sábado, 16 de agosto de 2025

La Asunción de la Virgen María...

 

La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

la fiesta de la Asunción de la Virgen María, dogma de fe promulgado por el Papa Pío XII en el año 1950 (Constitución Munificentissimus Deus). Si bien su promulgación puede resultar reciente, esta tradición data desde las primeras comunidades cristianas, escritos, documentos y tradiciones orales sirvieron como fundamento para establecer la fecha de esta celebración desde el siglo IV.

La Asunción de la Virgen María lleva consigo una importancia enorme para todos los creyentes ya que en este acontecimiento se cumplen las promesas de Cristo en cuanto a la participación que tendremos en cuerpo y alma de la Gloria de Dios en el final de los tiempos. Ella es pues un adelanto de la resurrección de los demás miembros del pueblo de Dios.

con motivo de esta fiesta hemos querido traerles un hermoso relato de las visiones de santa Ana Catalina de Emmerick, sabes que fue a causa de una de sus visiones que se encontró la casa que se le atribuye a María, lugar en que pasó sus últimos años en la tierra.

Sabemos que las visiones de los místicos no tienen manera de comprobarse, y sin embargo también son fuente o recurso de fe para los cristianos. El relato a continuación es muy conmovedor. Que nuestra Madre Santísima nos fortalezca, nos llene de ese amor ardoroso por su Hijo para que vivamos por el mundo llevando su Palabra y esperando con ayuda de la gracia el encuentro en la eternidad.

La Asunción de María – visiones de Ana Catalina Emmerick

«Después de la muerte, Resurrección y Ascensión de Nuestro Señor, María vivió algunos años en Jerusalén, tres en Betania y nueve en Éfeso. En esta última ciudad, la Virgen habitaba sola y con una mujer más joven que la servía y que iba a buscar los escasos alimentos que necesitaban.

Vivían en el silencio y en una paz profunda. No había hombres en la casa y a veces algún discípulo que andaba de viaje, venía a visitarla. Vi entrar y salir frecuentemente a un hombre, que siempre he creído que era San Juan; mas ni en Jerusalén ni en Éfeso demoraba mucho en la vecindad; iba y venía.

La Sma. Virgen se hallaba más silenciosa y ensimismada en los últimos años de su vida. Ya casi no tomaba alimento, parecía que solo su cuerpo estaba en la Tierra y que su espíritu se hallaba en otra parte. Desde la Ascensión de Jesús todo su ser expresaba un anhelo siempre creciente y que la consumía más y más.

En cierta ocasión Juan y la Virgen se retiraron al oratorio, esta tiró un cordón y el Tabernáculo giró y se mostró la Cruz. Después de haber orado los dos cierto tiempo de rodillas, Juan se levantó, extrajo de su pecho una caja de metal, la abrió por un lado, tomó un envoltorio de lana finísima sin teñir y de éste un lienzo blanco doblado y sacó el Santísimo Sacramento en forma de una partícula blanca cuadrada. Enseguida pronunció ciertas palabras en tono grave y solemne, entonces dio la Eucaristía a la Santa Virgen.

A alguna distancia detrás de la casa, en el camino que lleva a la cumbre de la montaña, la Santa Virgen había dispuesto una especie de Camino de la Cruz o Vía Crucis. Cuando habitaba en Jerusalén, jamás había cesado de andar la Vía Dolorosa y de regar con sus lágrimas los sitios donde Él había sufrido. Tenía medido paso por paso todos los intervalos y su amor se alimentaba con la contemplación incesante de aquella marcha tan penosa.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Poco tiempo después de llegar a Éfeso la vi a entregarse diariamente a meditar la Pasión, siguiendo el camino que iba a la cúspide de la montaña. Al principio hacía sola esta marcha y según el número de pasos tantas veces contados por Ella, medía las distancias entre los diversos lugares en que se había verificado algún especial incidente de la Pasión del Salvador.

En cada uno de los sitios, erigía una piedra o si se encontraba allí un árbol, hacía en él una señal. El camino conducía a un bosque donde un montecillo representaba el Calvario, lugar del sacrificio y una pequeña gruta el Santo Sepulcro.

Cuando María hubo dividido en doce estaciones el Camino de la Cruz, lo recorrió con su sirvienta sumida en contemplación. Separaba en cada lugar que recordaba un episodio de la Pasión, meditaba sobre él, daba gracias al Señor por su amor y la Virgen derramaba lágrimas de compasión.

Después de tres años de residencia en Éfeso, María tuvo gran deseo de volver a Jerusalén. La acompañaron Juan y Pedro y creo que muchos apóstoles se hallaban allí reunidos. A la llegada de María y de los apóstoles en Jerusalén, los vi que antes de entrar en la ciudad, visitaron el Huerto de los Olivos, el Monte Calvario, el Santo Sepulcro y todos los Santos Lugares en torno a Jerusalén.

La madre de Dios se hallaba tan enternecida y llena de compasión, que apenas podía ponerse de pié, Juan y Pedro la conducían sosteniéndola de los brazos. Pasado algún tiempo, María regresó a su morada de Éfeso en compañía de San Juan.

A pesar de su avanzada edad, la Santa Virgen no manifestaba otras señales de vejez que la expresión del ardiente deseo que la consumía y la impulsaba en cierto modo a su transfiguración. Tenía una gravedad inefable, jamás la vi reírse, únicamente sonreírse con cierto aire arrebatador. Mientras más avanzada en años, su rostro se ponía más blanco y diáfano. Estaba flaca pero sin arrugas, ni otro signo de decrepitud, había llegado a ser un puro Espíritu.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Por último llegó para la Madre de Jesús, la hora de abandonar este mundo y unirse a su Divino Hijo. En su alcoba encortinada de blanco, la vi tendida sobre una cama baja y estrecha. Su cabeza reposaba sobre un cojín redondo. Se hallaba pálida y devorada por un deseo vehemente. Un largo lienzo cubría su cabeza y todo su cuerpo, y encima había un cobertor de lana obscura.

Pasado algún tiempo, vi también mucha tristeza e inquietud en casa de la Santa Virgen. La sirvienta estaba en extremo afligida, se arrodillaba con frecuencia en diversos lugares de la casa y oraba con los brazos extendidos y sus ojos inundados de lágrimas.

La Santa Virgen reposaba tranquila en su camastro, parecía ya llegado el momento de su muerte. Estaba envuelta en un vestido de noche y su velo se hallaba recogido en cuadro sobre su frente, solo lo bajaba sobre su rostro cuando hablaba con los hombres. Nada le vi tomar en los últimos días, sino de tiempo en tiempo una cucharada de un jugo que la sirvienta exprimía de ciertas frutas amarillas dispuestas en racimos.

Cuando la Virgen conoció que se acercaba la hora, quiso conforme a la Voluntad de Dios, bendecir a los que se hallaban presentes y despedirse de ellos. Su dormitorio estaba descubierto y Ella se sentó en la cama, su rostro se mostraba blanco, resplandeciente y como enteramente iluminado.

Todos los amigos asistentes se hallaban en la parte anterior de la sala. Primero entraron los Apóstoles, se aproximaron uno en pos del otro al dormitorio de María y se arrodillaron junto a su cama. Ella bendijo a cada uno de ellos, cruzando las manos sobre sus cabezas y tocándoles ligeramente las frentes.

A todos habló e hizo cuanto Jesús le hubo ordenado. Ella habló a Juan de las disposiciones que debería de tomar para su sepultura, y le encargó que diese sus vestidos a su sirvienta y a otra mujer pobre que solía venir a servirla. Tras de los Apóstoles, se acercaron los discípulos al lecho de María y recibieron de esta su bendición, lo mismo hicieron las mujeres. Vi que una de ellas se inclinó sobre María y que la Virgen la abrazó.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Los Apóstoles habían formado un altar en el Oratorio que estaba cerca del lecho de Santa Virgen. La sirvienta había traído una mesa cubierta de blanco y de rojo, sobre la cual brillaban lámparas y cirios encendidos. María, pálida y silenciosa, miraba fijamente el cielo, a nadie hablaba y parecía arrobada en éxtasis.

Estaba iluminada por el deseo, yo también me sentí impelida de aquel anhelo que la sacaba de sí. ¡Ah! Mi corazón quería volar a Dios juntamente con el de Ella. Pedro se acercó a Ella y le administró la Extremaunción, poco más o menos como se hace en el presente, enseguida le presentó el Santísimo Sacramento.

La Madre de Dios se enderezó para recibirlo y después cayó sobre su almohada. Los Apóstoles oraron por algún tiempo, María se volvió a enderezar y recibió la sangre del Cáliz que le presentó Juan. En el momento en que la Virgen recibió la Sagrada Eucaristía, vi que una luz resplandeciente entraba en Ella y que la sumergía en éxtasis profundo. El rostro de María estaba fresco y risueño como en su edad florida. Sus ojos llenos de alegría miraban al cielo.

Entonces vi un cuadro conmovedor; el techo de la alcoba de María había desaparecido y a través del cielo abierto, vi la Jerusalén Celestial. De allí bajaban dos nubes brillantes en la que se veían innumerables ángeles, entre los cuales llegaban hasta la Sma. Virgen una vía luminosa.

La Santa Virgen extendió los brazos hacia ella con un deseo inmenso, y su cuerpo elevado en el aire, se mecía sobre la cama de manera que se divisaba espacio entre el cuerpo y el lecho. Desde María vi algo como una montaña esplendorosa elevarse hasta la Jerusalén Celestial.

Creo que era su alma porque vi más claro entonces una figura brillante infinitamente pura que salía de su cuerpo y se elevaba por la Vía Luminosa que iba hasta el Cielo. Los dos coros de ángeles que estaban en las nubes, se reunieron más abajo de su alma y la separaron de su cuerpo, el cual en el momento de la separación, cayó sobre la cama con los brazos cruzados sobre el pecho.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Mis abiertos ojos que seguían el alma purísima e inmaculada de María, la vieron entrar en la Jerusalén Celestial y llegar al Trono de la Santísima Trinidad. Vi un gran número de almas entre las cuales reconocí a los Santos Joaquín y Ana, José, Isabel, Zacarías y Juan Bautista venir al encuentro de María con un júbilo respetuoso.

Ella tomó su vuelo a través de ellos hasta el Trono de Dios y de su Hijo, quien haciendo brillar sobre todo lo demás la luz que salía de sus llagas, la recibió con un amor todo Divino, la presentó como un cetro y le mostró la Tierra bajo sus pies como si confiriese sobre Ella algún Poder Celestial. Así la vi entrar en la Gloria y olvidé todo lo que pasaba en torno de María sobre la Tierra.

Después de esta visión, cuando miré otra vez a la Tierra, vi resplandeciente el cuerpo de la Sma. Virgen. Reposaba sobre el lecho, con el rostro luminoso, los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho. Los Apóstoles, discípulos y santas mujeres, estaban arrodillados y oraban en derredor del cuerpo.

Después vi que las santas mujeres extendieron un lienzo sobre el Santo Cuerpo y los Apóstoles con los discípulos se retiraron en la parte anterior de la casa. Las mujeres se cubrieron con sus vestidos y sus velos, se sentaron en el suelo y ya arrodilladas o sentadas, cantaban fúnebres lamentaciones. Los Apóstoles y los discípulos se taparon la cabeza con la banda de tela que llevaban alrededor del cuello y celebraron un oficio funerario. Dos de ellos oraban siempre alternativamente a la cabeza y a los pies del Santo Cuerpo.

Luego las mujeres quitaron de la cama el Santo Cuerpo con todos sus vestidos y lo pusieron en una larga canasta llena de gruesas coberturas y de esteras, de suerte que estaba como levantado sobre la canasta. Entonces dos de ellas pusieron un gran paño extendido sobre el cuerpo y otras dos la desnudaron bajo el lienzo, dejándole solo su larga túnica de lana.

Cortaron también los bellos bucles de los cabellos de la Santa Virgen y los conservaron como recuerdo. Enseguida el Santo Cuerpo fue revestido de un nuevo ropaje abierto y después por medio de lienzos puestos debajo, fue depositado respetuosamente sobre una mesa y sobre la cual se habían colocado ya los paños mortuorios y las bandas que se debían de usar.

Envolvieron entonces el Santo Cuerpo con los lienzos desde los tobillos hasta el pecho y lo apretaron fuertemente con las fajas. La cabeza, las manos y los pies, no fueron envueltos de esa manera. Enseguida depositaron el Cuerpo Santo en el ataúd y lo colocaron sobre el pecho una Corona de flores blancas, encarnadas y celestes como emblema de su Virginidad.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Entonces los Apóstoles, los discípulos y todos los asistentes, entraron para ver otra vez antes de ser cubierto el Santo Rostro que les era tan amado. Se arrodillaron y lloraron alrededor del Santo Cuerpo, todos tocaron las manos atadas de Nuestra Madre María como para despedirse y se retiraron.

Las mujeres le dieron también los últimos adioses, le cubrieron el rostro, pusieron la tapa en el ataúd y le clavaron fajas de tela gris en el centro y en las extremidades. Enseguida colocaron el ataúd en unas andas, Pedro y Juan lo condujeron en hombros fuera de la casa.

Creo que se relevaban sucesivamente, porque más tarde vi que el féretro era llevado por seis Apóstoles. Llegados a la sepultura, pusieron el Santo Cuerpo en tierra y cuatro de ellos, lo llevaron a la caverna y lo depositaron en la excavación que debía de servirle de lecho sepulcral. Todos los asistentes entraron allí uno por uno, esparcieron aromas y flores en contorno, se arrodillaron orando y vertiendo lágrimas y luego se retiraron.

Por la noche muchos Apóstoles y santas mujeres, oraban y cantaban cánticos en el jardincito delante de la tumba. Entonces me fue mostrado un cuadro maravillosamente conmovedor: Vi que una muy ancha vía luminosa bajaba del cielo hacia el sepulcro y que allí se movía un resplandor formado de tres esferas llenas de ángeles y de almas bienaventuradas que rodeaban a Nuestro Señor y el Alma resplandeciente de María.

La figura de Jesucristo con sus rayos que salían de sus cicatrices, ondeaban delante de la Virgen. En torno del alma de María, vi en la esfera interior, pequeñas figuras de niños, en la segunda, había niños como de seis años y en la tercera exterior, adolescentes o jóvenes. No vi distintamente más que sus rostros; todo lo demás se me presentó como figuras luminosas resplandecientes.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Cuando esta visión que se me hacía cada vez más y más distinta hubo llegado a la tumba, vi una vía luminosa que se extendía desde allí hasta la Jerusalén Celestial. Entonces el alma de la Santísima Virgen que seguía a Jesús, descendió a la tumba a través de la roca y luego uniéndose a su Cuerpo que se había transfigurado, clara y brillante se elevó María acompañado de su Divino Hijo y el coro de los Espíritus Bienaventurados hacia la Celestial Jerusalén. Toda esa luz se perdió allí, ya no vi sobre la Tierra más que la bóveda silenciosa del estrellado cielo.

Como Santo Tomás no llegó a tiempo a despedirse de la Madre y tampoco pudo asistir al Santo Entierro; él tenía en su mente y corazón, llegar a tiempo. Pero al enterarse del desenlace por medio de los demás Apóstoles, se puso triste y lloroso y se lamentaba no haber llegado a tiempo.

Él, interiormente tenía el deseo vehemente de verla por última vez y así se los hizo saber a los demás. Ya habían pasado varios días de lo del entierro; todos querían volver al Sepulcro y acceder a la petición de Tomás. Tomaron una resolución y al día siguiente muy de mañana, emprendieron el camino al Sepulcro de Nuestra Santa Madre.

Estando enfrente del Sepulcro, quitaron la piedra-sello de la entrada y ¡Oh! Maravilla de Maravillas, de la bóveda salía un suave aroma de perfume de rosas frescas. Todos al sentir ese perfume, se sintieron conmovidos y perplejos; se miraron unos a otros preguntándose en silencio, con la mirada y con señas en las manos: «¿Entramos?» y aún mirándose entre ellos, todos asintieron con la cabeza y traspasando la bóveda.

Entraron al Santo Sepulcro hacia el sitio donde depositaron el ataúd que contenía el Cuerpo Santísimo de la Virgen María y más enorme fue la emoción y sorpresa entre ellos al ver que en el sitio solo habían rosas frescas, fragantes y olorosas. Significaban que el Señor había venido a buscar a su Santísima Madre para llevarla a su Gloria Celestial y Su Cuerpo no sufra la corrupción».

La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Nuevo Paraíso:

miércoles, 16 de julio de 2025

Nuestra Virgen del Carmen...


 

LaVirgen del Carmen: fiesta, significado, escapulario, promesas, imágenes y oracion.

La Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen es una de las advocaciones de la Virgen María más conocidas y veneradas en la Iglesia católica.

Se le considera patrona de los marineros, pescadores, navegantes y de todos aquellos que se enfrentan a situaciones de peligro en el mar

A esta advocación mariana, cuyo origen se remonta al siglo XII, generalmente se le representa con el Niño Jesús en brazos y con un escapulario en la mano, como símbolo de la promesa que ha hecho a quienes lo porten.

El día de la Virgen del Carmen es el 16 de julio porque, según la tradición, el 16 de julio del año 1251, la Virgen María se le apareció a San Simón Stock, superior de la Orden Carmelita, y en ese momento le entregó el Escapulario del Carmen.

Este hecho marcó el inicio de la devoción mariana bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen o Nustra Señora del Monte Carmelo.

Significado de la imagen de la Virgen del Carmen

La imagen de la Virgen del Carmen es rica en significado. Estos son algunos elementos que suelen estar presentes en la iconografía de la Virgen del Carmen:

La Virgen María: La figura central de la imagen es la Virgen María, madre de Dios y madre nuestra. Es símbolo de amor y protección maternal para quienes acuden a ella en busca de auxilio.

El Niño Jesús: La Virgen del Carmen sostiene al Niño Jesús en brazos. Esto simboliza la relación tan estrecha entre María y Jesús, así como su papel como mediadora entre la humanidad y su Hijo.

El Escapulario: La Virgen del Carmen es representada con un escapulario en la mano o colocado sobre su hombro. El Escapulario del Carmen es un símbolo y recuerdo de la promesa que la Virgen del Carmen hizo a quienes lo lleven con devoción.

El Monte Carmelo: En algunas representaciones se puede ver al fondo el Monte Carmelo, que es el lugar donde se originó la devoción a la Virgen del Carmen. Este monte, ubicado en Tierra Santa, es el lugar donde se estableció la Orden de los Carmelitas y donde tuvo lugar la aparición de la Virgen María a San Simón Stock.

Estrella y paisaje marino: La Virgen del Monte Carmelo a veces es representada con una estrella y un paisaje marino, en alusión a que también se le llama Estrella del Mar, por ser patrona de los navegantes.

La imagen, en su conjunto, es un recordatorio del amor maternal de la Virgen María, su papel como intercesora ante Dios y protectora de quienes la invocan con fe y devoción en momentos de peligro.

Historia de la Virgen del Carmen o del Monte Carmelo

La historia de la Virgen del Carmen tiene su origen en el siglo XII en Tierra Santa, concretamente en el Monte Carmelo, que tiene unos 600 metros de alto y está cerca de Haifa. Su etimología proviene de Karm-El que significa “Jardín” o “Viña de Dios”.

Este lugar aparece citado en la Biblia, en el Primer libro de los Reyes (18:19). El profeta Elías vivía en una gruta del Monte Carmelo. Allí fue donde demostró el poder del Señor frente a los sacerdotes de Baal, cuyo holocausto rechazó Dios.

Pues bien, inspirados por el profeta Elías, un grupo de ermitaños se fue a vivir al Monte Carmelo. Hacia el año 1200 formaron la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo o Nuestra Señora del Carmen.

Y el 16 de julio de 1251, la Virgen del Carmen se le apareció al sexto Superior General de la Orden, San Simón Stock, a 

La Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo

Los frailes carmelitas se vieron obligados a abandonar la zona en el siglo XIII a causa de la invasión islámica, pero difundieron su orden en los reinos de España, hacia 1270.

En 1499 empezaron a surgir las primeras comunidades femeninas conocidas como Carmelitas. Entre ellas destacan santas de la talla de Santa Teresa de Ávila, reformadora de la Orden Carmelita.

También la chilena Teresa de Los Andes, la filósofa Edith Stein, exterminada por los nazis en Auschwitz por ser judía; la francesa Santa Teresita del Niño Jesús, y las tres beatas Vírgenes de Guadalajara, mártires de la Guerra Civil Española.

De hombres inspirados en la historia de la Virgen del Carmen destacan personalidades como San Juan de la Cruz, quien es doctor de la Iglesia y el obispo San Alberto de Jerusalén.

La veneración a la Virgen del Carmen es una de las que más frutos de santidad h

¿Por qué se le conoce como ‘Estrella del Mar’?

La Virgen del Carmen es conocida como “Estrella del Mar” debido a su papel como protectora y guía de los marineros y navegantes.

La metáfora de “Estrella del Mar” proviene de la idea de que, al igual que una estrella en el cielo sirve como un punto de referencia para los navegantes en medio de la oscuridad, la Virgen María, bajo la advocación del Carmelo, ilumina el camino de aquellos que se enfrentan a los peligros del mar.

Los marineros, pescadores, navegantes y de todos aquellos que se enfrentan a situaciones de peligro en el mar, han encontrado consuelo y protección en la Virgen del Carmen a lo largo de los siglos.

La invocan como un faro de esperanza en medio de las tormentas y como un refugio seguro en momentos de peligro.

El escapulario de la Virgen del Carmen

@desdelafe El Escapulario del Carmen: Promesas y Significado. El Escapulario del Carmen es uno de los símbolos más queridos y venerados en la devoción católica. En este video, exploramos su origen, las promesas que la Virgen María hizo a San Simón Stock y al Papa Juan XXIII, y cómo llevarlo puede ser una fuente de bendiciones y protección. Descubre la importancia de este pequeño pero poderoso símbolo de fe. ¿Ya conoces el significado de la imagen de la Virgen del Carmen? Si no, te invitamos a ver nuestro video anterior. #aprendeentiktok #IA #viral #catequesis #virgen ♬ sonido original – Desde la Fe

El escapulario de la Virgen del Carmen es de gran importancia para los fieles católicos, y es que, según la tradición, la Virgen María se lo entregó personalmente a San Simón Sock.

Un escapulario es un hábito religioso que se lleva sobre los hombros, colgando por delante y por detrás, y en el cual se encuentra bordado el escudo de la orden comunidad religiosa a la que se pertenece. En el caso del escapulario del Carmen, lleva bordado el escudo carmelita.

En la edad antigua y principios de la edad media, además de la “primera orden” (de varones), “segunda orden” (de mujeres), surgieron en muchas congregaciones religiosas la llamada “tercera orden”, compuestas por laicos que querían pertenecer a dicha congregación religiosa, pero desde su estado de vida propio.

A estos laicos no se les permitía utilizar el hábito completo de la orden, pero sí un “mini hábito”, un escapulario reducido a su mínima expresión. Es por ello que los escapularios de los laicos con pequeños.

Actualmente, muchas órdenes o congregaciones tienen su propio escapulario, entre ellos los mercedarios, los franciscanos, los dominicos, los agustinos y los carmelitas. Sin lugar a dudas, el escapulario del Carmen es el más famoso y utilizado. ¿Por qué?

El escapulario de la Virgen del Carmen es famoso por las promesas que hizo la Madre de Dios a quienes mueran con el escapulario puesto.

Primera promesa

La primera promesa se la hizo al fundador de los Carmelitas, San Simón Stock, con las siguientes palabras: “El que muriere con el escapulario no padecerá el fuego del infierno”.

Segunda promesa

Y la segunda promesa se la hizo al Papa Juan XXII (1316-1334). Según la tradición, mientras oraba, se le apareció la Virgen y le revelóque sacaría del Purgatorio -el sábado después de la muerte- a aquel que muriera con el escapulario.

Sus palabras fueron estas:

“Yo, Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos mueran vistiendo mi escapulario”.

La Virgen pudo hacer estas promesas porque no se trata sólo de portar su escapulario, sino que compromete, a quien lo lleva, a santificarse a través de estos tres medios:

Santificarse en el amor.

Imitar las virtudes de la Virgen María

¿Qué se le pide a la Virgen del Carmen?

La devoción a la Virgen del Carmen abarca una amplia gama de peticiones que sus devotos le pueden hacerle, ya que se le considera una gran intercesora. Algunos de los favores que se pueden pedir a la Virgen del Carmen son:


Protección: Los navegantes, marineros y pescadores piden su intercesión para que Dios los proteja mientras realizan su labor en el mar.

Guía: Se le invoca también para obtener de ella la guía y orientación a fin de enfrentar adversidades y solucionar problemas.

Sanación: Muchas personas le piden su intercesión ante Dios por su salud física, mental y sobre todo espiritual.

Los fieles pueden acudir a la Virgen del Carmen con cualquier petición o necesidad que tengan en sus corazones, confiando en su intercesión y en su amor maternal.

Oración a la Virgen del Carmen

Virgen del Carmen,

En mis dificultades, ayúdame.

De los enemigos del alma, sálvame.

En mis desaciertos, ilumíname.

Al momento de dudar, confórtame.

En mis enfermedades, fortaléceme.

Cuando me desprecien, anímame.

En las tentaciones, defiéndeme.

En horas difíciles, consuélame.

Con tu corazón maternal, ámame.

Con tu santo manto, protégeme.

Y en tus brazos, cuando muera, recíbeme.

Virgen del Carmen, ruega por nosotros.

Amén.

Oración a la Virgen del Carmen para pedir su ayuda en momentos difíciles / Ilustración: Desde la fe

Novena a la Virgen del Carmen

La novena a la Virgen del Carmen se realiza del 7 al 15 de julio, finalizando el día antes de la festividad, que la Iglesia católica celebra el 16 de julio.

Te recomendamos hacer esta pequeña jaculatoria durante estos nueve días, para poner en sus manos maternales tus intenciones, peticiones o agradecimientos.

Virgen, llena de gracia y fuente de misericordia, socórrreme en esta vida y recíbeme en la muerte.

Si deseas hacer completa la Novena a la Virgen del Carmen, da clic en el siguiente link:

Novena a la Virgen del Carmen para pedir su ayuda

Oración para la imposición del escapulario del Carmen

El escapulario del Carmen debe ser impuesto por un sacerdote, quien puede decir ésta u otra oración:

Señor Jesús,

Salvador nuestro,

santifica estos escapularios,

que por amor a Ti y a tu Madre, la Virgen del Carmen,

van a llevar con toda devoción tus siervos,

para que, con la intercesión de tu misma Madre,

sean defendidos del maligno enemigo,

y perseveren en tu gracia hasta el día de su muerte.

Amén. Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen es una de las advocaciones de la Virgen María más conocidas y veneradas en la Iglesia católica.

Se le considera patrona de los marineros, pescadores, navegantes y de todos aquellos que se enfrentan a situaciones de peligro en el mar.

A esta advocación mariana, cuyo origen se remonta al siglo XII, generalmente se le representa con el Niño Jesús en brazos y con un escapulario en la mano, como símbolo de la promesa que ha hecho a quienes lo porten. Te contamos más sobre el.

¿Cuándo es ía de la Virgen del Carmen?

El día de la Virgen del Carmen es el 16 de julio porque, según la tradición, el 16 de julio del año 1251, la Virgen María se le apareció a San Simón Stock, superior de la Orden Carmelita, y en ese momento le entregó el Escapulario del Carmen.

Este hecho marcó el inicio de la devoción mariana bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen o Nustra Señora del Monte Carmelo.

Significado de la imagen de la Virgen del Carmen

La imagen de la Virgen del Carmen es rica en significado. Estos son algunos elementos que suelen estar presentes en la iconografía de la Virgen del Carmen:

  1. La Virgen María: La figura central de la imagen es la Virgen María, madre de Dios y madre nuestra. Es símbolo de amor y protección maternal para quienes acuden a ella en busca de auxilio.
  2. El Niño Jesús: La Virgen del Carmen sostiene al Niño Jesús en brazos. Esto simboliza la relación tan estrecha entre María y Jesús, así como su papel como mediadora entre la humanidad y su Hijo.
  3. El Escapulario: La Virgen del Carmen es representada con un escapulario en la mano o colocado sobre su hombro. El Escapulario del Carmen es un símbolo y recuerdo de la promesa que la Virgen del Carmen hizo a quienes lo lleven con devoción.
  4. El Monte Carmelo: En algunas representaciones se puede ver al fondo el Monte Carmelo, que es el lugar donde se originó la devoción a la Virgen del Carmen. Este monte, ubicado en Tierra Santa, es el lugar donde se estableció la Orden de los Carmelitas y donde tuvo lugar la aparición de la Virgen María a San Simón Stock.
  5. Estrella y paisaje marino: La Virgen del Monte Carmelo a veces es representada con una estrella y un paisaje marino, en alusión a que también se le llama Estrella del Mar, por ser patrona de los navegantes.

La imagen, en su conjunto, es un recordatorio del amor maternal de la Virgen María, su papel como intercesora ante Dios y protectora de quienes la invocan con fe y devoción en momentos de peligro.

Historia de la Virgen del Carmen o del Monte Carmelo

La historia de la Virgen del Carmen tiene su origen en el siglo XII en Tierra Santa, concretamente en el Monte Carmelo, que tiene unos 600 metros de alto y está cerca de Haifa. Su etimología proviene de Karm-El que significa “Jardín” o “Viña de Dios”.

Este lugar aparece citado en la Biblia, en el Primer libro de los Reyes (18:19). El profeta Elías vivía en una gruta del Monte Carmelo. Allí fue donde demostró el poder del Señor frente a los sacerdotes de Baal, cuyo holocausto rechazó Dios.

Pues bien, inspirados por el profeta Elías, un grupo de ermitaños se fue a vivir al Monte Carmelo. Hacia el año 1200 formaron la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo o Nuestra Señora del Carmen.

Y el 16 de julio de 1251, la Virgen del Carmen se le apareció al sexto Superior General de la OrdenSan Simón Stock, a quien le entregó el escapulario, uno de los signos más distintivos de esta orden religiosa.

La Virgen del Carmen.
Ilustración de Nuestra Señora del Carmen / Ilustración: Desde la fe

La Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo

Los frailes carmelitas se vieron obligados a abandonar la zona en el siglo XIII a causa de la invasión islámica, pero difundieron su orden en los reinos de España, hacia 1270.

En 1499 empezaron a surgir las primeras comunidades femeninas conocidas como Carmelitas. Entre ellas destacan santas de la talla de Santa Teresa de Ávila, reformadora de la Orden Carmelita.

También la chilena Teresa de Los Andes, la filósofa Edith Stein, exterminada por los nazis en Auschwitz por ser judía; la francesa Santa Teresita del Niño Jesús, y las tres beatas Vírgenes de Guadalajara, mártires de la Guerra Civil Española.

De hombres inspirados en la historia de la Virgen del Carmen destacan personalidades como San Juan de la Cruz, quien es doctor de la Iglesia y el obispo San Alberto de Jerusalén.

La veneración a la Virgen del Carmen es una de las que más frutos de santidad

¿Por qué se le conoce como ‘Estrella del Mar’?

La Virgen del Carmen es conocida como “Estrella del Mar” debido a su papel como protectora y guía de los marineros y navegantes.

La metáfora de “Estrella del Mar” proviene de la idea de que, al igual que una estrella en el cielo sirve como un punto de referencia para los navegantes en medio de la oscuridad, la Virgen María, bajo la advocación del Carmelo, ilumina el camino de aquellos que se enfrentan a los peligros del mar.

Los marineros, pescadores, navegantes y de todos aquellos que se enfrentan a situaciones de peligro en el mar, han encontrado consuelo y protección en la Virgen del Carmen a lo largo de los siglos.

La invocan como un faro de esperanza en medio de las tormentas y como un refugio seguro en momentos de peligro.

El escapulario de la Virgen del Carmen

@desdelafe El Escapulario del Carmen: Promesas y Significado. El Escapulario del Carmen es uno de los símbolos más queridos y venerados en la devoción católica. En este video, exploramos su origen, las promesas que la Virgen María hizo a San Simón Stock y al Papa Juan XXIII, y cómo llevarlo puede ser una fuente de bendiciones y protección. Descubre la importancia de este pequeño pero poderoso símbolo de fe. ¿Ya conoces el significado de la imagen de la Virgen del Carmen? 

El escapulario de la Virgen del Carmen es de gran importancia para los fieles católicos, y es que, según la tradición, la Virgen María se lo entregó personalmente a San Simón Sock.

Un escapulario es un hábito religioso que se lleva sobre los hombros, colgando por delante y por detrás, y en el cual se encuentra bordado el escudo de la orden comunidad religiosa a la que se pertenece. En el caso del escapulario del Carmen, lleva bordado el escudo carmelita.

En la edad antigua y principios de la edad media, además de la “primera orden” (de varones), “segunda orden” (de mujeres), surgieron en muchas congregaciones religiosas la llamada “tercera orden”, compuestas por laicos que querían pertenecer a dicha congregación religiosa, pero desde su estado de vida propio.

A estos laicos no se les permitía utilizar el hábito completo de la orden, pero sí un “mini hábito”, un escapulario reducido a su mínima expresión. Es por ello que los escapularios de los laicos con pequeños.

Las promesas de la Virgen del Carmen a quien muera con su escapulario

Actualmente, muchas órdenes o congregaciones tienen su propio escapulario, entre ellos los mercedarios, los franciscanos, los dominicos, los agustinos y los carmelitas. Sin lugar a dudas, el escapulario del Carmen es el más famoso y utilizado. ¿Por qué?

El escapulario de la Virgen del Carmen es famoso por las promesas que hizo la Madre de Dios a quienes mueran con el escapulario puesto.

Primera promesa

La primera promesa se la hizo al fundador de los Carmelitas, San Simón Stock, con las siguientes palabras: “El que muriere con el escapulario no padecerá el fuego del infierno”.

Segunda promesa

Y la segunda promesa se la hizo al Papa Juan XXII (1316-1334). Según la tradición, mientras oraba, se le apareció la Virgen y le revelóque sacaría del Purgatorio -el sábado después de la muerte- a aquel que muriera con el escapulario.

Sus palabras fueron estas:

“Yo, Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos mueran vistiendo mi escapulario”.

La Virgen pudo hacer estas promesas porque no se trata sólo de portar su escapulario, sino que compromete, a quien lo lleva, a santificarse a través de estos tres medios:

  1. Santificarse en el amor.
  2. Imitar las virtudes de la Virgen María.
  3. Recibir frecuentemente la Eucaristía.

Imagen de la Virgen del Carmen

Imagen de la Virgen del Carmen
Imagen de la Virgen del Carmen.

¿Qué se le pide a la Virgen del Carmen?

La devoción a la Virgen del Carmen abarca una amplia gama de peticiones que sus devotos le pueden hacerle, ya que se le considera una gran intercesora. Algunos de los favores que se pueden pedir a la Virgen del Carmen son:

  1. Protección: Los navegantes, marineros y pescadores piden su intercesión para que Dios los proteja mientras realizan su labor en el mar.
  2. Guía: Se le invoca también para obtener de ella la guía y orientación a fin de enfrentar adversidades y solucionar problemas.
  3. Sanación: Muchas personas le piden su intercesión ante Dios por su salud física, mental y sobre todo espiritual.

Los fieles pueden acudir a la Virgen del Carmen con cualquier petición o necesidad que tengan en sus corazones, confiando en su intercesión y en su amor maternal.

Oración a la Virgen del Carmen

Virgen del Carmen,
En mis dificultades, ayúdame.
De los enemigos del alma, sálvame.
En mis desaciertos, ilumíname.
Al momento de dudar, confórtame.
En mis enfermedades, fortaléceme.
Cuando me desprecien, anímame.
En las tentaciones, defiéndeme.
En horas difíciles, consuélame.
Con tu corazón maternal, ámame.
Con tu santo manto, protégeme.
Y en tus brazos, cuando muera, recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén.

Oración a la Virgen del Carmen para pedir su ayuda en momentos difíciles / Ilustración: Desde la fe

Novena a la Virgen del Carmen

La novena a la Virgen del Carmen se realiza del 7 al 15 de julio, finalizando el día antes de la festividad, que la Iglesia católica celebra el 16 de julio.

Te recomendamos hacer esta pequeña jaculatoria durante estos nueve días, para poner en sus manos maternales tus intenciones, peticiones o agradecimientos.

Virgen, llena de gracia y fuente de misericordia, socórrreme en esta vida y recíbeme en la muerte.

Si deseas hacer completa la Novena a la Virgen del Carmen, da clic en el siguiente link:
Novena a la Virgen del Carmen para pedir su ayuda

Oración para la imposición del escapulario del Carmen

El escapulario del Carmen debe ser impuesto por un sacerdote, quien puede decir ésta u otra oración:

Señor Jesús,
Salvador nuestro,
santifica estos escapularios,
que por amor a Ti y a tu Madre, la Virgen del Carmen,
van a llevar con toda devoción tus siervos,
para que, con la intercesión de tu misma Madre,
sean defendidos del maligno enemigo,
y perseveren en tu gracia hasta el día de su muerte.
Amén.