viernes, 28 de octubre de 2016

Los iluminati en la Casa Blanca y en la Iglesia

Los iluminati en la Casa Blanca y en la Iglesia


DATOS PERSONALES

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José Antonio Fortea Cucurull, nacido en Barbastro, España, en 1968, es sacerdote y teólogo especializado en el campo relativo al demonio, el exorcismo, la posesión y el infierno. En 1991 finalizó sus estudios de Teología para el sacerdocio en la Universidad de Navarra. En 1998 se licenció en la especialidad de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de Comillas. Ese año defendió la tesis de licenciatura El exorcismo en la época actual. En 2015 se doctoró en el Ateneo Regina Apostolorum de Roma con la tesis Problemas teológicos de la práctica del exorcismo. Pertenece al presbiterio de la diócesis de Alcalá de Henares (España). Ha escrito distintos títulos sobre el tema del demonio, pero su obra abarca otros campos de la Teología. Sus libros han sido publicados en ocho lenguas.
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Hay algo muy profundo en la psicología del ser humano que siente un gran gusto por las historias de conspiraciones por parte de oscuros grupos secretos que dominarían el mundo entero. Grupos en la sombra que tendrían en sus manos el verdadero poder mundial.

Este tipo de historias son muy entretenidas para una película en la que el protagonista salve el mundo a través de persecuciones callejeras, algún disparo y otro tipo de pruebas que culminan en una gran lucha final entre el villano-jefe y el bueno del guión.
Esta suspensión de la credulidad no tendría mayor importancia que el divertimento si no fuera porque este tipo de fantasías van infiltrándose, cada vez con más frecuencia, en los documentales que podríamos llamar serios.
Los grandes canales de documentales (como History Channel) hace ya mucho que sucumbieron al encanto de la falsedad. El problema es que las conspiraciones jesuitas, los grupos templarios secretos, los masones y los iluminati cada vez van asomándose más y más (con apariencia de verosimilitud) en documentales de apariencia más seria.
Al pueblo fiel, los pastores debemos decirles que se dejen de cuentos infantiles: ni hay un grupo secreto infiltrado en el Vaticano ni el mundo está en manos de diez o veinte supervillanos. El párroco de su parroquia quizá sea un villano, pero lo será a nivel personal. No es el delegado territorial de los illuminati-templarios de la rama escocesa reconocida y reformada de los jesuitas ocultos presbiluteranos.
El presidente de su nación quizá sea un poquito inútil, pero no es un iluminati. Tal vez sea masón, eso sí. Pero puede estar seguro de que su logia no tiene control sobre él, más allá de lograr alguna concesión de obras o de meter en algún ministerio al sobrino tonto del masón-jefe.
Si usted cree que le han introducido un chip en la muñeca, vaya al dermatólogo a que le vean eso de la muñeca. Pero siempre cabe que el dermatólogo esté en el ajo. 

Además, la que sí que es posible que sea una masona de alto grado y muy peligrosa es su suegra: vigílela. Observe sus preguntas en las cenas de familia. La suegra, bajo la apariencia de preguntas inocentes, no da puntada sin hilo: ¡ojo!http://blogdelpadrefortea.blogspot.com.co/