Por Pete Baklinski .LifeSiteNews.
ITALIA, (LifeSiteNews) – El Arzobispo italiano Bruno Forte dijo que para los sacerdotes, “igual que para Dios”, amar significa dar la Santa Comunión a los divorciados vueltos a casar y que viven en adulterio.
“El camino de acompañamiento culmina en la comunión para los divorciados vueltos a casar, que es signo de obediencia a la misericordia de Dios”, dijo el Ex Secretario de Francisco para el Sínodo de la Familia en una entrevista el 10 de Marzo para RomaSette.
El Arzobispo de Chieti-Vasto, Italia, fue designado por Francisco como Secretario especial para el Sínodo de la Familia en el año 2.014. Fue acreditado para escribir el controversial informe del sínodo, el cuál indicó que la Iglesia hace énfasis en los aspectos “positivos” de las acciones que considera como pecado mortal, tales como el adulterio, la convivencia antes del matrimonio, y relaciones homosexuales.
En la entrevista, Forte defendió la exhortación apostólica Amoris Laetitia, las reflexiones del Papa después de la conclusión del Sínodo de la Familia. Indicó que los cuatro cardenales que elevaron una serie de preguntas (Dubia) a Francisco, preguntándole si su enseñanza estaba en consonancia con la fe, deberían cuestionarse sobre sí mismos por esto.
“Las preguntas que fueron planteadas presentan dudas en cuanto a quienes las hicieron”, dijo.
“En el centro de Amoris Laetitia está la crisis de la verdadera familia. El mensaje es que, a pesar de las heridas y fracasos, vale la pena apostar por la familia. ¿Y qué hacemos entonces? Ama como Dios lo hace. ¿Y cómo mostramos este interés por los que están heridos? Con el perdón, que es la mayor fortaleza del amor”, añadió.
Bruno Forte dijo que las propuestas en Amoris Laetitia pueden resumirse como acogedoras, en acompañamiento, discernimiento, e integración.
portada Bruno Forte
Arriba en la foto, el Arzobispo Bruno Forte y el Papa Francisco se dan el saludo de la Paz durante la Misa de clausura del Sínodo de la Familia en la Basílica de San Pedro el 25 de Octubre de 2015.
En Mayo pasado el Arzobispo reveló lo que el Papa Francisco le dijo durante el Sínodo de la Familia en relación a que evitara hablar “con claridad” sobre el tema de la admisión de los divorciados vueltos a casar a la Santa Comunión, porque hacerlo provocaría un “caos terrible”.
Forte aseguró que el Papa le dijo: “Si hablamos explícitamente sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar, no saben qué desastre tan terrible causaríamos. Así que no hablaremos con claridad, háganlo de manera que las propuestas estén ahí, y entonces yo sacaré las conclusiones”.
El Cardenal Gerhard Müller, cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del Vaticano, hizo un fuerte reproche a principios de este año en contra de quienes utilizan Amoris Laetitia para justificar la Comunión a quienes se encuentran en uniones adúlteras.
“El adulterio es siempre pecado mortal, y los obispos que crean confusión en esto deben estudiar la doctrina de la Iglesia”, dijo en aquella ocasión.
Müller dijo que la Comunión para los católicos divorciados vueltos a casar, no es posible, tal como lo estableció la exhortación Familiaris Consortio de San Juan Pablo II: “Claro, esto no puede suprimirse porque no sólo es una ley positiva de Juan Pablo II, sino que expresó un elemento esencial de la teología moral cristiana y de la teología de los sacramentos”.
La Iglesia Católica enseña que los fieles pueden recibir la Santa Comunión si tienen la adecuada disposición, esto es, que estén en estado de Gracia (libres de pecado mortal). La Iglesia sigue la enseñanza de San Pablo en este asunto donde declara que “quien come el pan y bebe del cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor” (1 Cor. 11, 27).
San Pablo enseña que aquel que recibe la Comunión indignamente “come y bebe su propia condenación” (1 Cor. 11, 29).
[Traducción de Dominus Est. Artículo original]
*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com