viernes, 9 de septiembre de 2016

La historia de uno de los montes más venerados de la Tierra Santa El Monte Tabor...


Desde los tiempos más remotos, caminos y pistas de caravanas han surcado la fértil llanura de Esdrelón, en Galilea. Los viajeros que bajaban desde Mesopotamia y Siria, tras costear el mar de Genesaret, la atravesaban hacia el oeste, para llegar al Mediterráneo y continuar hasta Egipto. Los que partían del sur, desde Hebrón, siguiendo la vía que pasa por Belén, Jerusalén y Samaría, la cruzaban hacia el norte cerca de Nazaret. Testigo de su marcha, solitario en medio de la planicie, se erguía el monte Tabor.

Si formara parte de una cordillera, con sus 558 metros sobre el nivel del mar apenas llamaría la atención. Sin embargo, por su aislamiento y forma cónica —que sugiere la de un volcán aunque su origen sea calcáreo—, y por elevarse más de 300 metros sobre el terreno circundante, parece de una altura imponente. Destaca la notable vegetación de sus laderas, cubiertas siempre de encinas, lentiscos y plantas montaraces, y en primavera, de lirios y azucenas. Desde su cumbre, una ancha meseta donde además abundan los cipreses, se divisa un hermoso panorama. Estas características convirtieron al Tabor en escenario para los cultos de los pueblos cananeos, que veneraban a los ídolos en las cimas; pero también para las fortificaciones militares, como atalaya sobre la región: de lo uno y de lo otro hubo en ese lugar, donde las huellas de la presencia humana se remontan a hace setenta mil años.

 Imagen literaria

Según los relatos del Antiguo Testamento, fue en las inmediaciones del Tabor donde Débora reunió en secreto a diez mil israelitas al mando de Barac, que pusieron en fuga al ejército de Sísara (Cfr. Jc 4, 4-24); allí mataron los madianitas y amalecitas a los hermanos de Gedeón (Cfr. Jc 8, 18-19); y una vez conquistada la tierra prometida, el monte delimitó las fronteras entre las tribus de Zabulón, Isacar y Neftalí (Cfr. Jos 19, 10-34), que lo tenían por sagrado y ofrecían sacrificios en su cumbre (Cfr. Dt 33, 19). El profeta Oseas fustigó ese culto porque, sin duda, en su tiempo no era solo cismático, sino también idolátrico (Cfr. Os 5, 1). Finalmente, encontramos una prueba de la fama del Tabor en su uso como imagen literaria: el salmista lo une al Hermón para simbolizar en los dos todos los montes de la tierra (Cfr. Sal 89, 13); y Jeremías lo compara con el descollar de Nabucodonosor sobre sus enemigos (Cfr. Jr 46, 18).

Aunque en el Nuevo Testamento no aparece citado por su nombre, la tradición enseguida identificó el Tabor con el lugar de la transfiguración del Señor: se llevó con él a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a un monte para orar. Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro, y su vestido se volvió blanco y muy brillante. En esto, dos hombres comenzaron a hablar con él: eran Moisés y Elías que, aparecidos en forma gloriosa, hablaban de la salida de Jesús que iba a cumplirse en Jerusalén. Pedro y los que estaban con él se encontraban rendidos por el sueño. Y al despertar, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban a su lado. Cuando estos se apartaron de él, le dijo Pedro a Jesús: —Maestro, qué bien estamos aquí; hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías —pero no sabía lo que decía (Lc 9, 28-33; Mt 17, 1-4; Mc 9, 2-5).

La exploración arqueológica en el Tabor ha puesto de manifiesto la existencia de un santuario en el siglo IV o V —que algunos testimonios antiguos atribuyen a santa Elena—, construido sobre los vestigios de un lugar de culto cananeo. Más adelante, las narraciones de algunos peregrinos de los siglos VI y VII se refieren a tres basílicas, en recuerdo de las tres tiendas mencionadas por san Pedro, y a la presencia de un gran número de monjes. De hecho, se ha encontrado un pavimento en mosaico de esa época, y consta que el Concilio V de Constantinopla, en 553, erigió un obispado en el Tabor. Durante la dominación musulmana, aquella vida eremítica fue decayendo, y en el año 808 se encargaban de las iglesias dieciocho religiosos con el obispo Teófanes.
Aunque en el Nuevo Testamento no aparece citado por su nombre, la tradición enseguida identificó el Tabor con el lugar de la transfiguración del Señor

A partir del año 1101, y mientras duró el reino latino de Jerusalén, se estableció una comunidad de benedictinos en el Tabor. Restauraron el santuario y levantaron un gran monasterio, protegido por una muralla fortificada. Esta no fue suficiente para resistir los ataques sarracenos, que conquistaron la abadía y, entre 1211 y 1212, la convirtieron en un bastión de defensa. Aunque se permitió a los cristianos volver a tomar posesión del lugar algo después, la basílica fue de nuevo destruida en 1263 por las tropas del sultán Bibars.
Abandonado hasta el siglo XVII

El monte quedó abandonado hasta la llegada de los franciscanos, en 1631. Desde entonces, consiguieron mantener la propiedad no sin dificultades; estudiaron y consolidaron las ruinas existentes, pero aún debieron pasar tres siglos para que fuese construida una nueva basílica: la actual, terminada en 1924.


Hoy en día, los peregrinos suben al Tabor por una carretera sinuosa, trazada a principios del siglo XX para facilitar el abastecimiento de materiales durante la construcción del santuario. La llegada a la cima está marcada por la puerta del Viento —en árabe, Bab el-Hawa—, un resto de la fortaleza musulmana del siglo XIII, cuyos muros rodeaban toda la planicie de la cumbre. En el lado norte de esta extensión, se encuentra la zona greco-ortodoxa; y en el lado sur, la católica, a cargo de la Custodia de Tierra Santa.


Desde la puerta del Viento, una larga avenida flanqueada de cipreses conduce hasta la basílica de la Transfiguración y el convento franciscano. Delante de la iglesia, pueden verse las ruinas del monasterio benedictino del siglo XII, aunque también hay vestigios de la fortaleza sarracena. De hecho, esta se edificó aprovechando los cimientos de la basílica cruzada, los mismos sobre los que se apoya el santuario actual, de tres naves, que ocupa el plano del precedente.
La fachada, con el gran arco entre las dos torres y los frontones triangulares de las cubiertas, transmite al mismo tiempo bienvenida e invitación a elevar el alma. Al atravesar las puertas de bronce, esta sensación se multiplica: la nave central, separada de las laterales por grandes arcos de medio punto, se convierte en una escalera tallada en la roca que desciende hasta la cripta; y encima, muy elevado, destaca el presbiterio, que tiene detrás un ábside en el que está representada la escena de la Transfiguración sobre un fondo completamente dorado. La evocación del misterio queda subrayada por una particular luminosidad, conseguida gracias a los ventanales abiertos en la fachada, los muros de la nave central y el ábside de la cripta.

El proyecto de la basílica respetó, incluyéndolos, algunos vestigios de las iglesias anteriores: junto a la puerta, las dos torres se construyeron encima de unas capillas con ábsides medievales, hoy dedicadas al recuerdo de Moisés y de Elías; y en la cripta, aunque la bóveda primitiva cruzada fue cubierta por un mosaico, el altar es el mismo y también quedan a la vista restos de mampostería en los muros. Además, recientemente se excavó una pequeña gruta al norte del santuario, debajo del lugar identificado como el refectorio del monasterio medieval: las paredes contenían inscripciones en griego y algunos monogramas con cruces, rastros quizá del cementerio de los monjes bizantinos que habitaron la montaña.

Jesús fortalece la fe de los Apóstoles

En la transfiguración, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la reciente confesión de Pedro —tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo (Mt 16, 16. Cfr. Mc 8, 29; y Lc 9, 20)-, y, de este modo, también fortalecer la fe de los Apóstoles ante la proximidad de la Pasión (Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 555 y 568), que ya ha empezado a anunciarles (Cfr. Mt 16, 21; Mc 8, 31; y Lc 9, 22). La presencia de Moisés y Elías es bien elocuente: ellos «habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 555). Además, los evangelistas narran que, cuando todavía Pedro estaba proponiendo hacer tres tiendas, una nube de luz los cubrió y una voz desde la nube dijo:

—Este es mi Hijo, el Amado, en quien me he complacido: escuchadle (Mt 17, 5. Cfr. Mc 9, 7; y Lc 9, 34-35).

Glosando este pasaje, algunos Padres de la Iglesia subrayan la diferencia entre los representantes del Antiguo Testamento, Moisés y Elías, y Cristo: «ellos son siervos, Este es mi Hijo (…). A ellos los quiero, pero Este es mi Amado: por tanto, escuchadle (…). Moisés y Elías hablan de Cristo, pero son siervos como vosotros: Este es el Señor, escuchadle» (San Jerónimo, Comentario al Evangelio de san Marcos, 6).


Escena principal del ábside del presbiterio. Foto: Leobard Hinfelaar.

Para Benedicto XVI, el sentido más profundo de la transfiguración «queda recogido en esta única palabra. Los discípulos tienen que volver a descender con Jesús y aprender siempre de nuevo: "Escuchadlo"» (Joseph Ratzinger/Benedicto XVI, Jesús de Nazaret. Desde el Bautismo a la Transfiguración, p. 368).

De la mano de san Josemaría, podemos comprobar que esa exhortación destinada a los discípulos se aplica a cada fiel cristiano: meditad una a una las escenas de la vida del Señor, sus enseñanzas. Considerad especialmente los consejos y las advertencias con que preparaba a aquel puñado de hombres que serían sus Apóstoles, sus mensajeros, de uno a otro confín de la tierra (Amigos de Dios, n. 172). Para escuchar a Cristo, para conocer sus enseñanzas, lo que dijo y obró, contamos con los Evangelios (Cfr. Conc. Vaticano II, Const. dogm. Dei Verbum, nn. 18-19). Al transmitir la predicación de los Apóstoles después de la ascensión, nos comunican la verdad acerca de Jesús y nos lo hacen presente: ¿Quieres aprender de Cristo y tomar ejemplo de su vida? —Abre el Santo Evangelio, y escucha el diálogo de Dios con los hombres…, contigo (Forja, 322).
"¿Quieres aprender de Cristo y tomar ejemplo de su vida? —Abre el Santo Evangelio, y escucha el diálogo de Dios con los hombres…, contigo"

Este diálogo implica primero una escucha atenta, meditada: no basta con tener una idea general del espíritu de Jesús, sino que hay que aprender de Él detalles y actitudes (…). Cuando se ama a una persona se desean saber hasta los más mínimos detalles de su existencia, de su carácter, para así identificarse con ella. Por eso hemos de meditar la historia de Cristo, desde su nacimiento en un pesebre, hasta su muerte y su resurrección. En los primeros años de mi labor sacerdotal, solía regalar ejemplares del Evangelio o libros donde se narraba la vida de Jesús. Porque hace falta que la conozcamos bien, que la tengamos toda entera en la cabeza y en el corazón, de modo que, en cualquier momento, sin necesidad de ningún libro, cerrando los ojos, podamos contemplarla como en una película; de forma que, en las diversas situaciones de nuestra conducta, acudan a la memoria las palabras y los hechos del Señor (Es Cristo que pasa, 107).
El diálogo exige una respuesta
Pero el diálogo, después de la escucha, exige una respuesta, porque no se trata sólo de pensar en Jesús, de representarnos aquellas escenas. Hemos de meternos de lleno en ellas, ser actores. Seguir a Cristo tan de cerca como Santa María, su Madre, como los primeros doce, como las santas mujeres, como aquellas muchedumbres que se agolpaban a su alrededor. Si obramos así, si no ponemos obstáculos, las palabras de Cristo entrarán hasta el fondo del alma y nos transformarán (Es Cristo que pasa, 107).

Y con el seguimiento de Cristo y la identificación con Él, sentiremos la necesidad de unir nuestra voluntad a su deseo de salvar a todas las almas, y se encenderá nuestro afán apostólico: esos minutos diarios de lectura del Nuevo Testamento, que te aconsejé —metiéndote y participando en el contenido de cada escena, como un protagonista más—, son para que encarnes, para que "cumplas" el Evangelio en tu vida…, y para "hacerlo cumplir" (Surco, 672).
Al leer el Evangelio, al tratar de meditarlo en la oración, nos servirá pedir luces al Espíritu Santo, para que venga en auxilio de nuestros afanes, y quizá repetiremos, con palabras tomadas de nuestro Padre: Señor nuestro, aquí nos tienes dispuestos a escuchar cuanto quieras decirnos. Háblanos; estamos atentos a tu voz. Que tu conversación, cayendo en nuestra alma, inflame nuestra voluntad para que se lance fervorosamente a obedecerte (Santo Rosario, III misterio de luz).
 Artículo originalmente publicado por Opus Dei 

miércoles, 7 de septiembre de 2016

UNESCO declara el lugar del Bautismo de Jesús Patrimonio de la Humanidad...


Betania en la otra orilla del Jordán” (Al-Maghtas), en Jordania


"Betania más allá del Jordán", el lugar del Bautismo de Jesús en la rivera del río Jordán en límite del país de Jordania con Israel, fue introducido en la lista de lugares considerados Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La decisión hace parte de una revisión de la lista que registra ahora 23 nuevos sitios culturales y añadió al Camino de Santiago en España los Caminos costero, el del interior del País Vasco y La Rioja, el de Liébana y el Primitivo.
 El Comité del Patrimonio Mundial, reunido en Bonn, Alemania, entre el 28 de junio y el 8 de julio, fue el encargado de evaluar las candidaturas inscritas a la lista.

En el caso del lugar del Bautismo de Jesús, Jordania ha sostenido que el punto exacto se encuentra en el lado Oriental del río Jordán en un punto llamado Al-Maghtas, si bien un gran número de peregrinos visitan el lugar desde el lado israelí por contar con mejor infraestructura.
El lugar en Jordania ha sido visitado por tres Pontífices, como confirmación del parecer de la Iglesia sobre la autenticidad del lugar santo.
 Al ser un lugar de conflictos recientes, las riberas del río Jordán tuvieron que ser desminadas para poder habilitar la visita de los peregrinos después de los tratados de paz de 1994, siendo Al-Maghtas abierta al público en 2002 y Qasr al-Yahud (en el lado israelí) habilitado para visitas diarias en 2011.

Las excavaciones arqueológicas en Al-Maghtas revelaron la existencia de albercas y capillas bautismales, además de cuevas en las cuales vivieron monjes del desierto.
 Los expertos que revisaron la candidatura de Al-Maghtas señalaron que el lugar del Bautismo de Jesucristo "es de inmenso significado religioso para la mayoría de denominaciones de la fe cristiana, que han aceptado este sitio como la ubicación del Bautismo de Jesús".

Por su parte el Ministro de Turismo de Jordania, Nayef al-Fayez, manifestó la satisfacción de la familia real del Reino Hachemita de Jordania de ser "quienes están protegiendo uno de los lugares más santos de la cristiandad".
 Con información de UNESCO y Daily Record
Artículo originalmente publicado por Gaudium Press
 
 

lunes, 5 de septiembre de 2016

Nuestra Señora del Rosario de Chinquinquirá

Nuestra Señora del Rosario de Chinquinquirá


La tradición nos cuenta que hace cuatro siglos don Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, solicitó al español Alonso de Narváez (h. 1560) que pintara una imagen de la Virgen del Rosario, para colocarla en una pequeña capilla. 

La pintura fue realizada sobre una tela de algodón de procedencia indígena, media 44 pulgadas de alto por 49 de ancho, Alonso de Narváez usó colores al temple, realizó una imagen de la Virgen del Rosario con el Niño Jesús, y a los lados puso al Apóstol San Andrés y a San Antonio de Padua. 

El cuadro fue ubicado en la capilla que poseía don Antonio en sus aposentos de Suta, estuvo allí durante más de una década, pero la capilla tenía el techo de paja, lo que provoco que la humedad deteriorara la pintura hasta dejarla completamente borrosa. 

Tras la muerte de Santana, su viuda, se trasladó a Chiquinquirá, hacia el año 1577-78. La imagen fue llevada a ese lugar, pero se encontraba en tan mal estado que fue abandonada en un cuarto, habitación que tiempo atrás había sido usada como oratorio. 

Al comenzar el año 1586, se estableció en Chiquinquirá, una piadosa mujer, María Ramos, nacida en Sevilla (España), la señora reparó el viejo oratorio y colgó en el mejor lugar de la capilla, la deteriorada pintura de la Virgen del Rosario. El día 26 de diciembre de 1586, María salía de la capilla, cuando pasó frente a ella una mujer indígena llamada Isabel y su pequeño hijo. 

En ese momento Isabel grito a María “mire, mire Señora…” Ella dirigió la mirada hacia la pintura, la imagen aparecía rodeada de vivos resplandores, prodigiosamente los colores y su brillo original habían reaparecido, los rasguños y agujeros de la tela habían desaparecido. Con tan maravilloso suceso se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá

domingo, 4 de septiembre de 2016

Se pretende convertir a las grandes religiones en una minoría




Por Entrevista de Hugo Ruiz Olazar

Monseñor Juan Claudio Sanahuja
Se trata de establecer un orden mundial donde las grandes religiones como la Católica terminen siendo una minoría, advierte Monseñor Juan Claudio Sanahuja, de nacionalidad argentina, de la congregación del Opus Dei. En esta entrevista, el religioso comenta sobre lo que considera agresiones que van arrinconando a la Iglesia. “Quieren unificar el pensamiento. Quieren tener un dominio absoluto sobre las personas a través del Estado”, afirma
Los principios de la Iglesia están cada vez más en desuso parece. A muchos ya les parece extraño ir a misa por ejemplo.
–Bueno, sí. Hay que seguir luchando para que no caiga totalmente en desuso (ironiza).
–¿Qué nuevas respuestas tienen ustedes para los dilemas que se abren en estos tiempos de avance impresionante de la tecnología y el abandono de las costumbres y las tradiciones?
–La de siempre: vivir el cristianismo como debe ser vivido y no ser hipócritas. Habrá que empezar quizás de más de abajo. Es como usted dice pero hay que seguir evangelizando así como se hizo en los primeros años del cristianismo.
–Hay principios que van quedando de lado. Hoy ya es una realidad el matrimonio entre homosexuales, el aborto, el derecho de morir.
–El aborto es y será siempre un crimen. No se arregla nada abortando. La mujer no arregla nada, la sociedad no arregla nada.
–¿Y ante la violación?
–¿A quién castiga el aborto? Al violador no. En todo caso a la chica violada que le deja marcada por toda la vida. Quiérase o no, eso es así. La marca sicológica del aborto queda siempre.
–¿Cómo queda la relación con el padre después? ¿Se puede arrepentir?
–Puede tener un trato o no. El tratado de derechos de la mujer tiene un comité de seguimiento, que es de los más sectarios que hay en la ONU, en el sentido de tratar de imponer el aborto, la anticoncepción, la esterilización.
–Paraguay tuvo problemas con una de esas comisiones de la ONU porque el Gobierno dijo que la criatura de la niña violada por su padrastro iba a nacer.
–Como le dije, el aborto es y será un crimen. La criatura no tiene la culpa. A la madre hay que protegerla, cuidarla, educarla pero nadie tiene derecho a quitarle la vida a un ser vivo, ni siquiera las organizaciones feministas que dicen defender a la mujer. Esa es la ideología de género.
–¿Cómo queda el matrimonio entre homosexuales?
–El matrimonio entre personas del mismo sexo es absurdo. El matrimonio siempre será entre un hombre y una mujer.
–En Argentina, Chile y en otros países de nuestra región se ha ido imponiendo el matrimonio gay y no llegó por eso el fin del mundo.
–El tema del matrimonio no pasó ninguna hecatombe, pero tampoco fue la explosión de miles de matrimonios o seudomatrimonios.
–¿Qué pasó?
–Las estadísticas hablan por sí solas. Hay más divorcios entre gays que matrimonios entre gays. Como es antinatural se descarta por sí solo.
–En Estados Unidos hay un conflicto por una ley del gobierno que dice que ellos pueden elegir el baño que prefieran.
–No solo el baño, sino el vestuario. Y eso por orden del Presidente (Barack Obama). Es absurdo que un Presidente empeñe así su autoridad sacando una orden ejecutiva para que se impongan esas cosas en los colegios. En veinte y tantos estados se han opuesto. Han desconocido este seudoderecho que quiere imponer el Presidente.
–Es un problema delicado.
–Es lógico, porque no tiene ningún sentido. En Estrasburgo (Francia) 47 jueces del tribunal de derechos humanos de la Unión Europea se pusieron de acuerdo en que el matrimonio homosexual no es un derecho.
–Al final terminan de imponer la ley, como ocurrió en Argentina y Chile.
–Es cierto. Hay una tendencia natural a eso, pero mientras no haya ley, ya es importante. Es importante que haya oposición a este tipo de leyes y que nos opongamos con todas nuestras fuerzas porque una ley inicua se tarda en abolir 100 años. Es el cálculo que hacen los expertos. Es importante que no se imponga.
–¿Qué le sugiere todo esto? Es como si se le estuviera arrinconando a la Iglesia. ¿Los creyentes se van a tener que adaptar a este nuevo orden?
–Vamos hacia una minoría, pero cada uno desde su lugar no se tiene que cansar de combatir ese orden que nos quieren imponer y que va más allá de la religión. Quieren unificar el pensamiento. Quieren tener un dominio sobre las personas. Debemos tomar conciencia para empezar a vivir los principios religiosos porque no lo vivimos en serio.
–¿La Iglesia seguirá inflexible?
–Sí, por supuesto. La pelea en Estados Unidos ha llegado al Congreso. Es el tema de la objeción de conciencia que es un derecho humano básico. Es también el caso de los funcionarios que no quieren ser testigos de estas seudobodas entre personas del mismo sexo. Todavía no llegan a querer obligar a los religiosos, pero sí a los jueces, a los comisionados y hay mucha gente que se ha negado. Esas personas perdieron sus empleos. Se está peleando hasta lo último. Ahora está al nivel del Congreso. Según como salga irá a la Corte. De hecho, seguimos haciendo objeción de conciencia aunque nos echen. Es una cuestión de ser consecuente con la fe que es lo primero.
–En este asunto de la convivencia, se le reconoce a la religión su papel como formadora pero que no es el único camino.
–Sí, muy bien. Que empiecen a formar a la gente para la convivencia a ver si lo hacen porque los únicos que forman para la convivencia son las personas creyentes. Los otros no forman para la convivencia sino para su conveniencia. Entonces, presionan para que los Estados intervengan con su fuerza de policía para que las grandes religiones declinen de sus principios inmutables.
–Ahora se están desmantelando los crucifijos de las escuelas.
–En algunos países de Europa, en Francia se desmantelan los crucifijos. El tribunal europeo sacó una sentencia contra Italia por tener crucifijos y luego la corrigió. Aceptó el planteo de Italia que venía de ser avalado por 16 países diciendo que Italia por razones culturales, no religiosas, tenían derecho a poner crucifijos en las aulas. Pero hay evidentemente un empuje por aislar a la Iglesia.
–El establishment.
–Hay un proceso de deshumanización. Se pretende erróneamente con eso tener más libertad y lo que tienen es menos libertad.
–¿Cómo se traduce eso?
–Hay menos libertad porque no se permite optar. Por eso marginan a la Iglesia, no aceptan que haya quienes elijan a la Iglesia marginada. Combaten a esas personas. Tienen menos libertad, fomentan que se carezca de libertad entonces es como un pescado que se muerde la cola. Van a acabar en una persecución abierta provocando lo que decía al principio. Vamos a terminar siendo una minoría.
–Minoría, ¿en beneficio de quién?
–A favor de los poderosos que la quieren abolir. Pero no les servirá mucho tiempo. Los principios van a terminar ganando y recuperarán el esplendor anterior.
–Hasta los religiosos son cada vez menos.
–Pero los religiosos no son un derecho divino con lo cual pueden aparecer, desaparecer y aparecer otros. Por ejemplo, las comunidades en Francia que más han crecido son las tradicionales. Las personas que trabajan cumplen con sus deberes religiosos. Educan a sus hijos religiosamente. Ellos tienen vocaciones. Lo que pasa es que no es noticia.
–¿Cómo afectaron los escándalos a todo esto, los casos de pedofilia?
–Sí, en algunos lugares más, en otros menos. Es horroroso, pero en número proporcional es mucho más bajo de lo acontecido entre los rabinos judíos. Se habla muy poco de los 60 rabinos de Nueva York condenados por pedofilia.
–Muy pocos deben saber de eso. ¿Fue en coincidencia con los escándalos que hubo dentro de la Iglesia Católica?
–Claro, pero pocos hablan de eso. En el New York Times salió una información cortita, insignificante. Mire, me van a disculpar. Hay cosas propagandísticas que nosotros damos pie a esa propaganda con nuestra mala conducta, es así, pero tampoco nos traguemos todos los pescados.
–¿La tecnología no le sobrepasó a la Iglesia?
–No, no creo. Me parece que lo que hay detrás es una voluntad de descristianización y los cristianos no somos conscientes de que esa voluntad de descristianización existe y va ganando terreno porque no existe esta conciencia. Hay un grupo de gente que está empeñado en descristianizar.
–Le habrán preguntado alguna que vez si Google podría ser un enemigo de la Iglesia. Los niños ya no obedecen a sus padres. Siguen lo que les dicta su celular.
–Es posible... Por eso hay que educar a los chicos para que usen bien esos medios. Ese es el tema: formar a todo el mundo en los principios elementales.
–Y entonces, la educación cristiana, las escuelas de antes ¿irán desapareciendo?
–La educación cristiana la tiene que dar la familia. La ha dado siempre. Lo que ha habido es como un desentenderse de la familia. El Papa dijo: “La familia tiene que recuperar su misión”, educar a la juventud, el colegio es un complemento y una ayuda. Cuando hablamos de descristianización, la ideología de género es una de las patas de la sota. Eso de hacer creer que ya no hay solo hombres y mujeres, sino cuatro o cinco géneros. Los australianos han individualizado veinte y tantos géneros. En Facebook se pone una lista de setenta y tantos géneros. Eso es una burla. Esa es una de las patas de la sota.
–¿Cuándo comenzó todo esto?
–En el año 93, antes de todas aquellas conferencias con las que nos bombardearon en la década del 90 en las Naciones Unidas. Ya la Organización Mundial de la Salud proclamaba que género era la convicción de que se pertenece a uno u otro sexo más allá de las características somáticas, cromosómicas, etc... Dejémonos de embromar.
–¿Como están los movimientos de la Iglesia hoy? ¿La gente va menos a la Iglesia?
–Tal vez influenciada por estas cosas que hemos hablado, o porque está más ocupada. Está más distraída, digamos.
holazar@abc.com.py

sábado, 3 de septiembre de 2016

EL SANTO ROSARIO, PRENDA DILECTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


eccechristianus.wordpress
La meditación de los principales misterios de la vida de Jesús y de María constituye como el alma del Rosario, así como el rezo vocal de los Padrenuestros y Avemarías constituye como su cuerpo material. Ambas cosas son absolutamente necesarias para que exista el Rosario. Quien se limitare a rezar los Padrenuestros y Avemarías, pero sin meditar en los misterios, haría, sin duda, una excelente oración, pero no rezaría el Rosario. Y el que meditara atentamente los misterios, pero sin rezar los Padrenuestros y Avemarías, haría una excelente meditación, pero es claro que tampoco habría rezado el Rosario. Para que exista el Rosarios es preciso, imprescindiblemente, juntar las dos cosas: rezo de las oraciones y meditación de los misterios.


¿De qué modo se puede rezar eficazmente el Rosario? Para obtener del santo Rosario toda su eficacia impetratoria y santificadora, es evidente que no basta rezarlo de una manera mecánica y distraída, como podría hacerlo una cinta magnetofónica. Es preciso rezarlo digna, atenta y devotamente, como cualquier otra oración vocal.
En teoría hay que reconocer que es difícil rezar bien el Rosario, precisamente porque hay que juntar la oración vocal con la mental, so pena de invalidarlo en cuanto Rosario. Pero en la práctica es fácil encontrar algunos procedimientos que ayudan eficazmente al rezo correcto y piadoso de la gran devoción mariana.

El Rosario debe rezarse dignamente. Esta primera condición exige, como programa mínimo, que el rezo del Rosario se haga de una manera decorosa, como corresponde a la majestad de Dios, a quien principalmente dirigimos nuestra oración.
El mejor procedimiento es rezarlo de rodillas ante el Sagrario o ante una devota imagen de María, pero en general puede rezarse en cualquier otra postura digna modestamente sentado, paseando por el campo, etc. Sería indecoroso rezarlo en la cama- salvo por razón de enfermedad, o interrumpiéndolo constantemente para contestar a preguntas ajenas al rezo, o en un lugar público y concurrido que hiciera poco menos que imposible la atención.

El Rosario debe rezarse atentamente. La atención es necesaria para evitar la irreverencia que supondría si fuera plenamente voluntaria. ¿Cómo queremos que Dios nos escuche, si empezamos por no escucharnos a nosotros mismos?

Sin embargo, no toda distracción es culpable. No tenemos el control despótico sobre nuestra imaginación, sino únicamente político, y no podemos evitar que se nos escape sin permiso, como un siervo desobediente e indómito, que tal es “la loca de la casa” (la imaginación). Las distracciones involuntarias no invalidan el efecto meritorio e impetratorio de la oración, con tal que se haga lo posible por contenerlas y evitarlas. Escuchemos a Santo Tomás explicando admirable-mente este punto interesantísimo al preguntarse “si la oración debe ser atenta”: “Esta cuestión afecta principalmente a la oración vocal. Y para resolverla con acierto hay que distinguir, en primer lugar, lo que es mejor y lo que es absolutamente necesario. Es evidente que para obtener el fin de la oración es mejor que sea atenta. Sin embargo, si nos fijamos en lo que es absolutamente necesario, hay que distinguir en la oración un triple efecto: meritorio, impetratorio y cierto espiritual deleite que produce en el alma del que ora.”

“Para los efectos meritorio e impetratorio, no es necesario que la oración sea atenta de una manera constantemente actual (o sea, en todos y cada uno de los momentos)sino que basta y es suficiente la atención virtual, que es aquella que se puso al principio de la oración y perdura a todo lo largo de ella aunque se produzcan distracciones involuntarias.” Desde luego, si faltara la primera intención, la oración no sería meritoria ni impetratoria. En cambio, la atención actual es absolutamente necesaria para obtener aquel espiritual deleite que lleva consigo la oración fervorosa, que es incompatible con la distracción, aunque sea involuntaria.
“Téngase en cuenta, además, que en la oración vocal puede ponerse una triple atención. La primera y más imperfecta se refiere a la correcta pronunciación de las palabras de que consta. La segunda se fija en el sentido de esas palabras. La tercera, finalmente, pone todo su empeño en el fin de la oración, o sea, en Dios y en la cosa por la que se ora.”

Esta última es la más importante y necesaria y pueden tenerla incluso las personas de cortos alcances o que no entienden el sentido de las palabras que pronuncian (por ejemplo, por rezar en latín). Esta última atención puede ser tan intensa que arrebate la mente a Dios, hasta “el punto de hacernos perder de vista todas las demás cosas”.

Teniendo en cuenta estos principios del Doctor Angélico y con el fin de facilitar la atención en el rezo del santo Rosario y extraer de él su máxima eficacia santificadora, puede seguirse el siguiente método, que ha sido ensayado con éxito por muchas personas que sufrían distracciones en el rezo del mismo:
1°. Durante el rezo del Padrenuestro, fijarse únicamente en el sentido maravilloso de cada una de las palabras, sin pensar para nada en el misterio correspondiente del Rosario, ya que es psicológicamente imposible atender eficazmente a dos cosas a la vez.
2°. Durante el rezo de las tres primeras Avemarías, fijarse exclusivamente en el sentido de esas Avemarías, saludando a la Virgen con ellas y sin tener para nada en cuenta el misterio a que pertenecen, por la razón ya indicada.
3°. Durante el rezo de las tres siguientes Avemarías, pensar solamente en el misterio correspondiente que se está rezando, sin pensar para nada en las Avemarías que se recitan.
4°. Durante las tres o cuatro Avemarías finales, pensar sólo en las consecuencias prácticas que se desprenden del misterio correspondiente (ej.: humildad de María, su amor a la cruz, etc.)
5°. Durante el Gloria, pensar únicamente en glorificar con él a la Santísima Trinidad.

En segundo término, el Rosario ha de rezarse devotamente. La devoción consiste en una prontitud del ánimo para las cosas tocantes al servicio de Dios. Es imposible que el alma no se sienta llena de devoción si reza tan perfectamente como le es posible el Rosario.
Una cosa importantísima hemos de advertir aquí. El fin principal de toda oración vocal o mental es unir el alma con Dios de la manera más íntima realizable. Todo lo demás, incluso la impetración de las gracias que pedimos, es secundario en relación a esta finalidad suprema. De donde hay que concluir que, si durante el rezo del Rosario o de cualquier otra oración vocal no obligatoria se sintiera el alma llena de un amor de Dios tan intenso que el rezo le resultara muy penoso o poco menos que imposible, habría que suspender inmediatamente el rezo sin escrúpulo alguno, para “dejarse abrasar en silencio” por aquella llama de amor viva “que sabe a vida eterna y paga toda deuda” como dice San Juan de la Cruz.

El rezo del Rosario en las condiciones que acabamos de indicar constituye una de las más grandes y claras señales de predestinación que podemos alcanzar en este mundo, al reunir la eficacia infalible de la oración impetratoria de la perseverancia final y la poderosísima intercesión de María como mediadora universal de todas las gracias.
Quiera Dios conceder a cada uno de los lectores el deseo ardiente de un gran devoto de la Virgen en su doble advocación del Carmen y del Rosario:

Cuando con blanco sudario
cubran los despojos míos,
¡Sálveme tu escapulario
y tengan mis dedos fríos
las cuentas de tu Rosario