HABRÁ UNA PARUSíA
La Parusía es un tema sobre el cual yo hice un libro entero que se llama El Apokalypsis. La Parusía está contenida en El Apokalypsis.
Cuando empecé a traducir me di cuenta era demasiado largo y dejé.
La Parusía y sus señales hemos tocado en la clase anterior. Parusía es como sabemos la Segunda Venida, que no es como la primera, ni es la Bajada ni es Encarnación, sino compleción y culminación de la Primera Venida de Cristo.
Por eso la exégeta francés Frank Dukesne, se enoja mucho de que llamen la Segunda Venida de Cristo, dice: No hay segunda Venida, vino una vez, está presente, no se manifiesta pero se va a manifestar. Parusía significa manifestación, significa (estar al lado) y la aplicaban los griegos a un Rey que inesperadamente visitaba una ciudad grande.
La Parusía en su especie de Juicio Final está aludida y realudida en el Antiguo Testamento, con el nombre de "El día del Señor", "magno y terrible", añade Isaías. Pero fue después proclamada, por así decirlo, por el mismo protagonista, el Salvador y Juez; y esa proclamación tenemos en el Cap. 24 de San Mateo; y lo mismo abreviado en San Marcos y San Lucas.
Pero el enfoque desa proclama está en la salvación de los Apóstoles (y sus seguidores, es decir los judíos conversos). Jesucristo en el Sermón Esjatológico no se ocupa de El mismo ni un solo momento, se ocupa de los Apóstoles, de los peligros que van a correr, los previene sobre ellos: los falsos profetas, las guerras y rumores de guerra, los cataclismos que pasaron antes del año 70 y solamente al final del recitado Jesucristo se presenta. Y así vemos que la larga profecía doble comienza:
"Mirad que nadie os engañe... y la predicación de muchos falsos cristos, que seducirán a muchos. . .".
—y después "guerras" y grandes calamidades (guerras y rumores de guerras, pero todavía no es el fin, dice Jesucristo).
—más, una grandísima persecución religiosa (sucedió). Los Apóstoles tuvieron que salir todos de Jerusalén.
—más, aflojamiento de los vínculos de parentesco y convivencia; dice Jesucristo "á causa de que sobreabundará la injusticia, se perderá la convivencia, la amistad que hace que los hombres puedan vivir juntos, que en griego se llama ágape. Ágape es la caridad y todos los grados de la caridad empezando por el grado más inferior que es poder vivir juntos sin pelearse. Entonces se perderá la convivencia, se pelearán dentro de las naciones porque abundará la injusticia. Aquí en la Argentina casi no se puede vivir de tantos ladronzuelos que nos rodean, empezando por el gobierno y acabando por los comerciantes que no hacen más que aumentar los precios, a veces arbitrariamente.
—más, otra vez los pseudo profetas y la caída de muchos ("seducent multos") que quizá ya sea la segunda profecía, porque al principio dice "falsos cristos". Y realmente apareció una cantidad de falsos mesías, antes de la destrucción de Jerusalén. Y en tiempos del Anticristo aparecerán "falsos profetas" y el falso Cristo que aparecerá será el Anticristo — más el Evangelio en todo el orbe predicado y entonces vendrá el final.
Entonces pasa Cristo al punto determinado de la huida: el cerco de Jerusalén y la abominación desoladora; y la matanza y la dispersión.
Y aquí pone San Lucas el "insterticio", o sea un período de tiempo entre los dos sucesos: será pisada por los gentiles Jerusalén hasta que se cumplan los tiempos de las naciones: separación desta catástrofe parcial de aquella catástrofe total. Ella se caracteriza, "señales y prodigios capaces de engañar hasta a los elegidos" o sea el Anticristo al cual Cristo jamás nombró, hará portentos que parecerán milagros.
Hay una novela de Selma Lagerloff, que es una gran novelista sueca, que se llama "Los milagros del Anticristo" en que dice lo mismo que se le ocurrió al Cardenal Newman. El Cardenal Newman dijo: "los portentos que va a hacer el Anticristo son las maravillas de la técnica moderna que parecen milagros".
Y los dos portentos que pone San Juan en el Apokalypsis ya están inventados: uno es que el Anticristo va a poder hablar con todo el mundo y ser visto por todos, que es la T.V., que ahora ya está casi llegando a todo el mundo. Y la otra es que el Anticristo podrá hacer caer fuego del cielo y eso es la bomba atómica, que no es más que fuego.
Cristo no nombró al Anticristo quizá porque no era decente que El nombrase a ese enemigo suyo, sino por la palabra de "el otro"; quizá lo que dice de "el otro" se refiera al Anticristo; porque Cristo dijo a los judíos: "Yo he venido en nombre de mi Padre y no me habéis recibido; vendrá otro en su propio nombre y lo recibiréis".
Ese "otro" dicen los exégetas que debe ser el Anticristo; a quienes los judíos van a recibir antes de convertirse.
Yo he pergeñado una explicación completa de ese libro, "que tiene tantos enigmas como palabras" dijo San Jerónimo. Puede parecer temeridad. De hecho me han dicho que he sido temerario al ponerme a interpretar el Apokalypsis. Un salesiano, director de una revista de Rosario, escribió que era temerario y que estaba equivocado en todo.
Tengo la disculpa de que primero leí toda mi vida ese libro, comenzando a los 7 ó 9 años. Había un libro en mi casa, con figuras del Apokalypsis, y lo leí porque me parecía un cuento de hadas, era una cosa curiosísima. Después leí todos los comentarios que haber pude, incluso me fui a Montserrat, a la biblioteca de los benedictinos, a leer los comentarios del Apokalipsis que allí había y que son muchísimos. Y comentarios protestantes del Apokalipsis tengo unos ocho. Segundo que todo lo que puse allí está sólidamente afianzado en lo que han dicho los mejores escritores, los Santos Padres, los mártires, los Santos, pues desde San Jerónimo acá se ha trabajado enormemente en eso, y se ha conseguido mucho naturalmente. "Una profecía se aclara (porque todas son obscuras) cuando se aproxima su cumplimiento", dice Bossuet.
Y ahora estamos mucho más próximos de la Segunda Venida, que los primeros cristianos, naturalmente. Y pensamos mucho menos en eso. Y se han aclarado muchísimas cosas, por ejemplo lo que dije hace un momento sobre la televisión y sobre la bomba atómica.
Además en el Apokalypsis se menciona un ejército de doscientos millones de hombres y los intérpretes antiguos decían: ¡eso es imposible, es exagerado, figurado o simbólico, porque no puede haber un ejército de doscientos millones de hombres! Y hoy solamente la China puede alzar un ejército de 200 millones. De manera que se han ido cumpliendo las cosas del Apokalypsis, incluso las que parecían imposibles.
Como mi exposición está allí a disposición de quien quiera, y tenga mucha paciencia, mencionaré sólo sus rasgos principales.
1° —El Apokalypsis trata del Fin de los Tiempos y no ha sido inspirado por Dios para que no se entienda nunca; o sea, no es una monstruosidad.
2° —El cuerpo de la "Profecía" consta de tres Septenarios o sea tres series de predicciones proféticas que corren hasta la Parusía; la cual es siempre la predicción séptima: a saber, las siete Iglesias, las siete Trompetas y las siete Plagas. El Apokalypsis está escrito de una manera curiosa que ya vieron los antiguos, por ejemplo los Siete Septenarios: empieza a hablar dellos y al llegar al séptimo se para cuando llega la Parusía y vuelve atrás y empieza de nuevo con otra serie un poco más adelante. A eso le llaman "recapitulación"; es un sistema de San Juan Apokaleta.
3° —Después de la sexta Tuba, empieza a correr la mera e innegable Parusía; el mismo Bossuet que trató de hacer del Apokalypsis una profecía parcial y ya cumplida (la historia de la primitiva Iglesia y las diez Persecuciones, hasta el siglo V) reconoce que "hay otro significado más arcano" y que el final se refiere a la Persecución definitiva. Lo mismo su seguidor Billot. Pero los dos reconocen que puede haber otro significado más difícil con el cual no se quieren meter. Hay uno que no admite un significado más lejano y es Renán, quien saqueó a Bossuet, para su libro que se llama "El Anticristo"; donde relata la persecución de Nerón. Y omite lo dicho por Bossuet de otro significado. Otro que hace lo mismo es Alió, un comentador del Apokalypsis muy renombrado y muy erudito.
4° —Al sonar la Ultima Tuba aparecen las dos Fieras (o Bestias) que guerrean directamente contra Jesucristo en su Iglesia.
5° —Antes del desenlace de la guerra, o sea de la victoria de Cristo y todos los suyos, se hallan los Episodios de los Dos Testigos, la Mujer Agua, la Mujer Ramera, las 144.000 Vírgenes, las siete Plagas, la Caída de la Mujer Bermeja. . . Los ingleses que son muy finos, no dicen la Mujer Prostituta, sino la Mujer Escarlata. La Mujer Escarlata porque está sentada encima de un dragón color rojo.
6° —La Primera Fiera, la del Mar, para San Juan es un Emperador Plebeyo de todo el mundo, y Tirano Perseguidor: el Anticristo, que por síierte va a durar solamente tres años y medio, va a poder perseguir durante ese tiempo, va a ser Rey del Mundo.
7° San Pablo retrató al Anticristo, es el Anomos (El Sin Ley) el Perverso y el entregado a Satanás, el cual le presta Poder para hacer prodigios o portentos; al cual el Señor Jesús derrotará con un soplo de su boca o sea, no necesitará cruzar la espada.
8° —La segunda Fiera, la de la Tierra, está caracterizada solamente por tener cuernos como de cordero, y palabras de dragón; parece debía ser al revés. Allí hay misterio. Posiblemente puede interpretarse que es un Obispo apóstata; los cuernos son la mitra. O bien un Antipapa, Porque dice que surge de la Tierra, que representa a la religión en el Apokalypsis, (así como el Mar representa al mundo). Y de ahí surge la Fiera de la Tierra, la cual se pone a hacer propaganda del Anticristo con grandísimo éxito y ella le hace los portentos. Solovief hace que sea un obispo apóstata que al mismo tiempo es un mago y es un técnico en electrónica. Ese es el que hace los portentos.
9° —Esta Fiera ejerce una actividad eficaz en favor de la otra o "el otro"; como he explicado antes.
10° —Después del hundimiento de las dos Fieras y de Satanás, el Apokaleta describe largamente la Jerusalén Celestial o Nueva Jerusalén. Hace una descripción poética que a muchos les parece rara; a mí también, porque es una descripción demasiado simbólica de la Nueva Jerusalén que representa el Mundo de los Resucitados.
Algunas preguntas:
1° —¿Qué significa el Primer Septenario?
Según una exégesis sólida, apoyada por ejemplo en San Alberto Magno y otros y ahora en Billot y sus discípulos, significa emblemáticamente las siete épocas de la Iglesia hasta el Fin del Mundo. En las cuatro primeras etapas todos coinciden; disienten en las últimas. Algunos dicen: no, son siete billetes que mandó a Siete Iglesias de Asia Menor San Juan, que era Obispo de Efeso. Pero es raro siete billetes intrascendentes, donde da avisos a los Obispos, en un libro que se llama "La Profecía" porque El Apokalypsis significa eso en griego o "La Revelación"; no pega, se despega del libro. Ahora, si es una profecía de las siete épocas de la Iglesia entonces ya se entiende mucho mejor que lo haya puesto San Juan en su libro. Hay muchísimos grandes exégetas que creen en eso: San Alberto Magno, San Jerónimo y Billot por ejemplo y Holzhauzen, un exegeta alemán muy famoso; todos ven en esas siete Iglesias las siete épocas sucesivas de la Iglesia. Ahora, cuando llega el momento de decir en que época estamos ahora, comienza la disensión; unos dicen la época de Filadelfia, otros dicen la época de La odicea, pero todos que estamos en las últimas. 2°¿Qué significa el Segundo Septenario, las Tubas o Trompetas?
Significa según nosotros siete épocas del Mundo, encabezadas por siete grandes Herejías, a saber:
A—Granizo con sangre: Arrio.
B— Volcán lanzado al mar: Mahoma.
C— La estrella amarga que cae en los ríos: Focio.
D— Los tercios astros obscurecidos: Lutero, los protestantes.
¿Tendré razón al interpretar así?, lo que dice en forma de figuras y de imágenes coincide con los períodos históricos. También coincido yo con varios exégetas.
E— La estrella con la llave del Infierno que cae en el abismo son los Enciclopedistas franceses, que trajeron la Revolución Francesa, que están figurados en una especie de langostas monstruosas y maléficas que salen en gran número del abismo y que van a durar durante cinco meses de años (es justo desde la Revolución Francesa hasta la 1° Guerra Europea). Y en ese tiempo ha habido libertad de prensa en el mundo, pero ahora no hay. Hablan mucho de libertad de prensa porque no existe, justamente. Y esas langostas están figuradas como andando por todo el mundo volando y haciendo muchísimo ruido con las alas. Los diarios serían las alas.
F — Los Cuatro Ángeles y los 200 millones. Hay cuatro ángeles que secan el río Eufrates para que puedan pasarlos Ejércitos del Asia a Europa. Y pasa un ejército de 200 millones de hombres. Solovief dice que ese ejército va a ser el de la China y el Japón aliados que se van a apoderar de Europa, por mucho tiempo, hasta que venga el Anticristo y liberte a Europa por medio de la guerra. Ahora mismo la China sola puede juntar 200 millones de hombres y si China conquista a la India, como dice Solovief, muchísimos más.
G— La Parusía todos los Septenarios terminan en la Parusía.
3° ¿Qué significa el Tercer Septenario, las Plagas?
Son las siete redomas o "fíalas" de la ira de Dios, o sea son castigos de la infidelidad y la maldad. "Fiala" (castellano antiguo) significa un vaso panzudo y con cuello estrecho que se usaban para los remedios: diríamos "redomas". Los siete Ángeles vuelcan las siete "fíalas" sobre la tierra para castigo de la apostasía que va creciendo cada vez más y se va enseñoreando de la tierra. Son castigos de Dios. Excepto en la primera y en la sexta no encuentro apoyo en los Santos Padres. Encuentro apoyo, en cambio, en un exegeta protestante que se llama Lear, un cordobés adventista que escribió trece discursos sobre el Apokalypsis y pone lo mismo que yo en la tercera y la quinta, sin conocer mi libro probablemente, y yo sin conocer el de él.
La primera es la sífilis; segunda, el mar vuelto sangre; tercera, las vertientes vueltas sangre; cuarta, el sol exacerbado (es decir, aumenta el calor del sol); quinta, el Trono de la Fiera en Tinieblas; sexta, el río Eufrates secado, las Tres ranas diablescas y la Guerra de los Continentes (aparecen tres Ranas que son tres Demonios, dice San Juan, que sé ponen a preparar la tierra para la Guerra de los Continentes; se ponen a juntar la gente); séptima, la redoma volcada en el aire, hay un terremoto muy grande y la ruina de la Ciudad Grande y es ya la séptima "fíala", es decir, la segunda Venida de Cristo.
La primera plaga es llamada en la Vulgata “vulnus saevum et péssimum”, herida cruel y pésima." y en el griego “elkós kakós kaíponeros” “llaga mala y pésima”. Los Padres Latinos interpretan era una enfermedad en las partes genitales. La sífilis aparece en forma endémica al fin del siglo XV en el ejército francés de Carlos IV que sitiaba a Nápoles; por lo cual se llama hasta hoy "el mal francés".
La sexta plaga son tres herejías (tres diablos en figura de ranas) que charlan y charlan para preparar la Tercera Gran Guerra. Para mí son el Liberalismo, el Comunismo y el Modernismo. Estas dos plagas fijan las otras cinco.
La segunda, "el mar vuelto sangre" sería el envenenamiento de las relaciones internacionales.
La tercera, "los ríos vueltos sangre" es el envenenar de la cultura.
La cuarta, son los daños de la "civilización", es decir la desbocada técnica moderna, que le llaman "Ciencia".
La quinta, el Trono de la Fiera en tinieblas es, según Sto. Tomás, el Poder Político. Que ahora anda en tinieblas, es indudable.
La sexta, ya la dije. La séptima, es la Parusía.
La primera la encontré en los Doctores y la sexta la saqué del historiógrafo que murió hoy (22 de octubre a los 84 años, Arnold J. Toynbee). Un predicador adventista cordobés, G.N. y Lear, en su obra "Discursos sobre el Apokalypsis" interpreta la fiala tercera "el emponzoñe de la cultura" y la quinta la política en tinieblas, lo mismo que nosotros.
PREGUNTAS:
El Anticristo ¿será una persona o una comunidad?
En San Pablo aparece como una persona singular y casi todos los exegetas lo secundan, menos dos (que yo conozca) el hereje Ticonio, que escribió el primer comentario del Apokalypsis, siglo II y dijo el Anticristo es el conjunto de todos los impíos; y el Jesuita Manuel Lacunza, que dijo eran los enciclopedistas o pseudo filósofos del siglo XVIII, dirigidos por la Masonería. Eyzaguirre chileno que tradujo al latín el Lacunza {"Apokalypseos commentarium literale") consiguió su aprobación en Roma. Por desgracia introdujo ocurrencias suyas.
¿Quién fue Lacunza? Diré brevemente: es un grandísimo exégeta chileno (y argentino) que escribió un solo libro ''La Venida del Mesías en gloria y majestad'' con el pseudónimo de Josafat Ben Ezra; libro insigne según Menéndez y Pelayo; cuya primera edición en español la hizo en Londres su tocayo Manuel Belgrano, el prócer. El libro fue puesto en el Index, no por ser milenista, como pretenden ahora, sino por el pseudónimo judío y algunas alusiones oscuras, que hoy no se entienden, contra el Papa Clemente XIV, el que suprimió a los Jesuitas. Menendez Pelayo dijo en su tiempo que había que haber sacado del Index ese libro, por ser un libro de ciencia (exégetica) excelentísimo. Sobre él escribió una obra Daniel H. Dupuy con el título de "Una gran esperanza".
En Chile lo tienen a Lacunza por una gloria nacional. El se preciaba de ser argentino. Estudió en la Universidad de Tucumán y fue ordenado sacerdote por el Arzobispo cordobés Trejo y Sanabria. Yo le tengo devoción y lo he sacado en una novela. Dupuy enumera entre los "Lacunzianos" a Francisco Ramos Mejía, Sarmiento, San Martín, Bolívar, Cayetano Rodríguez, Ignacio Gorriti. No sabe cuando llegaron aquí.
Menendez Pelayo es quien mejor escribe acerca de Lacunza en "HETERODOXOS ESPAÑOLES", tomo IV, Cap. 6°, Apéndice. Solamente ignora quien hizo la primera edición del libro "La Venida del Mesías" y cree fue el marqués de Mora. Fue Manuel Belgrano, prócer argentino. (El libro de Daniel Hammerly Dupuy "LA GRAN ESPERANZA" es una propaganda cerrada pero respetuosa de los "Adventistas del Séptimo día" bien escrita y con mucha erudición.
El autor se enoja porque alguien definió a los adventistas "una pequeña secta protestante que cree muy cercano el último día y celebra el Sábado". Esta definición es exacta, son los dos ejes del Adventismo; mas en Un "Credo" final publica el autor en su último capítulo, tras de poner los dogmas católicos de la Trinidad, la inspiración de la Escritura y los Diez Mandamientos inmiscuye algunas macanas, como "la observancia del séptimo día", el abstenerse del tabaco y el whisky, el ser gobernados por pastores casados, ancianos y diáconos, el Bautismo por inmersión, el estado inconsciente de los muertos es "un Reino de Justicia, amor y gozo inefables".
Que San Martín y Bolívar fueran milenistas es dudado, aunque es verdad que fueron religiosos —no mucho).
HABRÁ UN JUICIO FINAL
LA RESURRECCIÓN
Yo preparé tres veces esta clase y volví a la primera versión, aunque es un poco odiosa porque habla mucho de mí; Los franceses dicen: "El yo es odioso".
La clase versa sobre el Reino de los Mil Años; es la cuestión más difícil que hay en el Apokalypsis (Cap. XX). Dicho capítulo dice que hay dos resurrecciones; dice "Esta es la Resurrección primera" y eso no lo quiere admitir hoy día, muchísima gente. Resurrección única y simultánea, dicen. Eso es lo que ellas quisieran, pero la Escritura no dice eso.
Si empezase a explicar las cualidades de los cuerpos resucitados eso no tiene dificultad alguna y ya lo he dicho una vez; son las cuatro cualidades que vieron los cuatro Evangelistas en el cuerpo de Cristo resucitado o sea: Inmunidad o Inmortalidad que es no poder sufrir; Agilidad que es poder trasladarse de un lugar a otro instantáneamente, como vieron en Cristo desde Emaús al Cenáculo; Sutileza que es poder pasar a través de cuerpos sólidos, también lo vieron entrar en el Cenáculo sin abrir la puerta y Claridad o Belleza que eso no está en las descripciones de las apariciones de. Cristo, pero está en la Transfiguración que fue como una especie de anticipo o señal de la Resurrección. Y ahí sí notaron los Evangelistas la Belleza y San Pedro estaba tan entusiasmado que no quería irse. Es decir, el Evangelista dice que San Pedro desvariaba de entusiasmo.
Pero la cuestión más vallatana e inexcusable acerca de la Resurrección es el Reino de los Mil Años, que ocupa el Cap.XX del Apokalypsis.
Es una de las luchas actuales de la Iglesia, aunque no es muy conocida, pero los que luchan sí la conocen. Y la cuestión en el fondo consiste en decir: hay una resurrección o hay dos Resurrecciones separadas por un largo período de tiempo. Esas son las dos opiniones.
Hay 3 milenismos (como hay que decir, porque milenarismo es incorrecto gramaticalmente). Uno es el milenismo espiritual, que consiste simplemente en interpretar literalmente lo que dice San Juan en el Apocalipsis —Nada más—.Tomar eso como cosa que va a pasar, por difícil o rara que parezca. Así entendieron ese capitulo casi todos los padres de los cuatro primeros siglos, desde el primer siglo en que todavía vivían los Apóstoles.
Creían tranquilamente que iba a haber un Reino de Mil Años; y que la Iglesia va a ser en él sumamente próspera y va a ser regida de hecho por Jesucristo, después de la Parusía o sea después de que Jesucristo haya bajado a vencer al Anticristo. San Justino Mártir, San Ireneo, Tertuliano, Lactancio, Ambrosio y San Agustín joven así lo entendieron. Yo he traducido del latín todos los testimonios a la letra y todos los autores en fila, que me facilitó el P. Florentino Alcáñiz, en el libro "La Iglesia Patrística, y la Parusía".
Todo eso hubiera seguido así sin duda, si no fuera por el tropezón del milenismo carnal. Un judío llamado Kerintos o Cerintos (siglo IV) fundó una secta herética sobre una interpretación judaica y grosera del Cap. XX que tubo mucho séquito y fue condenada por Eugenio IV en la Bula "Cántate Domino" (1441) junto con una retahíla de herejes (los Ebionitas, Arrio, Pablo de Somosata,etc.) pero no precisamente por el milenismo carnal sino por haber negado la Divinidad del Cristo, (ver Denzinger, N° 710), pero el milenismo carnal fue condenado también, no por un Papa o Concilio, sino por lo que llaman el "Magisterio Ordinario de la Iglesia". De Kerintos no nos queda una sola palabra; y lo que sabemos de él viene de los Doctores que lo combatieron, sobre todo de San Jerónimo.
Dicen que predicaba un triunfo grandísimo de los judíos los cuales iban a dominar el mundo entero y vengarse de sus enemigos y gozar de grandes francachelas y festines. Algunos añaden que, según el Kerintos este, gozarían también de abundantes placeres sexuales. Esto no es seguro, San Agustín lo omite.
Sabemos lo que se dijo por los Santos Padres que lo refutaron y nada más.
Entonces pasó algo curioso: San Jerónimo, desde Palestina, donde la nueva Herejía crecía mucho, escribió a San Agustín que era jovencito y lo veneraba, reprendiéndolo acremente porque con su sermón 259, donde San Agustín decía que él era milenista, "ayudaba a la herejía" que él denominaba "fábulas judaicas" y exhortándolo a interpretar de otro modo el Apocalipsis.
Lo asustó a San Agustín y este inventó una "interpretación alegórica" del cap. XX del Apocalipsis, que (Dios me perdone porque me cuesta decirlo), es una patochada y un tropezón del Santo Doctor tan grande como su talento. Hace llorar cuándo uno lo lee en el libro 20 del "Civitate Dei" y uno se avergüenza por San Agustín (no de).
Para decirlo breve, el cap. XX del Apocalipsis sería una poesía, pero si así es ¿qué impide que el resto del Apocalipsis y aún toda la Escritura sean alegorías, o sean poesías? Según esa interpretación el triunfo de la Iglesia es este triunfo que nosotros conocemos y que no es muy triunfante. En el Cielo es triunfante pero acá no. Los tronos de los 12 apóstoles que van a juzgar a todos los hombres son las sedes de los Obispos y así va diciendo todo el resto. . . el demonio que es retirado por un Ángel y encadenado por mil años dice que significa que ahora el demonio no tiene mucho poder y fuerza para tentar a los hombres; y eso no es cierto.
Tiene una fuerza bárbara ahora. Y así continuamente lo interpreta todo alegóricamente, deshace la profecía de la Escritura y expone a la Escritura a ser derribada toda convirtiéndola en poesía y para peor, mala poesía, como dijeron los impíos como Aldous quien observó que la Escritura era poesía un poco salvaje de los tiempos de la Edad de Piedra y atacó a la Biblia diciendo que no valía nada y que era poesía mala.
De manera que esa interpretación alegórica es una caída de San Agustín por consideración a San Jerónimo, él hizo esa interpretación nueva y dijo "Yo no digo que esta sea la interpretación única posible; hay otra, y esa otra no me atrevo a condenarla porque ha sido seguida por muchos Santos y muchos Mártires". Y San Jerónimo, que estaba furioso contra los milenistas de su tiempo, dice lo mismo: "No nos atrevemos a condenar el milenismo porque lo han seguido muchos Santos y Doctores y Mártires".
Y resulta que ahora se atreven; hay mucha gente que condena el milenismo puro y trata de hacer castigar a los que los siguen. No son lo mejor de la Iglesia Católica ni como ciencia ni como calidad los que hoy día tienen una especie de conjura contra el milenismo espiritual.
De manera que no quedaría más que aceptar el milenismo alegórico de San Agustín, que él mismo dijo que era una interpretación alegórica y nada más (leer ese milenismo alegórico en mi libro, Pág. 271).
Así que tienen aquí figurados muy veraz y exactamente los tres milenismos, con lo cual cumplo mi oficio de Doctor en Teología y con esto no predico ninguno de los tres Milenismos, sino simplemente digo "le cose come stanno" ¿Por qué digo esto?
Porque existe una prohibición de enseñar el milenismo espiritual dada al Reino de Chile en 1941; la cual el año 1974 se extendió a la República Argentina. Tengo el texto latino y castellano de los dos decretos, el contra Chile y el contra la Argentina, julio de 1941 y julio de 1944 que no leo por no alargarme.
Son dos disciplinares, no doctrinales; es decir, son órdenes, y dicen que el milenismo espiritual no se puede enseñar sin peligro en esos dos paisuchos, nada más. Eso fue lo que fulminó al pobre Martínez Zuviría, José Ignacio Olmedo, y al Padre Straubinger y a varios otros.
Se asustaron, se callaron la boca y no dijeron nada. Esos dos decretos están firmados por el Card. Pizzardo (o Pizzapardo, como le decían en Roma) y definen mal el milenismo, pues el primero dice que los que enseñan que Jesucristo va a reinar durante mil años en la tierra "corporalmente" son peligrosos y eso no se debe enseñar. Ahora bien, alguien le hizo notar al Card. Pizzardo que se estaba "condenando a sí mismo" porque según ellos la Iglesia actual es el Reino de los 1.000 años, y ahora Cristo reina en el Smo. Sacramento corporalmente.
También le advirtieron al Card. Marchetti Selvaggiani que por condenar a los milenistas espirituales se estaba condenando a sí mismo; y entonces cambiaron corporaliter por visibíliter, que no va a reinar visiblemente en la tierra durante mil años. Pero ningún milenista espiritual enseña que Jesucristo reinará visiblemente en el mundo con un Ministro de Agricultura o de Bienestar Social y todas esas cosas.
Nadie dice eso. Todos dicen que van a resucitar una parte de los muertos (los mártires de los últimos tiempos) y ellos van a gobernar la tierra pero no como gobernantes ordinarios sino apareciéndose a los "viadores", a los mortales que van a quedar; van a quedar mortales durante Mil años y van a procrear gente y van a ser numerosos los cristianos que vivan en ese tiempo de la Iglesia, pero van a gobernar los obispos y los curas, como siempre.
Se van a aparecer los resucitados como Jesucristo se apareció después de su resurrección a los Apóstoles. Y con esas solas apariciones van a poner una prosperidad increíble en la Iglesia. De manera que en el segundo decreto tampoco acertaron, así que son nulos los dos decretos, pero sin embargo aquí los siguieron al pie de la letra.
Menéndez y Pelayo en el Cap. VI del tomo IV de Heterodoxos, que escribió sobre Lacunza, que es uno de los mayores exégetas modernos de la Escritura y el mayor milenista que hay actualmente (los mayores fueron los primeros Padres de la Iglesia), escribió un apéndice al Cap. VI del libro IV el cual es lo mejor que se ha escrito sobre Lacunza y sobre el milenismo, y ahí dice: "como todos saben, el milenismo espiritual o puro es una opinión libre".
Bueno, esto no todos lo saben y hoy día algunos no quieren saberlo. Menéndez y Pelayo equivoca en una sola cosa, que cree que el libro de Lacunza lo editó en Londres el Márquez de Mora y en cambio, esa primera edición la hizo Manuel Belgrano como es evidente y clarísimo. En el prólogo del editor dice: "el sentimiento de no poder verificarlo (imprimirlo) en la capital "Buenos Aires" de nuestra amada patria...". Está averiguado con certeza que él imprimió esa primera edición del Lacunza (que ya corría manuscrita en la República Argentina; y que no conoció sino de oídas Menéndez Pelayo).
En resumen hay tres interpretaciones del cap. XX, una condenada por la Iglesia, la de Kerinthos o sea el "milenismo carnal" y dos no condenadas ni tampoco definidas, que son por tanto dos "opiniones" libres. Pero hoy día hay una especie de conjura que impide la exégesis antigua y vuelve de hecho obligatoria la alegórica de San Agustín por medio de castigos o amenazas.
¿Y yo cómo lo sé? Primero por mí mismo, por la experiencia propia que no puede mentir; porque a mí me acusaron de milenista y me siguen acusando, el Presbítero Doctor, (que no es doctor), Mejía, y me han venido una cantidad de castigos por milenista pero sin decir que es por eso, castigos anónimos. Se los mandaban a Monseñor Tavella o a Monseñor Copello acá y después por varias personas que he conocido, bastante eminentes, que han sido perseguidas por eso, por ser milenistas, de las cuales mencionaré las principales:
P. Víctor Anzoategui: Doctor en Escritura por la Gregoriana de Roma. Se manifestó milenista. Diré libremente ¡lo persiguieron sin descanso, hasta hacerlo perder la salud y después la fe y después el juicio! El General Jesuíta Jannssennss y el Provincial de la Argentina Travi no lo dejaban entrar en Buenos Aires donde él quería ir a ver a su madre (no la pudo ver ni siquiera cuando se murió) mandándolo sucesivamente a Chile, de donde lo echaron por milenista también, Mendoza, Montevideo y el Chaco; y no a enseñar Escritura sino Primeras Letras.
Estando ya en el Chaco con la salud averiada, perdió la fe, se hizo protestante, se casó, perdió el juicio y aportó a Santiago de Chile, donde fue algún tiempo empleado de la Biblioteca Nacional. Volvió a la Argentina del todo arruinado, loco de atar, yo lo asistí en su última agonía. Daba horror.
2° P. Antonio Van Prixtel S.C.J.: holandés, profesor de Escritura, hombre muy docto e inteligente. Fue echado de Holanda y enviado a Montevideo, donde en 1945, escribió un gran volumen defendiendo su idea, que hizo mimeografiar ayudado por católicos uruguayos, es decir, por los jóvenes de la Acción Católica. Se lo llama "El testimonio de Nuestra Esperanza" (confidencial) y yo lo poseo. Cuando se supo, lo enviaron a Buenos Aires, donde no tenía nada que hacer, y después a Tucumán, menos, donde lo vejaron y maltrataron. Pidió perdón, destruyó su libro, y lo dejaron volver a Holanda. No sé como acabó.
3° P. Florentino Alcañiz: Hizo en Roma su tesis de Doctor en Escritura Sacra sobre "La Iglesia Patrística y La Parusía", a la cual ya me referí. Yo la traduje al castellano porque él me pidió que lo hiciera y me regaló su libro, lo modifiqué un poco, lo amplié y está impreso. Ahí el hizo un trabajo minuciosísimo sobre todos los Padres de los primeros siglos de la Iglesia, hasta el siglo V y resulta que en el siglo I, todos sin excepción, eran milenistas y después en el siglo II, III, IV, V, fueron disminuyendo, sobre todo después de la exégesis de S. Agustín muchos abandonaron la idea milenista y se hicieron alegoristas.
Al final hace un esquema donde pone a los Santos Padres por orden, por siglos ypor fechas, donde uno ve que la tradición de la Iglesia entonces era el milenismo espiritual que dicen ahora. Por eso digo yo que jamás va a condenar la Iglesia el milenismo espiritual porque eso sería cortar la rama donde está sentada; porque ella está asentada sobre la tradición.
Profesor del Seminario de Cerdeña y después del de Granada, al publicar su libro latino, estrictamente científico, en 1933 fue echado de sus cátedras y más tarde enviado a Buenos Aires, donde me regaló su tesis para que la tradujera. Como aquí no tuviese nada que hacer, pidió lo mandaran de misionero al Perú, salió de la Compañía de Jesús, y vivió años en la montaña peruana de ermitaño. Desde allí me envió un enorme libro manuscrito con su defensa, que por desgracia yo regalé a Federico Bracht. Me pareció notar en ese libro asomos de enajenación mental.
Muchos otros he conocido aunque menos de cerca, como el eminente escriturista jesuita P. Rovira, el que escribió el artículo "PARUSIA" en la Enciclopedia Espasa y otros...
El resultado de este fenómeno increíble es que hoy día es obligatorio interpretar el Reino de los Mil Años conforme a la patochada de San Agustín.
Es triste tener que decir esto de San Agustín pero no hay mas remedio. Es una interpretación tan arbitraria y tan inverosímil que no se puede mantener ni un sólo momento. La Iglesia no ha definido el Milenismo Alegórico ni ha condenado el Milenismo Patrístico, son dos opiniones libres; pero de hecho no se puede seguir más que una la más infeliz. Contra lo que dice el P. Florentino Agara, la Iglesia no condenará jamás la opinión patrística por la misma razón que rehusaron condenarla San Agustín y San Jerónimo por haberla tenido muchos Santos Padres y Mártires (dicen ambos); o sea que no va a serruchar la rama donde está sentada, que es la tradición; que es lo que hicieron los protestantes.
En la Argentina han sido milenistas espirituales antes que viniera la prohibición "disciplinar" de enseñarlo'(o sea mentarlo) cristianos excelentísimos como Gustavo Martínez Zuviría (el escritor) José Ignacio Olmedo, José Bourdieu, el Padre Straunbinger —y además yo, según el Pbro. Jorge Mejía. Esto sí que me permito dudarlo.
No he hecho más que poner en los libros que escribí, en algún libro que escribí como este del Apokalipsis donde tenía que decir lo que hay sobre la Escritura, poner "le cosse come stanno" las cosas como son, como dicen los italianos.
Por eso solo ya me volví milenista.
Voy a contar, como curiosidad, algunos de los castigos que me mandaron de Roma que por suerte me dejaron vivo y más sano que antes. Mencionaré brevemente cinco de ellos pues deben saberse Tandem aliquando.
El día de San Perón de 1949 fui expulsado de la Compañía S. I., el pretexto que se dio no fué el milenismo; de modo que no pertenece a esta exposición; aunque es posible que mi ex alumno, el asesor del Vaticano II hubiese ya comenzado a acusarme de hereje en informes secretos, cosa que sigue haciendo después de muchos años, para acopiar méritos, me refiero al Doctor (que no es Doctor) Pbro. Mejía.
Yo no sé si sigue siendo profesor en el seminario; en las clases decía que yo era "Milenista" y que era hereje y que no había que leer mis libros ni editarlos. De Roma, el general de los Paulinos mandó una orden para que no editasen ni un sólo libro mío ni pasado, ni presente ni futuro. Y así lo hicieron y propagaron esa orden a las otras órdenes editoras que hay que son los Salesianos y los de Guadalupe. Y así también un canónigo de la Pcia, de Santa Fé que ahora es Obispo en la Pcia, de Bs. As. y no recuerdo su nombre, escribía cartas a todos los párrocos de su diócesis diciéndoles que tuviesen cuidado con mis libros porque eran peligrosos. A mí me mandaron una de esas cartas que habían llegado a Villa Ana, en el norte de Santa Fé.
Después de expulsado, de inmediato fui a parar a Salta, al Palacio Arzobispal. Un expulsado de una orden religiosa queda suspendido por un año, porque se supone que un expulsado tiene que haber hecho delitos. Al cabo del año de oír Misa y dar clases. Monseñor Tavella, que era mi "Obispo Benévolo'' (los que expulsan de una Orden religiosa tienen que encontrar un "Obispo Benévolo" que los reciba) pidió mi "incardinación" en su diócesis mandando informes favorables. No respondieron del Vaticano una sola palabra, mi suspensión duró más de dos años: por eso dije eso de los informes secretos. Eso no puede responder sino a informes que contradijesen los de Monseñor Tavella (quién mandó varias veces informes favorables a mí).
El lunes de Pascua de 1952 un Obispo de Bolivia escribió que "por instrucciones de la Santa Sede, el me devolvería la misa si yo me trasladaba a Bolivia y me ponía bajo la obediencia y vigilancia de un sacerdote prudente. Yo dije que no. A los dos años y pico, como dije, llegó el levante del castigo.
Dando clases para Monseñor Tavella no ganaba lo necesario para vivir: el pidió la "incardinación a la diócesis", y después de la inevitable tardanza ("las cosas de Palacio van despacio") vino con la condición de que yo no pudiera salir de Salta y cada vez que saliera quedaba suspendido, no podía decir Misa.
Para lo cuál se servirán del Santo Sacrificio de la Misa, que no está hecho para eso. Simplemente el General de los Jesuitas o el Cardenal Pizzardo querían impedir yo fuese a Buenos Aires. ¿Por qué? Porque para conseguir que yo fuese expulsado sin proceso, habían dicho al Sumo Pontífice que yo era de un escuadrón de nacionalistas que eran capaces de incendiar el Colegio del Salvador o lo estaban por incendiar. El Papa concedió la dispensa temporaria del proceso, con el proviso natural que el proceso había de hacerse más tarde conforme manda el canon 654 en el caso de "Periculum in mora" peligro en la demora. Porque hay un Canon que dice que sí hay peligro en la demora para expulsar a un Sacerdote de una Orden, se puede dilatar el proceso, dejarlo sin hacer para que no haya escándalo o ruido o lo que sea y dejarlo para después, cuando todo esté más tranquilo. No lo hicieron nada. De manera que han desobedecido al Papa, al derecho Canónico y al derecho natural como diez veces.
A mí me echaron porque decían que había desobedecido durante veinte años y no había desobedecido ni una sola vez.
El canon no se cumplió; y el periculum in mora, fue una mentira colosal que encajaron al Papa Pío XII; de la cual ya habrán dado cuenta a Dios.
Estaba muy campante por haber acabado mis calamidades, trabajando en Salta, cuando me cayó de golpe un nuevo fulmen: la condena solemne de un artículo mío salido en la revista HUMANIDADES del Obispo Tavella, con la orden de retractarme al momento so pena de excomunión.
La condena la recibió Monseñor Tavella el cual me la comunicó con una carta devotísima diciendo: "Sométase, sométase, la Santa Madre Iglesia fundada por Cristo, la Santa Cruz, la Santa Humildad, etc." Yo escribí que estaba pronto a retractarme de cualquier error mío, pero que me lo dijeran, pues en el artículo no lo veía: y si no ¿cómo me iba a retractar? No me dijeron nunca donde estaba el error. Ahí está el Artículo impreso en el capítulo del libro "CRISTO ¿VUELVE O NO VUELVE? A ver si Uds. pueden verlo al error: nadie lo ha visto hasta ahora, fuera de Jorge Mejía, y los bobos que le creyeron o sea el finado Cardenal Pizzardo y su Secretario, que se llamaba Pepe.
Monseñor Tavella me comunicó que mi carta no era bastante sumisa para con un Príncipe de la Iglesia. Yo le pedí me hiciera otra al P. Amánelo González Paz; el cuál la redactó sumísima, hasta demasiado yo la firmé y la mandé y creí había acabado el asunto. La tremenda condenación de Pizzardo y toda la Congregación en plenario, la tengo todavía. Es uno de los pocos papeles que he conservado, algunos los perdí, otros regalé, otros rompí, . . porque no me mandaban a mí las condenas sino al Obispo, a Copello o a Tavella.
Yo me había retractado hasta de la Osa Mayor y el Santo de mi nombre, y ya estás Si, espérate un poco, al otro día vino otro Acto de Justicia divina y eclesiástica. La Santa Sagrada y Cesárea Pontifica Congregación de la Santa Inquisición Romana, intimaba a Monseñor Tavella que me intimase a mí (nunca me escribían a mí):
1° que no escribiese de temas religiosos
2° que enviase a Roma todas mis obras teológicas
Yo no había publicado ni una sola obra teológica entonces todavía; Monseñor Tavella aplazó el cumplimiento del castigo hasta fin de año, porque estábamos a mediados del año y yo era profesor de la Escuela Normal y en el Instituto de Humanidades de Tavella, pero me di cuenta que tenía que salir de Salta porque el Obispo era demasiado devoto, es decir cobarde: si el artículo de marras era culpable, él era quien tenía que haberse responsabilizado. El me rogó le diese el artículo que acabado no estaba.
Así que él debió haber tomado mi defensa; me di cuenta entonces que no tenía medios de vida en Salta si me castigaban de esa manera.
Me fui a mi pueblo Reconquista, donde mi hermana María había caído enferma, y hastiado del Gobierno Eclesiástico, decidí establecerme allí de camionero y vendedor de leche, pues decir Misa me era prohibido. A los 6 meses había fracasado, porque Benítez que era favorito de Perón me negó un camión al fiado.
Llevé toda mi biblioteca, unos 3.000 volúmenes a Bs. As. y recuperé mi cátedra de Psicología en el Instituto de Profesorado de donde me echó Perón a los dos años cuando le dio el sarampión anticlerical; mejor dicho no Perón sino un profesor judío llamado Groslevin.
Era según Bielsa nulo ese decreto de Groslevin. Pero yo no encontré ningún abogado aquí en Buenos Aires que tuviese ánimo para ponerse contra Perón, planteando un "recurso contencioso administrativo", no firmó ningún decreto contra mí.
Pero la Providencia hizo que me nombraran al poco tiempo Redactor del diario de San Juan TRIBUNA, gracias a mi amigo Alberto Graffigna y estuve dos años escribiendo para ese diario. Redactando ensayos allí escribí dos o tres libros sobre el Evangelio. Cuando hice eso, a los dos años le quitaron el diario a Graffigna, se lo quitó el Partido Conservador de San Juan, ayudado por la Revolución Libertadora.
Entonces hice un manuscrito muy pulcro sobre los evangelios y lo mandé a ITINERARIUM y Braga Osear lo entregó a la Curia para la censura. El censor era Jorge Mejía que después de haber llegado a gran prosperidad había concebido un sañudo rencor contra mí, cuyo motivo ignoré e ignoro. Intentó impedir la publicación del libro "El Evangelio", primero con una Censura disparatada de la que resultaba había que escribir el libro de nuevo pues según él el libro contenía 40 errores.
Yo no podía escribirlo de nuevo. Hasta que la Providencia me envió un hada bienhechora, o un hado si se quiere, el franciscano Antonio Vallejo quien me mandó llamar y a quien encontré en su escritorio rodeado de diccionarios teológicos, gramáticas latinas y griegas, de las obras de Sto. Tomás y estaba con la Censura en la mano (Yo había leído sola mente 5 errores y no seguí con los demás porque con 40 errores era imposible corregir). Vallejo empezó a cotejar error por error y apareció que 38 errores eran del Censor, el cual no sabía ni latín y griego, no sabía nada.
Había dos errores solamente, uno que decía Sinedrio en lugar de Sanedrín y otro que indicaba que el Monte Hermoso tiene 2000 y pico de metros y el decía que tenía 1970 metros y resulta que según el nivel del mar y según la planicie circundante tiene dos alturas así que eso era fácil de corregir.
Vallejo le mandó entonces una carta finísima, versallesca, a Monseñor Lafitte y cuando Monseñor vio los errores de Mejía dio el "Imprimatur" de inmediato para el libro. Cuando llegó el Imprimatur dijo Mejía que había perdido el original que se le confió, que era el único.
Entonces Braga le dijo que le iba a hacer un juicio criminal y que le iba a hacer pagar 10.000 de entonces por daños y perjuicios, y el original apareció de inmediato.
Omito atropellos menores, como la prohibición de editar en los Paulinos y de escribir en las revistas católicas, y una difamación muy nutrida compuesta de calumnias. Yo escribí cartas a Monseñor Lafitte y a Roma, muchas, pidiendo me "devolvieran" la Misa, porque al salir de Salta había quedado suspendido; como decía Gamallo "era el condicionamiento geográfico de la Santa Misa" porque nada tienen que ver el local con la validez de la Santa Misa, pero habían inventado eso. Finalmente Monseñor Lafitte me llamó y me preguntó si era verdad que yo le había dado un bofetón al General S. S. Jannssenns y había dicho públicamente que el Papa Pío XII era un ganso Yo quedé tan apabullado que no supe qué contestarle a Monseñor.
"Ya verá como Monseñor lo va ayudar "me dijo Ramón Doll y era verdad. Se murió antes de poder rehabilitarme El que me rehabilitó como Sacerdote fue el Nuncio Lino Zanini, varón extraordinario, el mejor de los cuatro nuncios que yo he conocido, verdadero varón de Iglesia muy inteligente y Santo, a quién lo interesó en mi asunto el Embajador ante el Vaticano Santiago de Estrada. Me vino a ver cuando yo estaba convaleciente de una grave enfermedad (lo mismo que Monseñor Caggiano) y al poco tiempo hizo desaparecer todas mis sanciones y hacerme mandar todas las licencias que llaman. Trabamos una gran amistad y le guardo gratitud eterna. Modestamente hizo aparecer que la rehabilitación amplia mía se debía a Monseñor Juan G. Aramburu. Lo sacaron de aquí al poco tiempo y está en el Vaticano con un empleo muy inferior. Dios lo recompensará.
Me tenía por feliz diciendo la Misa de 11 en el Tránsito de María y predicando media hora, cuando de golpe y porrazo me llegó la carta mas atroz y disparatada de Roma que hubo y pudo haber. Era un castigo descomunal, sin decir por qué, como siempre, firmado por los cardenales Larraona y Ottaviani. El castigo no sé podía cumplir y por tanto no lo cumplí, guardé ante él la actitud de Jesús ante Herodes, el papel no lo tengo más, creo que lo regalé a un amigo. Era una cantidad tremenda de castigos y no me decían por qué. Yo creo que se debían a calumnias que han llegado allá, sobre todo por algunos tan acreditados como Mejía que era Asesor del Concilio Vaticano II y que en Roma tiene casa, automóvil y mucho dinero y eso vale mucho en todas partes. El tiene mucho prestigio en Roma y asiduamente me acusa de "milenista". Si lo soy sigo una opinión libremente. Pero tampoco la sigo porque como decía Pico "lo que me interesa a mí es resucitar y no si hay dos o una Resurrección".
Como dije, el papel lo regalé a un amigo. Por suerte los Inquisitores estos tienen mala memoria y una vez que producen un estruendo, se olvidan después. Todos ellos ya han sido juzgados por Dios. No sé por qué los voy a juzgar yo.
LA CONCLUSION:
Dios ha sacado bien para mi de todos estos males, que ojo, no negaré han sido males, y maldades procedentes quizás mas de ignorancia y estupidez mental que de maldad. O no. Vaya a saber.
No he resistido hasta la sangre como dice San Pablo a los Hebreos (XII, 4) "Nondum enim usque ad sanguinem restitistis". Mis angustias pasaron como un sueño. Hay que sufrir "Pour l'eglise et par l'eglise", me dijo Gonzalo de Reynold, gran escritor suizo. Hay que sufrir para la Iglesia y por mano de la Iglesia.
El año 1947 estando en Roma ya bajo la tormenta le dije al famoso Vicente Alonso, que estaba gozando de los favores de las cumbres y potestades, incluso de Pío XII y el General Jesuíta, le dije tristemente:
—La Iglesia anda mal.
—— Cállate —me respondió— no seas simple, la Iglesia siempre ha andado mal. Ahora resulta que lo que dije entonces, lo dijo ahora el Papa Paulo VI: que "un poco del humito del infierno ha entrado en la Iglesia de Roma" El humito del infierno es el fariseísmo.
Hace ya mucho tiempo, cuando yo era muchacho, un gran escritor francés, George Goyan escribió un libro: "Las luchas actuales de la Iglesia". Las luchas actuales de la Iglesia yo las conozco más que él sin jactancia, yo sé sobre la Iglesia actual cosas que no sabe hoy ningún nacido, sin jactancia y sin alegría.
Esa frase "si los argentinos supieran lo que yo sé, etc.", que está en mis Evangelios y muchos quieren saberlo.
Christus heri et hódie
Cristo ayer y hoy
Principium et finis
Principio y fin
Alpha et Omega
Alfa y Omega
Ipsius sunt témpora —et seecula;—
De El son los tiempos —y los siglos;—
Ipsi gloria et impérium—
A El gloria e imperio
per universa aeternitatis saicula. Amen.
por todos los siglos de la eternidad— Amén.
Liturgia del Sábado Santo
Bendición del Cirio Pascual
Fin
La Parusía es un tema sobre el cual yo hice un libro entero que se llama El Apokalypsis. La Parusía está contenida en El Apokalypsis.
Cuando empecé a traducir me di cuenta era demasiado largo y dejé.
La Parusía y sus señales hemos tocado en la clase anterior. Parusía es como sabemos la Segunda Venida, que no es como la primera, ni es la Bajada ni es Encarnación, sino compleción y culminación de la Primera Venida de Cristo.
Por eso la exégeta francés Frank Dukesne, se enoja mucho de que llamen la Segunda Venida de Cristo, dice: No hay segunda Venida, vino una vez, está presente, no se manifiesta pero se va a manifestar. Parusía significa manifestación, significa (estar al lado) y la aplicaban los griegos a un Rey que inesperadamente visitaba una ciudad grande.
La Parusía en su especie de Juicio Final está aludida y realudida en el Antiguo Testamento, con el nombre de "El día del Señor", "magno y terrible", añade Isaías. Pero fue después proclamada, por así decirlo, por el mismo protagonista, el Salvador y Juez; y esa proclamación tenemos en el Cap. 24 de San Mateo; y lo mismo abreviado en San Marcos y San Lucas.
Pero el enfoque desa proclama está en la salvación de los Apóstoles (y sus seguidores, es decir los judíos conversos). Jesucristo en el Sermón Esjatológico no se ocupa de El mismo ni un solo momento, se ocupa de los Apóstoles, de los peligros que van a correr, los previene sobre ellos: los falsos profetas, las guerras y rumores de guerra, los cataclismos que pasaron antes del año 70 y solamente al final del recitado Jesucristo se presenta. Y así vemos que la larga profecía doble comienza:
"Mirad que nadie os engañe... y la predicación de muchos falsos cristos, que seducirán a muchos. . .".
—y después "guerras" y grandes calamidades (guerras y rumores de guerras, pero todavía no es el fin, dice Jesucristo).
—más, una grandísima persecución religiosa (sucedió). Los Apóstoles tuvieron que salir todos de Jerusalén.
—más, aflojamiento de los vínculos de parentesco y convivencia; dice Jesucristo "á causa de que sobreabundará la injusticia, se perderá la convivencia, la amistad que hace que los hombres puedan vivir juntos, que en griego se llama ágape. Ágape es la caridad y todos los grados de la caridad empezando por el grado más inferior que es poder vivir juntos sin pelearse. Entonces se perderá la convivencia, se pelearán dentro de las naciones porque abundará la injusticia. Aquí en la Argentina casi no se puede vivir de tantos ladronzuelos que nos rodean, empezando por el gobierno y acabando por los comerciantes que no hacen más que aumentar los precios, a veces arbitrariamente.
—más, otra vez los pseudo profetas y la caída de muchos ("seducent multos") que quizá ya sea la segunda profecía, porque al principio dice "falsos cristos". Y realmente apareció una cantidad de falsos mesías, antes de la destrucción de Jerusalén. Y en tiempos del Anticristo aparecerán "falsos profetas" y el falso Cristo que aparecerá será el Anticristo — más el Evangelio en todo el orbe predicado y entonces vendrá el final.
Entonces pasa Cristo al punto determinado de la huida: el cerco de Jerusalén y la abominación desoladora; y la matanza y la dispersión.
Y aquí pone San Lucas el "insterticio", o sea un período de tiempo entre los dos sucesos: será pisada por los gentiles Jerusalén hasta que se cumplan los tiempos de las naciones: separación desta catástrofe parcial de aquella catástrofe total. Ella se caracteriza, "señales y prodigios capaces de engañar hasta a los elegidos" o sea el Anticristo al cual Cristo jamás nombró, hará portentos que parecerán milagros.
Hay una novela de Selma Lagerloff, que es una gran novelista sueca, que se llama "Los milagros del Anticristo" en que dice lo mismo que se le ocurrió al Cardenal Newman. El Cardenal Newman dijo: "los portentos que va a hacer el Anticristo son las maravillas de la técnica moderna que parecen milagros".
Y los dos portentos que pone San Juan en el Apokalypsis ya están inventados: uno es que el Anticristo va a poder hablar con todo el mundo y ser visto por todos, que es la T.V., que ahora ya está casi llegando a todo el mundo. Y la otra es que el Anticristo podrá hacer caer fuego del cielo y eso es la bomba atómica, que no es más que fuego.
Cristo no nombró al Anticristo quizá porque no era decente que El nombrase a ese enemigo suyo, sino por la palabra de "el otro"; quizá lo que dice de "el otro" se refiera al Anticristo; porque Cristo dijo a los judíos: "Yo he venido en nombre de mi Padre y no me habéis recibido; vendrá otro en su propio nombre y lo recibiréis".
Ese "otro" dicen los exégetas que debe ser el Anticristo; a quienes los judíos van a recibir antes de convertirse.
Yo he pergeñado una explicación completa de ese libro, "que tiene tantos enigmas como palabras" dijo San Jerónimo. Puede parecer temeridad. De hecho me han dicho que he sido temerario al ponerme a interpretar el Apokalypsis. Un salesiano, director de una revista de Rosario, escribió que era temerario y que estaba equivocado en todo.
Tengo la disculpa de que primero leí toda mi vida ese libro, comenzando a los 7 ó 9 años. Había un libro en mi casa, con figuras del Apokalypsis, y lo leí porque me parecía un cuento de hadas, era una cosa curiosísima. Después leí todos los comentarios que haber pude, incluso me fui a Montserrat, a la biblioteca de los benedictinos, a leer los comentarios del Apokalipsis que allí había y que son muchísimos. Y comentarios protestantes del Apokalipsis tengo unos ocho. Segundo que todo lo que puse allí está sólidamente afianzado en lo que han dicho los mejores escritores, los Santos Padres, los mártires, los Santos, pues desde San Jerónimo acá se ha trabajado enormemente en eso, y se ha conseguido mucho naturalmente. "Una profecía se aclara (porque todas son obscuras) cuando se aproxima su cumplimiento", dice Bossuet.
Y ahora estamos mucho más próximos de la Segunda Venida, que los primeros cristianos, naturalmente. Y pensamos mucho menos en eso. Y se han aclarado muchísimas cosas, por ejemplo lo que dije hace un momento sobre la televisión y sobre la bomba atómica.
Además en el Apokalypsis se menciona un ejército de doscientos millones de hombres y los intérpretes antiguos decían: ¡eso es imposible, es exagerado, figurado o simbólico, porque no puede haber un ejército de doscientos millones de hombres! Y hoy solamente la China puede alzar un ejército de 200 millones. De manera que se han ido cumpliendo las cosas del Apokalypsis, incluso las que parecían imposibles.
Como mi exposición está allí a disposición de quien quiera, y tenga mucha paciencia, mencionaré sólo sus rasgos principales.
1° —El Apokalypsis trata del Fin de los Tiempos y no ha sido inspirado por Dios para que no se entienda nunca; o sea, no es una monstruosidad.
2° —El cuerpo de la "Profecía" consta de tres Septenarios o sea tres series de predicciones proféticas que corren hasta la Parusía; la cual es siempre la predicción séptima: a saber, las siete Iglesias, las siete Trompetas y las siete Plagas. El Apokalypsis está escrito de una manera curiosa que ya vieron los antiguos, por ejemplo los Siete Septenarios: empieza a hablar dellos y al llegar al séptimo se para cuando llega la Parusía y vuelve atrás y empieza de nuevo con otra serie un poco más adelante. A eso le llaman "recapitulación"; es un sistema de San Juan Apokaleta.
3° —Después de la sexta Tuba, empieza a correr la mera e innegable Parusía; el mismo Bossuet que trató de hacer del Apokalypsis una profecía parcial y ya cumplida (la historia de la primitiva Iglesia y las diez Persecuciones, hasta el siglo V) reconoce que "hay otro significado más arcano" y que el final se refiere a la Persecución definitiva. Lo mismo su seguidor Billot. Pero los dos reconocen que puede haber otro significado más difícil con el cual no se quieren meter. Hay uno que no admite un significado más lejano y es Renán, quien saqueó a Bossuet, para su libro que se llama "El Anticristo"; donde relata la persecución de Nerón. Y omite lo dicho por Bossuet de otro significado. Otro que hace lo mismo es Alió, un comentador del Apokalypsis muy renombrado y muy erudito.
4° —Al sonar la Ultima Tuba aparecen las dos Fieras (o Bestias) que guerrean directamente contra Jesucristo en su Iglesia.
5° —Antes del desenlace de la guerra, o sea de la victoria de Cristo y todos los suyos, se hallan los Episodios de los Dos Testigos, la Mujer Agua, la Mujer Ramera, las 144.000 Vírgenes, las siete Plagas, la Caída de la Mujer Bermeja. . . Los ingleses que son muy finos, no dicen la Mujer Prostituta, sino la Mujer Escarlata. La Mujer Escarlata porque está sentada encima de un dragón color rojo.
6° —La Primera Fiera, la del Mar, para San Juan es un Emperador Plebeyo de todo el mundo, y Tirano Perseguidor: el Anticristo, que por síierte va a durar solamente tres años y medio, va a poder perseguir durante ese tiempo, va a ser Rey del Mundo.
7° San Pablo retrató al Anticristo, es el Anomos (El Sin Ley) el Perverso y el entregado a Satanás, el cual le presta Poder para hacer prodigios o portentos; al cual el Señor Jesús derrotará con un soplo de su boca o sea, no necesitará cruzar la espada.
8° —La segunda Fiera, la de la Tierra, está caracterizada solamente por tener cuernos como de cordero, y palabras de dragón; parece debía ser al revés. Allí hay misterio. Posiblemente puede interpretarse que es un Obispo apóstata; los cuernos son la mitra. O bien un Antipapa, Porque dice que surge de la Tierra, que representa a la religión en el Apokalypsis, (así como el Mar representa al mundo). Y de ahí surge la Fiera de la Tierra, la cual se pone a hacer propaganda del Anticristo con grandísimo éxito y ella le hace los portentos. Solovief hace que sea un obispo apóstata que al mismo tiempo es un mago y es un técnico en electrónica. Ese es el que hace los portentos.
9° —Esta Fiera ejerce una actividad eficaz en favor de la otra o "el otro"; como he explicado antes.
10° —Después del hundimiento de las dos Fieras y de Satanás, el Apokaleta describe largamente la Jerusalén Celestial o Nueva Jerusalén. Hace una descripción poética que a muchos les parece rara; a mí también, porque es una descripción demasiado simbólica de la Nueva Jerusalén que representa el Mundo de los Resucitados.
Algunas preguntas:
1° —¿Qué significa el Primer Septenario?
Según una exégesis sólida, apoyada por ejemplo en San Alberto Magno y otros y ahora en Billot y sus discípulos, significa emblemáticamente las siete épocas de la Iglesia hasta el Fin del Mundo. En las cuatro primeras etapas todos coinciden; disienten en las últimas. Algunos dicen: no, son siete billetes que mandó a Siete Iglesias de Asia Menor San Juan, que era Obispo de Efeso. Pero es raro siete billetes intrascendentes, donde da avisos a los Obispos, en un libro que se llama "La Profecía" porque El Apokalypsis significa eso en griego o "La Revelación"; no pega, se despega del libro. Ahora, si es una profecía de las siete épocas de la Iglesia entonces ya se entiende mucho mejor que lo haya puesto San Juan en su libro. Hay muchísimos grandes exégetas que creen en eso: San Alberto Magno, San Jerónimo y Billot por ejemplo y Holzhauzen, un exegeta alemán muy famoso; todos ven en esas siete Iglesias las siete épocas sucesivas de la Iglesia. Ahora, cuando llega el momento de decir en que época estamos ahora, comienza la disensión; unos dicen la época de Filadelfia, otros dicen la época de La odicea, pero todos que estamos en las últimas. 2°¿Qué significa el Segundo Septenario, las Tubas o Trompetas?
Significa según nosotros siete épocas del Mundo, encabezadas por siete grandes Herejías, a saber:
A—Granizo con sangre: Arrio.
B— Volcán lanzado al mar: Mahoma.
C— La estrella amarga que cae en los ríos: Focio.
D— Los tercios astros obscurecidos: Lutero, los protestantes.
¿Tendré razón al interpretar así?, lo que dice en forma de figuras y de imágenes coincide con los períodos históricos. También coincido yo con varios exégetas.
E— La estrella con la llave del Infierno que cae en el abismo son los Enciclopedistas franceses, que trajeron la Revolución Francesa, que están figurados en una especie de langostas monstruosas y maléficas que salen en gran número del abismo y que van a durar durante cinco meses de años (es justo desde la Revolución Francesa hasta la 1° Guerra Europea). Y en ese tiempo ha habido libertad de prensa en el mundo, pero ahora no hay. Hablan mucho de libertad de prensa porque no existe, justamente. Y esas langostas están figuradas como andando por todo el mundo volando y haciendo muchísimo ruido con las alas. Los diarios serían las alas.
F — Los Cuatro Ángeles y los 200 millones. Hay cuatro ángeles que secan el río Eufrates para que puedan pasarlos Ejércitos del Asia a Europa. Y pasa un ejército de 200 millones de hombres. Solovief dice que ese ejército va a ser el de la China y el Japón aliados que se van a apoderar de Europa, por mucho tiempo, hasta que venga el Anticristo y liberte a Europa por medio de la guerra. Ahora mismo la China sola puede juntar 200 millones de hombres y si China conquista a la India, como dice Solovief, muchísimos más.
G— La Parusía todos los Septenarios terminan en la Parusía.
3° ¿Qué significa el Tercer Septenario, las Plagas?
Son las siete redomas o "fíalas" de la ira de Dios, o sea son castigos de la infidelidad y la maldad. "Fiala" (castellano antiguo) significa un vaso panzudo y con cuello estrecho que se usaban para los remedios: diríamos "redomas". Los siete Ángeles vuelcan las siete "fíalas" sobre la tierra para castigo de la apostasía que va creciendo cada vez más y se va enseñoreando de la tierra. Son castigos de Dios. Excepto en la primera y en la sexta no encuentro apoyo en los Santos Padres. Encuentro apoyo, en cambio, en un exegeta protestante que se llama Lear, un cordobés adventista que escribió trece discursos sobre el Apokalypsis y pone lo mismo que yo en la tercera y la quinta, sin conocer mi libro probablemente, y yo sin conocer el de él.
La primera es la sífilis; segunda, el mar vuelto sangre; tercera, las vertientes vueltas sangre; cuarta, el sol exacerbado (es decir, aumenta el calor del sol); quinta, el Trono de la Fiera en Tinieblas; sexta, el río Eufrates secado, las Tres ranas diablescas y la Guerra de los Continentes (aparecen tres Ranas que son tres Demonios, dice San Juan, que sé ponen a preparar la tierra para la Guerra de los Continentes; se ponen a juntar la gente); séptima, la redoma volcada en el aire, hay un terremoto muy grande y la ruina de la Ciudad Grande y es ya la séptima "fíala", es decir, la segunda Venida de Cristo.
La primera plaga es llamada en la Vulgata “vulnus saevum et péssimum”, herida cruel y pésima." y en el griego “elkós kakós kaíponeros” “llaga mala y pésima”. Los Padres Latinos interpretan era una enfermedad en las partes genitales. La sífilis aparece en forma endémica al fin del siglo XV en el ejército francés de Carlos IV que sitiaba a Nápoles; por lo cual se llama hasta hoy "el mal francés".
La sexta plaga son tres herejías (tres diablos en figura de ranas) que charlan y charlan para preparar la Tercera Gran Guerra. Para mí son el Liberalismo, el Comunismo y el Modernismo. Estas dos plagas fijan las otras cinco.
La segunda, "el mar vuelto sangre" sería el envenenamiento de las relaciones internacionales.
La tercera, "los ríos vueltos sangre" es el envenenar de la cultura.
La cuarta, son los daños de la "civilización", es decir la desbocada técnica moderna, que le llaman "Ciencia".
La quinta, el Trono de la Fiera en tinieblas es, según Sto. Tomás, el Poder Político. Que ahora anda en tinieblas, es indudable.
La sexta, ya la dije. La séptima, es la Parusía.
La primera la encontré en los Doctores y la sexta la saqué del historiógrafo que murió hoy (22 de octubre a los 84 años, Arnold J. Toynbee). Un predicador adventista cordobés, G.N. y Lear, en su obra "Discursos sobre el Apokalypsis" interpreta la fiala tercera "el emponzoñe de la cultura" y la quinta la política en tinieblas, lo mismo que nosotros.
PREGUNTAS:
El Anticristo ¿será una persona o una comunidad?
En San Pablo aparece como una persona singular y casi todos los exegetas lo secundan, menos dos (que yo conozca) el hereje Ticonio, que escribió el primer comentario del Apokalypsis, siglo II y dijo el Anticristo es el conjunto de todos los impíos; y el Jesuita Manuel Lacunza, que dijo eran los enciclopedistas o pseudo filósofos del siglo XVIII, dirigidos por la Masonería. Eyzaguirre chileno que tradujo al latín el Lacunza {"Apokalypseos commentarium literale") consiguió su aprobación en Roma. Por desgracia introdujo ocurrencias suyas.
¿Quién fue Lacunza? Diré brevemente: es un grandísimo exégeta chileno (y argentino) que escribió un solo libro ''La Venida del Mesías en gloria y majestad'' con el pseudónimo de Josafat Ben Ezra; libro insigne según Menéndez y Pelayo; cuya primera edición en español la hizo en Londres su tocayo Manuel Belgrano, el prócer. El libro fue puesto en el Index, no por ser milenista, como pretenden ahora, sino por el pseudónimo judío y algunas alusiones oscuras, que hoy no se entienden, contra el Papa Clemente XIV, el que suprimió a los Jesuitas. Menendez Pelayo dijo en su tiempo que había que haber sacado del Index ese libro, por ser un libro de ciencia (exégetica) excelentísimo. Sobre él escribió una obra Daniel H. Dupuy con el título de "Una gran esperanza".
En Chile lo tienen a Lacunza por una gloria nacional. El se preciaba de ser argentino. Estudió en la Universidad de Tucumán y fue ordenado sacerdote por el Arzobispo cordobés Trejo y Sanabria. Yo le tengo devoción y lo he sacado en una novela. Dupuy enumera entre los "Lacunzianos" a Francisco Ramos Mejía, Sarmiento, San Martín, Bolívar, Cayetano Rodríguez, Ignacio Gorriti. No sabe cuando llegaron aquí.
Menendez Pelayo es quien mejor escribe acerca de Lacunza en "HETERODOXOS ESPAÑOLES", tomo IV, Cap. 6°, Apéndice. Solamente ignora quien hizo la primera edición del libro "La Venida del Mesías" y cree fue el marqués de Mora. Fue Manuel Belgrano, prócer argentino. (El libro de Daniel Hammerly Dupuy "LA GRAN ESPERANZA" es una propaganda cerrada pero respetuosa de los "Adventistas del Séptimo día" bien escrita y con mucha erudición.
El autor se enoja porque alguien definió a los adventistas "una pequeña secta protestante que cree muy cercano el último día y celebra el Sábado". Esta definición es exacta, son los dos ejes del Adventismo; mas en Un "Credo" final publica el autor en su último capítulo, tras de poner los dogmas católicos de la Trinidad, la inspiración de la Escritura y los Diez Mandamientos inmiscuye algunas macanas, como "la observancia del séptimo día", el abstenerse del tabaco y el whisky, el ser gobernados por pastores casados, ancianos y diáconos, el Bautismo por inmersión, el estado inconsciente de los muertos es "un Reino de Justicia, amor y gozo inefables".
Que San Martín y Bolívar fueran milenistas es dudado, aunque es verdad que fueron religiosos —no mucho).
HABRÁ UN JUICIO FINAL
LA RESURRECCIÓN
Yo preparé tres veces esta clase y volví a la primera versión, aunque es un poco odiosa porque habla mucho de mí; Los franceses dicen: "El yo es odioso".
La clase versa sobre el Reino de los Mil Años; es la cuestión más difícil que hay en el Apokalypsis (Cap. XX). Dicho capítulo dice que hay dos resurrecciones; dice "Esta es la Resurrección primera" y eso no lo quiere admitir hoy día, muchísima gente. Resurrección única y simultánea, dicen. Eso es lo que ellas quisieran, pero la Escritura no dice eso.
Si empezase a explicar las cualidades de los cuerpos resucitados eso no tiene dificultad alguna y ya lo he dicho una vez; son las cuatro cualidades que vieron los cuatro Evangelistas en el cuerpo de Cristo resucitado o sea: Inmunidad o Inmortalidad que es no poder sufrir; Agilidad que es poder trasladarse de un lugar a otro instantáneamente, como vieron en Cristo desde Emaús al Cenáculo; Sutileza que es poder pasar a través de cuerpos sólidos, también lo vieron entrar en el Cenáculo sin abrir la puerta y Claridad o Belleza que eso no está en las descripciones de las apariciones de. Cristo, pero está en la Transfiguración que fue como una especie de anticipo o señal de la Resurrección. Y ahí sí notaron los Evangelistas la Belleza y San Pedro estaba tan entusiasmado que no quería irse. Es decir, el Evangelista dice que San Pedro desvariaba de entusiasmo.
Pero la cuestión más vallatana e inexcusable acerca de la Resurrección es el Reino de los Mil Años, que ocupa el Cap.XX del Apokalypsis.
Es una de las luchas actuales de la Iglesia, aunque no es muy conocida, pero los que luchan sí la conocen. Y la cuestión en el fondo consiste en decir: hay una resurrección o hay dos Resurrecciones separadas por un largo período de tiempo. Esas son las dos opiniones.
Hay 3 milenismos (como hay que decir, porque milenarismo es incorrecto gramaticalmente). Uno es el milenismo espiritual, que consiste simplemente en interpretar literalmente lo que dice San Juan en el Apocalipsis —Nada más—.Tomar eso como cosa que va a pasar, por difícil o rara que parezca. Así entendieron ese capitulo casi todos los padres de los cuatro primeros siglos, desde el primer siglo en que todavía vivían los Apóstoles.
Creían tranquilamente que iba a haber un Reino de Mil Años; y que la Iglesia va a ser en él sumamente próspera y va a ser regida de hecho por Jesucristo, después de la Parusía o sea después de que Jesucristo haya bajado a vencer al Anticristo. San Justino Mártir, San Ireneo, Tertuliano, Lactancio, Ambrosio y San Agustín joven así lo entendieron. Yo he traducido del latín todos los testimonios a la letra y todos los autores en fila, que me facilitó el P. Florentino Alcáñiz, en el libro "La Iglesia Patrística, y la Parusía".
Todo eso hubiera seguido así sin duda, si no fuera por el tropezón del milenismo carnal. Un judío llamado Kerintos o Cerintos (siglo IV) fundó una secta herética sobre una interpretación judaica y grosera del Cap. XX que tubo mucho séquito y fue condenada por Eugenio IV en la Bula "Cántate Domino" (1441) junto con una retahíla de herejes (los Ebionitas, Arrio, Pablo de Somosata,etc.) pero no precisamente por el milenismo carnal sino por haber negado la Divinidad del Cristo, (ver Denzinger, N° 710), pero el milenismo carnal fue condenado también, no por un Papa o Concilio, sino por lo que llaman el "Magisterio Ordinario de la Iglesia". De Kerintos no nos queda una sola palabra; y lo que sabemos de él viene de los Doctores que lo combatieron, sobre todo de San Jerónimo.
Dicen que predicaba un triunfo grandísimo de los judíos los cuales iban a dominar el mundo entero y vengarse de sus enemigos y gozar de grandes francachelas y festines. Algunos añaden que, según el Kerintos este, gozarían también de abundantes placeres sexuales. Esto no es seguro, San Agustín lo omite.
Sabemos lo que se dijo por los Santos Padres que lo refutaron y nada más.
Entonces pasó algo curioso: San Jerónimo, desde Palestina, donde la nueva Herejía crecía mucho, escribió a San Agustín que era jovencito y lo veneraba, reprendiéndolo acremente porque con su sermón 259, donde San Agustín decía que él era milenista, "ayudaba a la herejía" que él denominaba "fábulas judaicas" y exhortándolo a interpretar de otro modo el Apocalipsis.
Lo asustó a San Agustín y este inventó una "interpretación alegórica" del cap. XX del Apocalipsis, que (Dios me perdone porque me cuesta decirlo), es una patochada y un tropezón del Santo Doctor tan grande como su talento. Hace llorar cuándo uno lo lee en el libro 20 del "Civitate Dei" y uno se avergüenza por San Agustín (no de).
Para decirlo breve, el cap. XX del Apocalipsis sería una poesía, pero si así es ¿qué impide que el resto del Apocalipsis y aún toda la Escritura sean alegorías, o sean poesías? Según esa interpretación el triunfo de la Iglesia es este triunfo que nosotros conocemos y que no es muy triunfante. En el Cielo es triunfante pero acá no. Los tronos de los 12 apóstoles que van a juzgar a todos los hombres son las sedes de los Obispos y así va diciendo todo el resto. . . el demonio que es retirado por un Ángel y encadenado por mil años dice que significa que ahora el demonio no tiene mucho poder y fuerza para tentar a los hombres; y eso no es cierto.
Tiene una fuerza bárbara ahora. Y así continuamente lo interpreta todo alegóricamente, deshace la profecía de la Escritura y expone a la Escritura a ser derribada toda convirtiéndola en poesía y para peor, mala poesía, como dijeron los impíos como Aldous quien observó que la Escritura era poesía un poco salvaje de los tiempos de la Edad de Piedra y atacó a la Biblia diciendo que no valía nada y que era poesía mala.
De manera que esa interpretación alegórica es una caída de San Agustín por consideración a San Jerónimo, él hizo esa interpretación nueva y dijo "Yo no digo que esta sea la interpretación única posible; hay otra, y esa otra no me atrevo a condenarla porque ha sido seguida por muchos Santos y muchos Mártires". Y San Jerónimo, que estaba furioso contra los milenistas de su tiempo, dice lo mismo: "No nos atrevemos a condenar el milenismo porque lo han seguido muchos Santos y Doctores y Mártires".
Y resulta que ahora se atreven; hay mucha gente que condena el milenismo puro y trata de hacer castigar a los que los siguen. No son lo mejor de la Iglesia Católica ni como ciencia ni como calidad los que hoy día tienen una especie de conjura contra el milenismo espiritual.
De manera que no quedaría más que aceptar el milenismo alegórico de San Agustín, que él mismo dijo que era una interpretación alegórica y nada más (leer ese milenismo alegórico en mi libro, Pág. 271).
Así que tienen aquí figurados muy veraz y exactamente los tres milenismos, con lo cual cumplo mi oficio de Doctor en Teología y con esto no predico ninguno de los tres Milenismos, sino simplemente digo "le cose come stanno" ¿Por qué digo esto?
Porque existe una prohibición de enseñar el milenismo espiritual dada al Reino de Chile en 1941; la cual el año 1974 se extendió a la República Argentina. Tengo el texto latino y castellano de los dos decretos, el contra Chile y el contra la Argentina, julio de 1941 y julio de 1944 que no leo por no alargarme.
Son dos disciplinares, no doctrinales; es decir, son órdenes, y dicen que el milenismo espiritual no se puede enseñar sin peligro en esos dos paisuchos, nada más. Eso fue lo que fulminó al pobre Martínez Zuviría, José Ignacio Olmedo, y al Padre Straubinger y a varios otros.
Se asustaron, se callaron la boca y no dijeron nada. Esos dos decretos están firmados por el Card. Pizzardo (o Pizzapardo, como le decían en Roma) y definen mal el milenismo, pues el primero dice que los que enseñan que Jesucristo va a reinar durante mil años en la tierra "corporalmente" son peligrosos y eso no se debe enseñar. Ahora bien, alguien le hizo notar al Card. Pizzardo que se estaba "condenando a sí mismo" porque según ellos la Iglesia actual es el Reino de los 1.000 años, y ahora Cristo reina en el Smo. Sacramento corporalmente.
También le advirtieron al Card. Marchetti Selvaggiani que por condenar a los milenistas espirituales se estaba condenando a sí mismo; y entonces cambiaron corporaliter por visibíliter, que no va a reinar visiblemente en la tierra durante mil años. Pero ningún milenista espiritual enseña que Jesucristo reinará visiblemente en el mundo con un Ministro de Agricultura o de Bienestar Social y todas esas cosas.
Nadie dice eso. Todos dicen que van a resucitar una parte de los muertos (los mártires de los últimos tiempos) y ellos van a gobernar la tierra pero no como gobernantes ordinarios sino apareciéndose a los "viadores", a los mortales que van a quedar; van a quedar mortales durante Mil años y van a procrear gente y van a ser numerosos los cristianos que vivan en ese tiempo de la Iglesia, pero van a gobernar los obispos y los curas, como siempre.
Se van a aparecer los resucitados como Jesucristo se apareció después de su resurrección a los Apóstoles. Y con esas solas apariciones van a poner una prosperidad increíble en la Iglesia. De manera que en el segundo decreto tampoco acertaron, así que son nulos los dos decretos, pero sin embargo aquí los siguieron al pie de la letra.
Menéndez y Pelayo en el Cap. VI del tomo IV de Heterodoxos, que escribió sobre Lacunza, que es uno de los mayores exégetas modernos de la Escritura y el mayor milenista que hay actualmente (los mayores fueron los primeros Padres de la Iglesia), escribió un apéndice al Cap. VI del libro IV el cual es lo mejor que se ha escrito sobre Lacunza y sobre el milenismo, y ahí dice: "como todos saben, el milenismo espiritual o puro es una opinión libre".
Bueno, esto no todos lo saben y hoy día algunos no quieren saberlo. Menéndez y Pelayo equivoca en una sola cosa, que cree que el libro de Lacunza lo editó en Londres el Márquez de Mora y en cambio, esa primera edición la hizo Manuel Belgrano como es evidente y clarísimo. En el prólogo del editor dice: "el sentimiento de no poder verificarlo (imprimirlo) en la capital "Buenos Aires" de nuestra amada patria...". Está averiguado con certeza que él imprimió esa primera edición del Lacunza (que ya corría manuscrita en la República Argentina; y que no conoció sino de oídas Menéndez Pelayo).
En resumen hay tres interpretaciones del cap. XX, una condenada por la Iglesia, la de Kerinthos o sea el "milenismo carnal" y dos no condenadas ni tampoco definidas, que son por tanto dos "opiniones" libres. Pero hoy día hay una especie de conjura que impide la exégesis antigua y vuelve de hecho obligatoria la alegórica de San Agustín por medio de castigos o amenazas.
¿Y yo cómo lo sé? Primero por mí mismo, por la experiencia propia que no puede mentir; porque a mí me acusaron de milenista y me siguen acusando, el Presbítero Doctor, (que no es doctor), Mejía, y me han venido una cantidad de castigos por milenista pero sin decir que es por eso, castigos anónimos. Se los mandaban a Monseñor Tavella o a Monseñor Copello acá y después por varias personas que he conocido, bastante eminentes, que han sido perseguidas por eso, por ser milenistas, de las cuales mencionaré las principales:
P. Víctor Anzoategui: Doctor en Escritura por la Gregoriana de Roma. Se manifestó milenista. Diré libremente ¡lo persiguieron sin descanso, hasta hacerlo perder la salud y después la fe y después el juicio! El General Jesuíta Jannssennss y el Provincial de la Argentina Travi no lo dejaban entrar en Buenos Aires donde él quería ir a ver a su madre (no la pudo ver ni siquiera cuando se murió) mandándolo sucesivamente a Chile, de donde lo echaron por milenista también, Mendoza, Montevideo y el Chaco; y no a enseñar Escritura sino Primeras Letras.
Estando ya en el Chaco con la salud averiada, perdió la fe, se hizo protestante, se casó, perdió el juicio y aportó a Santiago de Chile, donde fue algún tiempo empleado de la Biblioteca Nacional. Volvió a la Argentina del todo arruinado, loco de atar, yo lo asistí en su última agonía. Daba horror.
2° P. Antonio Van Prixtel S.C.J.: holandés, profesor de Escritura, hombre muy docto e inteligente. Fue echado de Holanda y enviado a Montevideo, donde en 1945, escribió un gran volumen defendiendo su idea, que hizo mimeografiar ayudado por católicos uruguayos, es decir, por los jóvenes de la Acción Católica. Se lo llama "El testimonio de Nuestra Esperanza" (confidencial) y yo lo poseo. Cuando se supo, lo enviaron a Buenos Aires, donde no tenía nada que hacer, y después a Tucumán, menos, donde lo vejaron y maltrataron. Pidió perdón, destruyó su libro, y lo dejaron volver a Holanda. No sé como acabó.
3° P. Florentino Alcañiz: Hizo en Roma su tesis de Doctor en Escritura Sacra sobre "La Iglesia Patrística y La Parusía", a la cual ya me referí. Yo la traduje al castellano porque él me pidió que lo hiciera y me regaló su libro, lo modifiqué un poco, lo amplié y está impreso. Ahí el hizo un trabajo minuciosísimo sobre todos los Padres de los primeros siglos de la Iglesia, hasta el siglo V y resulta que en el siglo I, todos sin excepción, eran milenistas y después en el siglo II, III, IV, V, fueron disminuyendo, sobre todo después de la exégesis de S. Agustín muchos abandonaron la idea milenista y se hicieron alegoristas.
Al final hace un esquema donde pone a los Santos Padres por orden, por siglos ypor fechas, donde uno ve que la tradición de la Iglesia entonces era el milenismo espiritual que dicen ahora. Por eso digo yo que jamás va a condenar la Iglesia el milenismo espiritual porque eso sería cortar la rama donde está sentada; porque ella está asentada sobre la tradición.
Profesor del Seminario de Cerdeña y después del de Granada, al publicar su libro latino, estrictamente científico, en 1933 fue echado de sus cátedras y más tarde enviado a Buenos Aires, donde me regaló su tesis para que la tradujera. Como aquí no tuviese nada que hacer, pidió lo mandaran de misionero al Perú, salió de la Compañía de Jesús, y vivió años en la montaña peruana de ermitaño. Desde allí me envió un enorme libro manuscrito con su defensa, que por desgracia yo regalé a Federico Bracht. Me pareció notar en ese libro asomos de enajenación mental.
Muchos otros he conocido aunque menos de cerca, como el eminente escriturista jesuita P. Rovira, el que escribió el artículo "PARUSIA" en la Enciclopedia Espasa y otros...
El resultado de este fenómeno increíble es que hoy día es obligatorio interpretar el Reino de los Mil Años conforme a la patochada de San Agustín.
Es triste tener que decir esto de San Agustín pero no hay mas remedio. Es una interpretación tan arbitraria y tan inverosímil que no se puede mantener ni un sólo momento. La Iglesia no ha definido el Milenismo Alegórico ni ha condenado el Milenismo Patrístico, son dos opiniones libres; pero de hecho no se puede seguir más que una la más infeliz. Contra lo que dice el P. Florentino Agara, la Iglesia no condenará jamás la opinión patrística por la misma razón que rehusaron condenarla San Agustín y San Jerónimo por haberla tenido muchos Santos Padres y Mártires (dicen ambos); o sea que no va a serruchar la rama donde está sentada, que es la tradición; que es lo que hicieron los protestantes.
En la Argentina han sido milenistas espirituales antes que viniera la prohibición "disciplinar" de enseñarlo'(o sea mentarlo) cristianos excelentísimos como Gustavo Martínez Zuviría (el escritor) José Ignacio Olmedo, José Bourdieu, el Padre Straunbinger —y además yo, según el Pbro. Jorge Mejía. Esto sí que me permito dudarlo.
No he hecho más que poner en los libros que escribí, en algún libro que escribí como este del Apokalipsis donde tenía que decir lo que hay sobre la Escritura, poner "le cosse come stanno" las cosas como son, como dicen los italianos.
Por eso solo ya me volví milenista.
Voy a contar, como curiosidad, algunos de los castigos que me mandaron de Roma que por suerte me dejaron vivo y más sano que antes. Mencionaré brevemente cinco de ellos pues deben saberse Tandem aliquando.
El día de San Perón de 1949 fui expulsado de la Compañía S. I., el pretexto que se dio no fué el milenismo; de modo que no pertenece a esta exposición; aunque es posible que mi ex alumno, el asesor del Vaticano II hubiese ya comenzado a acusarme de hereje en informes secretos, cosa que sigue haciendo después de muchos años, para acopiar méritos, me refiero al Doctor (que no es Doctor) Pbro. Mejía.
Yo no sé si sigue siendo profesor en el seminario; en las clases decía que yo era "Milenista" y que era hereje y que no había que leer mis libros ni editarlos. De Roma, el general de los Paulinos mandó una orden para que no editasen ni un sólo libro mío ni pasado, ni presente ni futuro. Y así lo hicieron y propagaron esa orden a las otras órdenes editoras que hay que son los Salesianos y los de Guadalupe. Y así también un canónigo de la Pcia, de Santa Fé que ahora es Obispo en la Pcia, de Bs. As. y no recuerdo su nombre, escribía cartas a todos los párrocos de su diócesis diciéndoles que tuviesen cuidado con mis libros porque eran peligrosos. A mí me mandaron una de esas cartas que habían llegado a Villa Ana, en el norte de Santa Fé.
Después de expulsado, de inmediato fui a parar a Salta, al Palacio Arzobispal. Un expulsado de una orden religiosa queda suspendido por un año, porque se supone que un expulsado tiene que haber hecho delitos. Al cabo del año de oír Misa y dar clases. Monseñor Tavella, que era mi "Obispo Benévolo'' (los que expulsan de una Orden religiosa tienen que encontrar un "Obispo Benévolo" que los reciba) pidió mi "incardinación" en su diócesis mandando informes favorables. No respondieron del Vaticano una sola palabra, mi suspensión duró más de dos años: por eso dije eso de los informes secretos. Eso no puede responder sino a informes que contradijesen los de Monseñor Tavella (quién mandó varias veces informes favorables a mí).
El lunes de Pascua de 1952 un Obispo de Bolivia escribió que "por instrucciones de la Santa Sede, el me devolvería la misa si yo me trasladaba a Bolivia y me ponía bajo la obediencia y vigilancia de un sacerdote prudente. Yo dije que no. A los dos años y pico, como dije, llegó el levante del castigo.
Dando clases para Monseñor Tavella no ganaba lo necesario para vivir: el pidió la "incardinación a la diócesis", y después de la inevitable tardanza ("las cosas de Palacio van despacio") vino con la condición de que yo no pudiera salir de Salta y cada vez que saliera quedaba suspendido, no podía decir Misa.
Para lo cuál se servirán del Santo Sacrificio de la Misa, que no está hecho para eso. Simplemente el General de los Jesuitas o el Cardenal Pizzardo querían impedir yo fuese a Buenos Aires. ¿Por qué? Porque para conseguir que yo fuese expulsado sin proceso, habían dicho al Sumo Pontífice que yo era de un escuadrón de nacionalistas que eran capaces de incendiar el Colegio del Salvador o lo estaban por incendiar. El Papa concedió la dispensa temporaria del proceso, con el proviso natural que el proceso había de hacerse más tarde conforme manda el canon 654 en el caso de "Periculum in mora" peligro en la demora. Porque hay un Canon que dice que sí hay peligro en la demora para expulsar a un Sacerdote de una Orden, se puede dilatar el proceso, dejarlo sin hacer para que no haya escándalo o ruido o lo que sea y dejarlo para después, cuando todo esté más tranquilo. No lo hicieron nada. De manera que han desobedecido al Papa, al derecho Canónico y al derecho natural como diez veces.
A mí me echaron porque decían que había desobedecido durante veinte años y no había desobedecido ni una sola vez.
El canon no se cumplió; y el periculum in mora, fue una mentira colosal que encajaron al Papa Pío XII; de la cual ya habrán dado cuenta a Dios.
Estaba muy campante por haber acabado mis calamidades, trabajando en Salta, cuando me cayó de golpe un nuevo fulmen: la condena solemne de un artículo mío salido en la revista HUMANIDADES del Obispo Tavella, con la orden de retractarme al momento so pena de excomunión.
La condena la recibió Monseñor Tavella el cual me la comunicó con una carta devotísima diciendo: "Sométase, sométase, la Santa Madre Iglesia fundada por Cristo, la Santa Cruz, la Santa Humildad, etc." Yo escribí que estaba pronto a retractarme de cualquier error mío, pero que me lo dijeran, pues en el artículo no lo veía: y si no ¿cómo me iba a retractar? No me dijeron nunca donde estaba el error. Ahí está el Artículo impreso en el capítulo del libro "CRISTO ¿VUELVE O NO VUELVE? A ver si Uds. pueden verlo al error: nadie lo ha visto hasta ahora, fuera de Jorge Mejía, y los bobos que le creyeron o sea el finado Cardenal Pizzardo y su Secretario, que se llamaba Pepe.
Monseñor Tavella me comunicó que mi carta no era bastante sumisa para con un Príncipe de la Iglesia. Yo le pedí me hiciera otra al P. Amánelo González Paz; el cuál la redactó sumísima, hasta demasiado yo la firmé y la mandé y creí había acabado el asunto. La tremenda condenación de Pizzardo y toda la Congregación en plenario, la tengo todavía. Es uno de los pocos papeles que he conservado, algunos los perdí, otros regalé, otros rompí, . . porque no me mandaban a mí las condenas sino al Obispo, a Copello o a Tavella.
Yo me había retractado hasta de la Osa Mayor y el Santo de mi nombre, y ya estás Si, espérate un poco, al otro día vino otro Acto de Justicia divina y eclesiástica. La Santa Sagrada y Cesárea Pontifica Congregación de la Santa Inquisición Romana, intimaba a Monseñor Tavella que me intimase a mí (nunca me escribían a mí):
1° que no escribiese de temas religiosos
2° que enviase a Roma todas mis obras teológicas
Yo no había publicado ni una sola obra teológica entonces todavía; Monseñor Tavella aplazó el cumplimiento del castigo hasta fin de año, porque estábamos a mediados del año y yo era profesor de la Escuela Normal y en el Instituto de Humanidades de Tavella, pero me di cuenta que tenía que salir de Salta porque el Obispo era demasiado devoto, es decir cobarde: si el artículo de marras era culpable, él era quien tenía que haberse responsabilizado. El me rogó le diese el artículo que acabado no estaba.
Así que él debió haber tomado mi defensa; me di cuenta entonces que no tenía medios de vida en Salta si me castigaban de esa manera.
Me fui a mi pueblo Reconquista, donde mi hermana María había caído enferma, y hastiado del Gobierno Eclesiástico, decidí establecerme allí de camionero y vendedor de leche, pues decir Misa me era prohibido. A los 6 meses había fracasado, porque Benítez que era favorito de Perón me negó un camión al fiado.
Llevé toda mi biblioteca, unos 3.000 volúmenes a Bs. As. y recuperé mi cátedra de Psicología en el Instituto de Profesorado de donde me echó Perón a los dos años cuando le dio el sarampión anticlerical; mejor dicho no Perón sino un profesor judío llamado Groslevin.
Era según Bielsa nulo ese decreto de Groslevin. Pero yo no encontré ningún abogado aquí en Buenos Aires que tuviese ánimo para ponerse contra Perón, planteando un "recurso contencioso administrativo", no firmó ningún decreto contra mí.
Pero la Providencia hizo que me nombraran al poco tiempo Redactor del diario de San Juan TRIBUNA, gracias a mi amigo Alberto Graffigna y estuve dos años escribiendo para ese diario. Redactando ensayos allí escribí dos o tres libros sobre el Evangelio. Cuando hice eso, a los dos años le quitaron el diario a Graffigna, se lo quitó el Partido Conservador de San Juan, ayudado por la Revolución Libertadora.
Entonces hice un manuscrito muy pulcro sobre los evangelios y lo mandé a ITINERARIUM y Braga Osear lo entregó a la Curia para la censura. El censor era Jorge Mejía que después de haber llegado a gran prosperidad había concebido un sañudo rencor contra mí, cuyo motivo ignoré e ignoro. Intentó impedir la publicación del libro "El Evangelio", primero con una Censura disparatada de la que resultaba había que escribir el libro de nuevo pues según él el libro contenía 40 errores.
Yo no podía escribirlo de nuevo. Hasta que la Providencia me envió un hada bienhechora, o un hado si se quiere, el franciscano Antonio Vallejo quien me mandó llamar y a quien encontré en su escritorio rodeado de diccionarios teológicos, gramáticas latinas y griegas, de las obras de Sto. Tomás y estaba con la Censura en la mano (Yo había leído sola mente 5 errores y no seguí con los demás porque con 40 errores era imposible corregir). Vallejo empezó a cotejar error por error y apareció que 38 errores eran del Censor, el cual no sabía ni latín y griego, no sabía nada.
Había dos errores solamente, uno que decía Sinedrio en lugar de Sanedrín y otro que indicaba que el Monte Hermoso tiene 2000 y pico de metros y el decía que tenía 1970 metros y resulta que según el nivel del mar y según la planicie circundante tiene dos alturas así que eso era fácil de corregir.
Vallejo le mandó entonces una carta finísima, versallesca, a Monseñor Lafitte y cuando Monseñor vio los errores de Mejía dio el "Imprimatur" de inmediato para el libro. Cuando llegó el Imprimatur dijo Mejía que había perdido el original que se le confió, que era el único.
Entonces Braga le dijo que le iba a hacer un juicio criminal y que le iba a hacer pagar 10.000 de entonces por daños y perjuicios, y el original apareció de inmediato.
Omito atropellos menores, como la prohibición de editar en los Paulinos y de escribir en las revistas católicas, y una difamación muy nutrida compuesta de calumnias. Yo escribí cartas a Monseñor Lafitte y a Roma, muchas, pidiendo me "devolvieran" la Misa, porque al salir de Salta había quedado suspendido; como decía Gamallo "era el condicionamiento geográfico de la Santa Misa" porque nada tienen que ver el local con la validez de la Santa Misa, pero habían inventado eso. Finalmente Monseñor Lafitte me llamó y me preguntó si era verdad que yo le había dado un bofetón al General S. S. Jannssenns y había dicho públicamente que el Papa Pío XII era un ganso Yo quedé tan apabullado que no supe qué contestarle a Monseñor.
"Ya verá como Monseñor lo va ayudar "me dijo Ramón Doll y era verdad. Se murió antes de poder rehabilitarme El que me rehabilitó como Sacerdote fue el Nuncio Lino Zanini, varón extraordinario, el mejor de los cuatro nuncios que yo he conocido, verdadero varón de Iglesia muy inteligente y Santo, a quién lo interesó en mi asunto el Embajador ante el Vaticano Santiago de Estrada. Me vino a ver cuando yo estaba convaleciente de una grave enfermedad (lo mismo que Monseñor Caggiano) y al poco tiempo hizo desaparecer todas mis sanciones y hacerme mandar todas las licencias que llaman. Trabamos una gran amistad y le guardo gratitud eterna. Modestamente hizo aparecer que la rehabilitación amplia mía se debía a Monseñor Juan G. Aramburu. Lo sacaron de aquí al poco tiempo y está en el Vaticano con un empleo muy inferior. Dios lo recompensará.
Me tenía por feliz diciendo la Misa de 11 en el Tránsito de María y predicando media hora, cuando de golpe y porrazo me llegó la carta mas atroz y disparatada de Roma que hubo y pudo haber. Era un castigo descomunal, sin decir por qué, como siempre, firmado por los cardenales Larraona y Ottaviani. El castigo no sé podía cumplir y por tanto no lo cumplí, guardé ante él la actitud de Jesús ante Herodes, el papel no lo tengo más, creo que lo regalé a un amigo. Era una cantidad tremenda de castigos y no me decían por qué. Yo creo que se debían a calumnias que han llegado allá, sobre todo por algunos tan acreditados como Mejía que era Asesor del Concilio Vaticano II y que en Roma tiene casa, automóvil y mucho dinero y eso vale mucho en todas partes. El tiene mucho prestigio en Roma y asiduamente me acusa de "milenista". Si lo soy sigo una opinión libremente. Pero tampoco la sigo porque como decía Pico "lo que me interesa a mí es resucitar y no si hay dos o una Resurrección".
Como dije, el papel lo regalé a un amigo. Por suerte los Inquisitores estos tienen mala memoria y una vez que producen un estruendo, se olvidan después. Todos ellos ya han sido juzgados por Dios. No sé por qué los voy a juzgar yo.
LA CONCLUSION:
Dios ha sacado bien para mi de todos estos males, que ojo, no negaré han sido males, y maldades procedentes quizás mas de ignorancia y estupidez mental que de maldad. O no. Vaya a saber.
No he resistido hasta la sangre como dice San Pablo a los Hebreos (XII, 4) "Nondum enim usque ad sanguinem restitistis". Mis angustias pasaron como un sueño. Hay que sufrir "Pour l'eglise et par l'eglise", me dijo Gonzalo de Reynold, gran escritor suizo. Hay que sufrir para la Iglesia y por mano de la Iglesia.
El año 1947 estando en Roma ya bajo la tormenta le dije al famoso Vicente Alonso, que estaba gozando de los favores de las cumbres y potestades, incluso de Pío XII y el General Jesuíta, le dije tristemente:
—La Iglesia anda mal.
—— Cállate —me respondió— no seas simple, la Iglesia siempre ha andado mal. Ahora resulta que lo que dije entonces, lo dijo ahora el Papa Paulo VI: que "un poco del humito del infierno ha entrado en la Iglesia de Roma" El humito del infierno es el fariseísmo.
Hace ya mucho tiempo, cuando yo era muchacho, un gran escritor francés, George Goyan escribió un libro: "Las luchas actuales de la Iglesia". Las luchas actuales de la Iglesia yo las conozco más que él sin jactancia, yo sé sobre la Iglesia actual cosas que no sabe hoy ningún nacido, sin jactancia y sin alegría.
Esa frase "si los argentinos supieran lo que yo sé, etc.", que está en mis Evangelios y muchos quieren saberlo.
Christus heri et hódie
Cristo ayer y hoy
Principium et finis
Principio y fin
Alpha et Omega
Alfa y Omega
Ipsius sunt témpora —et seecula;—
De El son los tiempos —y los siglos;—
Ipsi gloria et impérium—
A El gloria e imperio
per universa aeternitatis saicula. Amen.
por todos los siglos de la eternidad— Amén.
Liturgia del Sábado Santo
Bendición del Cirio Pascual
Fin
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