viernes, 19 de abril de 2024

Sagradas lecturas Viernes 19..

 Lecturas del Viernes de la III Semana de Pascua

Hoy, viernes 19 de abril de 2024



Señor, purifica mi corazón para que tu Palabra caiga en él y de el ciento por uno

ra lecura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,1-20):

EN aquellos días, Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres.
Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
«Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».
Dijo él:
«¿Quién eres, Señor?».
Respondió:
«Soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tienes que hacer».
Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
«Ananías».
Respondió él:
«Aquí estoy, Señor».
El Señor le dijo:
«Levántate y ve a la calle llamada Recta, y pregunta en casa de Judas por un tal Saulo de Tarso. Mira, está orando, y ha visto en visión a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista».
Ananías contestó:
«Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén, y que aquí tiene autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre».
El Señor le dijo:
«Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel. Yo le mostraré lo que tiene que sufrir por mi nombre».
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno de Espíritu Santo».
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y fue bautizado. Comió, y recobró las fuerzas.
Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a anunciar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 116,1.2

R/. Ir al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,52-59):

EN aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.

Palabra del Señor

COMENTARIO POR BENEDICTO XVI

El culto espiritual – logiké latreía (Rm 12,1)

70. El Señor Jesús, que por nosotros se ha hecho alimento de verdad y de amor, hablando del don de su vida nos asegura que « quien coma de este pan vivirá para siempre » (Jn 6,51). Pero esta « vida eterna » se inicia en nosotros ya en este tiempo por el cambio que el don eucarístico realiza en nosotros: « El que me come vivirá por mí » (Jn 6,57). Estas palabras de Jesús nos permiten comprender cómo el misterio « creído » y « celebrado » contiene en sí un dinamismo que lo convierte en principio de vida nueva en nosotros y forma de la existencia cristiana. En efecto, comulgando el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo se nos hace partícipes de la vida divina de un modo cada vez más adulto y consciente. Análogamente a lo que san Agustín dice en las Confesiones sobre el Logos eterno, alimento del alma, poniendo de relieve su carácter paradójico, el santo Doctor imagina que se le dice: « Soy el manjar de los grandes: crece, y me comerás, sin que por eso me transforme en ti, como el alimento de tu carne; sino que tú te transformarás en mí ». En efecto, no es el alimento eucarístico el que se transforma en nosotros, sino que somos nosotros los que gracias a él acabamos por ser cambiados misteriosamente. Cristo nos alimenta uniéndonos a él; « nos atrae hacia sí ».

La Celebración eucarística aparece aquí con toda su fuerza como fuente y culmen de la existencia eclesial, ya que expresa, al mismo tiempo, tanto el inicio como el cumplimiento del nuevo y definitivo culto, la logiké latreía. A este respecto, las palabras de san Pablo a los Romanos son la formulación más sintética de cómo la Eucaristía transforma toda nuestra vida en culto espiritual agradable a Dios: « Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable » (Rm 12,1). En esta exhortación se ve la imagen del nuevo culto como ofrenda total de la propia persona en comunión con toda la Iglesia. La insistencia del Apóstol sobre la ofrenda de nuestros cuerpos subraya la concreción humana de un culto que no es para nada desencarnado. A este propósito, el santo de Hipona nos sigue recordando que « éste es el sacrificio de los cristianos: es decir, el llegar a ser muchos en un solo cuerpo en Cristo. La Iglesia celebra este misterio con el sacramento del altar, que los fieles conocen bien, y en el que se les muestra claramente que en lo que se ofrece ella misma es ofrecida ». En efecto, la doctrina católica afirma que la Eucaristía, como sacrificio de Cristo, es también sacrificio de la Iglesia, y por tanto de los fieles. La insistencia sobre el sacrificio —« hacer sagrado »— expresa aquí toda la densidad existencial que se encuentra implicada en la transformación de nuestra realidad humana ganada por Cristo (cf. Flp 3,12). (Benedicto XVI

Exhortación Apostólica Post-Sinodal sobre la Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia, n. 70.)

domingo, 31 de marzo de 2024

el antipapa ??

 

BERGOGLIO NO ES UN ANTIPAPA

. PREMISAS

 

  1. LA PROMESA DE NUESTRO SEÑOR. PRIMACÍA DE PEDRO

De la Sagrada Escritura, primera fuente de Revelación, proceden la figura y el oficio del Papa y también, muy importante, una promesa que hace el Señor. De esto último trataremos especialmente.

En efecto, nuestro Señor elige a Simón entre todos los demás discípulos, le cambia el nombre en razón de la nueva dignidad y misión que le confiere, asegura que sobre él edificará su Iglesia y a él le concederá la prerrogativa de recibir las llaves del reino de los cielos.

Los textos escriturísticos a los que se hace referencia son los siguientes:

Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mt 16,18-19)[1].

(Contexto: Jesús pregunta quién dice la gente que es Él y luego quién dicen sus discípulos que es. Simón confiesa que es el Mesías, el Hijo del Dios vivo y Jesús responde que esa revelación vino del Padre).

Este pasaje es fundamental dado que contiene la trascendental afirmación de que el poder del infierno no prevalecerá sobre esa Iglesia fundada sobre Pedro. Nada menos que sobre la persona de Pedro -fundamento de la Iglesia de Cristo- está asociada la garantía de la victoria contra los ataques infernales.

Parafraseando aquella conocida sentencia o aforismo atribuido a san Ambrosio, “Ubi Petrus ibi Ecclesia” (“Donde está Pedro ahí está la Iglesia”) se podría decir “Ubi Petrus, ibi satanas non vincere” (“Donde está Pedro, ahí Satanás no vence”).

  1. MINISTERIO PETRINO

Los otros dos textos de los evangelios son mandatos:

“Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos (Lc 22,31-32).

(Contexto: final de la Última Cena. Satanás ya había entrado en Judas. Jesús anuncia su inmediata Pasión y parten para el Monte de los Olivos)

Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas”. (Jn 21,15-17).

(Contexto: última pesca milagrosa. Jesús ha resucitado).

  1. RECAPITULANDO

La primacía de Pedro, entre todos los apóstoles, deriva de la elección hecha por nuestro Señor, con las atribuciones conferidas de confirmar a los hermanos en la fe; de ser el pastor de la grey, que a Cristo pertenece, y pastor también de los otros pastores (pastor pastorum).

Junto a las funciones se destaca la afirmación de nuestro Señor: el poder del infierno no derrotará a la Iglesia, no prevalecerá sobre la Iglesia edificada sobre Pedro.

Por tanto, Pedro es la roca sobre la que Cristo edificará su Iglesia; es aquel que, una vez convertido, no fallará en la fe y confirmará a sus hermanos, y, por último, es el Pastor que guiará a toda la comunidad de los discípulos del Señor.

Pedro puede a veces defraudar porque se deja llevar por impulsos de osadía que luego el miedo los frustran (como cuando luego de pedirle al Señor ir hacia Él, camina sobre el mar, pero ante la violencia del viento se amedrenta y clama auxilio cuando se hunde (cf. Mt. 14,28); o cuando insiste con vehemencia que aunque debiera morir con Jesús, no lo negaría (Cf. Mt 26,35). A pesar de todo, su corazón le es fiel al Señor. Ante la negación llora amargamente y luego de Pentecostés sale del encierro para anunciar con arrojo a Cristo Resucitado y Señor (Cf. Hch 2,22s). Ya no lo negará y morirá mártir en Roma.

Como vemos, todo en el buen Pedro está orientado a Cristo, al que ama y sigue con toda su alma y su ser. Sus errores son, pues, disculpables, por su celo en servir a Dios. Pedro es typo de todos los papas sucesivos, fieles custodios de la Revelación, Maestros de fe y de moral.

La Iglesia entendió que aquellas prerrogativas dadas a Pedro, implícitamente el ministerio de la unidad en su primacía sobre todos los otros apóstoles, se extendían en la Iglesia en las personas de sus sucesores. Así nace el Papado con su ministerio petrino y prerrogativas asociadas.

Estas premisas han sido reconfirmadas por medio de Concilios y de diversos documentos emanados de la Iglesia en su larga historia bimilenaria. Entre los recientes encontramos uno publicado el 18 de noviembre de 1998. (Ver Anexo)

El documento recuerda la primacía personal de Pedro y sus sucesores como designio divino y en tal primado está, en la persona de los Papas, el principio y fundamento visible de la unidad de la Iglesia y por ello goza de la gracia del ministerio para servir a la unidad de fe y de comunión necesaria a la misión salvífica de la Iglesia.  Recuerda que está subordinado a la Palabra de Dios y a la fe católicaNo puede decidir lo que se le antoja, sino que es siervo de la Palabra y custodio fiel de toda la Revelación. Es la roca, dice, contra la arbitrariedad y el conformismo y el garante a la rigurosa fidelidad a la Palabra de Dios.

El ministerio petrino así delineado sería la razón y el fundamento por los cuales se cumpliría la promesa divina de la victoria final de la Iglesia contra las fuerzas del infierno. Sin embargo, Pedro ya no está. Pedro no está, pero sí la Iglesia fiel que sigue sólo a Cristo, a su fundador, y no a una jerarquía perjura y adúltera que se rinde al mundo y acata o no discute las continuas herejías, sacrilegios y blasfemias de Bergoglio.

Fue Joseph Ratzinger quien mejor y más resumidamente recordó los lineamenta de la verdadera acción del Papa, cuando escribió: “el Papa no es en ningún caso un monarca absoluto, cuya voluntad tenga valor de ley. Él es la voz de la Tradición; y sólo a partir de ella se funda su autoridad.” (Presentación de la Carta apostólica del Papa Juan Pablo II Mulieris Dignitatem, 1988).

 

II. LA IGLESIA ASOLADA Y DEVASTADA

Desde el funesto 13 de marzo de 2013 hemos visto cómo se ha desvirtuado el ministerio petrino hasta el punto de su total negación. Bergoglio ha demostrado con creces carecer del carisma inherente a la función, siendo, por lo contrario, el agente de la rotura de la unidad. ¿Hará falta demostrarlo, o simplemente recordarlo?

Rompe la unidad mediante documentos heréticos pasados como magisterio ordinario, comenzando con la Exhortación Post Sinodal “Amoris Laetitia”, cuando finalmente resuelve la ambigüedad de las notas -a las que no respondió cuando fueron los Cardenales plantearon los dubia- con la confirmación de que la interpretación herética de los obispos de Buenos Aires es la correcta. Entre tanto había dejado la interpretación de la admisión a los sacramentos de quienes viven more uxorio, como marido y mujer, cuando no lo son, y la ejecución, en manos de las conferencias episcopales y, en la práctica, al arbitrio de cada sacerdote. Ya en ese documento, con sus calculadas ambigüedades, se cargaba de un golpe los sacramentos del matrimonio, penitencial, Eucaristía y orden sagrado y rompía la unidad de la Iglesia junto a la catolicidad y apostolicidad. De un plumazo cambiaba la doctrina sobre el matrimonio, sobre la Eucaristía, sobre la confesión, sobre la Iglesia, acerca de la sexualidad humana, y producía un efecto devastador para los fieles, especialmente los jóvenes, porque concluían legítimamente que es cierto que no existe matrimonio indisoluble. Pero, más grave aún, se ponía por encima de la Palabra del Señor. Nuestro Señor dijo: “Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mt 5,27-28). Pues Bergoglio dice: Habéis oído que Jesús os dijo “que el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”; pero yo os digo que no es así. Si dos se aman, no importa si son incluso del mismo sexo (ver Fiducia Supplicans), está bien. Y deben unos recibir la absolución y comulgar y los otros ser bendecida su unión y pueden ser testigos en bautismos.

Se ha ido sistemáticamente oponiendo en todo a nuestro Señor hasta suplantarlo. Ejemplos sobreabundan: nuestro Señor mandó anunciar el Evangelio a todas las naciones, hasta los confines de la tierra, Bergoglio dijo que hacer proselitismo es una tontería. La Iglesia enseñó, sostuvo y defendió siempre los valores cristianos, Bergoglio dijo no saber qué son los valores no negociables. Nuestro Señor dijo que vino a que se cumpla la Ley en su integridad, Bergoglio dice que hay quienes no pueden cumplir con la Ley por su exigencia y por su situación particular y por ello hay que darle una solución bajando el listón. Desconoce y niega completamente la verdad fundamental de nuestra fe: Jesucristo vino a traer a la gracia que hace posible el cumplimiento de la Ley.

En la última Cena nuestro Señor, el Maestro, lavó los pies de sus discípulos, que serían los primeros sacerdotes de la Nueva y Eterna Alianza. Bergoglio falsea el gesto pedagógico de humillación y mutuo servicio entre los que serían sus apóstoles lavando los pies de mujeres, de personas musulmanas, ateos, travestis. Eso sí, con mucha cámara y, de paso, reduciendo el Jueves Santo a esa farsa, ocultando lo más importante: la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. Como en cada gesto y palabra encierra propósitos, lavando a mujeres ya avanza la idea de las órdenes sagradas para ellas (diaconado, sacerdocio) y en los otros casos la “inclusividad” de su “iglesia” y el falso ecumenismo. Por otra parte, es de notar que para lavar los pies tuvo que inclinarse e hincarse o bien arrodillarse doce veces, pero nunca, nunca, se arrodilló ante el Santísimo Sacramento expuesto.

No sólo ignora a Jesucristo como único Salvador, sino que, en la Declaración de Abu Dabi, sobre la Fraternidad humana, llega a afirmar que “El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos.”

Con la constitución apostólica Vultum Dei quaerere de 2016 ataca un bastión de la Iglesia, la vida contemplativa femenina, los conventos de clausura.

Promueve la obediencia de la Iglesia a la ONU, que es el corazón de las tinieblas que exporta el aborto, la eutanasia o la ideología de género y, así, se adhiere al timo del calentamiento climático antropogénico (Laudato Síi), que es la filosofía que justifica la reducción de la población humana, en línea con lo que proclaman las “élites iluminadas” de la tierra.

Finalmente, pretende eliminar la constitución jerárquica de la Iglesia con el malhadado Sínodo de la Sinodalidad, demudándola en un supuesto “vox populi”, remedo del sensus fidelium. Tal vox populi, consulta a las bases, en realidad, ni siquiera es eso, en la medida en que los integrantes del Sínodo han sido cuidadosamente escogidos para que exista una mayoría heterodoxa que permita el derribo de la moral sexual, la ordenación de diaconisas o la intercomunión con los protestantes. Se trata también, como a él le gusta decir, de “iniciar procesos”, que han de transformar aquella  ordenación jerárquica establecida por Cristo en una supuesta democracia de laicos que cambie el modo de dirigir las Conferencias Episcopales, diócesis y parroquias e incluso la elección del Papa. Y lo hará usando la locomotora alemana, de la que aparenta por tramos desligarse. Es su estratagema de engaño, como lo viene haciendo desde hace 11 años (notas al pie, dichos al pasar, entrevistas amañadas y no desmentidas) que apunta al vaciamiento de la Iglesia de Cristo sustituyéndola por la Anti Iglesia.

Y sigue la lista…

 

III. CONCLUSIÓN

En fin, no confirma a los hermanos en la fe ni en la moral sino que los confunde y, peor aún, los desvía de la verdad; distorsiona y manipula la palabra de Dios; no es el custodio del Depositum Fidei sino que destruye la fe católica, pervierte el orden moral; se asocia a las ideologías dominantes, cambia la conversión a Dios por la conversión ecológica a la Madre Tierra; exalta a la Pachamama permitiendo su culto en los jardines vaticanos y su entronización en San Pedro y culto en Santa María in Traspontina; participa de un culto espiritista animista dirigido por un chamán en Canadá; introduce y entroniza a Lutero en el Vaticano; celebra el cisma luterano y se encuentra con obispas suecas pero, eso sí, no viaja a España para recordar el centenario de la gran Santa Teresa de Jesús; el Vaticano emite blasfemos timbres postales con Lutero y Melanchthon reemplazando a la Santísima Virgen y a san Juan junto a la cruz, acuña monedas con la Pachamama…

Ante tanta evidencia, es imperativo superar el debate acerca de si la renuncia del Papa Benedicto fue verdaderamente renuncia o si, en cambio, fue una estratagema dictada por las circunstancias de imposibilidad de gobierno, o bien, polemizar sobre qué grado de herejías ha cometido Bergoglio, puesto que estamos ante una situación no parangonable a ninguna otra en toda la historia de la Iglesia. Queda meridianamente claro que Bergoglio no sólo no es Papa sino ni siquiera Antipapa, porque ningún Antipapa llegó al grado de apostasía de éste en su empeño en negar a Cristo y destruir su Iglesia.

Por tanto, o bien la garantía prometida por nuestro Señor de que las fuerzas del infierno no prevalecerían en la Iglesia comandada por Pedro, no se habría cumplido, lo que haría su Palabra no absoluta; o bien Francisco/Bergoglio no es Papa sino agente de devastación de la fe católica y de todos los demás aspectos inherentes a la naturaleza de la Iglesia.

La palabra del Señor es irrevocable, perfecta, verdadera, no está condicionada. Sólo queda la desnuda realidad de que no tenemos Papa.

En el caso de Francisco/Bergoglio, único en la historia de la Iglesia, no se podrá recurrir a la objeción de que elegir un Papa sería deponerlo y con ello caer en la herejía conciliarista. Tal argumento no se sostiene, porque habiéndose opuesto Bergoglio manifiesta y pertinazmente a la palabra de Dios, a su Ley y sus mandatos es imposible que sea Papa, ni siquiera considerado católico.

Por eso, es improcedente que se busque casos similares o hipotéticos y ver qué dijeron los santos Padres y otros santos como, por ejemplo, san Roberto Belarmino, qué grado de herejías cometió Bergoglio; en vano se arguye que hubo Papas malos y antipapas; o se esgrima la condena que pesa sobre el conciliarismo para poder quitarlo. Todo es fútil porque éste no es un Papa más, éste es el que destruye la Iglesia, que la viene destruyendo desde hace 11 años. Resulta hasta ocioso nombrar todos sus actos, dichos, documentos en los que demuestra que carece del carisma propio del Sumo Pontífice, que no es siquiera católico, que es enemigo de la Tradición, de toda la Revelación, de Cristo. No se puede, ni de lejos, comparar a Bergoglio con Papas como los cuestionados Honorio o Liberio.

En definitiva, Bergoglio no es Papa, no es siquiera no-Papa o Antipapa de la Iglesia. En todo caso, es el Papa de la no-Iglesia, de la Anti-Iglesia[2]. Bergoglio está a las antípodas del Pedro sobre quien nuestro Señor fundó su Iglesia. Aquellos que lo siguen o justifican tampoco son Iglesia.

Todo se reduce a “O con Cristo o contra Cristo”, y esta decisión no es postergable.

 

ANEXO

Documento de la CDF “El primado del sucesor de Pedro en el misterio de la Iglesia” firmado por el Prefecto Joseph Cardenal Ratzinger :

.4 (…) “En el designio divino sobre el Primado como «oficio confiado personalmente a Pedro, príncipe de los Apóstoles, para que fuera transmitido a sus sucesores» se manifiesta ya la finalidad del carisma petrino, o sea, «la unidad de fe y de comunión» de todos los creyentes. En efecto, el Romano Pontífice, como Sucesor de Pedro, es «el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los Obispos como de la muchedumbre de fieles» y, por eso, tiene una gracia ministerial específica para servir a la unidad de fe y de comunión que es necesaria para el cumplimiento de la misión salvífica de la Iglesia” .

(…)

.7 (…) El Romano Pontífice, como todos los fieles, está subordinado a la palabra de Dios, a la fe católica, y es garante de la obediencia de la Iglesia y, en este sentido, servus servorum. No decide según su arbitrio, sino que es portavoz de la voluntad del Señor, que habla al hombre en la Escritura vivida e interpretada por la Tradición; en otras palabras, la episkopé del Primado tiene los límites que proceden de la ley divina y de la inviolable constitución divina de la Iglesia contenida en la Revelación. El Sucesor de Pedro es la roca que, contra la arbitrariedad y el conformismo, garantiza una rigurosa fidelidad a la Palabra de Dios: de ahí se sigue también el carácter martirológico de su Primado que implica el testimonio personal de la obediencia de la cruz.

 

[1] Aquí hemos transcripto la versión de la Biblia de la CEE.  En otras traducciones del versículo 18 de Mt 16, se lee: “las puertas del abismo (infierno) no prevalecerán contra ella”. En cualquiera de las dos versiones supone que habrá ataques infernales, pero no podrán vencer a la Iglesia. A lo largo de la historia de la Iglesia, la lucha nunca ha cesado. Desde los mismos inicios hubo herejías a las que se añadieron sucesivos cismas. Particularmente desde el siglo XVIII los ataques infernales se han ido incrementando. El modernismo supo infiltrarse sin enfrentamientos que lo llevasen al cisma. El propósito fue y es el de cambiar la naturaleza de la Iglesia desde dentro, o sea de utilizar la Santa Iglesia Católica para vaciarla de todo contenido dogmático y moral y bajo su nombre presentarse al mundo. La máxima impostura religiosa, es la que se está manifestando en nuestros días. La apostasía rampante de la Anti Iglesia, la iglesia del Anticristo, penetró en el seno de la Iglesia. Frente a ésta se erige la certeza, dada por la palabra del Señor, de que la Iglesia saldrá victoriosa.

[2] Hay quienes esperan que, en algún momento, quizás después del Sínodo sobre la sinodalidad, algunos Cardenales fieles a Cristo decidan elegir a un Papa. Hay otros que piensan que podría seguir todo así, como ahora, hasta la muerte de Bergoglio. El futuro de la Iglesia, en el sentido de éstas u otras especulaciones, se vuelve conjetural. Sin embargo, en esta situación tan confusa, enmarañada, no es de descartar una fuerte intervención divina.

 

Por Tadeo Campogrande y Juan Suárez Falcó

viernes, 22 de marzo de 2024

 


La impía alianza ONU – Soros & Bergoglio

Como lo advirtió la Virgen en la Salette Roma perdió la fe y se ha convertido en la sede del Anticristo. Bergoglio trabaja para los Soros y se ha puesto al servicio de ONU para instaurar el NOM del Anticristo.


Por eso el anti Papa Bergoglio en rebelión contra Dios en lugar de pedir que la gente obedezca los Mandamientos de Dios  le ha pedido al mundo que lo escucha que obedezca a la ONU, respaldando así su objetivos abortistas y anti familia-LGBT. Bergoglio al pedir que la gente obedezcan a  quienes se rebelan contra Dios, significa que le está pidiendo a la gente que desobedezcan a Dios, es decir que se rebelen contra Dios.

El Falso Profeta Bergoglio es el precursor del Anticristo: Santa Hildegarda advirtió que este hijo de perdición predicaría cosas contrarias a las Leyes de Dios: “La excelencia de la Iglesia será dispersada y la verdadera fe pisada [ ; ] desde su primera aparición, el Hombre del Pecado estará totalmente lleno de pecados, será reconocido como el Hijo de la Perdición más cruel, ya que será inmoral en todo y les enseñará a los hombres cosas contrarias a Dios [ ; ] será hostil a todos los que adoran Dios y se pondrá por encima de todas las criaturas, denominándose Dios y ordenando ser adorado como Dios”

El Anticristo emboscará sus doctrinas en el deseo sexual; afirmará que la impureza y delitos parecidos no son pecados.

Todos ésos adorarán al Hombre de la Perdición y, abandonando la fe de Dios omnipotente, proclamarán que no hay ningún obstáculo en desobedecer sus preceptos.

miércoles, 20 de marzo de 2024

De no creer...

 

Los gerontócratas del Vaticano aprueban la eutanasia y la inseminación artificial





Criminalizar la eutanasia «hace más mal que bien» y la inseminación artificial «se puede hacer» según la Academia Pontificia para la Vida.

Criminalizar la eutanasia «hace más mal que bien» y la inseminación artificial «se puede hacer».

Estas afirmaciones figuran en un libro de título eufemístico La gioia della vita (La alegría de vivir), elaborado por «teólogos» de la Academia Pontificia para la Vida (LaNuovaBq.it, 18 de marzo).

Los textos se remontan a un seminario de la desacreditada Academia en 2021. Se publicaron el mes pasado.

Los jefes de la Academia creen que es «bueno» no prohibir la eutanasia porque «esto podría causar mayores daños al bien común y a la convivencia civil, al exacerbar los conflictos o favorecer las formas clandestinas [la mayoría de los asesinatos son «clandestinos»] de prácticas oficialmente ilegales» (página 150).

Su libro continúa afirmando que la inseminación artificial con el esperma del marido («inseminación homóloga») no separa artificialmente la procreación de la relación sexual, que es «en sí misma» estéril.

«Al contrario, la técnica actúa como una forma de terapia que permite curar la esterilidad, no sustituyendo las relaciones sexuales, sino haciendo posible la procreación», escriben en la página 130.

En la vida real, el esperma se obtiene mediante la masturbación, moralmente reprobable, y los embriones se crean en laboratorios. Los embriones sobrantes que constituyen una persona humana son congelados o asesinados.

Gloria TV