Páginas

domingo, 31 de agosto de 2025

Butizo de los Niños abortados...

 

Oraciones para bautizar a los niños abortados

A los niños no nacidos se les impide no sólo vivir y trabajar en la tierra, sino también ascender al cielo, ya que se les arroja al cubo de la basura sin el bautismo, que es fundamental para la salvación.

El Catecismo de la Iglesia Católica nº 1257 enseña que: "La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada a la beatitud eterna" y el Catecismo de San Pío X que: "Los niños que mueren sin el Bautismo van al Limbo, donde no gozan de Dios, pero tampoco sufren; porque, teniendo el pecado original, y sólo eso, no merecen el cielo, pero tampoco el infierno o el purgatorio."

Entonces, ¿qué podemos hacer para llevar al cielo a los niños, mártires inocentes, que han sido abortados voluntariamente?

Sólo en los primeros veinte años de este siglo, estamos hablando de mil millones de víctimas.

¿Quién puede salvarlos?

Cualquier bautizado que haya conservado, en este mundo satánico y nihilista, un mínimo de sensibilidad y buena voluntad mediante la práctica de: "Bautismo de deseo" que da los mismos frutos que el Bautismo, incluso sin ser un sacramento", como aprendemos del CIC en el nº 1258.

Hay varias oraciones que deben rezarse diariamente para el bautismo de deseo.

Nos gustaría señalar dos de ellas, que puede elegir libremente.

La primera es una muy tierna, cuyo origen desconocemos, y la segunda está formulada por el cardenal Poletti.

1)INVOCACIÓN y BAUTISMO DEL DESEO para los niños no nacidos

Recitación del CREDO

Oh Jesús, te invocamos: haz descender, por las manos de San Juan Bautista, el agua del Jordán y la paloma del Espíritu Santo de tu Bautismo.

Haz que esta agua y las gotas de tu Preciosa Sangre, oh Jesús, desciendan sobre cada pequeña criatura a la que se le quita la vida en el vientre de su madre.

Te pido que lo hagas en cada momento de este día y de esta noche, durante todos los días y noches de los siglos pasados, presentes y futuros.

Envía, oh Jesús, a tus ángeles a bautizar a estos inocentes.

Que se les den los nombres de los Santos del cielo, de los Ángeles, de los Arcángeles, de los Querubines y de los Serafines.

En tu nombre, Señor, bautizamos a estas criaturas de todos los continentes, tribus, lenguas, razas, pueblos y naciones.

Los bautizamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y ahora, queridos niños inocentes, volad al cielo y que Jesús, María y José os den muchas caricias y besos.  La Tierra os ha rechazado: el Cielo os acoge.

Extended vuestras manitas inocentes desde las alturas del Cielo y que una lluvia de bendiciones descienda de vuestras manitas, hechas más poderosas por vuestro martirio, sobre vuestros padres y los colaboradores en vuestro asesinato.

Nos unimos a estos mártires inocentes, oh Jesús, para rezar por la conversión de sus madres, padres y colaboradores que diariamente cometen estos graves crímenes, a fin de obtener de tu Sagrado Corazón la Gracia del Bautismo para todos los niños no nacidos. Amén de

Pater, Ave, Gloria

2) BAUTISMO DEL DESEO o acto de reparación (por el cardenal Poletti)

Oh Dios, Padre nuestro, que en tu infinito amor por nosotros, quieres que todos los hombres se salven, con la fe y el amor de la Iglesia que lleva en su corazón de Madre el "Deseo del Bautismo" para todos los niños del mundo, quiero expresar esta caridad bautizando en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo a todos los niños que hoy serán asesinados en el seno de sus madres por el aborto.

Con este acto de fe y caridad pretendo, con toda la Iglesia:

1.- Ofrecer, por las manos inmaculadas de María Santísima, con la sangre de Jesús la de todos los niños asesinados por el aborto, implorando por el sacrificio de sus vidas, misericordia y piedad para la humanidad.

2.- Reparar el grave crimen del aborto que, al tiempo que suprime la vida del concebido, le priva de la gracia del bautismo.

3.- Rezar por la conversión de todos los que participan y colaboran con el aborto, un crimen horrible "que condena al hombre, a la mujer, al médico y al Estado" (Juan Pablo II).

Rezar por la conversión de todos aquellos que, con los poderosos medios de comunicación social, apoyan, justifican y defienden este gravísimo pecado, despreciando el Magisterio de la Iglesia y de Cristo.

Y, por último, invocar la misericordia para aquellos que, engañados y seducidos por estos poderosos medios, se apartan del amor de Dios Padre.

Recitar el Credo, el Padre Nuestro y un Ave María.

Cardenal Ugo Poletti

El Cardenal Ugo Poletti, Vicario General de Su Santidad, agradece al Sagrado Nicola Rossi la impresión y distribución del "Acta de Reparación" y con estima saluda y bendice.

(Con aprobación eclesiástica)

"¡Deja que los niños vengan a mí!" ¡Buen trabajo almas bellas!

Verónica Cyrene

El Santisimo....

Diles a todos que me hagan una visita para 


Diles a todos que me hagan una visita, que los espero y quiero salvarlos a todos con la Sangre de mis llagas. Que vengan a mí, que soy su Padre y los quiero a todos con todo mi Corazón; que visiten al «Prisionero»; 

que si su alma está enferma, que vengan a mí, que yo los sanaré.

Que si su cuerpo está enfermo, que vengan a mí, que yo los fortaleceré; 

que se den cuenta de que yo les puedo hacer recobrar la fuerza del cuerpo y la salud del alma; 

que den amor, limosna de amor a este pobre mendigo que los está esperando de día y de noche; 

que mi Corazón está triste por todos; que no me hagan sufrir más, que lo que quiero es que se salven. (12-2-82)

«Sí, hija mía, vamos a ofrecernos como víctimas al Padre Eterno por la salvación del mundo, por la salvación de esas almas que cada día se retiran de mí, me desprecian, me blasfeman; me están recibiendo sacrílegamente, no tienen compasión de mí» (El Señor).

¡Cuántos sacrilegios se cometen, sin duda, al recibir la Eucaristía! Se ha dicho que hoy se comulga mucho pero se confiesa poco, y es cierto; compruébense, si no, las nutridas filas de fieles que se acercan a recibir el Cuerpo de Cristo en cada Misa y, por contraste, la soledad de los confesionarios, que tan poco visitados son. Hay que recordar sobre esto las palabras de san Pablo, que hacen estremecer: «Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa» (1 Co 11, 27-28). Palabras que confirman las citadas del mensaje y las siguientes del mismo:

«¡En cuántos corazones manchados tengo que entrar y cómo veo mi Cuerpo y mi Sangre profanados! ¡Cómo veo todos los días los sacrilegios, ultrajes y tremendas abominaciones que hacen contra mí!».

Sacrilegio es la «lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrados». Aquí se fija concretamente en la Eucaristía, que es el centro de la vida cristiana, el mismo Jesucristo resucitado, que se da por amor a las almas en el Santísimo Sacramento. Dice en este mismo mensaje:

«Fue una alegría, desde mi Última Cena, hacerme compañero de los hombres hasta el fin del mundo y darles alimento de vino con mi Cuerpo».

https://www.pradonuevo.es/

martes, 26 de agosto de 2025

Nuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia..

  

Nuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia


Cuadro Original de la Virgen de Chiquinquirá que descansa en la Basílica Homónima en Colombia y que se renovó milagrosamente hace más de cuatro siglos. 

Un viernes, 26 de diciembre de 1586, se disponía a salir de la capilla, cuando una india cristiana le llamó la atención hacia la imagen, que aparecía rodeada de vivos resplandores. Volvió el rostro María Ramos y fue grande su asombro al advertir la transformación que se había obrado en el lienzo, cuyos colores, antes tan borrosos y desteñidos, aparecían ahora vivos y claros.


Cuenta la tradición que entre los primeros conquistadores del Nuevo Reino de Granada, Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, era especialmente devoto de la Virgen del Rosario. Por este motivo fabricó en el pueblo de Suta su dormitorio y pequeña capilla. Deseando poner en ella una imagen de la Madre de Dios, mandó pintar una imagen de Nuestra Señora del Rosario en una manta de algodón. Era la manta más ancha que larga y para que no quedasen en blanco los campos que quedaban a ambos lados de la Madre de Dios, mandó pintar a San Andrés Apóstol y a Santa Antonio de Padua uno a cada lado. Luego que recibió la imagen, acomodó el lienzo en un bastidor de madera y lo expuso en el altar de la capilla.

Pasaron algunos años y el desaseo y la humedad deterioraron el lienzo, que apareció roto por varias partes y la pintura estaba casi borrada. A la muerte de Don Antonio, su viuda, se trasladó a Chiquinquirá llevándose consigo el cuadro al que colocó en una capilla. Diez años más tarde vino a aquel lugar una piadosa mujer llamada María Ramos, cuñada del difunto Santana, quien reparó el cuadro y lo expuso en el mejor lugar de la capilla.

Fue así como el día viernes 26 de diciembre de 1586 a las nueve de la mañana, después de haber estado la devota más de dos horas en oración, se levantó de su asiento para salir de la capilla. En aquel instante pasaba por allí una india que venía de Muzo, llamada Isabel, con un niño llamado Miguel, de unos cuatro o cinco años. Al pasar frente a la puerta de la capilla dijo el niño a la mujer que lo llevaba: “¡Mire, mire! Miró la mujer hacia la capilla y vio que la imagen de Nuestra Señora estaba en el suelo, de pie, y despedía de sí una luz que llenaba de claridad toda la capilla. Llena de asombro dijo en alta voz a María Ramos, que iba saliendo del oratorio: “Mire, mire, Señora, que la Madre de Dios se ha bajado de su sitio, está en vuestro asiento y parece que se está quemando”. Miró María Ramos y admirada de ver tan estupendo prodigio, llena de asombro se dirigió llorando hacia el altar, se arrojó a los pies de la sagrada Imagen; con mucho temor puso los ojos en ella y vio cumplidos sus deseos, pues, estaba patente la imagen de la Madre de Dios en el sitio en que la piadosa María Ramos solía orar, con una hermosura sin igual y con unos colores muy vivos y despidiendo de sí grandes resplandores que bañaban de luz a los santos que tenía a los lados y llenaba de claridad toda la capilla. Tenía el rostro muy encendido. Toda la pintura estaba renovada completamente. Sin embargo quedaron en el lienzo, los agujeros que antes tenía.

Después de una hora, con mucho temor y reverencia alzaron el cuadro y lo colocaron en el lugar que estaba antes. El rostro de la Madre Santísima duró encendido todo aquel día; después, la imagen quedó tal como hoy se contempla.

La noticia del prodigio se propagó rápidamente por todos los lugares circunvecinos, cuyos moradores presurosos acudieron a ver la imagen renovada.

Conservación prodigiosa del Lienzo

Durante más de 435 años (1587-2021) el lienzo se conserva tal como se renovó. Desde 1587 hasta 1897, que se le colocó el cristal para protegerlo, diariamente se estuvo retocando en el lienzo de la Virgen, mazos de rosario, manojos de yerbas, panecitos de tierra blanca y otras mil cosas y el lienzo no ha sufrido daños, debiéndose haber destruido y acabado la tela en la parte que tales refregones sufrió. Tenían en el templo una vara larga con un garabato en la punta, donde engarzaban los objetos, los aplicaban al lienzo de manera que no quedara duda de que han sido tocados en la Imagen. Si vemos la columna de mármol, de la Virgen del Pilar de Zaragoza en España, los peregrinos la besan por el respaldo, y con solo aplicarle los labios, en tan largo tiempo, se ha hecho al mármol una concavidad, lo mismo que el pie de bronce de San Pedro del Vaticano, se ha desgastado notablemente con el ósculo de los turistas. Es indiscutible que “en esta Imagen hay encerrado algún don especial de Dios, reservado para remedio de graves males” como lo expresó la Sagrada Congregación de Ritos en su Decreto de 18 de julio de 1829 (https://virgendechiquinquira.com/santuario/descripcion-del-cuadro/)

Pio VII la declaró patrona de Colombia en 1829 y fue coronada canónicamente en 1919.

Nuestra señora de Chiquinquirá en el Vaticano

Desde el 9 de julio de 2021 una réplica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue entronizada en los Jardines del Vaticano, en conmemoración de los 102 años de la coronación canónica de la patrona de Colombia. Se trata de una “obra realizada en Verona -Italia- mediante la técnica tradicional de ‘micro-mosaico’, que consistente en ensamblar pequeñas piezas, cada una cortada a mano, de materiales como mármol, piedra o vidrio”.

La imagen de la Patrona de Colombia, quedará junto a otras advocaciones marianas como la Virgen del Rosario de Fátima, patrona de Portugal o Nuestra Señora de Lourdes, así como imágenes de América Latina como la Virgen del Quinche, patrona de Ecuador; Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México; la de Aparecida, patrona de Brasil, la de Luján de Argentina y la Virgen del Carmen, patrona de Chile.

Bendita Madre Maria  Salva a Tu País del comunismo que nos acecha....



viernes, 22 de agosto de 2025

El Santo Rostro de Jesus...

 

Los Católicos siempre tuvieron razón sobre la Sábana Santa de Turín!

El verdadero rostro de Jesús es revelado por nuevo analisis de inteligencia artificial después de que un nuevo análisis de rayos X confirmara que el Sudario de Cristo es real.

Nuevo estudio sobre la Sábana Santa cuestiona la datación del carbono-14:

Un reciente estudio de Harvard, con una técnica más moderna que la del radiocarbono, dató a la Sábana Santa en el primer siglo.

Corrigiendo la datación por radiocarbono realizada en 1988, que informaba que procedía del siglo XIV.

La datación apuntaba contra su autenticidad.

La Sábana Santa de Turín ha vuelto a ser objeto de debate después de que varios medios de comunicación hayan informado de un nuevo que cuestiona la datación por carbono de 1988, por la que parte de la comunidad científica la consideró una falsificación medieval.

Este estudio reciente, publicado en la revista académica Heritage, utiliza una técnica de datación innovadora conocida como dispersión de rayos X de ángulo amplio (WAXS), la cual sugiere que la Sábana podría tener unos 2000 años de antigüedad, lo que coincide con la época de Jesús.

La Sábana Santa de Turín ha dividido la opinión pública durante siglos, y algunos afirman que incluso se puede ver un contorno del rostro de Cristo en el material. Otros habitualmente lo descartan como una falsificación, pero la nueva tecnología utilizada por los científicos italianos sugiere que la sábana de lino de 14 pies de largo puede remontarse a la época de Cristo.

Pero además ahora cobra sentido un texto, que es el certificado de defunción impreso en la Sábana Santa, que menciona expresamente el nombre de Jesús el nazareno.

Dos hallazgos que no dejan duda: el hombre muerto envuelto en ese lienzo vivió en el siglo primero y era Jesús de Nazareth.

Se ha utilizado la inteligencia artificial para reinterpretar la enigmática reliquia sagrada y revelar el “verdadero rostro de Jesús”.

¿Sabías que el Rostro de la Divina Misericordia coincide con la Sábana Santa?

Los católicos siempre han tenido razón.

¿Sabías que el Rostro de Jesús en la Sábana Santa de Turín y la imagen de la Divina Misericordia que pintó Santa Faustina coinciden a la perfección?

La ciencia del siglo XXI no puede duplicarlo ni explicar como se formó. Tenemos una avalancha de evidencia (veintiséis artículos científicos revisados por pares) que, desde 2005, establecen más allá de cualquier duda razonable que la Sábana Santa de Turín es la Sábana Santa de Cristo.

El lienzo mide 4.4 metros de largo por 1.1 metros de ancho

El tejido es en espina de pescado, un proceso de tejido judío del primer siglo.

El hombre muerto envuelto en el lienzo tiene las mismas heridas de la crucifixión de Jesús señaladas con sangre real tipo AB.

Es una imagen fotográfica 3D, no una pintura, no hay pigmentos.

Jesús, en Vos confío

🛡️Ejército Remanente

Letanias de la Virgen María.....

 

Letanías a la Bendita Virgen María

Te invitamos a rezar estas letanías a la Bendita Virgen María. Especialmente se rezan junto con el Santo Rosario, aunque también hacer las letanías se puede hacer como una oración independiente.

Letanías a la Bendita Virgen

Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las Letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por una insistente alabanza-súplica. Las invocaciones, generalmente muy breves, constan de dos partes: la primera de alabanza (“Virgo Clemens”), la segunda de súplica (“ora pro nobis”).

Invocaciones

V. Señor, ten misericordia de nosotros
R. Señor, ten misericordia de nosotros
V. Cristo, ten misericordia de nosotros.
R. Cristo, ten misericordia de nosotros.
V. Señor, ten misericordia de nosotros.

R. Señor, ten misericordia de nosotros.
V. Cristo óyenos.
R. Cristo óyenos.
V. Cristo escúchanos.
R. Cristo escúchanos.
V. Dios, Padre celestial.

R. Ten misericordia de nosotros.
V. Dios Hijo, Redentor del mundo.
R. Ten misericordia de nosotros.
V. Dios Espíritu Santo.
R. Ten misericordia de nosotros.
V. Trinidad Santa, un solo Dios.

R. Ten misericordia de nosotros.
V. Santa María.

R. Ruega por nosotros.

V. Señor, ten misericordia de nosotros.

R. Señor, ten misericordia de nosotros.
V. Cristo óyenos.
R. Cristo óyenos.
V. Cristo escúchanos.
R. Cristo escúchanos.
V. Dios, Padre celestial.

R. Ten misericordia de nosotros.
V. Dios Hijo, Redentor del mundo.
R. Ten misericordia de nosotros.
V. Dios Espíritu Santo.
R. Ten misericordia de nosotros.
V. Trinidad Santa, un solo Dios.

R. Ten misericordia de nosotros.

V. Santa María.

R. Ruega por nosotros. (repetir ante cada invocación)

-Santa Madre de Dios

-Santa Virgen de las vírgenes 

-Madre de Cristo

-Madre de la Iglesia

-Madre de la divina gracia 

-Madre purísima

-Madre castísima

-Madre virginal
-Madre sin mancha de pecado
-Madre inmaculada

-Madre amable

-Madre admirable
-Madre del buen consejo 

-Madre del Creador

-Madre del Salvador 

-Virgen prudentísima 

-Virgen digna de veneración 

-Virgen digna de alabanza 

-Virgen poderosa
-Virgen clemente 

-Virgen fiel

-Espejo de justicia 

-Trono de sabiduría 

-Causa de nuestra alegría

-Vaso espiritual
-Vaso digno de honor 

-Vaso insigne de devoción 

-Rosa mística

-Torre de David

-Torre de marfil

-Casa de oro

-Arca de la Alianza

-Puerta del cielo

-Estrella de la mañana 

-Salud de los enfermos
-Refugio de los pecadores

-Consuelo de los afligidos 

-Auxilio de los cristianos 

-Reina de los ángeles

-Reina de los patriarcas 

-Reina de los profetas

-Reina de los apóstoles

-Reina de los mártires

-Reina de los que confiesan su fe
-Reina de las vírgenes 

-Reina de los santos

-Reina concebida sin pecado original
-Reina asunta al cielo

-Reina del Santísimo Rosario

-Reina de la familia

-Reina de la paz

V. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.

R. Perdónanos, Señor
V. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
R. Escúchanos, Señor
V. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.

R. Ten misericordia de nosotros.

BAJO TU PROTECCIÓN

Nos acogemos bajo tu protección, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien, sálvanos siempre de de todos los peligros Virgen gloriosa y bendita.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar la promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Oración. Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.


sábado, 16 de agosto de 2025

La Asunción de la Virgen María...

 

La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

la fiesta de la Asunción de la Virgen María, dogma de fe promulgado por el Papa Pío XII en el año 1950 (Constitución Munificentissimus Deus). Si bien su promulgación puede resultar reciente, esta tradición data desde las primeras comunidades cristianas, escritos, documentos y tradiciones orales sirvieron como fundamento para establecer la fecha de esta celebración desde el siglo IV.

La Asunción de la Virgen María lleva consigo una importancia enorme para todos los creyentes ya que en este acontecimiento se cumplen las promesas de Cristo en cuanto a la participación que tendremos en cuerpo y alma de la Gloria de Dios en el final de los tiempos. Ella es pues un adelanto de la resurrección de los demás miembros del pueblo de Dios.

con motivo de esta fiesta hemos querido traerles un hermoso relato de las visiones de santa Ana Catalina de Emmerick, sabes que fue a causa de una de sus visiones que se encontró la casa que se le atribuye a María, lugar en que pasó sus últimos años en la tierra.

Sabemos que las visiones de los místicos no tienen manera de comprobarse, y sin embargo también son fuente o recurso de fe para los cristianos. El relato a continuación es muy conmovedor. Que nuestra Madre Santísima nos fortalezca, nos llene de ese amor ardoroso por su Hijo para que vivamos por el mundo llevando su Palabra y esperando con ayuda de la gracia el encuentro en la eternidad.

La Asunción de María – visiones de Ana Catalina Emmerick

«Después de la muerte, Resurrección y Ascensión de Nuestro Señor, María vivió algunos años en Jerusalén, tres en Betania y nueve en Éfeso. En esta última ciudad, la Virgen habitaba sola y con una mujer más joven que la servía y que iba a buscar los escasos alimentos que necesitaban.

Vivían en el silencio y en una paz profunda. No había hombres en la casa y a veces algún discípulo que andaba de viaje, venía a visitarla. Vi entrar y salir frecuentemente a un hombre, que siempre he creído que era San Juan; mas ni en Jerusalén ni en Éfeso demoraba mucho en la vecindad; iba y venía.

La Sma. Virgen se hallaba más silenciosa y ensimismada en los últimos años de su vida. Ya casi no tomaba alimento, parecía que solo su cuerpo estaba en la Tierra y que su espíritu se hallaba en otra parte. Desde la Ascensión de Jesús todo su ser expresaba un anhelo siempre creciente y que la consumía más y más.

En cierta ocasión Juan y la Virgen se retiraron al oratorio, esta tiró un cordón y el Tabernáculo giró y se mostró la Cruz. Después de haber orado los dos cierto tiempo de rodillas, Juan se levantó, extrajo de su pecho una caja de metal, la abrió por un lado, tomó un envoltorio de lana finísima sin teñir y de éste un lienzo blanco doblado y sacó el Santísimo Sacramento en forma de una partícula blanca cuadrada. Enseguida pronunció ciertas palabras en tono grave y solemne, entonces dio la Eucaristía a la Santa Virgen.

A alguna distancia detrás de la casa, en el camino que lleva a la cumbre de la montaña, la Santa Virgen había dispuesto una especie de Camino de la Cruz o Vía Crucis. Cuando habitaba en Jerusalén, jamás había cesado de andar la Vía Dolorosa y de regar con sus lágrimas los sitios donde Él había sufrido. Tenía medido paso por paso todos los intervalos y su amor se alimentaba con la contemplación incesante de aquella marcha tan penosa.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Poco tiempo después de llegar a Éfeso la vi a entregarse diariamente a meditar la Pasión, siguiendo el camino que iba a la cúspide de la montaña. Al principio hacía sola esta marcha y según el número de pasos tantas veces contados por Ella, medía las distancias entre los diversos lugares en que se había verificado algún especial incidente de la Pasión del Salvador.

En cada uno de los sitios, erigía una piedra o si se encontraba allí un árbol, hacía en él una señal. El camino conducía a un bosque donde un montecillo representaba el Calvario, lugar del sacrificio y una pequeña gruta el Santo Sepulcro.

Cuando María hubo dividido en doce estaciones el Camino de la Cruz, lo recorrió con su sirvienta sumida en contemplación. Separaba en cada lugar que recordaba un episodio de la Pasión, meditaba sobre él, daba gracias al Señor por su amor y la Virgen derramaba lágrimas de compasión.

Después de tres años de residencia en Éfeso, María tuvo gran deseo de volver a Jerusalén. La acompañaron Juan y Pedro y creo que muchos apóstoles se hallaban allí reunidos. A la llegada de María y de los apóstoles en Jerusalén, los vi que antes de entrar en la ciudad, visitaron el Huerto de los Olivos, el Monte Calvario, el Santo Sepulcro y todos los Santos Lugares en torno a Jerusalén.

La madre de Dios se hallaba tan enternecida y llena de compasión, que apenas podía ponerse de pié, Juan y Pedro la conducían sosteniéndola de los brazos. Pasado algún tiempo, María regresó a su morada de Éfeso en compañía de San Juan.

A pesar de su avanzada edad, la Santa Virgen no manifestaba otras señales de vejez que la expresión del ardiente deseo que la consumía y la impulsaba en cierto modo a su transfiguración. Tenía una gravedad inefable, jamás la vi reírse, únicamente sonreírse con cierto aire arrebatador. Mientras más avanzada en años, su rostro se ponía más blanco y diáfano. Estaba flaca pero sin arrugas, ni otro signo de decrepitud, había llegado a ser un puro Espíritu.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Por último llegó para la Madre de Jesús, la hora de abandonar este mundo y unirse a su Divino Hijo. En su alcoba encortinada de blanco, la vi tendida sobre una cama baja y estrecha. Su cabeza reposaba sobre un cojín redondo. Se hallaba pálida y devorada por un deseo vehemente. Un largo lienzo cubría su cabeza y todo su cuerpo, y encima había un cobertor de lana obscura.

Pasado algún tiempo, vi también mucha tristeza e inquietud en casa de la Santa Virgen. La sirvienta estaba en extremo afligida, se arrodillaba con frecuencia en diversos lugares de la casa y oraba con los brazos extendidos y sus ojos inundados de lágrimas.

La Santa Virgen reposaba tranquila en su camastro, parecía ya llegado el momento de su muerte. Estaba envuelta en un vestido de noche y su velo se hallaba recogido en cuadro sobre su frente, solo lo bajaba sobre su rostro cuando hablaba con los hombres. Nada le vi tomar en los últimos días, sino de tiempo en tiempo una cucharada de un jugo que la sirvienta exprimía de ciertas frutas amarillas dispuestas en racimos.

Cuando la Virgen conoció que se acercaba la hora, quiso conforme a la Voluntad de Dios, bendecir a los que se hallaban presentes y despedirse de ellos. Su dormitorio estaba descubierto y Ella se sentó en la cama, su rostro se mostraba blanco, resplandeciente y como enteramente iluminado.

Todos los amigos asistentes se hallaban en la parte anterior de la sala. Primero entraron los Apóstoles, se aproximaron uno en pos del otro al dormitorio de María y se arrodillaron junto a su cama. Ella bendijo a cada uno de ellos, cruzando las manos sobre sus cabezas y tocándoles ligeramente las frentes.

A todos habló e hizo cuanto Jesús le hubo ordenado. Ella habló a Juan de las disposiciones que debería de tomar para su sepultura, y le encargó que diese sus vestidos a su sirvienta y a otra mujer pobre que solía venir a servirla. Tras de los Apóstoles, se acercaron los discípulos al lecho de María y recibieron de esta su bendición, lo mismo hicieron las mujeres. Vi que una de ellas se inclinó sobre María y que la Virgen la abrazó.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Los Apóstoles habían formado un altar en el Oratorio que estaba cerca del lecho de Santa Virgen. La sirvienta había traído una mesa cubierta de blanco y de rojo, sobre la cual brillaban lámparas y cirios encendidos. María, pálida y silenciosa, miraba fijamente el cielo, a nadie hablaba y parecía arrobada en éxtasis.

Estaba iluminada por el deseo, yo también me sentí impelida de aquel anhelo que la sacaba de sí. ¡Ah! Mi corazón quería volar a Dios juntamente con el de Ella. Pedro se acercó a Ella y le administró la Extremaunción, poco más o menos como se hace en el presente, enseguida le presentó el Santísimo Sacramento.

La Madre de Dios se enderezó para recibirlo y después cayó sobre su almohada. Los Apóstoles oraron por algún tiempo, María se volvió a enderezar y recibió la sangre del Cáliz que le presentó Juan. En el momento en que la Virgen recibió la Sagrada Eucaristía, vi que una luz resplandeciente entraba en Ella y que la sumergía en éxtasis profundo. El rostro de María estaba fresco y risueño como en su edad florida. Sus ojos llenos de alegría miraban al cielo.

Entonces vi un cuadro conmovedor; el techo de la alcoba de María había desaparecido y a través del cielo abierto, vi la Jerusalén Celestial. De allí bajaban dos nubes brillantes en la que se veían innumerables ángeles, entre los cuales llegaban hasta la Sma. Virgen una vía luminosa.

La Santa Virgen extendió los brazos hacia ella con un deseo inmenso, y su cuerpo elevado en el aire, se mecía sobre la cama de manera que se divisaba espacio entre el cuerpo y el lecho. Desde María vi algo como una montaña esplendorosa elevarse hasta la Jerusalén Celestial.

Creo que era su alma porque vi más claro entonces una figura brillante infinitamente pura que salía de su cuerpo y se elevaba por la Vía Luminosa que iba hasta el Cielo. Los dos coros de ángeles que estaban en las nubes, se reunieron más abajo de su alma y la separaron de su cuerpo, el cual en el momento de la separación, cayó sobre la cama con los brazos cruzados sobre el pecho.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Mis abiertos ojos que seguían el alma purísima e inmaculada de María, la vieron entrar en la Jerusalén Celestial y llegar al Trono de la Santísima Trinidad. Vi un gran número de almas entre las cuales reconocí a los Santos Joaquín y Ana, José, Isabel, Zacarías y Juan Bautista venir al encuentro de María con un júbilo respetuoso.

Ella tomó su vuelo a través de ellos hasta el Trono de Dios y de su Hijo, quien haciendo brillar sobre todo lo demás la luz que salía de sus llagas, la recibió con un amor todo Divino, la presentó como un cetro y le mostró la Tierra bajo sus pies como si confiriese sobre Ella algún Poder Celestial. Así la vi entrar en la Gloria y olvidé todo lo que pasaba en torno de María sobre la Tierra.

Después de esta visión, cuando miré otra vez a la Tierra, vi resplandeciente el cuerpo de la Sma. Virgen. Reposaba sobre el lecho, con el rostro luminoso, los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho. Los Apóstoles, discípulos y santas mujeres, estaban arrodillados y oraban en derredor del cuerpo.

Después vi que las santas mujeres extendieron un lienzo sobre el Santo Cuerpo y los Apóstoles con los discípulos se retiraron en la parte anterior de la casa. Las mujeres se cubrieron con sus vestidos y sus velos, se sentaron en el suelo y ya arrodilladas o sentadas, cantaban fúnebres lamentaciones. Los Apóstoles y los discípulos se taparon la cabeza con la banda de tela que llevaban alrededor del cuello y celebraron un oficio funerario. Dos de ellos oraban siempre alternativamente a la cabeza y a los pies del Santo Cuerpo.

Luego las mujeres quitaron de la cama el Santo Cuerpo con todos sus vestidos y lo pusieron en una larga canasta llena de gruesas coberturas y de esteras, de suerte que estaba como levantado sobre la canasta. Entonces dos de ellas pusieron un gran paño extendido sobre el cuerpo y otras dos la desnudaron bajo el lienzo, dejándole solo su larga túnica de lana.

Cortaron también los bellos bucles de los cabellos de la Santa Virgen y los conservaron como recuerdo. Enseguida el Santo Cuerpo fue revestido de un nuevo ropaje abierto y después por medio de lienzos puestos debajo, fue depositado respetuosamente sobre una mesa y sobre la cual se habían colocado ya los paños mortuorios y las bandas que se debían de usar.

Envolvieron entonces el Santo Cuerpo con los lienzos desde los tobillos hasta el pecho y lo apretaron fuertemente con las fajas. La cabeza, las manos y los pies, no fueron envueltos de esa manera. Enseguida depositaron el Cuerpo Santo en el ataúd y lo colocaron sobre el pecho una Corona de flores blancas, encarnadas y celestes como emblema de su Virginidad.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Entonces los Apóstoles, los discípulos y todos los asistentes, entraron para ver otra vez antes de ser cubierto el Santo Rostro que les era tan amado. Se arrodillaron y lloraron alrededor del Santo Cuerpo, todos tocaron las manos atadas de Nuestra Madre María como para despedirse y se retiraron.

Las mujeres le dieron también los últimos adioses, le cubrieron el rostro, pusieron la tapa en el ataúd y le clavaron fajas de tela gris en el centro y en las extremidades. Enseguida colocaron el ataúd en unas andas, Pedro y Juan lo condujeron en hombros fuera de la casa.

Creo que se relevaban sucesivamente, porque más tarde vi que el féretro era llevado por seis Apóstoles. Llegados a la sepultura, pusieron el Santo Cuerpo en tierra y cuatro de ellos, lo llevaron a la caverna y lo depositaron en la excavación que debía de servirle de lecho sepulcral. Todos los asistentes entraron allí uno por uno, esparcieron aromas y flores en contorno, se arrodillaron orando y vertiendo lágrimas y luego se retiraron.

Por la noche muchos Apóstoles y santas mujeres, oraban y cantaban cánticos en el jardincito delante de la tumba. Entonces me fue mostrado un cuadro maravillosamente conmovedor: Vi que una muy ancha vía luminosa bajaba del cielo hacia el sepulcro y que allí se movía un resplandor formado de tres esferas llenas de ángeles y de almas bienaventuradas que rodeaban a Nuestro Señor y el Alma resplandeciente de María.

La figura de Jesucristo con sus rayos que salían de sus cicatrices, ondeaban delante de la Virgen. En torno del alma de María, vi en la esfera interior, pequeñas figuras de niños, en la segunda, había niños como de seis años y en la tercera exterior, adolescentes o jóvenes. No vi distintamente más que sus rostros; todo lo demás se me presentó como figuras luminosas resplandecientes.

María, La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Cuando esta visión que se me hacía cada vez más y más distinta hubo llegado a la tumba, vi una vía luminosa que se extendía desde allí hasta la Jerusalén Celestial. Entonces el alma de la Santísima Virgen que seguía a Jesús, descendió a la tumba a través de la roca y luego uniéndose a su Cuerpo que se había transfigurado, clara y brillante se elevó María acompañado de su Divino Hijo y el coro de los Espíritus Bienaventurados hacia la Celestial Jerusalén. Toda esa luz se perdió allí, ya no vi sobre la Tierra más que la bóveda silenciosa del estrellado cielo.

Como Santo Tomás no llegó a tiempo a despedirse de la Madre y tampoco pudo asistir al Santo Entierro; él tenía en su mente y corazón, llegar a tiempo. Pero al enterarse del desenlace por medio de los demás Apóstoles, se puso triste y lloroso y se lamentaba no haber llegado a tiempo.

Él, interiormente tenía el deseo vehemente de verla por última vez y así se los hizo saber a los demás. Ya habían pasado varios días de lo del entierro; todos querían volver al Sepulcro y acceder a la petición de Tomás. Tomaron una resolución y al día siguiente muy de mañana, emprendieron el camino al Sepulcro de Nuestra Santa Madre.

Estando enfrente del Sepulcro, quitaron la piedra-sello de la entrada y ¡Oh! Maravilla de Maravillas, de la bóveda salía un suave aroma de perfume de rosas frescas. Todos al sentir ese perfume, se sintieron conmovidos y perplejos; se miraron unos a otros preguntándose en silencio, con la mirada y con señas en las manos: «¿Entramos?» y aún mirándose entre ellos, todos asintieron con la cabeza y traspasando la bóveda.

Entraron al Santo Sepulcro hacia el sitio donde depositaron el ataúd que contenía el Cuerpo Santísimo de la Virgen María y más enorme fue la emoción y sorpresa entre ellos al ver que en el sitio solo habían rosas frescas, fragantes y olorosas. Significaban que el Señor había venido a buscar a su Santísima Madre para llevarla a su Gloria Celestial y Su Cuerpo no sufra la corrupción».

La Asunción de la Virgen María a través de los ojos de Ana Catalina Emmerick

Nuevo Paraíso: