lunes, 23 de mayo de 2016

TESTIMONIO DE: JIM CAVIEZEL, ACTOR DE LA PELICULA , LA PASION DE CRISTO

Sed prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas

Sed prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas 

PalomaEl presupuesto de cuanto se publica en esta sección es que por motivos que no son simplemente convencionales, ciertos colores, ciertas líneas, ciertas formas de objetos materiales, ciertos perfumes y ciertos sonidos tienen afinidad con estados de espíritu del hombre. Hay colores que son afines con la alegría, otros con la tristeza. Hay formas que llamamos majestuosas, otras sencillas. Decimos de una familia que es acogedora. Y lo mismo podemos decir de una casa. Decimos de la forma de conversar de alguien que es encantadora. Y lo mismo podemos afirmar de una música. Nos puede parecer que un perfume es vulgar y lo mismo podemos decir de las personas a quienes les gusta usarlo.
Serpiente
Ambiente es la armonía constituida, en este campo, por la afinidad de varios seres reunidos en un mismo lugar. Imagínese una sala con proporciones amenas, decorada con colores risueños, amueblada con objetos graciosos, en la que hay muchas flores exhalando un aroma suave; alguien toca en esta sala una música alegre. Se forma ahí un ambiente de alegría.
Claro está que el ambiente será tanto más expresivo cuanto más numerosas sean las afinidades entre los seres que en tal sala se encuentren. Y así ese ambiente podrá ser además de alegre, también digno, distinguido, sereno, si la dignidad, la distinción y la serenidad existiesen en las personas y cosas que ahí están. El ambiente será lo contrario de todo esto, o sea, triste, extravagante, feo y vulgar si los objetos que lo constituyen tienen, todos, esas notas.
Los hombres forman para sí ambientes a su imagen y semejanza, ambientes en los que se reflejan sus costumbres y su civilización. Pero lo recíproco también es verdadero, en gran medida. Los ambientes forman a su imagen y semejanza a los hombres, las costumbres, las civilizaciones. En pedagogía esto es trivial. Pero ¿Valdrá solo para pedagogía? Quién osaría negar la importancia de los ambientes en la formación de los adultos; formación, decimos con toda propiedad, pues en esta vida el hombre, en todas las edades, tiene que dedicarse al esfuerzo de formarse y reformarse, preparándose así para el cielo, que es donde cesa nuestra marcha hacia la perfección. Así el católico puede y debe exigir de los ambientes en que está que sean instrumento eficaz para su formación moral.
De la importancia del ambiente para el equilibrio de la vida mental y la rectitud de la formación moral del hombre, tenemos una prueba en la sabiduría, belleza y magnificencia con que Dios dispuso todo el cuadro de la naturaleza para que lo contemplemos. Hay en el universo, no uno sino miles y miles de ambientes y todos adecuados para instruir y formar al hombre. A tal punto esto es verdad que la Sagrada Escritura numerosas veces apela a seres materiales para hacernos entender y apreciar realidades espirituales y morales. El hombre, con su poder limitado, constituye sus ambientes haciendo seres sin vida -muebles, sillones, etc.- Y fabricando figuras de la realidad: Pinturas, esculturas, mosaicos. Dios, por el contrario, hizo la propia realidad, y, Autor de la vida, dio realce y riqueza al ambiente de la creación, colocando en él seres vivos: plantas, animales, y sobretodo al hombre.
De este poder de expresión de los seres inferiores, y sobretodo los animales, tenemos pruebas en los Evangelios, así, en su hermoso sermón de la misión de los Apóstoles (Mt. 10,16), Nuestro Señor nos propone a la paloma y a la serpiente como modelos de dos altas virtudes: la inocencia y la prudencia.
Llena de armonía en sus líneas, sencilla en el colorido, graciosa en los vuelos y en los movimientos, “afable” con los demás animales, pura y cándida en todo su ser, la paloma nada hace que pueda sugerir la idea de rapiña, de agresión, de injusticia, de desequilibrio, de impureza. Es pues, muy adecuadamente, en el lenguaje del Salvador el símbolo de la inocencia.
Pero algo le falta: las aptitudes por las cuales un ser asegura su supervivencia en la lucha contra los factores adversos, su perspicacia es mínima, su combatividad nula, su única defensa consiste en la huida. Y por esto el propio Espíritu Santo, nos habla de “palomas imbéciles, sin inteligencia” (Oseas 7, 11).
Lo que nos hace recordar a ciertos católicos deformados por el romanticismo, para quienes la virtud consiste sólo y siempre en apagarse, en bajar la cabeza, en ser ridiculizados, en retroceder, en dejarse humillar.
¡Cuán diferente es la serpiente, agresiva, venenosa, falsa, perspicaz y ágil! Elegante y al mismo tiempo repugnante; frágil al punto de poder ser aplastada por un niño, y peligrosa a punto de matar un león con su veneno; adaptada por toda su forma, su modo de moverse y de actuar, al ataque velado, traicionero, fulminante; tan fascinante que en ciertas especies hipnotiza y, al mismo tiempo esparce a su alrededor el terror, es ella verdaderamente el símbolo del mal, con todos los atractivos y toda la felonía de las fuerzas de la perdición.
Ibis
Pero en toda ésta “malicia” cuanta prudencia, cuanta astucia. La prudencia es la virtud por la cual alguien emplea los medios necesarios para llegar a los fines que tiene en vista. La astucia es un aspecto y, en cierto modo, una quintaesencia de la prudencia, por la cual se mantiene todo el silencio y se emplean todos los disfraces lícitos, necesarios para alcanzar un fin. Todo en la serpiente es astucia y prudencia, desde su penetrante mirada hasta lo escurridizo de su forma, y lo terrible de su arma esencial: una sola y pequeña picadura en la piel de la víctima pero a través de ella, un veneno que en pocos instantes circula por todo el cuerpo.
El ibis nos da un ejemplo magnífico de como se pueden aliar en una sola acción la inocencia de la paloma y la astucia de la serpiente. Su nido lo hace en árboles y protege con vigilancia y energía a su progenie. Es así, un ejemplo de virtud seria y fuerte para el hombre.
Viene, sin embargo, la serpiente, y le traga un huevo, amenazando deglutir los demás. No menos hábil y capaz que el reptil, el ibis le ataca en el punto exacto, inutilizándole todos los recursos de agresión y de defensa. Después de algún tiempo de presión, la serpiente entrega el huevo y cae desfallecida al suelo.
El ibis alcanzó un objetivo honesto con la inocencia de la paloma, empleando los recursos de lucha, que vencieron en astucia a la serpiente.
Plinio Corrêa de Oliveira  in Ambientes, Costumbres, Civilizaciones

jueves, 19 de mayo de 2016

Medalla de san Benito tradicion Catolica

Una Medalla de Extraordinario Valor Exorcístico y Dispensadora de Gracias.

Las medallas de San Benito tienen valor exorcístico, pero hay varias cosas que se desconocen de ellas o se mal interpretan.

En este artículo queremos describir como es la Medalla de San Benito para que no seas engañado, para que sirve, como te protege, cómo se bendice, que indulgencias obtienes de la Iglesia por su uso, y luego te damos una serie de oraciones que deberías rezar para potenciar el efecto de la medalla.

LA HISTORIA DE SAN BENITO
San Benito de Nursia, Italia (AD 480-543), hermano gemelo de Santa Escolástica, es considerado como el padre del monacato occidental, y su “Regla de San Benito” vino a ser la base de la organización para muchas órdenes religiosas (la propia Orden tiene su base en Monte Cassino, Italia, a unos 80 kilómetros al sur de Roma).
Benito nació en Nursia. Fundó monasterios en Subiaco y sus alrededores y luego en Monte Cassino. Enseñó a sus discípulos a cantar las alabanzas a Dios en la Liturgia de las Horas; a tomar como guía el Evangelio, a trabajar cuidando todo lo que hay en la creación como “vasos sagrados del altar”, a vivir en el amor y el servicio mutuo y a responder a las necesidades del pueblo de Dios.
Para comprender el simbolismo de la Medalla, debes saber de este evento en la vida de San Benitohabía estado viviendo como un ermitaño en una cueva durante tres años, famoso por su santidad, cuando una comunidad religiosa llegó a él después de la muerte de su abad y le pidió a Benito tomar su relevo.
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A algunos de los “monjes” no me gustó este plan y trataron de matarlo con pan y vino envenenado. Al igual que San Juan el Divino se salvó milagrosamente de ser envenenado, porque cuando San Benito hizo la señal de la cruz sobre estas cosas, supo que estaban envenenados, por lo que cayó la copa y encomendó a un cuervo para llevarse el pan.

LA MEDALLA DEL JUBILEO DE SAN BENITO

frente y reverso de ledalla de san benito

FRENTE

Un lado de la medalla lleva la imagen de San Benito, con una cruz en la mano derecha y la Santa Regla en la izquierda.
De un lado de la imagen está una taza, por el otro, un cuervo, y por encima de la copa y el cuervo están inscritas las palabras: “Crux Sancti Patris Benedicti” (Cruz del Santo Padre Benito). En el margen de la medalla se representa la leyenda “Ejus en obitu nostro praesentia muniamus” (Permite que en nuestra muerte, ser fortalecido por su presencia).

REVERSO

En la parte superior de la cruz, por lo general se encuentra la palabra Pax (paz) o el monograma IHS (Jesús).
El reverso de la medalla lleva una cruz con las letras iniciales de las palabras: “Crux Sacra Sit Mihi Lux” (La Santa Cruz sea mi luz), escrito hacia abajo en la barra perpendicular; las letras iniciales de las palabras: “Non Draco Sit Mihi Dux “ (No permitas que el dragón sea mi guía), en la barra horizontal, y las letras iniciales de “Crux Sancti Patris Benedicti” en los ángulos de la cruz.
Alrededor del margen están las letras iniciales del dístico: “Vade retro Satana, Nunquam Suade Mihi Vana – Sunt Mala Quae Libas, Ipse Venena Bibas” (Vete, Satanás, no me sugieras tus vanidades – mal están las cosas que tú pretendes, bebe tú, tu propio veneno).

LA HISTORIA DE LA MEDALLA DEL JUBILEO

La medalla que acabamos de describir es la medalla llamado del jubileo, que llamó la atención por primera vez en 1880, para conmemorar el catorce centenario del nacimiento de San Benito. La Archiabadía de Monte Cassino tiene el derecho exclusivo de esta medalla.
La medalla de San Benito ordinaria por lo general difiere de la anterior en la omisión de las palabras “ejus en obitu etc”, y en algunos detalles sin importancia. (Para las indulgencias conectadas con ella ver Beringer, “Die Ablassé”, Paderborn, 1906, p. 404-6).
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LOS ORÍGENES ANTIGUOS DE LA MEDALLA

Es dudoso cuando se originó la Medalla de San Benito. Durante un juicio por brujería en Natternberg cerca de la abadía de Metten en Baviera en el año 1647, las mujeres acusadas declararon que no tenían ningún poder sobre Metten, que estaba bajo la protección de la cruz.
Bajo la investigación, una serie de cruces pintadas, rodeadas por las letras que se encuentran ahora en la medalla benedictina, fueron encontrados en las paredes de la abadía, pero su significado había sido olvidado.
Por último, en un viejo manuscrito, escrito en 1415, se encontró un cuadro que representa a San Benito sosteniendo en una mano un bastón que termina en una cruz, y un pergamino en la otra.
Estaban escritas por completo las palabras de las cuales las misteriosas letras eran las iniciales. Medallas con la imagen de San Benito, una cruz, y estas letras comenzaron a ser distribuidas en Alemania, y pronto se extendió por Europa. Ellas fueron aprobadas por Benedicto XIV en sus escritos del 23 de diciembre de 1741, y el 12 de marzo de 1742.

LA PROTECCIÓN DE LA MEDALLA

  • Para destruir la brujería y todas las demás influencias y obsesiones diabólicas;
  • Para impartir protección a las personas tentadas, engañadas, o atormentadas por espíritus malignos;
  • Para obtener la conversión de los pecadores en la Iglesia Católica, especialmente cuando se encuentran en peligro de muerte;
  • Para servir como una armadura contra la tentación;
  • Para destruir los efectos del veneno;
  • Para asegurar un parto oportuno y saludable para los niños;
  • Para brindar protección contra las tormentas y los rayos;
  • Para servir como un remedio eficaz para dolencias corporales y un medio de protección contra las enfermedades contagiosas.
  • Quienes lleven la medalla de San Benito, como un sacramental que es, a la hora de la muerte serán protegidos de todo mal siempre que se encomienden al Padre Celestial, se confiesen y reciban la comunión o al menos invoquen el nombre de Jesús con profundo arrepentimiento.
estatua de san benito abad

CÓMO USAR LA MEDALLA

  • En una cadena alrededor del cuello;
  • Adjunta a un rosario;
  • En el bolsillo o en el bolso,
  • Colocada en su coche o en casa;
  • Situada en los cimientos de un edificio;
  • Situada en el centro de una cruz.
El uso de cualquier artículo religioso es concebido como un medio de recordar a Dios y de inspirar la voluntad y el deseo de servir a Dios y al prójimo.
No es considerado como un amuleto de buena suerte o un dispositivo mágico.
Para que tenga efecto debe estar bendecida y es fuente de Gracias cuando se piden rezándole a San Benito las oraciones que publicamos más abajo.

BENDICIÓN DE LA MEDALLA DE SAN BENITO

Según el Monasterio Benedictino de la Santa Cruz, las medallas de San Benito pueden ser bendecidas por cualquier sacerdote, no necesariamente un benedictino; así se desprende de la instrucción dictada en tal sentido por la Iglesia de Roma el 26 de Septiembre de 1964.
Si el sacerdote al que tu acudas con la medalla para que la bendiga no conoce  —es raro que suceda— la siguiente fórmula específica para dicha bendición, basta con que la imprimas y se la lleves tu mismo, porque de ninguna manera tal sacerdote puede negarse.
denario de san benito

Bendición y Exorcismo de la medalla de San Benito

Exorcismo
Oficiante: Nuestra ayuda nos viene del Señor.
Portador de la medalla: Que hizo el cielo y la tierra.
O: El Señor esté contigo.
P: Y con tu espíritu.
O: Yo exorcizo esta medalla por Dios Padre + Todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos se contiene.
Que todo el poder del enemigo, todas las fuerzas y asaltos del demonio, toda tentación diabólica, sean destruidos y expulsados de esta medalla.
Que aquellos que la usen gocen de salud del alma y del cuerpo. En nombre de Dios Padre omnipotente y de Jesucristo, su Hijo y Señor nuestro y del Espíritu Santo paráclito y en el amor del mismo nuestro Señor Jesucristo, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos por medio del fuego.
P: Amén.

Bendición

O: Señor, escucha mi oración.
P: Y llegue a ti mi clamor.
O: El Señor esté contigo.
P: Y con tu espíritu.

Oración

O: Oremos. Dios Todopoderoso, dispensador de todos los bienes, te suplicamos que, por la intercesión de san Benito, bendigas esta medalla a fin de que el que la use y practique buenas obras, merezca obtener la salud del alma y del cuerpo, la gracia de santificarse y las indulgencias que nos son concedidas. Que pueda, con el auxilio de tu misericordia, rechazar todas las acechanzas y engaños del demonio y presentarse, un día, santo e inmaculado ante tu presencia.
P: Amén.
Seguidamente, el oficiante rocía la medalla con agua bendita.

lunes, 16 de mayo de 2016

el humo de satanas ..hay que soplarlo y apagarlo

san miguel color fondo

San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Oh Príncipe de la milicia celestial,
arroja al infierno con el divino poder a satanás,
y a todos los espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.  
Amen.

Es hora de traer de vuelta la oración a San Miguel Arcángel.

La Oración de San Miguel, que se decía después de la misa hasta que las reformas del Concilio Vaticano II cambiaron la liturgia, fue instituida por el Papa León XIII, después de haber recibido una visión de un debate entre Nuestro Señor y Satanás, durante el cual a Satanás le fue otorgado poder y autoridad por 100 años.
san miguel arcangel pisando a satanas

León XIII escribió la oración y ordenó que se dijera en la conclusión de la misa, lo que se hizo hasta la década de 1960.

Leer también:
 LA HISTORIA DE ESTA ORACIÓN
En Octubre 13, 1884, el Papa León XIII, experimentó una visión horrible.
La versión más ampliamente difundida de los hechos detrás de la profecía del Papa León XIII es la siguiente:
El 13 de octubre de 1884, después que el Papa León XIII había terminado de celebrar la Santa Misa en la Capilla del Vaticano, acompañado de unos pocos cardenales y miembros del personal del Vaticano, de repente se detuvo al pie del altar. Se quedó allí durante unos 10 minutos, como si estuviera en trance, con el rostro ceniciento y blanco. 
Entonces, va de la capilla a su oficina, y compuso la oración a San Miguel, con las instrucciones que se dijera después de las misas en todo el mundo.

Cuando se le preguntó lo que había sucedido, explicó que, cuando estaba a punto de dejar el altar, de repente escuchó voces, dos voces, una suave y la otra gutural y áspera. Parecían venir de cerca del tabernáculo. Mientras escuchaba, oyó la siguiente conversación:

La voz gutural, la voz de satanás con su orgullo, jactándose a Nuestro Señor:
“Yo puedo destruir tu Iglesia”
La suave voz de Nuestro Señor:
“¿Tu puedes? Entonces sigue adelante y hazlo”.
Satanás: “Para ello, necesito más tiempo y más poder”.
Nuestro Señor: “¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto poder?”
Satanás: “75 años a 100, y un mayor poder sobre aquellos que se entregan a mi servicio”.
Nuestro Señor: “Tú tienes el tiempo, tú tendrás el poder. Has con ellos lo que quieras”.
La primera versión de esta historia apareció en la prensa en 1934, en un diario alemán del domingo.
La forma en que se relató la profecía sugiere que originalmente circuló en forma oral, posiblemente entre el personal del Vaticano y la jerarquía. Como tal, es imposible rastrear una fuente original documentada. Sin embargo, podemos encontrar testimonios de testigos presenciales de los hechos detrás de la institución de la oración Leonina, citada en el diario romano Efemérides Liturgicae V. LXIX, pp 54-60.
En un artículo publicado en 1947, el Padre Domenico Pechenino, un sacerdote que trabajaba en el Vaticano durante la época de León XIII, ofrece un relato de primera mano de estos eventos:
No recuerdo el año exacto. Una mañana, el gran Papa León XIII había celebrado una misa y, como de costumbre, estaba asistiendo a una misa de acción de gracias. De repente, lo vi levantar la cabeza y mirar a algo por encima de la cabeza del celebrante. Él estaba mirando sin moverse, sin pestañear. Su expresión era de horror y asombro, el color y la expresión de su rostro cambiaba rápidamente. Algo inusual y grave estaba ocurriendo en él.
Por último, cuando recobró sus sentidos, suave pero firme tocó su mano y se puso de pie. Se dirigió a su oficina privada. Su séquito lo siguió con ansiedad y solícito, susurrando: “Santo Padre, ¿no se siente bien? ¿Necesita algo?”. Él respondió: “Nada, nada”.

Una media hora más tarde, llamó al Secretario de la Congregación de Ritos y, dándole una hoja de papel, pidió que se imprimiera y se enviara a todos los Ordinarios de todo el mundo.

¿Qué era ese papel? Era la oración que recitamos con el pueblo al final de cada Misa, es la súplica a María y la petición apasionada al Príncipe de la Milicia Celestial, (San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla…) rogando a Dios que envíe de vuelta al infierno a satanás”.
tumba de leon xiii
Tumba de León XIII
 SOBRE LOS 100 AÑOS DE SATANAS
Kevin Symonds, un advocatus diaboli y crítico de Medjugorje, cuya investigación llevó estos hallazgos a la luz, cree que lo que cuenta el P. Pechenino de estos eventos (que carece del elemento de los 100 años de la profecía), sugiere que el componente profético de esta historia es un elemento decorativo agregado más tarde.
Symonds pone de relieve un artículo escrito por el cardenal Giovanni Nasalli Rocca di Corneliano que afirma que el Papa León tuvo una visión de los demonios que convergen en la ciudad de Roma durante esta visión. Symonds cree que este aspecto visionario fue el único contenido del mensaje dado al Papa en esta ocasión.
Pero mientras el testimonio del P. Pechenino no detalla lo que el Papa León vio o escuchó en su visión, el hecho de que fue escrito trece años después de la versión original, de que esta primera profecía apareciera en la prensa, sugiere que el P. Pechenino supone que los lectores ya son conscientes de los contenidos de la profecía, y está escribiendo para confirmar lo que él vio ese día.
La razón por la que deja sin mención el elemento 100 años de esta visión, parece deberse al hecho de que él no sabía el contenido de la visión, hasta que después de estos acontecimientos hubieron pasado, y que está relatando sus experiencias como ellas pasaron. Así que el relato anterior parece ser una confirmación de primera mano que la profecía es de hecho verdadero.
Si comparamos los dos textos más arriba, podemos ver que el testimonio de don Pechenino coincide casi exactamente con la versión original de la historia detrás de la profecía. A juzgar por los dos relatos anteriores, el Papa sin duda vio algo en esta visión, tuvo una audición, así como un mensaje divino que le inspiró escribir la oración de San Miguel.
El hecho de que el Papa compusiera la oración a San Miguel encaja bien con la profecía de 100 años.
Como se describe en Apocalipsis 12, San Miguel es el vencedor del demonio, que arroja a la serpiente antigua de la corte celestial en el final de los tiempos.

El Papa León debe de haber invocado el nombre de Miguel, para solicitar su asistencia al final de este período de 100 años, cuando la presencia de Satanás en la sala de corte celestial ya no se tolerara más.

La profecía implica que San Miguel echaría a satanás del cielo al final de los 100 años, restringiendo su existencia al reino terrenal – como está profetizado en Apocalipsis 12.

 ¿DESDE CUANDO SE CUENTAN LOS 100 ANOS?
Pero ¿a partir de cuándo debe este período de 100 años ser calculado? La mayoría de los intérpretes piensan que los 100 años se refieren al siglo XX, y algunas versiones posteriores de esta profecía adoptan explícitamente este punto de vista.

Mientras que la versión original no menciona específicamente un punto de partida, sólo hay dos opciones reales – ya sea el año en que se recibió la primera visión (que según el primer relato sería en 1884), o el cambio de siglo. 

Parece que la última posición es la más probable, ya que en lo que él mismo describió como el mayor acto de su pontificado, el Papa León consagró el mundo al Sagrado Corazón de Jesús el 11 de junio de 1899, según lo solicitado por la Beata María del Divino Corazón. Como se trataba, obviamente, de una fecha de suma importancia para el pontífice, y fue en un punto de inflexión significativo (al final del siglo), sería lógico suponer que este punto fue el comienzo de los 100 años asignados a satanás.



 CÓMO COMPUSO LA ORACIÓN
León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.
Recordemos que después de media hora, León XIII llamó al Secretario para la Congregación de Ritos, le entrego una hoja de papel y le ordeno que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí él había escrito.

En la primera oleada de cambios del post-Vaticano II – en lo que se conoce como la Prima Instructio – esta invocación magnífica y potente en que se pide que el arcángel arroje del cielo a Lucifer fue retirada de la Misa rezada en la Iglesia Católica junto con una lectura de un último Evangelio.

Fue en 1964 que la nueva norma se aprobó, y en 1968 fue autorizada la nueva liturgia, menos la oración.

En la misma ventana cronológica de la eliminación de la oración de a San Miguel, se levantó la primera Iglesia de satanás (1966) en los EE.UU. y la Biblia satánica tres años más tarde.

Desde ese momento, ¿qué hemos visto? Sacerdotes que han abandonado el sacerdocio. Bancos que quedaron vacíos en los templos. Y el escándalo, especialmente el sexual por parte de sacerdotes. Toda la sociedad, el cristianismo y en particular el segmento católico, se ha convertido en el foco de desdén en una cultura que se abrió a las legiones infernales.
La eliminación de la oración – junto con la minimización casi total del exorcismo – permite el influjo de mal.
En 1972, hablando a raíz del Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI dijo que “el humo de Satanás ha entrado por alguna fisura en el templo de Dios.”
Nuestros jóvenes desviados. Los sacerdotes fueron marginados. Incluso hay canciones dedicadas al diablo sonando en las radios. La televisión sustituyó a la religión. Sexo libre. Drogas. Aborto. Promoción del matrimonio homosexual. En lugar de oración pública ahora hay blasfemia pública.
Antes de la década de 1900, el cardenal suizo Gaspard Mermillod fue citado diciendo,
“cuando la base misma de la sociedad es sacudida como consecuencia de haber negado los derechos de Dios, debemos revivir la veneración de San Miguel y con él alzaron el grito victorioso: “¿Quién es como Dios? ‘”
Del mismo modo, San Francisco de Sales escribió:
La veneración de San Miguel es el mejor remedio contra el desprecio de los derechos de Dios, contra la insubordinación, el escepticismo, y la infidelidad”
En 1994, el Papa Juan Pablo II volvió a instar a los fieles a seguir recitando la oración específicamente para la Iglesia cuando dijo:
“aunque esta oración ya no es recitada al final de la misa, les pido a todos que no olviden de recitarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de las tinieblas y contra el espíritu de este mundo”.
Recientemente, el padre Gabriel Amorth, exorcista de Roma, dijo que:
Creo que fue un error haber eliminado, sin un sustituto adecuado, la oración a San Miguel Arcángel que se solía recitar después de cada misa“.
El obispo de Peoria, EE.UU., Daniel R. Jenky, reinstauró en todos los templos de la diócesis la oración a San Miguel Arcángel, una oración “de guerra” que se usaba en EEUU durante la Guerra Fría para pedir por los cristianos perseguidos tras la Cortina de Hierro:
“…pido que cada parroquia, escuela, hospital, Centro Newman y casa religiosa de la diócesis inserte la Oración a San Miguel Arcángel entre las intercesiones generales del domingo, justo antes de su oración conclusiva”.
El mal no puede estar en presencia de san Miguel Arcángel y la situación es cada vez más grave en todo el mundo.

Por eso pedimos que luego de cada misa se rece la oración a San Miguel que antes se recitaba, y también que se recite privadamente en cada hogar una vez al día.

 ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Oh Príncipe de la milicia celestial,
arroja al infierno con el divino poder a satanás,
y a todos los espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas 
 Amen.

fuente  : forosdelavirgen.org

sábado, 14 de mayo de 2016

LLENAME DE TU ESPIRITU SEÑOR

Pentecostes ....la venida Del Espiritu Santo.....

Pentecostés conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los primeros seguidores de Jesús. Antes de los acontecimientos del primer Pentecostés, que se produjo pocas semanas después de la muerte y resurrección de Jesús, había seguidores de Jesús, pero no un movimiento que podría ser significativamente llamado “iglesia”. Por lo tanto, desde un punto de vista histórico, Pentecostés es el día en que se inició la iglesia. El Espíritu trae la iglesia a la existencia y le da vida.


Es una de las solemnidades más importantes en el calendario de la Iglesia, que tiene una rica profundidad de significado, aquí está cómo el Papa Benedicto XVI lo resumió en 2012:

Esta solemnidad nos hace recordar y revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y los demás discípulos reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo. Jesús, resucitado y ascendido al cielo, envió a su Espíritu a la Iglesia para que cada cristiano pueda participar en su misma vida divina y convertirse en su testimonio válido en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia, vence a la aridez, abre los corazones a la esperanza, estimula y fomenta en nosotros una madurez interior en nuestra relación con Dios y con el prójimo”.
Entre las actividades que de esta fiesta, se encuentra la tradicional Vigilia de Pentecostés. En el caso de Pentecostés centramos la atención en el Espíritu Santo prometido por Jesús en reiteradas ocasiones.
pentecostes

JESÚS LO HABÍA PROMETIDO

Jesús prometió enviar al Espíritu en varias oportunidades:
  • durante la Última Cena, les dice a sus apóstoles:“Mi padre os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de Verdad”
  • más adelante les dice:“Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes; pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.”
  • al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa:“Les conviene que yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,… muchas cosas tengo todavía que decirles, pero no se las diré ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, os guiará hasta la verdad completa,… y os comunicará las cosas que están por venir”
jesus espiritu santo

¿QUÉ SIGNIFICA EL NOMBRE “PENTECOSTÉS”?

Proviene de la palabra griega que significa “quincuagésimo” (Pentecoste). La razón es que Pentecostés es el quincuagésimo día después del Domingo de Pascua (en el calendario cristiano).

Este nombre se empezó a usar en el período del Antiguo Testamento tarde y fue heredado por los autores del Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento, que se conoce por varios nombres:
  • La fiesta de las semanas
  • La fiesta de la cosecha
  • El día de las primicias
Hoy en día en los círculos judíos se conoce como Shavu`ot (en hebreo, “semanas”).
Se conoce por diferentes nombres en diferentes idiomas.
En el Antiguo Testamento era un festival de la cosecha, que significa el final de la cosecha de granos. Deuteronomio 16 establece:
“Contarás siete semanas. Desde el momento en que la hoz comience a segar la mies comenzarás a contar estas siete semanas. Y celebrarás en honor de Yahvé tu Dios la fiesta de las Semanas; la medida de la ofrenda voluntaria que hagas estará en proporción con lo que Yahvé tu Dios te haya bendecido. Y te regocijarás en presencia de Yahvé tu Dios, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que viven en medio de ti, en el lugar que elija Yahvé tu Dios para poner allí la morada de su nombre”. (Dt. 16: 9-11).
descenso del espiritu santo sobre maria y los apostoles

¿QUÉ REPRESENTA EL PENTECOSTÉS EN EL NUEVO TESTAMENTO?

Representa el cumplimiento de la promesa de Cristo del final del Evangelio de Lucas:
“Así está escrito: que el Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día y que se predicaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas.

Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto” (Lc. 24: 46-49).

Este tema “revestidos de poder” viene por el derramamiento del Espíritu Santo sobre la Iglesia.
paloma del espiritu santo

¿CÓMO ES SIMBOLIZADO EL ESPÍRITU SANTO EN LOS EVENTOS DEL DÍA DE PENTECOSTÉS?

Hay varios símbolos del Espíritu Santo que piedden leerse en el Catecismo de la Iglesia Católica 694 a 701
Pero pon atención a esto:
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. Y de repente un ruido del cielo, como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2: 1-8)
Esto contiene dos símbolos del Espíritu Santo y su actividad: los elementos del viento y el fuego.

El viento es un símbolo básico del Espíritu Santo, como la palabra griega que significa “Espíritu” (Pneuma) y que también significa “viento” y “aliento”.

En relación con el símbolo del fuego, el Catecismo señala:
Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo.
El profeta Elías que “surgió […] como el fuego y cuya palabra abrasaba como antorcha”, con su oración, atrajo el fuego del cielo sobre el sacrificio del monte Carmelo, figura del fuego del Espíritu Santo que transforma lo que toca. Juan Bautista, “que precede al Señor con el espíritu y el poder de Elías”, anuncia a Cristo como el que “bautizará en el Espíritu Santo y el fuego”, Espíritu del cual Jesús dirá: “He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviese encendido!”.
En forma de lenguas “como de fuego” se posó el Espíritu Santo sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de él.
La tradición espiritual conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la acción del Espíritu Santo “No extingáis el Espíritu”. (CCC 696).
baja del espiritu santo en pentecostes fondo

LA CONEXIÓN ENTRE LAS “LENGUAS” DE FUEGO Y EL HABLAR EN OTRAS “LENGUAS”

En ambos casos, la palabra griega para “lenguas” es la misma (glossai).
La palabra “lengua” se utiliza para significar tanto una llama individual y como un lenguaje individual.

Las “lenguas como de fuego” (es decir, llamas individuales) que se distribuyen y se almacenan sobre los discípulos, los empoderan y así hablan milagrosamente en “otras lenguas” (es decir, idiomas).

Este es el resultado de la acción del Espíritu Santo, representado por el fuego.
espiritu santo y maría

¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Él es eterno, omnisciente, omnipresente, tiene una voluntad, y puede hablar. Él es, sin duda, el menos mencionado de entre las tres personas de Dios, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Y no es particularmente visible en la Biblia porque Su ministerio es dar testimonio de Jesús (Juan 15:26).

http://forosdelavirgen.org/5577/el-pentecostes-cristiano-50-dias-despues-de-pascua/

viernes, 13 de mayo de 2016

Madre Maria no me sueltes de la mano ...por favor

http://es.arautos.org/view/show/15638-13-de-mayo
Las apariciones de Fátima
Fátima es, sin duda, la más profética de las apariciones modernas!
Las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, son consideradas como las más proféticas apariciones de los últimos tiempos!
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Velorio de la Hermana Lucía
en el Carmelo de
Coimbra - Portugal
En Fátima, la Santísima Virgen no se dirigió solamente a la generación de comienzos del siglo XX, sino, sobre todo, a las que vinieron después. Y a medida que las décadas fueron pasando y el segundo milenio fue agonizando entre aprensiones y tragedias, las palabras proféticas de la Madre de Dios se tornan más reales.
Dios hace preceder sus grandes intervenciones en la historia por numerosas y variadas señales .
Frecuentemente, se sirve de personas de virtud insigne para transmitir a los pueblos sus advertencias o predecir acontecimientos futuros. Así procedió el Padre Eterno en relación con la venida del Mesías, su Hijo Unigénito. La magnitud de tal suceso, en torno al cual gira la historia de los hombres, exigía una larga y cuidadosa preparación. Así, fue anunciado durante muchos siglos por los Profetas del Antiguo Testamento, de manera tal que, en el momento de nacer Nuestro Señor Jesucristo, todo estaba maduro para su venida al mundo. Incluso entre los paganos, muchos esperaban algún acontecimiento que diese una solución a la crisis moral en que los hombres de entonces estaban inmersos.
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"Traía sus manos juntas en oración, apoyadas
sobre el pecho, y de la derecha pendía un lindo rosario
de cuentas brillantes como perlas, terminando
por una crucecita de vivísima luz plateada.
Casi se podría decir que, cuanto más importante es el acontecimiento previsto, tanto mayor la grandeza de las señales que lo preceden, la autoridad de los profetas que lo anuncian, y el tiempo de espera.
Es fácil, a la luz de esta regla, evaluar la importancia de las previsiones de Fátima, pues quien nos las anuncia no es un ángel, ni un gran santo, sino la propia Madre de Dios.
Ya en la época de las apariciones de Fátima, en los primeros años del siglo XX, los acontecimientos mundiales hacían entrever lo que sería la triste historia contemporánea. Por un lado, un progreso material casi ilimitado, parejo a una decadencia en las costumbres como nunca se vio antes.
Por otro lado, guerras y convulsiones sociales de proporciones terribles. La Primera Guerra Mundial fue un ejemplo de esa realidad, ampliamente superada por la Segunda Guerra Mundial y por todo cuanto la siguió.
A todos esos males, como Madre solícita y afectuosa, María Santísima quiso poner remedio, evitándoselos a sus hijos. Por eso descendió del Cielo a fin de alertar a la humanidad de los riesgos que corría si continuase en las vías tortuosas del pecado. Vino, al mismo tiempo, a indicar los medios de salvación: el rezo del Rosario, la práctica de los Cinco Primeros Sábados, la devoción al Inmaculado Corazón de María.
Primera aparición de la Santísima Virgen: 13 de mayo de 1917
Transcurría la primavera de 1917. La Primera Guerra Mundial, la grande y sangrienta guerra de las naciones, hacía más de tres años que extendía sus campos de batalla por casi toda la Tierra. Sin embargo, en aquella luminosa mañana del domingo 13 de
mayo, las calamidades y horrores de la guerra parecían distantes para tres pastorcitos. Se trataba de Lucía de Jesús dos Santos, la
mayor, con 10 años; Francisco y Jacinta Marto, con 9 y 7 años, respectivamente.
Después de asistir a Misa en la iglesia de Aljustrel, caserío de la parroquia de Fátima, donde residían, salieron en dirección a la sierra y allí juntaron su pequeño rebaño de ovejas castañas y blancas. El tiempo había pasado sereno y entretenido. Los pastorcitos ya habían comido su merienda, compuesta de pan de centeno, queso y aceitunas; habían rezado el Rosario, junto a un pequeño olivo que el padre de Lucía había plantado por allí. Cerca del mediodía, subieron a una parte más elevada de la propiedad y comenzaron a jugar...
Súbitamente, en medio de su inocente recreo, los tres niños vieron como una claridad de relámpago que los sorprendió. Contemplaron el cielo, el horizonte y, después, se miraron entre sí: cada uno vio al otro mudo y atónito; el horizonte estaba limpio y el cielo luminoso y sereno. ¿Qué habría pasado?
Con redoblado susto, apresuraron el paso continuando el descenso. Sin embargo, apenas habían llegado al fondo de la “Cova” se pararon, confusos y maravillados: allí, a corta distancia, sobre una encina de un metro y poco de altura, se les aparecía la Madre de Dios.
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Lucía, Francisco y Jacinta, los tres pastorcitos
fotografiados en la época de las apariciones.
Según las descripciones de la Hermana Lucía, era “una Señora vestida toda de blanco, más brillante que el sol, irradiando una luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente”. Su semblante era de una belleza indescriptible, ni triste ni alegre, sino serio, tal vez con una suave expresión de ligera censura. ¿Cómo describir con detalle sus trazos? ¿De qué color eran los ojos y los cabellos de esa figura celestial? ¡Lucía nunca lo supo decir con certeza!
El vestido, más blanco que la propia nieve, parecía tejido de luz. Tenía las mangas relativamente estrechas y el cuello cerrado, llegando hasta los pies que envueltos por una tenue nube, apenas se veían rozando la copa de la encina. La túnica era blanca, y un manto también blanco, con bordes de oro, del mismo largo que el vestido, le cubría casi todo el cuerpo. “Tenía las manos puestas en actitud de oración, apoyadas en el pecho, y de la derecha pendía un lindo rosario de cuentas brillantes como perlas, con una pequeña cruz de vivísima luz plateada. Como único adorno, un fino collar de oro reluciente, colgando sobre el pecho y rematado casi a la altura de la cintura, por una pequeña esfera del mismo metal”.
En esta primera aparición, Nuestra Señora pide a los 3 pastorcitos que vengan seis meses seguidos, el día 13, a la misma hora. Y dice que incluso, vendría en una séptima ocasión.
"¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que os quiera enviar, en reparación por los pecados con que Él es ofendido, y en súplica por la conversión de los pecadores?"
A la respuesta afirmativa de los niños, Ella añadio: “Vais pues, a tener mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestro consuelo".
"Fue al pronunciar estas últimas palabras (‘la gracia de Dios', etc.), cuando abrió las manos por primera vez, comunicándonos una luz tan intensa, como el reflejo que de ellas procedía, que, penetrándonos en el pecho y en lo más íntimo del alma, hacía vernos a nosotros mismos en Dios, que era esa luz, más claramente que como nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces, por un impulso interior, también comunicado, caímos de rodillas y repetimos interiormente: Oh, Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento'.
Pasados los primeros momentos, Nuestra Señora añadió : “ Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra".
Enseguida comenzó a elevarse serenamente, subiendo en dirección al naciente, hasta desaparecer en la inmensidad de la distancia. La luz que la circundaba iba abriendo un camino en la oscuridad de los astros, motivo por el cual alguna vez dijimos que vimos abrirse el Cielo”.
La celestial Mensajera había producido en los niños una deliciosa impresión de paz y de alegría radiante, de frescura y libertad. Les parecía que podrían volar como los pájaros. De cuando en cuando, el silencio en que habían caído era interrumpido por esta jubilosa exclamación de Jacinta:
- ¡Ay, qué Señora tan bonita! ¡Ay, qué Señora tan bonita!
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Era " una Señora toda vestida de
blanco, más brillante que el sol,
despidiendo una luz más clara
e intensa que un vaso de cristal
lleno de agua cristalina, atravesado
por los rayos del sol más ardiente".
En ésta, como en las demás apariciones, la Virgen Santísima habló sólo con Lucía, mientras que Jacinta solamente oía lo que Ella decía. Francisco, sin embargo, no la oía, concentrando toda su atención en verla.
Segunda aparición: 13 de junio
El día señalado para la segunda aparición, los videntes se encontraron en Cova de Iría, donde ya se aglomeraban cerca de 50 curiosos, entre hombres y mujeres. Inmediatamente antes de que Lucía hablase con la Virgen, algunos observaron que la luz del sol disminuyó, a pesar de que el cielo estaba despejado.
La Hermana Lucía describe así lo sucedido: "Después de rezar el Rosario con Jacinta y Francisco, y las demás personas que estaban presentes, vimos de nuevo el reflejo de la luz que se aproximaba; y, enseguida, a Nuestra Señora sobre la encina, igual que en la aparición de mayo".
- ¿Qué quiere Vuestra Merced de mí? —pregunté
- Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el Rosario todos los días, y que aprendáis a leer.
- Quería pedirle que nos llevara al Cielo.
- Sí, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve. Pero tú te quedarás aquí algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace, le prometo la salvación; y serán amadas de Dios estas almas, como flores puestas por mí para adornar su trono.
Al decir estas últimas palabras, abrió las manos y nos comunicó, por segunda vez, el reflejo de aquella luz tan intensa. En ella nos veíamos como sumergidos en Dios. Francisco y Jacinta parecían estar en la parte que se elevaba hacia el Cielo y yo en la que se esparcía por la tierra. Delante de la mano derecha de la Santísima Virgen había un Corazón rodeado de espinas que parecían clavárseles por todas partes. Comprendimos que era el Inmaculado Corazón de María, ultrajado por los pecados de los hombres, que pedía reparación”.
Poco a poco, esa visión se desvaneció ante los ojos maravillados de los tres pastorcitos. La Señora, siempre resplandeciente de luz, comenzó entonces a elevarse del arbusto y, subiendo suavemente por el camino luminoso que su brillo incomparable parecía abrir en el firmamento, se retiró hacia el Este, hasta desaparecer.
Algunos que se encontraban más próximos notaron que los brotes de la copa de la encina estaban inclinados en la misma dirección apuntada por Lucía, como si las ropas de la Señora, rozándolas al partir, las hubiesen arrastrado y doblado. Sólo después de algunas horas volvieron a su posición normal.
El público allí presente, aunque no hubiese visto a la Virgen, comprendió que acababa de pasar algo extraordinario y sobrenatural. Algunos comenzaron a arrancar ramitos y hojas de la copa de la encina, pero enseguida fueron advertidos por Lucía para que tomasen sólo los de abajo, que la Santísima Virgen no había tocado. En el camino de vuelta a casa, todos iban rezando el Rosario en alabanza de la Augusta Señora que se había dignado descender del Cielo hasta aquel perdido rincón de Portugal...
Tercera aparición: 13 de julio de 1917
Era un viernes el día en que se daría la tercera aparición de la Santísima Virgen. Lucía, que hasta la tarde del día anterior estaba resuelta a no ir a la Cova de Iría, al aproximarse la hora en que debían partir, se sintió de repente impelida por una extraña fuerza, a la que no le era fácil resistir.
Fue a buscar a sus primos, que se encontraban en el cuarto, de rodillas, llorando y rezando pues no querían ir sin Lucia. Los tres niños, entonces, se pusieron en camino.
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Al llegar al lugar de las apariciones se sorprendieron con la multitud que había acudido —más de dos mil personas— para presenciar el extraordinario acontecimiento. Según el Sr. Marto, padre de Francisco y Jacinta, en el momento en que la Santísima Virgen apareció, una nubecita cenicienta flotó sobre la encina, el sol empalideció y una brisa fresca comenzó a soplar, aunque fuese pleno verano.
“Quiero que vengáis el 13 del mes que viene, y que continuéis rezando el Rosario todos los días en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella los podrá socorrer".
”Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, sobre todo cuando hagáis algún sacrificio: ¡Oh! Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María".
Maria Santísima revela, entonces, a los 3 pastorcitos la primera parte del secreto de Fátima: la visión del infierno; la segunda parte del secreto: el anuncio del Castigo y de los medios para evitarlo. La tercera parte del secreto permaneció desconocida hasta el 26 de junio de 2000. En esta fecha, fue divulgado por determinación de S.S. el Papa Juan Pablo II.
Habiendo declarado que nada más necesitaba de Lucía, Nuestra Señora se elevó en dirección del naciente hasta desaparecer.
Cuarta aparición: 15 de agosto de 1917
Habiendo sido secuestrados y mantenidos tres días bajo vigilancia por el Administrador de Ourém, que a toda costa —y en vano— deseaba arrancarles el secreto confiado por la Virgen, los tres videntes no pudieron comparecer a la Cova de Iría el día 13 de agosto, cuando se daría la cuarta aparición de la Santísima Virgen.
Según el testimonio de algunas de las numerosas personas que acudieron al lugar, poco después del mediodía se oyó un trueno, más o menos como las otras veces, al cual siguió el relámpago y, enseguida, todos comenzaron a notar una pequeña nube, muy leve, blanca y muy bonita, que sobrevoló unos minutos sobre la encina, subiendo después hacia el cielo y desapareciendo en el aire.
Leamos ahora el relato de la Hermana Lucía sobre la cuarta aparición de la Madre de Dios:
“Andando con las ovejas, en compañía de Francisco y de su hermano Juan, en un lugar llamado Valinhos, y sintiendo que algo de sobrenatural se aproximaba y nos envolvía, sospechando que la Santísima Virgen nos fuese a aparecer, y teniendo pena de que Jacinta quedase sin verla, pedimos a su hermano Juan que la fuese a llamar". Mientras tanto, vi con Francisco el reflejo de la luz, a la que llamábamos relámpago y, llegada Jacinta un instante después, vimos a Nuestra Señora sobre una encina.
Quiero que continuéis yendo a Cova de Iría el día 13 y que continuéis rezando el Rosario todos los días. En el último mes haré el milagro para que todos crean.
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Lucía de Jesús, de 10 años, Francisco
Marto, de 9 años y Jacinta Marto, de 7 años.
- ¿Qué quiere Vuestra Merced que se haga con el dinero que la gente deja en Cova de Iría?
- Haced dos andas; una llévala tú con Jacinta y dos niñas más vestidas de blanco; la otra, que la lleve Francisco con tres niños más. El dinero de las andas es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Lo que sobre es para ayudar a una capilla que debéis mandar construir.
Y tomando un aspecto más triste, les recomendó de nuevo la práctica de la mortificación, diciendo, al final:
- Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, que muchas almas se van al Infierno por no haber quien se sacrifique y pida por ellas”.
Tras pronunciar estas palabras, la Virgen María se retiró, como en las veces anteriores, en dirección hacia levante. Durante largos minutos los pastorcitos permanecieron en estado de éxtasis. Se sentían invadidos por una alegría inigualable, después de tantos sufrimientos y temores.
Quinta aparición: 13 de septiembre de 1917
Así, el día 13 de septiembre se verificó una afluencia extraordinaria de peregrinos al lugar bendito, una multitud llena de respeto, calculada entre 15 y 20 mil personas, o tal vez más.
“Continuad rezando el Rosario para alcanzar el fin de la guerra. En octubre vendrán también Nuestro Señor, Nuestra Señora de los Dolores y Nuestra Señora del Carmen, y San José con el Niño Jesús, para bendecir al mundo. Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda, usadla sólo durante el día".
Según el testimonio de algunos espectadores, con ocasión de esa visita de la Santísima Virgen, como en las otras veces, sucedieron diversos fenómenos atmosféricos. Observaron “a la aparente distancia de un metro del sol, un globo luminoso que en breve comenzó descender hacia poniente y, de la línea del horizonte, volvió a subir en dirección al sol”. 18 Además, la atmósfera adquirió un color amarillento, verificándose una disminución de la luz solar, tan grande que permitía ver la luna y las estrellas en el firmamento; una nubecita blanca, visible hasta el extremo de la Cova, envolvía la encina y con ella a los videntes. Del cielo llovían como flores blancas o copos de nieve que se deshacían un tanto por encima de las cabezas de los peregrinos, sin dejarse tocar o coger por nadie.
Aunque breve, la aparición de la Virgen dejó a lo pequeños videntes muy felices, consolados y fortalecidos en su fe. Francisco se sentía especialmente inundado de alegría ante la perspectiva de ver, de allí a un mes, a Nuestro Señor Jesucristo, como les prometió la Reina del Cielo y de la Tierra.
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Los prodigios habían durado cerca de 10 minutos. Todos se miraban
entre sí perturbados. Después, la alegría estalló:
"El milagro! Los niños tenían razón!"
Sexta y última aparición: 13 de octubre de 1917
Llegó, por fin, el día tan esperado de la sexta y última aparición de la Santísima Virgen a los tres pastorcitos. El otoño estaba avanzado. La mañana era fría. Una lluvia persistente y abundante había transformado la Cova de Iría en un inmenso lodazal, y calaba hasta los huesos a la multitud de 50 a 70 mil peregrinos que habían acudido de todos los rincones de Portugal.
Es la Hermana Lucía quien nos relata lo que sucedió:
“Llegados a Cova de Iría, junto a la encina, llevada por un movimiento interior, pedí al pueblo que cerrase los paraguas para rezar el Rosario. Poco después vimos el reflejo de la luz y, enseguida, a Nuestra Señora sobre la encina.
- Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor; que soy la Señora del Rosario, que continuéis rezando el rosario todos los días. La guerra va a terminar y los militares volverán en breve a sus casas.
- Quería pedirle muchas cosas. Si curaba unos enfermos y convertía unos pecadores...
- A algunos sí, a otros no. Es preciso que se enmienden, que pidan perdón por sus pecados.
Y tomando un aspecto más triste, [Nuestra Señora agregó]: No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido.
Enseguida, abriendo las manos, Nuestra Señora las hizo reflejar en el sol y, mientras se elevaba, su propia luz continuaba reflejándose en el sol”.
Visiones de escenas que simbolizan los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos del Rosario
Había llovido durante toda la aparición. Lucía, al terminar su coloquio con la Santísima Virgen, había gritado al pueblo: “¡Miren el sol!”. Se entreabrieron las nubes, y el sol apareció como un inmenso disco de plata. A pesar de su brillo intenso, podía ser mirado directamente sin herir la vista. La multitud lo contemplaba absorta cuando, súbitamente, el astro se puso a “bailar”. Giró rápidamente como una gigantesca rueda de fuego. Se detuvo de repente y, poco después, comenzó nuevamente a girar sobre sí mismo a una velocidad sorprendente. Finalmente, en un torbellino vertiginoso, sus bordes adquirieron un color escarlata, esparciendo llamas rojas en todas direcciones.
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"Quiero decirte que hagan aquí una capilla
en mi honor, que soy la Señora del Rosario,
que continúen siempre  rezando la tercera
parte del Rosario todos los días...
Éstas se reflejaban en el suelo, en los árboles, en los rostros vueltos hacia el cielo, reluciendo con todos los colores del arco iris. El disco de fuego giró locamente tres veces, con colores cada vez más intensos, tembló espantosamente y, describiendo un zig-zag descomunal, se precipitó sobre la multitud aterrorizada. Un único e inmenso grito escapó de todas las gargantas. Todos cayeron de rodillas en el lodo, pensando que serían consumidos por el fuego. Muchos rezaban en voz alta el acto de contrición. Poco a poco, el sol comenzó a elevarse trazando el mismo zig-zag, hasta el punto del horizonte desde donde había descendido. Se hizo entonces imposible fijar la vista en él. Era de nuevo el sol normal de todos los días.
El ciclo de las visiones de Fátima había terminado. Los prodigios duraron cerca de 10 minutos. Todos se miraban estupefactos. Después, hubo una explosión de alegría: “¡El milagro, los niños tenían razón!”. Los gritos de entusiasmo hacían retumbar sus ecos en las colinas adyacentes, y muchos notaron que sus ropas, empapadas minutos antes, estaban completamente secas.
El milagro del sol pudo ser observado a una distancia de hasta 40 kilómetros del lugar de las apariciones.
Revelaciones de alcance universal
Los acontecimientos ocurridos en Fátima en 1917 constituyen un marco de capital importancia en la historia de la Iglesia, una auténtica aurora de los Tiempos Nuevos que han de venir.
El mensaje transmitido allí por la propia Madre de Dios no se limita a un pueblo, a una nación, a una determinada categoría social, o a una forma de organización política. Se destina a todos y cada uno de nuestros contemporáneos, como lo reconoció el propio Vicario de Cristo en la citada homilía de 1982 en Fátima:
“Este llamamiento fue hecho a comienzos del siglo XX y, por lo tanto, fue dirigido, de manera particular, a este mismo siglo. La Señora del mensaje parecía leer, con una perspicacia especial, las “señales de los tiempos”, las señales de nuestro tiempo. [...]. Este mensaje está dirigido a todos los hombres. El amor de la Madre del Salvador llega hasta donde quiera que se extienda la obra de la salvación. Y objeto de su desvelo son todos los hombres de nuestra época y, al mismo tiempo, las sociedades, las naciones y los pueblos”.
Nunca está de más realzar la dimensión universal del mensaje de la Virgen en Fátima. Las palabras que, pronunciadas por sus purísimos y maternales labios, resonaron en Cova de Iría se dirigían a la tierra entera, a cada individuo, a cada familia y a cada nación, a jóvenes y ancianos, pobres y ricos, incultos y letrados, patrones y empleados, habitantes de los campos y de las ciudades, hombres y mujeres, casados y solteros, laicos y religiosos, ciudadanos comunes y autoridades. Su desvelo de Madre no hizo excepción.
Fátima, es innegablemente, la aurora del tercer milenio!
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Devoción al Inmaculado Corazón de María y los Primeros Sábados
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra
María Santísima es verdaderamente Madre de una bondad inconmensurable. Su desvelo hacia nosotros excede todo amor conocido, pues no sólo es tierno, ardiente, generoso e incluso heroico, sino que parece ir más allá de todos los límites.
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Como vimos, incluso cuando en Fátima se refirió a los castigos reservados al mundo impenitente, la Madre de Dios revistió sus amonestaciones de una profunda tristeza, demostrando, asimismo, por su modo de expresarse, una gran pena de los “pobres pecadores".
A pesar de esa saludable advertencia, la Virgen está siempre dispuesta a alcanzarnos de su Divino Hijo el perdón. La condición es que utilicemos los medios que nos indicó: el aumento de la devoción a Ella, la oración y la penitencia.
No ha de extrañar el carácter condicional de esta promesa de perdón, venida de una Madre tan bondadosa y misericordiosa. Pues, una vez que alguien está amenazado de castigo a causa de sus pecados, el modo de eximirse es dejando de cometerlos.
La devoción al Inmaculado Corazón de María
Para salvar las almas “de los pobres pecadores, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón” — decía la Santísima Virgen en la aparición del 13 de julio de 1917, al tratar de la parte central de su mensaje. Sin embargo, no fue ésta la única ocasión en la que la Madre de Dios hizo referencia a la importancia de esa devoción. La mencionó otras veces en sus mensajes, y tal insistencia no puede dejar de ser considerada seriamente.
Quien se tome de un sincero y verdadero amor por esta buena Madre, purísima e inigualable, y ponga en práctica la devoción a su Inmaculado Corazón, será favorecido por su constante amparo. Por mayores que hayan sido los pecados cometidos, la Virgen intercederá por el fiel devoto junto a su Divino Hijo, obteniéndole todas las gracias de enmienda de vida y perseverancia en el buen camino.
La devoción al Inmaculado Corazón de María es, por lo tanto, uno de los principales remedios para la crisis contemporánea.
La comunión reparadora
La Virgen nos ofreció, a través de la Hermana Lucía, un don de inestimable valor: “Yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de esas almas” . Para recibir este beneficio, le basta al fiel realizar la comunión reparadora de los primeros sábados durante cinco meses seguidos, además de confesarse, rezar un Rosario y hacer quince minutos de meditación sobre los Misterios del mismo. Esa comunión debe ser ofrecida en desagravio a la Santísima Virgen y a su Divino Hijo por los pecados y ofensas cometidos contra Ellos.
La comunión reparadora de los cinco primeros sábados
En efecto, durante la tercera aparición, el 13 de julio, la Madre de Dios había prometido: Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Tal venida todavía no se había dado.
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"A todos aquellos que durante cinco meses,
el primer sábado de mes, se confesaren,
recibiendo la Sagrada Comunión, rezaren un tercio
del Rosario y me hicieren quince minutos de compañía
meditando en los quince misterios del Rosario con el
fin de desagraviarme, prometo asistirlos a la hora
de la muerte con todas las gracias
necesarias para la salvación de sus almas".
El día 10 de diciembre de 1925, sin embargo, según relata la Hermana Lucía (hablando de sí misma en tercera persona), “Se le apareció la Santísima Virgen y, al lado, sobre una nube luminosa, el Niño Jesús. La Santísima Virgen, poniéndole la mano en el hombro, le mostró un Corazón que tenía en su otra mano, cercado de espinas. Al mismo tiempo, dijo el Niño: ‘Ten pena del Corazón de tu Santísima Madre, que está rodeado por las espinas que los hombres ingratos constantemente le clavan, sin que nadie haga un acto de reparación para quitárselas'.
In seguito, la Santissima Vergine disse: «Guarda, figlia mia, il mio Cuore circondato di spine, che gli uomini ingrati in tutti i momenti vi infiggono, con bestemmie e ingratitudini. Tu, almeno, cerca di consolarmi, e di' che tutti quelli che per cinque mesi, il primo sabato, si confesseranno, riceveranno la Santa Comunione, reciteranno una corona del Rosario e mi faranno quindici minuti di compagnia meditando sui quindici misteri del Rosario, con l'intenzione di offrirmi riparazione, io prometto di assisterli nell'ora della morte con tutte le grazie necessarie alla loro salvezza».
A continuación, dijo la Santísima Virgen: ‘Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos, a cada momento, me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, haz algo por consolarme, y di que a todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el rosario y me hicieren quince minutos de compañía, meditando en los quince misterios del Rosario, a fin de desagraviarme, prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de estas almas».
El día 15 de febrero de 1926, se le apareció de nuevo el Niño Jesús y le preguntó si ya había difundido la devoción a su Santísima Madre.” Ella le dijo que la Madre Superiora estaba dispuesta a propagarla, pero que el confesor le había dicho que esta última, sola, nada podía. “Jesús respondió: ‘Es verdad que tu Superiora sola nada puede, pero con mi gracia lo puede todo'.
Manifestó la dificultad que algunas personas tenían de confesarse el sábado, y pidió para ser válida la confesión dentro de los ocho días. Jesús respondió: Sí, puede ser, y hasta muchos [días] más aún, con tal de que cuando me reciban, estén en estado de gracia y tengan la intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María».
Ella preguntó: ¡Jesús mío!, ¿y las que se olviden de poner esa intención? Jesús respondió: Pueden ponerla en la siguiente confesión, aprovechando la primera ocasión que tengan de confesarse.
Cuatro años después, en la madrugada del 29 al 30 de mayo de 1930, Nuestro Señor le reveló interiormente a la Hermana Lucía otro pormenor respecto a las comuniones reparadoras de los cinco primeros sábados:
“‘Y quien no pudiere cumplir todas las condiciones en el sábado, ¿no las satisfará con los domingos?'. Jesús respondió: ‘Será igualmente aceptada la práctica de esta devoción en el domingo siguiente al primer sábado, cuando mis sacerdotes, por justos motivos, así lo concedieran a las almas'."
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Los Papas y Fátima
Desde las primeras noticias sobre las apariciones de Fátima, los Papas mostraron simpatía y apoyo.
Pío XI, entre otras manifestaciones públicas de simpatía, concedió el día 1 de octubre de 1930 una indulgencia especial a los peregrinos de Fátima.
Pío XII, que hizo una decena de pronunciamientos sobre Fátima, declaró el 8 de mayo de 1950: “Ya pasó el tiempo en que se podía dudar de Fátima”. Anteriormente, el 31 de octubre de 1942, consagró la humanidad al Inmaculado Corazón de María. En 1946, por medio de su legado, el Cardenal Masella, consagró el mundo a Nuestra Señora de Fátima, como Reina de él. El 11 de octubre de 1954 ordenó que se renueve anualmente la consagración del mundo a su Corazón Inmaculado.
Juan XXIII, cuando aún era cardenal, visitó como peregrino el lugar de las apariciones y, más tarde, legó en testamento su cruz pectoral al Santuario de Fátima.
Pablo VI fue el primer Romano Pontífice que visitó Fátima, para conmemorar el cincuentenario de las apariciones, el 13 de mayo de 1967. Antes de eso, al clausurar la III Sesión del Concilio Vaticano II, anunció su intención de enviar una Rosa de Oro al Santuario de Fátima, lo que efectivamente hizo.
Juan Pablo II, visitó personalmente el lugar de las apariciones en dos ocasiones, el 13 de mayo de 1982 y el 13 de mayo de 1991. En 1984, en Roma, ante la Imagen de Fátima, consagró la humanidad al Corazón Inmaculado de la Virgen, en unión a todos los obispos católicos del mundo. Hizo también importantes declaraciones sobre la devoción a Nuestra Señora de Fátima, varias de las cuales son citadas en diversas páginas de esta obra.
En un mensaje especial a los portugueses, por ocasión de los 350 años de la proclamación de Nuestra Señora de la Concepción como Patrona de Portugal, Juan Pablo II recordó las importantes advertencias hechas por la Virgen en Fátima:
“En horas de desatino, cuando el alma de la nación parecía naufragar, fue visto ‘danzar el sol’ en la Cova de Iría, amenazando poner fin a los días del hombre sobre la tierra, al mismo tiempo que la Santísima Virgen, por intermedio de los pastorcitos, hacía llegar a la humanidad esta queja maternal: No ofendan más a Nuestro Señor, que ya está muy ofendido. (Octubre
1917). Los hombres olvidaron a Dios y sus Mandamientos, viviendo como si Él no existiese.” (Voz de Fátima, Fátima, 13/8/1996).
Benedicto XVI comentó las apariciones de la Virgen de Fátima diciendo:
“Un camino para mantenerse unidos a Cristo, como sarmientos a la vida, es recurrir a la intercesión de María, a quien ayer, 13 de mayo, veneramos de manera particular recordando las apariciones de Fátima, donde, en 1917, se manifestó en varias ocasiones a tres niños, los pastorcillos Francisco, Jacinta y Lucía. El mensaje que les confió, en continuidad con el de Lourdes, era un intenso llamamiento a la oración y a la conversión; mensaje verdaderamente profético, sobre todo si se considera que el siglo XX fue flagelado por inauditas destrucciones, causadas por guerras y por regímenes totalitarios, así como por amplias persecuciones contra la Iglesia.
Además, el 13 de mayo de 1981, hace 25 años, el siervo de Dios, Juan Pablo II, sintió que se había salvado milagrosamente de la muerte por la intervención de una «mano maternal», como él mismo dijo, y todo su pontificado quedó marcado por lo que la Virgen había preanunciado en Fátima. Si bien no han faltado preocupaciones y sufrimientos, si bien todavía hay motivos de aprensión ante el futuro de la humanidad, consuela lo que prometió la «Blanca Señora» a los pastorcillos: «Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará».(Regina Caeli, domingo, 14 de mayo 2006).