domingo, 17 de julio de 2016

ORAR PARA PEDIR CON CONSTANCIA

Todos tenemos conciencia de que Dios contesta nuestras oraciones. Las contesta por si, por no, o diciendo más adelante.

Pero aun así, sus respuestas son inesperadas, suceden de repente, condensando seguramente todos nuestros pedidos, oraciones y necesidades. Piense en las cosas que le han pasado.
Tarde o temprano nos damos cuenta que alguna cosa por la que habíamos estado en oración durante largo períodos o tal vez años, fue contestada, pero de una manera en que no nos imaginábamos que iba a suceder.
Y eso sucede porque Dios se mueve de repente.
¿Alguna vez has contemplado las muchas veces que en tu vida las cosas importantes (buenas y malas) hanllegado de repente?
Es como si Dios fuera acumulando esfuerzos o nos estuviera preparando para lo que quiere darnos, a veces positivos y a veces negativos. Como si estuviera preparando el terreno.
Pero también nosotros debemos preparar el terreno para la contestación.

No sirve hacer un pedido una vez y luego esperar que conteste. Dios quiere que seamos constantes en el pedido, que insistamos, porque de esa forma estaremos demostrando nuestro compromiso por obtener la cosa.

Pero por otro lado, la constancia en la repetición del pedido nos va haciendo reflexionar sobre lo que pedimos y muchas veces nos damos cuenta en el proceso que quizás eso no sea lo mejor que nos pudiera pasar, que eso es una tentación, o que mejor sería si pidiéramos una variante de lo inicial.
Ese pedido constante que debemos hacer a Dios no puede ser de otra manera que mediante la oración. Es la oración la que lleva el pedido, la que puede ablandar a Dios, y es además la que nos da paz.
¿Crees que tiene el mismo efecto inmediato para ti pedir a Dios por tus necesidades en oración que fuera de oración? ¿Te sientes igual luego del pedido en oración que luego del pedido en una simple frase?
¿No te trae más paz y confortamiento la oración?

Quizás el Padre quiera que seamos insistentes para que oremos más porque él sabe los frutos que la oración produce en nosotros.

Y para los católicos el Rosario es la oración por excelencia, por eso debemos afinar como lo rezamos de manera especial.

10 CONSEJOS DEL CARMELO

1 – Tener una línea de la liturgia del día y repetirla durante el día – una nueva línea todos los días. El salmo responsorial y el tema del Evangelio son buenos para su uso.

2 – Dejar un pensamiento espiritual de un himno o un libro o de la Misa, como música de fondo en tu mente durante el día.

3 – Toma una tarjeta (o imagen) de Cristo y ponla donde la puedas ver y piensa sobre él.

4 – Haz una comunión espiritual cada hora. Utiliza un cronómetro por ejemplo.

5 – Fija tu mirada el interior hacia Él en medio de sus ocupaciones.

6 – Encuentra un “momento de gatillo”, como poner las llaves sobre la mesa, apagar el ordenador, o preparar la ropa para el día siguiente, que pueda servir como un recordatorio para hacer una oración corta.

En lugar de tomar un café, toma un descanso breve de oración. En la media mañana o a media tarde, levántate y muévete en un espacio diferente y piensa en Dios.

8 – Piensa en Dios cada vez que mires el reloj por ejemplo.

9 – Canta himnos en su corazón durante el día.

10 – Haz aspiraciones espirituales durante el día.


8 CONSEJOS PARA REZAR MEJOR EL ROSARIO

En base a los consejos anteriores, tabién están estos consejos del padre P. Evaristo Sada LC.

1 – Antes de iniciar el Rosario es provechoso guardar unos segundos de silencio

Es para tomar conciencia de lo que vas a hacer y así rezarlo con devoción, no mecánicamente. Adoptar la actitud del hijo que se acerca con mucho cariño a su Madre del cielo y decirle algo así:
Aquí me tienes de nuevo, María, quiero estar un rato contigo, mostrarte mi afecto, sentir tu cercanía; quiero que me ayudes a conocer mejor a Tu Hijo, que me enseñes a rezar como Él y a parecerme cada día más a Él.

2 – Durante unos minutos o durante todo el rezo del Rosario puedes tener delante una imagen de la Santísima Virgen

Esto es para que te recuerde a la que está en el cielo. A partir de la imagen perceptible con los sentidos, traes a la memoria a tu Madre del cielo y ponte espiritualmente en Sus brazos.

3 – Recuerda que el Rosario consiste en meditar y contemplar los principales episodios de la vida de Cristo para conocerlo, amarlo e imitarlo.

Mientras rezas las diez Avemarías de cada misterio como si fueran una melodía de fondo que tranquiliza y serena, centras tu oración en Cristo, su vida, sus enseñanzas.
Los misterios del Rosario son como un compendio del mensaje de Cristo. Cada misterio tiene sus gracias especiales, grandes temas en qué meditar, grandes enseñanzas. Meditar en los misterios de la vida de Cristo nos ayuda a crecer en nuestra configuración en Él. No es un simple ejercicio intelectual, sino un encuentro vivo con Cristo, pues por las virtudes teologales podemos entrar en contacto real con Cristo.

4 – Ponte al lado de María y juntamente con Ella recuerda a Cristo

Si rezas así el Rosario, verás que algo sucede en tu alma mientras lo rezas. Experimentas la presencia de María que te dice que Ella está allí, siempre a tu lado, te abraza, te enseña a contemplar a Jesús.
Durante el Rosario, María trabaja de manera especial en tu alma, modelándola conforme a la imagen de Jesús. Ella es quien nos conduce de modo más seguro a Cristo y lo hace no sólo con su ejemplo sino con una acción espiritual, profundamente eficaz.
Cuando María y el Espíritu Santo trabajan juntos, forman una mancuerna realmente poderosa.

5 – Rezar el Rosario es rezar desde el corazón de María. “Aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y la profundidad de su amor”

María es modelo insuperable de contemplación. A partir de la experiencia de María, el Rosario es oración contemplativa; es entrar a la escuela de oración de la Virgen María. Nos enseña mostrándonos a Jesús y permitiéndonos ver cómo ella los vive interiormente.

6 – Ten siempre presente que el Rosario es un arma poderosaRezándolo con esta certeza de fe, obtenemos abundantes gracias a través de las manos de María

La paz del mundo es una intención particularmente querida por María. Otra intención muy especial y que, como dice Juan Pablo II, requiere hoy “urgente atención y oración”, es la familia.

7 – Es una oración que ayuda a unificar e integrar toda la vida y a ponerla en manos de Jesús y María

Pues a lo largo de los misterios del Rosario podemos ir poniendo en sus manos las personas que más llevamos en el corazón, la familia, los amigos, la Iglesia, la nación, la humanidad, la misión, el trabajo, las preocupaciones e intenciones personales.

8 – El hábito de rezar el Rosario todos los días es un modo de asegurar un contacto diario con la Virgen María

De expresarle todo tu afecto, veneración y gratitud. Es buenotratar de rezarlo cada día mejor, con más atención, disponiéndote con las actitudes correctas, meditando mejor, poniendo más amor.

VICIOS EN LA ORACIÓN

El padre Sada también nos advierte de errores frecuentes en la vida de oración.
Acudo a Dios sólo para pedirle que me resuelva problemas y necesidades que me interesan: salud, trabajo, familia, tranquilidad, etc.
Cuando voy con mis preocupaciones, mi oración termina siendo una reflexión personal acerca de cómo resolverlas. Ya no hablo con Dios sino sólo conmigo.
Hablo, hablo y hablo, sin escuchar a Dios. Más aún, no sé qué significa escuchar a Dios, ni cómo habla Él.
Creo que oro bien si los sentimientos son bonitos. Si no, pienso que algo estoy haciendo mal, que no sé orar.

Mi oración se reduce a fórmulas memorizadasque la mayoría de las veces repito sin atención.

Cuando rezo hago cosas, pero no entro en contacto personal de corazón con Dios. Mi “oración” es una especie de acto intimista en solitario.

Trato poco a Cristo Eucaristía.
Uso muy poco la Biblia en mis meditaciones.
Concibo la oración sólo como iniciativa humana: soy yo quien tiene la iniciativa de establecer comunicación con Dios y me esfuerzo por alcanzarlo.
Mi relación con Dios va en paralelo de mi vida ordinaria, es un apartado en la rutina diaria o semanal, como una actividad más junto al resto de mis quehaceres.
No medito o mi meditación se limita a pensar, a desarrollar reflexiones teológicas.
Rezo como me enseñaron de niño y allí me quedé.
Mido y cuento el tiempo que le dedico a Dios. Soy tacaño con Dios, mi tiempo con Él no es tiempo de calidad, con frecuencia le dejo las migajas del día.
Creo que ya me las sé todas en materia de oración, que no tengo más que aprender. Cuando otros hablan del tema, pienso que yo sé más…
Evito las oraciones comunitarias.
Voy a rezar tan distraído que al final sé que entré y salí de la iglesia o capilla sin haber entablado un mínimo contacto personal con Dios.
Estoy tan acostumbrado y me he resignado ya a cómo es mi oración, que ya no deseo ni suplico a Dios que me conceda una mayor intimidad con Él, ni creo en el fondo que Él me la desee conceder.
Considero que tengo hilo directo con Dios y descuido sin embargo mi vida sacramental (misa, comunión, confesión) y espiritual (vida interior, virtudes, recurso a medios de perseverancia como la dirección espiritual, etc.)
Rezo sólo cuando me siento digno de rezar. Cuando me siento indigno, porque he pecado, o me he enojado, o no estoy bien conmigo mismo o con los demás, me excuso diciendo que sería hipócrita si rezara, y dejo de hacerlo.
Mi objetivo es cumplir con aquello a lo que me comprometí. Muchas veces no sé ni lo que hago, sólo rezo con tal de cumplir (misa dominical, liturgia de las horas, rosario….)
Fuentes:

sábado, 16 de julio de 2016


LA HISTORIA DEL ESCAPULARIO EN GENERAL

El escapulario tiene su origen en los hábitos llevados por las órdenes monásticas, a partir de los benedictinos, y más tarde adoptado por muchas otras comunidades religiosas.
Básicamente, se le decía escapulario a un trozo de tela que se llevaba sobre los hombros que caía sobre el pecho y la espalda de la persona con una abertura para la cabeza.

En un primer momento el escapulario servía más como un delantal usado durante el trabajo, especialmente el trabajo agrícola; en consecuencia, en la Regla de San Benito es identificado como la “ópera scapulare propter” (“el escapulario para las obras”).

escapulario rojo
Escapulario Rojo
En el siglo IX un monje recibió el escapulario después de la emisión de los votos, y se hizo conocido como “el yugo de Cristo” (iugum Christi ) y “el escudo de Cristo” (scutum Christi).
Ciertas modificaciones fueron realizadas por las distintas comunidades convirtiendo al escapulario era una parte distintiva del hábito religioso.
Con el tiempo los laicos piadosos que trabajaban en estrecha colaboración con las comunidades monásticas adoptaron una versión más pequeña del escapulario.

Este escapulario más pequeño consistía en dos pequeños trozos de tela unidos por dos cadenas, y se usa alrededor del cuello y debajo de la ropa de la persona.

Con el tiempo estos pequeños escapularios tenían marcas de pertenencia a cofradías, y suponía que grupos de laicos que se unían al apostolado de una comunidad religiosa y aceptaban ciertas reglas. Estas versiones más pequeñas del escapulario se hicieron crecientemente más populares entre los laicos.
La clave a esta devoción no es simplemente el uso de un trozo de tela, sino la conversión espiritual que significa.
Tal vez la mejor manera de apreciar el uso de un escapulario es reflexionar sobre la oración de bendición que se ofrece en el Ritual Romano:
“Oh Dios, autor y consumador de toda santidad, llama a todos los que han renacido de Agua y del Espíritu Santo a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad. Mira con bondad a los que devotamente reciben este escapulario (en alabanza de la Trinidad o en honor de la pasión de Cristo o en honor de la Virgen María). Mientras vivan, deja que se conviertan en partícipes de la imagen de Cristo tu Hijo y, después de haber cumplido su misión en la tierra con la ayuda de María, la Virgen Madre, recíbelos en el gozo de tu hogar celestial”.

LOS ESCAPULARIOS MÁS POPULARES

Hasta la fecha, la Iglesia ha aprobado 18 escapularios diferentes, que se distinguen por el color, el simbolismo y la devoción.
La mayoría de los escapularios todavía significan la afiliación de una persona a una cofradía particular, al menos vagamente. La siguiente es una breve descripción de los seis más populares:

El Escapulario Marrón de Nuestra Señora del Carmen

Este es el más conocidos y más popular. Según la tradición, Nuestra Santísima Madre se apareció a San Simón Stock en Cambridge, Inglaterra el domingo 16 de julio de 1251. (En nuestro año litúrgico 16 de julio es el día de la fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo.)

Ella le hizo entrega de la escapular y le dijo:
“Toma hijo querido, este escapulario de tu orden como una insignia de mi cofradía para ti y todos los carmelitas, como un signo especial de la gracia; el que muere con esta prenda no sufrirá el fuego eterno. Es signo de salvación, una salvaguarda en los peligros, prenda de paz y de la alianza”.
Escapulario Azul
Escapulario Azul
En esta aparición y con este regalo, nuestra Santa Madre prometió una protección especial a todos los miembros de la Orden del Carmen que veremos más abajo

Ten en cuenta que la Iglesia no enseña que llevar un escapulario es un boleto seguro al cielo, sino que debemos esforzarnos por estar en estado de gracia, implorar el perdón de nuestro Señor, y confiar en la ayuda maternal de la Santísima Virgen – todos actos positivos de una persona que lleva un escapulario con sinceridad.


El Escapulario Rojo de la Pasión de Cristo

En 1846, Cristo se apareció a una Hija de la Caridad de San Vicente de Paul, Louise-Apolline Andriveau, y le presentó un escapulario rojo.

Un lado representa a Nuestro Señor crucificado con los instrumentos de la pasión al pie de la cruz; alrededor de la imagen está la inscripción “La Santa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, nos salvará”. Del otro lado están representados los Corazones de Jesús y María con la inscripción circundante “Sagrados Corazones de Jesús y María, protéjannos”.
Cristo prometió que todos los que vistan este escapulario todos los viernes tendrán un gran aumento de la fe, la esperanza y la caridad. Esta aparición se repitió varias veces, y el 25 de junio de 1847 el Papa Pío IX aprobó oficialmente el escapulario y concedió el permiso para su bendición e investidura.

El Escapulario Negro de los Siete Dolores de María

Después establecimiento formalmente por el Papa Alejandro IV la Orden de los Siervos en 1255, hombres y mujeres laicos formaron una cofradía en honor de los Siete Dolores de María.
Como un signo de pertenencia llevaban un escapulario negro, por lo general con una imagen de la Madre de los Dolores en la parte frontal.
escapulario verde
Escapulario Verde

El Escapulario Azul de la Inmaculada Concepción

En 1581, el Venerable Ursula Benicasa, fundadora de la Orden de los Monjas Teatinas, tuvo una visión de nuestro Señor que le reveló el hábito y el Escapulario su comunidad en honor de la Inmaculada Concepción.

La Venerable Ursula imploró al Señor que le concediera las mismas gracias a los fieles que se pusieran el pequeño escapulario azul. Este escapulario tiene por un lado la imagen de la Inmaculada Concepción y en el otro el nombre “María”.
En 1671 el papa Clemente X concedió el permiso para bendecir e investir a la gente con este escapulario. Más tarde en 1894 se estableció una Cofradía de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y Madre de Dios, para todos los que usaran este escapulario.

El Escapulario Blanco de la Santísima Trinidad

Cuando el Papa Inocencio III aprobó la orden de los Trinitarios el 28 de enero de 1198, un ángel se le apareció, vestido con una túnica blanca sobre la que había una cruz formada por una barra horizontal azul y una barra roja vertical.

Esta prenda se convirtió en el hábito de los Trinitarios y finalmente fue el modelo para el escapulario que llevan los laicos que se convirtieron en miembros de la Cofradía de la Santísima Trinidad.

El Escapulario Verde

En 1840 Nuestra Señora dio el escapulario verde del Inmaculado Corazón de María a Sor Justine Bisqueyburu, una Hija de la Caridad de San Vicente de Paul.

Ella pertenecía a la misma comunidad que Santa Catalina Labouré, a quien la Mater había manifestado la Medalla Milagrosa 10 años antes.
Este escapulario verde tiene la imagen del Inmaculado Corazón de María por un lado y la imagen del Inmaculado Corazón, traspasado por una espada, rodeado por la inscripción, “Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte”.
Este escapulario simplemente puede ser bendecido por un sacerdote, y luego usa, o se coloca en la ropa de uno, en la cama, o en la sala. El Papa Pío IX aprobó el escapulario verde en 1863 y nuevamente en 1870.
Virgen_del_Carmen

EL ESCAPULARIO CARMELITA

La ropa o el hábito carmelita consiste en una túnica de color marrón sobre la que se coloca un escapulario marrón. En el principio el escapulario era una prenda de trabajo – una especie de delantal llevado sobre la túnica para protegerla y así mismo unsímbolo del servicio divino al que se llamaba a los monjes o eremitas.
Esta prenda, que ahora se llama escapulario, es un signo de la protección de María para los que lo usan. Debido a que el escapulario es una prenda de tela cualquiera podría recibir el Escapulario Marrón en la forma de un pequeño escapulario de tela(más tarde también la medalla escapulario).
Así, el Escapulario para los laicos se convierte en un sacramental, un medio de gracia cuando se usa con devoción. Los sacramentales nos preparan para recibir la gracia y nos disponen a cooperar con ella. El uso de los sacramentales impone un compromiso o responsabilidad por parte del usuario. ¡No son amuletos mágicos!
El pequeño escapulario consiste en dos piezas de tela de color marrón con un segmento que cuelga sobre el pecho del usuario, y otro colgando de espalda. Estas piezas se unen por dos correas o hilos que se superponen en cada hombro – de ahí la palabra “escapulario” (escapular = omóplato).
Normalmente se usa debajo de la ropa. El pequeño escapulario viene en diferentes estilos, ya que puede o no puede estar recubierto de plástico, y puede o no tener una imagen impresa o bordada en él.
El aspecto importante es que las 2 piezas están hechas de tela, y ya no se requiere que la tela sea de lana.
Una vez que una persona ha sido investido con el escapulario de tela, él / ella puede usar la medalla escapulario con la representación de Jesús con su Sagrado Corazón en un lado y María en el otro. Esta elección puede hacerse debido alergias, o clima tropical u otra razón suficiente, sin embargo, la tela sigue siendo preferible a la medalla, ya que la medalla no da el valor de signo de una prenda de vestir.
escapulario carmelita
Escapulario Carmelita

LA INVESTIDURA DEL ESCAPULARIO A LOS LAICOS

Una pregunta que surge con frecuencia es si una persona laica se puede investir con el escapulario. La respuesta a esto es que cualquier sacerdote / diácono católico podrá investir a un católico bautizado con el Escapulario. Los laicos no pueden bendecir un Escapulario.

Una buena fuente de referencia para la mejor comprensión de la historia y la devoción, así como el ritual en cuestión, es la “Catequesis y Ritual para el Escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo”, publicado en 2000. Ver también aquí
También hay una forma de la bendición y la investidura en el Libro de Bendiciones que normalmente se encuentra en cualquier parroquia católica, el rito más reciente para la Bendición de e Inscripción en el Escapulario, aprobado en 1996 por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
hermanas carmelitas

LAS DOS PROMESAS DE LA VIRGEN MARÍA

Estas son las dos promesas sobrenaturales de la Virgen María.

Morir en gracia de Dios

Preservación o exención del infierno para cuantos mueren revestidos con el Escapulario Carmelitano. 
Las palabras de la Virgen fueron éstas: “El que muriere con el Escapulario no padecerá el fuego del infierno”.

Salir del Purgatorio lo antes posible

Estando en oración el Papa Juan XXII, se le apareció la Virgen, vestida del hábito carmelitano, y le prometió sacar del purgatorio el sábado después de la muerte al que muriese con el Escapulario.
María dijo al Papa: “Yo Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos hubieses vestido mi Escapulario”.
escapulario del carmen

EL PRIVILEGIO SABATINO

Hubo la creencia más adelante en el llamado Privilegio Sabatino. Este privilegio es una promesa de la Virgen que consiste en la liberación del purgatorio el primer sábado (día que la Iglesia ha dedicado a la Virgen) después de la muerte por medio de una intercesión especial de la Virgen

Se originó en una bula o edicto que fue proclamado por el Papa Juan XXII en marzo 3, 1322 como resultado de una aparición que tuvo de la Virgen en la que prometió para aquellos que cumplieran los requisitos de esta devoción que
“como Madre de Misericordia, con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza”.

Condiciones para que aplique este privilegio:
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1) Usar el escapulario con fidelidad.
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2) Observar castidad de acuerdo al estado de vida.
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3) Rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas en honor a la Virgen) o rezar diariamente 5 décadas delrosario.

El Papa Pablo V confirmó en una proclamación oficial que se podía enseñar acerca del privilegio sabatino a todos los creyentes.
entrega de maria del escapulario del carmen

EL ORIGEN DEL ESCAPULARIO CARMELITA MARRÓN

Ahora tu te puedes preguntar, “¿Dónde, pues se originó el escapulario?”
Después que los eremitas Carmelitas comenzaron a emigrar a Europa por el 1200, tuvieron algunos momentos difíciles para establecerse, hasta obtener el reconocimiento pleno de la Iglesia y garantizar la supervivencia de la Orden.

La tradición nos dice que San Simón Stock, un carmelita inglés, en una visión de María, recibió de sus manos el escapulario marrón en la que ella le dijo:
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“Este es un privilegio para ti y el orden: el que muere llevando este Escapulario será salvo”Ver más aquí

Desde este momento un cambio milagroso tuvo lugar en la Orden.
imposicion del escapulario

LA COFRADÍA DEL ESCAPULARIO CARMELITA

Cualquier persona que opta por inscribirse en la Cofradía del Escapulario se identifica con la misión de la Orden del Carmen: ser en el mundo signo profético de la unión con Dios, que es la de “estar en la presencia de Dios” como testigo de su misericordia en comunión con nuestros hermanos y hermanas. María nos conduce en este camino de fe hacia su Hijo. Puedes leer más aquí.

Así, las palabras de la Investidura establecen:

Recibe este Escapulario, un signo de su relación especial con María, la Madre de Jesús, a quien le prometiste a imitar. Que sea un recordatorio de tu dignidad como cristiano, en el servicio a los demás y la imitación de María.
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Llévalo como un signo de su protección y de pertenencia a la Familia del Carmelo, haciendo voluntariamente la voluntad de Dios y dedícate a construir un mundo fiel a su plan de comunidad, justicia y paz”.