altamente irrespetuoso, se dan claras referencias a la actuación de varios ministros de la Iglesia, con nombres y apellidos. Antes de referiros este caso, me he documentado a través de nuestras fuentes en Santiago y los hechos, debo decir con tristeza, están comprobados.
Desconozco, Señoría, si el Santo Oficio mantiene una representación en tierras tan alejadas del Imperio, pero insto a Vuesa Merced a que proceda al envío de una Misión desde el Virreinato del Perú, donde encontrará sin duda los integrantes necesarios para esclarecer este ponzoñoso asunto.
Si los hechos son demostrados, debemos actuar de oficio y amonestar al Presbítero cuestionado y a cuantos le apoyaran en el Cabildo de la Catedral de Santiago, pero debemos ser aún más diligentes para encontrar a los redactores de este libelo y que sean procesados por semejante infamia, sea o no cierta. No podemos correr el riesgo de que se formen corrillos anti-Hispánicos en nuestras posesiones más alejadas.
Me despido con Humildad y os reitero la gravedad del asunto,
Manrique Zabala de Arízona, OP.
Una peculiar situación viven los fieles de la diócesis de Santiago de Chile que frecuentan la misa celebrada por el Presbítero Tisma, en la Iglesia del Nuestra Señora de la Providencia. En efecto, el mencionado sacerdote ha tomado un mes de vacaciones, interrumpiendo la misa en el modo extraordinario y que es seguida regularmente por decenas de personas de toda la ciudad. El problema no radica en que una determinada persona tome vacaciones sino la despreocupación por la atención espiritual de quienes quedaran sin el santo sacrificio de la misa ni demás sacramentos y asistencia espiritual.
Tomado De Internet
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