viernes, 26 de febrero de 2016

UN ESTUDIO CIENTÍFICO DEMUESTRA QUE LOS ANIMALES COMPRENDEN EL CONCEPTO DE JUSTICIA MEJOR QUE MUCHOS HUMANOS

Un estudio presentado recientemente en la 122 ª Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología demuestra que los humanos no son los únicos animales que entienden el concepto de equidad y justicia.La justicia es un tema de especial interés para los investigadores que estudian la evolución del comportamiento social y el grado en que el concepto de cooperación va incorporado en los genes de varios animales, incluidos los humanos.
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Mientras que el egoísmo a menudo parece concederle a una persona una mejor oportunidad de propagar sus genes de forma más amplia en la próxima generación, en comparación con otros individuos, los investigadores han demostrado que, en muchos casos, la cooperación aumenta la aptitud evolutiva de un organismo más de lo que lo pueda hacer el egoísmo.
La comprensión de la idea de la imparcialidad y la justicia, puede ser un requisito previo indispensable para el desarrollo de relaciones de cooperación complejas.

Los perros reconocen la justicia, pero no les importa
En una presentación titulada “Lo justo es bueno, pero obtener más es aún mejor: límites de la aversión a la injusticia en el perro doméstico”, Alexandra Horowitz del Barnard College presentó su investigación sobre el comportamiento relacionado con la justicia en los perros.

Alexandra Horowitz
Horowitz y sus colegas realizaron el estudio en 38 perros por separado.
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Cada perro interactuó con varios entrenadores al mismo tiempo, como perro de control. Los entrenadores, repartieron recompensas a modo de premio entre los perros. Algunos recompensaron excesivamente a los perros de control, otros los recompensaron muy poco y otros recompensaron de forma justa a ambos perros por igual.

Una vez que los perros llegaron a conocer bien a los entrenadores, se les permitió elegir a qué entrenador querían aproximarse, en ausencia de otros perros. Los perros mostraron una clara preferencia por los entrenadores que habían premiado en exceso al perro de control, pero no mostraron ninguna preferencia por los entrenadores que habían recompensado poco o por los que se habían mostrado justos y equitativos.
Estudios previos, que solo se habían centrado en la baja recompensa, habían mostrado que los perros evitaban a los entrenadores a los que percibían como injustos. Sin embargo, este estudio más reciente sugiere que, mientras que los perros son capaces de reconocer la injusticia, no tienen reparos en explotarla si tienen la esperanza de obtener una mayor recompensa con ello.

Cabe destacar que los perros más viejos fueron significativamente más propensos a preferir al entrenador justo que los perros más jóvenes. Esto sugiere que los perros pueden desarrollar una preferencia por la justicia y la equidad como consecuencia de las relaciones a largo plazo con los seres humanos.
Los investigadores señalaron que, además de ser descendientes de animales salvajes altamente sociales, los perros han sido criados de forma activa para trabajar en cooperación con los seres humanos.
Capuchin Monkey or White-Faced Monkey
Los Primates se niegan a realizar juegos injustos
En otra presentación, titulada “Respuestas a la injusticia en primates no humanos”, de la Dra. Sarah Brosnan de la Georgia State University, se analizaron varios estudios diferentes realizados en nuestros parientes no humanos más cercanos.

Sarah Brosnan
Varios de estos estudios indican que muchas especies de primates se niegan a participar en actividades que según su percepción favorecen a otro animal de forma injusta.
monkey jailPor ejemplo, en un estudio de 2003 publicado en la revista Nature, la doctora Brosnan y sus colegas enseñaron a un grupo de monos capuchinos femeninos a ofrecer pequeña piedrecitas a sus instructores humanos a cambio de comida. Los monos siempre fueron enjaulados en parejas, para que pudieran ver qué tipo de tratamiento recibía de los instructores el otro mono que les acompañaba.

Uno de los monos fue recompensado con una uva (más deseable), mientras que al otro mono sólo se le ofreció un pedazo de pepino (menos deseable) por realizar la misma tarea. A medida que esto fue haciéndose en las diferentes jaulas, el mono al que se le había ofrecido el pepino, a menudo se negó a participar en el ensayo adicional.
Por ejemplo, hubo monos que se negaron a entregar la piedra, otros se negaron a aceptar el pepino o incluso tiraron la piedra o el pepino al suelo con evidentes gestos de exasperación.

Estos comportamientos no son vistos normalmente en los monos que no están comparando el tratamiento recibido con el de otro animal.
Las reacciones negativas de los monos se multiplicaban por dos en los casos en que los monos veían que su compañero de jaula recibía la uva sin tan solo entregar un guijarro a cambio.

Estudios similares han demostrado reacciones comparables en los chimpancés.Este agudo sentido de la justicia probablemente le resultó útil a nuestros antepasados durante toda la historia de la evolución, afirmó la doctora Brosnan:“El hecho de que nos encontramos con el sentido de la justicia en un primate no humano implica que es un comportamiento evolucionado y que a nivel evolutivo, ofrece un buen beneficio”
Nota del Robot: esto demuestra también que hay personas menos evolucionadas que los monos, pues no tienen ningún sentido de la justicia y la equidad ni cuando ellos son los principales afectados por ello…
fuente: http://www.naturalnews.com/046691_animal_intelligence_fairness_social_behavior.html


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NaturalNews) Humans aren't the only animals that understand the concept of fairness, according to research presented recently at the 122nd Annual Convention of the American Psychological Association.

Fairness is a topic of particular interest to researchers who study the evolution of social behavior and the extent to which cooperation is built into the genes of various animals, including humans. While selfishness might often appear to grant an individual the best chance of propagating its genes more widely in the next generation compared with other individuals, researchers have shown that, in many cases, cooperation increases an organism's evolutionary fitness more than selfishness does. Understanding the idea of fairness may be a necessary prerequisite for developing complex cooperative relationships.

Dogs recognize fairness, but don't care

In a presentation titled "Fair is Fine, but More is Better: Limits to Inequity Aversion in the Domestic Dog," Alexandra Horowitz of Barnard College discussed her research into fairness-related behavior in dogs.

Horowitz and colleagues performed the study on 38 dogs, one at a time. Each dog interacted with several trainers at the same time as a control dog. The trainers either under-rewarded or over-rewarded the control dogs, or rewarded both dogs fairly.

Once the dogs had gotten to know the trainers, they were allowed to choose which trainer to approach, in the absence of any other dogs. The dogs showed a clear preference for trainers that had over-rewarded the control
dog but had no preference between the under-rewarding trainers and fair ones.

Previous studies, which looked only at under-rewarding, showed that dogs avoided trainers whom they perceived as unfair. The newer study suggests that, while
dogs are able to recognize unfairness, they have no qualms about exploiting it in the hopes of getting a greater reward.

Notably, older dogs were significantly more likely to prefer the fair trainer than younger dogs. This suggests that dogs may develop a preference for
fairness over time as a consequence of long-term relationships with humans.

The researchers noted that, in addition to being descended from highly social wild animals, dogs have been actively bred to work cooperatively with humans.

Primates refuse to play unfair games

In another presentation, "Responses to Inequity in Non-human Primates," Dr. Sarah Brosnan
of Georgia State University discussed several different studies conducted on our closest nonhuman relatives. Several of these studies indicated that many species of primates will refuse to participate in activities that they perceive as unfairly favoring another animal.

For example, in a 2003 study published in the journal Nature, Dr. Brosnan and colleagues taught female capuchin monkeys to hand pebbles over to human trainers in exchange for food. The monkeys were always caged in pairs, so they could see what sort of treatment another monkey was receiving.

When one monkey was rewarded with a grape (more desirable) but another monkey was only offered a piece of cucumber (less desirable) for the same task, the monkey offered the cucumber would often refuse to participate in the trial further. For example, the monkey might refuse to hand over the pebble, refuse to accept the cucumber or even throw the pebble or cucumber onto the floor in obvious exasperation. These behaviors are not typically seen in monkeys who are not comparing their treatment to that of another animal.

The monkeys' negative reactions were twice as common in cases where they saw the other monkey receive a grape without handing over a pebble at all.

Similar studies have shown comparable reactions in chimpanzees.

A keen sense of fairness probably served our ancestors well throughout evolutionary history, Dr. Brosnan said.

"The fact that we find the sense of fairness in a nonhuman primate implies it is an evolved behavior and has a good benefit," she said.
Sources for this article include:

http://www.newswise.com

http://link.springer.com

http://www.nytimes.com

Learn more:
http://www.naturalnews.com/046691_animal_intelligence_fairness_social_behavior.html#ixzz41L8IffM6